Jesús y la doctrina cristiana católica son ejemplos de férrea defensa de los derechos humanos, especialmente contra la discriminación, basándose en el amor y respeto por la vida.
La convivencia entre generaciones revela el gran valor de la persona y la importancia de apreciar la vida.
La dignidad de la persona humana está arraigada en su creación a imagen y semejanza de Dios, según la doctrina de la Iglesia católica.
La vida es el valor más importante, siendo el primer regalo de Dios, otorgando dignidad inalienable a cada persona.
San Juan Pablo II sostiene que el respeto a la vida es fundamental para todos los derechos, incluida la libertad.
La vida humana y sus derechos inalienables son el primer valor a respetar en el mundo.
Respeto porque me respeto
