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Ruta en tres etapas: Museo Nacional de Antropología + Real Jardín Botánico + aperitivo argentino

Transcript

Huellas de América en Madrid

Guía interactiva

Memoria de los cinco sentidos

EMPEZAR

Presentación

Museo Nacional de Antropología

Real Jardín Botánico

Argentina en el paladar

¡Preparad vuestra visita!

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Pulsa en cada sección para moverte por la presentación

Mapa

| ÍNDICE

El Paisaje de la Luz

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Recorrido

Interactividad

Destinatarios

Otros datos

A través de esta guía interactiva os invitamos a conocer dos rincones muy vinculados al patrimonio latinoamericano en Madrid. Son lugares perfectos para disfrutar de un diálogo de los sentidos con la naturaleza, las costumbres y el conocimiento.Para ello, antes de comenzar el recorrido, os invitamos a seguir las indicaciones que aparecen abajo, que os servirán como ayuda general para preparar la visita. Igualmente, disponéis de un dossier completo al final de este material que os servirá para descubrir todos los detalles y leyendas.

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Imágenes

| PRESENTACIÓN

La herramienta que vais a manejar está pensada como material alternativo y complementario de la ruta que hemos diseñado. Para mayor información sobre los contenidos, y de cara a disfrutar en profundidad de la visita, tenéis disponible un dossier completo descargable al final de esta presentación.

Esta ruta temática está concebida para que jóvenes y adultos sientan su unión con la naturaleza y la cultura latinoamericana.

Para la utilización de esta guía interactiva, tendréis que ir avanzando y retrocediendo con las flechas (izquierda y derecha) que aparecen en cada página. Además, si pulsáis en aquellos iconos que se mueven, se abrirán diferentes ventanas y etiquetas con información sobre el recorrido, así como enlaces a internet, vídeos, audios y diferentes actividades para una mayor comprensión de esta ruta. Podéis acudir al icono de interactividad, que se encuentra en la parte superior derecha de las páginas que estéis visualizando, para saber dónde tenéis que pulsar.

El recorrido de esta ruta está formado por 3 etapas:

  • Museo Nacional de Antropología (Calle Alfonso XII, 68. 28014, Madrid). Geolocalización: 40.40850118270173, -3.6887606232724064
  • Real Jardín Botánico (Plaza de Murillo, 2. 28014, Madrid). Geolocalización: 40.411261591544196, -3.6911481599029616
  • Restaurante "La Yapa" (Calle de Santa Isabel, 5 (Mercado Antón Martín). 28012, Madrid). Geolocalización: 40.41210133882471, -3.6987547306812387

Todas las imágenes utilizadas en este material, han sido realizadas por el equipo docente del Grado en Turismo de la Universidad Autónoma de Madrid: (c)TURUAM.

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¡Localizad los sitios a visitar!

Mediante el siguiente mapa podréis conocer dónde se encuentran los lugares que conforman esta ruta y las distancias entre ellos.

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| MAPA

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Museo Nacional de Antropología

Descubrid la fusión de esperitualidad y naturaleza en la cultura iberoamericana

Real Jardín Botánico

Aprended cuánto te une a Latinoamérica usando tus cinco sentidos

Aperitivo

Compartid la experiencia mientras disfrutas argentina en tu paladar

Esta ruta cultural comprende dos visitas guiadas cuya finalidad es vivir una experiencia sensoral, disfrutando de la unión de nuestros pueblos a través de la naturaleza, las costumbres y el conocimiento, en la Sala de América del Museo Nacional de Antropología (con pinturas, vasijas o cestería; instrumentos musicales, de caza, de alimentación o tejidos; adornos o figuras para cultos; etc.) y en el Real Jardín Botánico (especies llegadas de Latinoamérica que son parte de nuestras vidas). Acabamos con un aperitivo argentino (bebida y empanada).

| ETAPAS

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El edificio que ocupa Museo Nacional de Antropología fue financiado por su fundador, el doctor Pedro González Velasco, y construido entre 1873 y 1875 por el ilustre arquitecto Francisco de Cubas, Marqués de Cubas.La misión de este museo es ofrecer una visión global de las distintas culturas existentes mediante objetos y restos humanos procedentes de todo el mundo. Es el primer museo antropológico que se crea en España, con más de 150 años de historia, y uno de los más antiguos de Madrid. La segunda planta está dedicada a las culturas de América o Abya Yala (nombre que el pueblo guna da al continente), y alberga importantes colecciones. La colección inicial (1865) procede de la Amazonía Ecuatoriana. Tras ampliaciones continuadas, ahora contiene piezas procedentes de distintas culturas de Perú, Ecuador, Brasil, Colombia y Venezuela.

| MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA

| MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA - Sala de América

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Vestido

Descubrid la importancia del entorno natural y el simbolismo en el vestido y los adornos

Religión

Espiritualidad, naturaleza y cultos autóctonos y su sincretismo con creencias externas

Modo de vida

Desde la alimentación (caza, pesca, agricultura o cocina) hasta el comercio y la guerra

El recorrido por la Sala de América se desarrolla siguiendo el orden numérico de sus vitrinas, que proporciona una detallada visión de las artes y costumbres de los pueblos iberoamericanos, organizada en cuatro temas: Vestido, Ocio, Religión y Modo de vida. Cada tema se desarrolla en varias vitrinas, con elementos que pueden cambiar parcialmente, por lo que las obras y objetos que se muestran y explican podrían ser distintos en el momento de vuestra visita.

