Brindarles protección en todo momento.
Mencionarles que ellos se encuentran a salvo y que no son culpables de lo acontecido.
Dar el espacio para que ellos expresen sus emociones y pensamientos.
Evitar mentir sobre lo ocurrido, por ejemplo: todo va a estar bien, no pasó nada.
Alejar a los niños de la escena, que lo haga alguien de su confianza para que lo sostenga emocionalmente.

Primeros auxilios psicológicos
