La educación superior de Iberoamérica es heterogénea y compleja, y sus instituciones poseen niveles disímiles de digitalización, tanto en sus áreas académicas como administrativas.
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La educación universitaria está en un proceso de digitalización. La cuestión es que cada institución identifique su nivel de progreso en relación con una verdadera transformación digital y cómo esto impacta a toda la organización y al quehacer educativo.
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La educación del futuro precisa estar centrada en el estudiante y en un modelo que promueva el aprender a aprender a lo largo de la vida.
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La garantía de la calidad de la formación demanda el apropiado uso de una plataforma de aprendizaje y de las adecuadas competencias didácticas y digitales del docente.
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La educación superior debe ser asumida por todos los gobiernos de la región como un derecho fundamental. Es vital garantizar acceso universal a todos los ciudadanos.
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En su gran mayoría, las universidades evidencian un enfoque eminentemente docente. Por consiguiente, deben aumentar sus inversiones en proyectos de investigación, desarrollo e innovación, generando iniciativas dirigidas a resolver problemas sociales concretos de la región y de acción global.
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Se trata de construir una universidad del futuro digitalizada, que incluya a todos y que sea generadora de conocimiento de impacto social.
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La internacionalización del currículo, en los proyectos de investigación y extensión es trascendental para la calidad académica y el fortalecimiento de la universidad a través de un rol dinámico, comprometido y responsable
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Algunos puntos del informe de la OEI