Ocio

Donde la diversión se mezcla con el aprendizaje y un gusto especial por la música

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Adornos con materiales naturales

La tradición textil en los Andes

Pulsad en cada una de las imágenes y los detalles para obtener más información

Los colores de la Amazonía

| MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA - Vestido

Las culturas indígenas americanas emplean muchos adornos realizados con materiales muy distintos, tales como semillas, hueso, piedras, conchas, cuentas de vidrio, dientes de animales, cerámica, metales, piel o fibras vegetales. Pero lo más llamativo aquí son los espectaculares adornos de plumaria de la Amazonía. Además, estos adornos muestran rasgos de la persona que los lleva: edad, género, estado civil, identidad étnica o la posición social que desempeña en su comunidad. Comparados con los adornos de plumas de otras tribus de Norteamérica o Canadá, los tocados y adornos latinoamericanos son mucho más coloridos. Esto es gracias a que, en las exuberantes áreas tropicales de Centro y Sudamérica, las aves tienen plumas increíblemente variadas y brillantes. Algunas especies, como las aves voladoras, incluso tienen plumas iridiscentes. Los tocados de plumas del ave Quetzal eran para los aztecas y mayas símbolos de poder, porque estas aves simbolizaban dioses.

La manufactura textil es una de las artes más relevantes y evolucionadas en los Andes. En la época precolonial el tejido tenía una importancia crucial porque servía para mostrar la identidad étnica, tenía mucho valor económico y mostraba símbolos espirituales. La mayoría de estas tradiciones han perdurado hasta el presente, tanto la simbología como los procedimientos, aunque, por supuesto, la elaboración ha evolucionado incluyendo tejidos comerciales, tintes sintéticos o equipamiento mecánico. Aprenderemos un poco sobre los tintes naturales en el Real Jardín Botánico (RJB) con varias plantas tradicionales latinoamericanas que proporcionan estos impresionantes colores rojo, fucsia, negro y amarillo. El valor que tuvieron los tejidos en las sociedades precolombinas se podría equiparar con el del oro y la plata. Además de como vestimenta, los tejidos servían para mostrar estatus social o transmitir ideas religiosas, llevando mensajes al más allá cuando se usaban para envolver a los muertos, por ejemplo. Las telas también fueron magníficos regalos para los gobernantes. El algodón es el tipo de material más usado en Latinoamérica, y es lógico sabiendo que esta planta es originaria de allí, y solo llegó al resto del mundo en expediciones poscolombinas de españoles o portugueses, tal como veremos en el RJB. Además del algodón, también se usaba la lana de alpaca y de vicuña. Estos animales tienen un pelo de increíble calidad que protege muy bien contra el frío, y además es impermeable. Hoy, las prendas de estos materiales también se han difundido por el resto del planeta.

La enorme variedad de aves propias de la Amazonía hace que se disponga de preciosas plumas de muchos colores y formas para elaborar fantásticos tocados, que no solo destacan por su belleza estética, sino que son símbolos del mundo mítico y de las creencias étnicas. Las plumas son muy importantes para las culturas tradicionales, porque su significado va más allá de lo decorativo y social. Tienen un sentido espiritual que refuerza el vínculo del hombre con la naturaleza. Este vínculo es precisamente lo que trasciende en cada parte de nuestra ruta y lo que podremos sentir en las experiencias sensoriales del RJB. Una de las tradiciones espirituales relacionadas con las plumas que ha llegado a España, y que comenzamos a conocer hace unos años, son los atrapasueños. Estos instrumentos, propios de la medicina chamánica, están compuestos por un aro central, tradicionalmente de madera de sauce, que representa la rueda de la vida. Este aro tiene siempre una red que simboliza los anhelos e ilusiones con los que soñamos (tanto mientras dormimos, como en la vida real, en nuestra alma y en el movimiento de nuestras actividades cotidianas). El centro de la red está el vacío, porque ahí se encuentra el espíritu creador, el “Gran Misterio”. Según la tradición, los atrapasueños mantienen con nosotros las buenas ideas y sueños, y nos protegen. Las malas energías quedan atrapadas en la red y se disipan por el agujero central con los rayos de sol del amanecer.

