Veinte años de profesor universitario, fue secretario de Agricultura de Antioquia y ejerce el derecho. Ha sido consultor de la Organización de Naciones Unidas para el Trabajo en Antioquia, y secretario de la Mesa de Participación y Construcción de Políticas Laborales y Salariales del Departamento. 

Aunque ha sido enfático en trazar una línea divisoria con la actual alcaldía, a Correa le han criticado que ha sido socio de Óscar Hurtado, el actual alcalde encargado, en la firma Medellín Food Company, dedicada al negocio de los alimentos.

En su corazón tiene a su esposa, María Isabel Ramírez; a sus hijos María Paula y Juan Martín; también a su madre y hermanos. Y lo que más ama es vivir. 

“Estos días estaba en el barrio Castilla y se me acercó una muchacha joven acompañada de un señor ya un tanto mayor, me saludaron y yo le pregunté que cómo se llamaba el papá, pero no era el papá, era el esposo”.

“Me huele mal la indecencia, me huele mal el oportunismo, me huele mal el arribismo, me huele mal la falta de ética en el comportamiento de lo público. Me huele mal Daniel Quintero”. 

Su esposa María Isabel.

“Merly Flórez, la gerente de esta campaña. Una persona que lleva conmigo ya más de diez años y en quien confío”. 

Nadie. Dice que al hígado le caen los corruptos.

Tiene un crédito con la cooperativa Forjar.

“Margaret Thatcher. Una mujer que tuvo el carácter, el talante y la visión suficientes para sacar a su país de la crisis económica y social en la que se encontraba”.