Busca el apoyo de amigos o familiares que también quieran reducir la sal. Compartir experiencias y recetas puede ser motivador.

Bebe suficiente agua para ayudar a eliminar el exceso de sodio de tu sistema.

Si estás acostumbrado a alimentos muy salados, reduce gradualmente la cantidad y, con el tiempo, tu paladar se ajustará.

Al comprar alimentos envasados, lee las etiquetas para identificar el contenido de sodio. Elige las opciones bajas en sal.

Planifica tus comidas con antelación para que elijas ingredientes bajos en sal y evites opciones rápidas y saladas cuando tengas hambre.

Preparar tus propias comidas te da control total sobre los ingredientes, por lo que puedes usar menos sal y sustituirla con especias.

 Comprender los riesgos asociados con el consumo excesivo de sal puede motivarte a reducirlo.