Colgante zoomorfo. Cultura cubeo. Brasil y Colombia. Área amazónica El arte plumario amazónico está dotado de un alto grado de simbolismo, ya que cada color de pluma y cada ave de la que se obtienen se vinculan con poderes sobrenaturales. En este caso se han empleado plumas de colibrí y de tucán. Su manufactura corre a cargo de los hombres de este grupo étnico y muestra la posición social de su portador.

Telar de cintura. Cultura quechua. Perú. Área andina Algunos grupos americanos han logrado producir magníficos tejidos desde época prehispánica. Las mujeres fueron las principales hilanderas y tejedoras. Dominaron las técnicas del hilado, teñido, tejido y bordado. El telar de cintura es uno de los instrumentos fundamentales que ayudan a explicar la calidad y dispersión de estas producciones, ya que permite ligar con firmeza los hilos de la urdimbre y de la trama y puede ser empleado casi en cualquier lugar. De hecho, su nombre deriva de su forma de empleo: un extremo sujeto a un elemento fijo, normalmente un árbol o un poste, y otro que rodea la cintura de la tejedora, quedando la labor entre ambos.

En la imagen vemos: Guirnalda con cubre-nuca myhara. Cultura rikbaktsá. Tocado me-àkkà-tire. Cultura kayapó. También podremos encontrar: Máscara Orokó. Cultura wayana-aparaí.

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Música de viento y percusión

Diversión y aprendizaje

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| MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA - Ocio

La fiesta, la danza, el juego y la música son esenciales en las ceremonias, reforzando los vínculos entre los miembros del grupo. La fiesta es una práctica grupal fuera del horario de trabajo, que funciona como vía de escape. A veces, determinada por sexo, edad, etc. La danza es fundamental en las fiestas. Los danzantes visten trajes y máscaras, representando a espíritus o personajes reales, y son caricaturizados. La música expresa e influye en los sentimientos a través de la voz humana, principalmente. La música instrumental utiliza cualquier objeto, siendo los instrumentos de viento y percusión los más utilizados por las comunidades indígenas americanas. Posteriormente, aparecen los de cuerda, por influencia europea. La contribución africana ha sido importante hasta hoy, con estilos como el “blues” o el “reggae”.

Los juguetes y juegos, desarrollados según el género, tienen la función de enseñar a los niños y niñas aquello que realizarán en su vida adulta. Por ejemplo: arco y flechas, o muñeca y cuna. Algunos juegos se destinan a mayores, sobre todo, en relación con la religión (como el juego de pelota) o como mero pasatiempo (como el juego de palos).

Tambor tutu. Cultura Ticuna, Amazonas El Pueblo Tikuna: Los tikuna son un Pueblo que habita longitudinalmente entre Perú y Brasil, y latitudinalmente entre el río Putumayo y el río Amazonas. Se llaman a sí mismos Düum (gente o persona), pero las otras tribus les conocían por tecunas o tucunas (del Tupí taco-una, que significa "hombres pintados de negro"), porque solían pintarse todo el cuerpo con el zumo del fruto del árbol de huito. Antiguamente vivían en grandes casas comunales, pero ahora viven en aldeas o poblados con casas mono-familiares. Sus principales actividades son la pesca, la horticultura, la caza, la recolección, el comercio y la artesanía. Una curiosidad es que pescan pirañas, que son parte de su alimentación. Cultivan principalmente yuca, plátano, maíz, ají y frutales. Podréis ver en vivo, en el RJB, todos estos cultivos, originarios de Latinoamérica, que ahora podemos disfrutar ampliamente en España. La unión del hombre con la naturaleza vuelve a estar presente aquí porque este pueblo tiene un excelente conocimiento de los hábitos y ciclos vitales de los animales que cazan y del territorio. Gracias a esto, son famosos por ser fructíferos cazadores. También gracias a este vínculo del hombre con la naturaleza y la cultura, el pueblo tikuna concibe la persona, la sociedad y la cultura como parte de la naturaleza y en íntima relación con ella. Por eso, la relación naturaleza-cultura articula su sistema social.

Par de maracas “inancapa”. Cubeo. Brasil y Colombia. Área amazónica Usadas por los amazonios en las fiestas. Su diferencia de tamaño responde a la división entre hombre (de mayor tamaño y sonidos más graves) y mujer (que se rellena con menos piedras y de menores dimensiones para lograr unos tonos más agudos).

Vasija silbante. Cultura chimú, 1000-1300 dC. Perú. Área andina Cultura chimú: El Reino Chimú o Chimor comenzó hacia la primera mitad del s. VIII con una cerámica negra característica y, ya en el siglo siguiente, con una arquitectura religiosa, y acabaron dominando el territorio que se extiende desde Tumbes (en la costa septentrional peruana) hasta el valle de Chillón, al norte de Lima. En muchos aspectos los chimú, como es cono­cido este pueblo, eran sucesores de los mochicas; utili­zaban moldes para producir formas similares a las de los mochicas, pero su cerámica carecía de la alta cali­dad del trabajo mochica. Las vasijas eran fundamental­mente monócromas, de gris, negro o rojo, y muchas es­taban bruñidas y cocidas con reducción. También continuaron ha­ciendo caños en estribo y vasos silbantes dobles, como el que estamos viendo. Las vasijas silbantes son instrumentos musicales rituales. Se llenaban parcialmente con agua y, al moverlas de un lado al otro, el agua recorre sus cavidades internas del instrumento, empujando el aire y produciendo un silbido. Su valor espiritual también procede de que aúnan los 4 elementos esenciales: la tierra (están hechas de arcilla), el fuego (que es el tratamiento que se da a la arcilla para solidificarla y endurecerla), el aire (el vacío de su interior que generará sonido al moverse), y el agua (último componente que se agrega a su interior para producir la unión armónica de los 4 elementos manifestados en el silbido).

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El mundo espiritual precolonial

Los espíritus de la naturaleza

La fiesta del Areté

Worecüchiga: la fiesta de la pelazón

Sustancias para comunicarse con lo sobrenatural

| MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA - Religión y espiritualidad nativas

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Muchas de las religiones indígenas tienen componentes animistas. En ellas, los espíritus de la naturaleza interactúan con las personas: pueden favorecer la llegada de las esperadas lluvias, garantizar la fertilidad de campos y ganados o propiciar la caza. Pero también existen fuerzas negativas de las que es necesario protegerse. El chamán, como especialista ritual capaz de entrar en contacto con el mundo de los espíritus, juega un papel muy importante en estas religiones. Este contacto es favorecido por el uso de algunas sustancias “mágicas” o psicotrópicas como el tabaco o el peyote, dos especies botánicas que vamos a conocer en nuestra siguiente etapa. Hay un artículo muy valioso en esta vitrina, el cuenco decorado con la anaconda típico de la cultura kichwa, que aúna la practicidad de su función en la vida diaria, con la naturaleza y la cultura y creencias de este pueblo. Podéis conocer un poco más sobre esta valiosa cultura tradicional que sigue teniendo una amplia comunidad en la actualidad en Latinoamérica en el dosier disponible al final de esta presentación.

Worecüchiga: la fiesta de la pelazón o moça nova, rito de paso de las adolescentes del pueblo Tikuna Los Tikuna son un pueblo que habita longitudinalmente entre Perú y Brasil, y latitudinalmente entre el río Putumayo y el río Amazonas, son una etnia de más de 7.500 indígenas. Además de sus artesanías, tejidos y cerámicas, los ticuna son conocidos por la práctica ancestral de La Pelazón, un ritual al que eran sometidas las niñas cuando empezaban a menstruar y que consistía principalmente en arrancarles a carne viva el cabello. Esta celebración se basa en la importancia que el cabello tiene para este pueblo, que se elimina para marcar el paso de la menarquía. Es precisamente el modo de “eliminarlo” lo que ha cambiado hoy en día, para reconvertir este evento en una celebración exenta de dolor y de exaltación de la mujer. De este modo, los ticuna del resguardo de Macedonia, en Amazonas, transformaron los largos encierros y la tortura a la que eran sometidas las niñas durante las ceremonias de paso, en una celebración de la importancia de la mujer para la comunidad.

Areté: la fiesta de las máscaras de espíritus y animales El Areté es la celebración anual de las cosechas de maíz en la cultura Chané (Argentina y Paraguay. Área del Chaco), que coincide con el carnaval. Durante los cuarenta días de fiesta, los hombres danzan y cantan, con sus rostros cubiertos con máscaras que han fabricado ellos mismos en un lugar secreto y apartado, para que en la fiesta nadie pueda reconocerlos. Al finalizar ésta, las máscaras son destruidas.

El consumo de alucinógenos y otras sustancias se produce desde la época precolonial hasta la actualidad. Su uso ayuda a entrar en contacto con el mundo sobrenatural. En algunos casos, son de consumo restringido a especialistas rituales (como el peyote o el cactus sagrado), en otros, pueden acceder a ellos sin restricciones todos los miembros de la comunidad (como el tabaco). Retomaremos este tema en nuestra segunda etapa en el RJB, donde podremos aprender mucho sobre este tipo de plantas, las sustancias que se extraen de ellas y su uso dentro del mundo espiritual.

Para las culturas americanas anteriores a la colonización europea del continente, el culto a la naturaleza tenía gran importancia. El sol, la luna, la Madre Tierra o las montañas formaban parte del panteón religioso. Creían en una vida después de la muerte, por eso se enterraban con objetos que les serían útiles en el más allá. La mayoría de las vasijas de esta vitrina pertenecen a contextos funerarios. Muchos elementos de esas religiones perviven en las culturas indígenas actuales, aunque se vieron obligadas a transformarlos para adaptarlos al culto católico en la época colonial. Este sincretismo hizo posible la convivencia de ambos cultos y permitió que las culturas indígenas se preservaran.

Vasijas. Cultura moche. Área andina. Perú. 100-750 La vasija de la derecha representa a un prisionero, en la de la izquierda aparece un ser sobrenatural. La vasija ceremonial de la derecha representa a un prisionero de guerra sentado, que se viste con un uncu y placas metálicas, pero que ha sido despojado de su taparrabos y de sus atributos de guerrero. Tiene las manos atadas a la espalda y una soga al cuello. Los prisioneros capturados en la guerra eran despojados de todo y posteriormente sacrificados. Su sangre era ofrecida a las deidades moche, encarnadas en el mundo real por los personajes más destacados de los grupos moche.

Cuenco "mukawa" de la nacionalidad kichwa de Pastaza. Melva Shiwango 2008 La comunidad Kichwa es el grupo étnico más abundante de la Amazonía ecuatoriana y la originaria de la zona alrededor de la selva, aunque allí también hay importantes poblaciones de tribus Huaorani y Shuar. Hoy en día son agricultores y complementan su dieta con caza y alimentos comprados en mercados externos. Son reconocidos por su experto uso de las plantas medicinales y los árboles frutales, además de su abundante horticultura de yuca (mandioca), plátano, café y cacao, todas especies botánicas autóctonas y que se exportaron a Europa en época poscolombina. En la cerámica kichwa, el motivo más empleado es la anaconda. Sinchi Amarun, la anaconda del mundo subacuático, les muestra diseños para sus cerámicas en los sueños, también les indica dónde encontrar buena arcilla, ya que vive justo cerca de ella. La producción cerámica se relaciona con Nungüi, la dueña de las plantas cultivadas y de la cerámica, el modelo a seguir para las mujeres, encargada de la esfera de producción femenina. Una de sus manifestaciones es Manka Allpa Mama, el espíritu de la arcilla cerámica, la dueña de los depósitos de arcilla, a la que hay que pedir permiso antes de recogerla y que se aparece en sueños a las alfareras.

Tableta para tabaco en polvo. Atacames. Chile. Área andina Esta tableta sirve como depósito desde el que se inhala esta sustancia, conocida como “rapé”, término de origen francés. El tabaco, cultivo originario de América, ha cumplido un papel ceremonial muy importante en la mayoría de las comunidades indígenas, puesto que se usa para potenciar la comunicación entre los seres terrenales y los sobrenaturales o para reforzar la estructura social del grupo.

Máscara. Tikuna. Brasil, Colombia y Perú. Área amazónica Hecha con corteza de árbol y pintada con tintes naturales, esta máscara representa a un espíritu maligno. La llevan los invitados al rito de pubertad femenina, en el que se alecciona a la niña sobre sus nuevas responsabilidades como miembro adulto de la comunidad.

Máscaras de la fiesta del Areté La importancia del arte tradicional como complemento económico hace que en la actualidad se realicen máscaras para la venta. Esto es de especial relevancia para promover el turismo en estas zonas, actividad que genera impactos tanto positivos como negativos, pero que ayuda a preservar el patrimonio cultural. Respecto a la fiesta, el investigador Enrique Cuentas Ormachea, explica que “los danzantes tocan sicus (flauta de pan), bombo, tambor redoblante, platillos y triángulo, ejecutando huaynos (bailes) sincopados”. También hace alusión a que, “los personajes danzantes eran diablos caporales, diablos menores, chinas diablas, el viejito, el negro jetón, el apache, el león, el murciélago, el cóndor, el oso, el gorila y la jirafa".

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El cristianismo

El carnaval andino

La sociedad secreta masculina

Vudú, la religión de las loas

La fiesta de difuntos en México

| MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA - Religión y espiritualidad tras el mestizaje

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Diablos para celebrar el carnaval andino En la celebración del carnaval en los Andes, conviven elementos de raíces prehispánicas y de origen español: el carnaval cristiano se reinterpreta e incluye componentes de la cosmovisión andina. El carnaval de Oruro (Bolivia) y la fiesta de la Virgen de la Candelaria en Puno (Perú) tienen muchos aspectos comunes, como la danza de la Diablada, ejecutada por personajes disfrazados de diablos. Estas máscaras son las que se utilizan en esa danza, que simboliza la lucha del bien contra el mal y la victoria sobre el pecado. La Ciudad de Oruro es considerada la capital folklórica de Bolivia. La ciudad, refundada por los españoles en 1606, continuó siendo un lugar sagrado para el pueblo uru, y, aunque los españoles prohibieron su peregrinajes y celebraciones paganas en el s. XVII, los nativos continuaron con ellas, ocultando sus dioses andinos tras los iconos cristianos, convirtiéndolos en santos. La fiesta uru, en honor del dios Tiw, fue transformada en ritual cristiano, centrándose en una tradición de 1789. Esta tradición narra la aparición de una imagen de la Virgen en un socavón de una de las minas más ricas, a la que se llamó la Virgen del Socavón y que, más adelante pasó a llamarse Virgen de la Candelaria, cuya fiesta se celebra el 2 de febrero. De esta fiesta, la tradicional “lama lama” o “diablada” se convirtió en el baile principal de Oruro.

El vudú es una religión que sincretiza las creencias cristianas y las religiones tradicionales africanas. Quienes la practican creen en un dios supremo, Bondye, pero sobre todo se conectan con las loas, espíritus que hacen de intermediarios entre los seres humanos y la divinidad. Hay veintiuna familias o naciones de loas. En su ritual, juegan un papel fundamental bailes y cantos, durante los que los espíritus pueden tomar posesión de quienes participan en ellos, obligándoles a actuar conforme a su personalidad.

La sociedad secreta masculina Esta sociedad de carácter religioso surge en Cuba a principios del s. XIX. Su origen está en las sociedades secretas africanas. Sus miembros eran esclavos y se les denominaba ñáñigos. Fue perseguida a finales del s. XIX y durante parte del s. XX, pero ha resistido y subsiste en la actualidad.

Ofrendas, calaveras y catrinas Esta fiesta conmemora el retorno temporal de los muertos al mundo de los vivos. Originariamente, estaba ligada a la recolección del maíz. Se ofrecían los primeros frutos a las personas fallecidas en un acto de reciprocidad por su intercesión garantizando las buenas cosechas. En la celebración se funden concepciones precoloniales propias de los pueblos indígenas mexicanos con las tradiciones católicas. Las ofrendas siguen siendo el principio básico de la festividad. El altar, lugar donde se presentan las ofrendas y se recibe a los difuntos, constituye el escenario en torno al cual giran las actividades del Día de Difuntos. La celebración de difuntos ha dado lugar a un gran número y cantidad de artesanías, objetos plásticos y de arte efímero, infinidad de objetos decorativos o adornos alusivos a la muerte, que se colocan en los altares domésticos.

El cristianismo llegó a América impuesto por los misioneros europeos, que impidieron la práctica de las religiones de los pueblos originarios. La evangelización dio lugar a un proceso de sincretismo por el cual muchas de las divinidades nativas se identificaron con santos y advocaciones cristianas. Por ejemplo, encontramos las fiestas religiosas como tema estrella de la pintura de algunas culturas, como la Tigua, donde se representa especialmente el Corpus Christi. Esta fiesta se celebra normalmente en junio, pues tiene lugar 60 días después del Domingo de Resurrección. Los personajes principales de las fiestas del Corpus son los danzantes, ataviados con espectaculares trajes y tocados, que danzan al ritmo que les marcan el tambor y el pingullo, un tipo de flauta. Al igual que otras fiestas religiosas cristianas, ésta coincide aproximadamente con el solsticio de verano, con las fiestas de las cosechas prehispánicas y el Inti Raymi, la Fiesta del Solo de los incas. Esta fusión de ritos prehispánicos con fiestas católicas permitió a los pueblos indígenas seguir practicando su religión ancestral, lo que constituye una forma de resistencia indígena frente a la cultura colonizadora, un refuerzo de su identidad cultural.

Obra Corpus Christi. El Inti Raymi de nuestros antepasados. Julio Toaquiza (2002). Cultura kichwa. Área andina. Ecuador El arte de Tigua surge en la década de 1970, en las comunidades kichwa de la región de Tigua (Ecuador). Es un arte de una especial fuerza expresiva y de gran riqueza cromática que se plasma, además de en los cuadros, en la pintura de las máscaras y de los tambores. Pueden tener más información sobre la pintura tigua de los hermanos Toaquiza tres páginas más adelante, o en el documento descargable al final de esta presentación.

Máscara de la Danza de la Diablada. Área andina La diablada es un baile que toma su nombre del traje y las caretas que llevan los danzantes. Al inicio de la comparsa están Lucifer y Satanás con varias China Supay o diablesas. Le siguen los pecados Soberbia, Avaricia, Lujuria, Ira, Gula, Envidia y Pereza y, después, una tropa de diablos. Todos ellos están dirigidos por el Arcángel San Miguel, con blusa de seda blanca, falda corta, espada y escudo. Las mujeres se disfrazan de la China Diabla. Ellas tienen una máscara con la cara blanca, ojos azules y cuernos, y se visten con minifalda, representando el pecado por deseo sexual. Los carnavales en estos países mezclan costumbres y creencias españolas con las de los habitantes de América previas a la llegada de los españoles.

Escultura - Figura catrina. Desconocido 2003 La catrina es un personaje característico de la cultura popular mexicana, ligado a la fiesta de difuntos. Es la representación de una difunta (calavera) ataviada elegantemente, realzando su distinción, habitualmente, con un gran sombrero característico. La representación surgió a finales del s. XIX y principios del s. XX, durante la dictadura del porfiriato, como caricaturización de la clase alta. Actualmente es el símbolo por excelencia de la muerte en la fiesta de difuntos. La máxima difusión y popularidad de esta figura se alcanzó a partir de los grabados de Manuel Manilla y José Guadalupe Posada, y los murales de Diego Rivera, concretamente por el célebre Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.

Tambores. Haití. Área Circumcaribe (el rojo, amarillo y azul) Estos tambores forman parte del ritual vudú y su manufactura sigue normas muy estrictas para dotarlos de alma. Sus materiales, formas y colores hacen alusión a los espíritus con los que se relacionan. La unión de la naturaleza y el mundo espiritual vuelve a ser clave en las culturas latinoamericanas.

Abakuá, tambores sagrados El culto a los ancestros tiene mucha importancia. En las ceremonias, los espíritus se manifiestan a través de los tambores. Algunos son sagrados (tambores simbólicos). Con ellos no se toca música, solo algunos sonidos. Otros, en cambio, tienen una función puramente instrumental.

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Caza, pesca, agricultura y ganadería

Cocina; de las tortillas de maíz al pan de mandioca

Preparados para comer

Bebida; del atole al mate

| MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA - Modo de vida (alimentación)

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La caza, la pesca, la agricultura y la ganadería son las principales actividades económicas tradicionales de las culturas americanas. Suelen desarrollarse de manera combinada, aunque, en algunos casos, hay sociedades donde impera una de ellas.

La llegada de Cristóbal Colón a América tuvo importantes repercusiones debido a la diferencia cultural entre la vida europea y la americana. El maíz y la mandioca fueron los dos cultivos principales desde época prehispánica, aunque no alcanzaron el éxito de otras especies americanas en Europa, como el cacao, la vainilla, el tomate o la patata. Esto lo estudiaremos en la siguiente etapa en el RJB. La ganadería ha servido como complemento de la agricultura y está formada por especies animales nativas; el pollo y el cerdo. En menor medida se encuentra la caza, pesca y recolección. Maíz y mandioca son la base alimenticia de muchos grupos étnicos americanos, que han logrado una gran variedad gastronómica a partir de la harina de estos dos cultivos. Por ello, no es extraño encontrar estos utensilios para la transformación de los alimentos, y tampoco que muchas veces se asocien con el mundo de las creencias, como ocurre en los dos ejemplos que explicaremos ahora, donde, de nuevo, vemos unida la cultura, la naturaleza y la espiritualidad.

Los objetos se elaboran a través de materiales muy variados como madera, corteza, cerámica e, incluso, lengua de pez. Entre ellos, se encuentran la cuchara y el tenedor de madera, el cuchillo femenino de hierro, la olla y platos de arcilla.

La mayoría de las bebidas son de origen precolonial, como el atole, bebida caliente con dulce de harina, leche y especias (Mesoamérica), la chicha de maíz, bebida nutricional para importantes ceremonias (Amazonía) y la infusión de yerba mate, bebida estimulante (Cono Sur). La chicha es una bebida muy importante a nivel nutricional, pero también lo es por su valor ceremonial y social. En el área andina se hace con maíz. Su nombre procede del recipiente en el que se toma.

Rallador para tubérculo de mandioca. Cubeo. Brasil y Colombia. Área amazónica Éste es un objeto tradicional usado para rallar yuca (mandioca). La cocina es una tarea femenina y entre los utensilios utilizados se encuentran el exprimidor, el mortero y el rallador.

Carcaj. Ticuna. Brasil, Colombia y Perú. Área amazónica Sirve para llevar los dardos, que se lanzan con la cerbatana, y lleva atada una calabaza que contiene fibra de algodón impregnada con curare. Reaprovechan una cuchilla moderna (se puede ver atada con una cuerda) para poder hacer más dardos durante las partidas de caza en caso de necesidad.

A – Punta de lanza kawésqar, "tant-tarrh". 1801-1900 Se empleaba para cazar marsopas, delfines y huemules, para lancear peces en aguas poco profundas y en los enfrentamientos. B – Punta de arpón kawésqar, "salta". 1801-1900 El arpón "salta" se empleaba en la caza de lobos marinos (Otaria flavescens y Arctophoca australis). Para cazar a estos animales también utilizaban redes y mazas. Los lobos marinos constituían la base de la alimentación kawésqar. Las pieles de estos animales se empleaban en las cubiertas de sus viviendas y para la indumentaria. Muchas de las armas kawésqar se realizaban con hueso de ballena, que conseguían de ballenas varadas. Cuando encontraban una, era motivo de celebración, avisaban a los grupos vecinos con señales de humo y solían aprovechar la gran cantidad de alimento que proporcionaba para realizar ceremonias. En la actualidad, unos 400 kawésqar residen en las localidades chilenas de Jetárkte (Puerto Edén), Puerto Natales, Punta Arenas y Puerto Williams.

Punta de flecha selk'nam, "heurh". 1801-1900 El guanaco era la base de la alimentación selk’nam, junto a roedores como el tuco tuco, aves, moluscos, lobos marinos, ballenas varadas, pescado y vegetales. El guanaco era tan importante que “comida” y “carne de guanaco” tenían el mismo nombre: jepr. El arco (ha) y las flechas (yah) eran las principales armas de los selk’nam. Los arcos eran realizados por artesanos especializados, k-haäl-chin. La caza era una pasión para los hombres, que obtenían prestigio siendo buenos cazadores, guerreros y arqueros. Las puntas de flecha eran de piedra, pero tras el contacto con los europeos comenzaron a hacerlas de vidrio, tallando fragmentos de botellas. La forma característica es triangular, con pedúnculo y dos aletas.

Molino de mano o “metate”. Área Intermedia Hoy en día, su gastronomía es tanto autóctona, como de influencia europea, africana y asiática. Los alimentos más destacados son el maíz (México y América Central), la papa (área andina) y la mandioca dulce (yuca) o amarga (Amazonía). La patata y el tomate europeo proceden de América, como podremos ver en el RJB.

Cántaro para transporte y almacenamiento de agua. Purépecha. México. Mesoamérica

Matera o recipiente para tomar mate. Chile. Área Sur andina Otra bebida de gran tradición en América, en especial en su parte más meridional, es la infusión de la hierba mate, que se toma a través de una varilla metálica con un filtro (que pueden ver expuesto justo al lado del recipiente), denominada bombilla.

Jícara para tomar cacao. Guatemala. Mesoamérica El cacao, mezclado con vainilla y otros ingredientes, era una bebida muy apreciada en época prehispánica, pasando de América a Europa. La denominación de jícara al recipiente donde se toma el chocolate, que se mantiene en España en la actualidad, se debe a que jícara es la voz americana para el fruto de la güira, que se partía en dos mitades para hacer tazas, platos o jofainas, dependiendo del tamaño. Los pueblos prehispánicos usaban las semillas de cacao para preparar una bebida espumosa y picante, nada parecida a la bebida de chocolate actual.

Plato. Shipibo-Conibo. Perú. Área amazónica La cerámica del grupo étnico Shipibo está realizada por mujeres y tiene una gran calidad. Esta calidad se aprecia tanto en su manufactura, como en su decoración y acabado, logrado con la aplicación final de una resina y el pulido de la superficie, lo que dota a estas producciones de gran vistosidad. Los motivos geométricos aparecen siempre y hacen referencia al mundo de las creencias.

Lengua de pirarucú. Brasil y Perú. Área amazónica El pirarucú o paiche es el mayor pez de agua dulce del mundo, pudiendo alcanzar 4,5 metros de longitud y 250 kilogramos de peso. Su aprovechamiento es máximo, ya que su carne es muy apreciada como alimento, sus grandes escamas sirven para hacer collares o lámparas, su piel curtida es la base de bolsos o zapatos, y la dureza y rugosidad de su lengua ósea permiten su empleo como rallador, en especial de frutos, como la guaraná.

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Rutas comerciales, mercados y arte

Luminarias, mobiliario y cestería

Guerra y cabezas reducidas

| MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA - Modo de vida (comercio y guerra)

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Las materias primas en tiempos precoloniales se comercializaban entre regiones y continentes a través de rutas, llegando hoy en día a ser una esencial fuente de ingresos económicos. Hay mercados indígenas destacados en Chichicastenango (Guatemala) y en Otavalo (Ecuador). Cerámica sobre la mujer americana: Con la introducción en la economía de mercado en muchas culturas amazónicas, el papel de la mujer se ha visto disminuido. La tradicional división sexual del trabajo, basada en la complementariedad de los sexos, se sustituyó por modelos occidentales en los que la mujer estaba subordinada al hombre y dependía de él para su subsistencia. A los shipibo no les ha ocurrido lo mismo que a otras comunidades amazónicas, ya que su fuente de ingresos más importante es la venta de cerámica, así como textiles y joyería, producciones también femeninas. Por lo que el rol social y económico de la mujer se ha visto reforzado.

La principal fuente de luz y calor en los hogares es el fuego, utilizando lámparas para iluminar, cocinar y calentarse. En su mobiliario destacan los asientos de madera y las bandejas de fibra, además de los cestos de fibra usados para el almacenamiento y transporte.

La guerra era una actividad masculina que aportaba prestigio y fama de fieros guerreros. Sin embargo, también acabó repercutiendo en una visión negativa, un aspecto despectivo que mostraba estereotipos del “mal indio”: indios fieros, crueles y sanguinarios, como ocurrió con los jíbaros (término peyorativo para referirse a los grupos shuar, achuar, awajún, wampis y shiwiar). Éstos ganaron su fama por la preparación de cabezas reducidas (tsantsas), algo que, a día de hoy, perdura como imagen de esos pueblos.

Vasija shipibo, "chomo" (2008). Perú, selva Amazónica Vasija globular de cuello alto, con decoraciones geométricas pintadas y rostro humano modelado en el cuello. Cerámica shipibo, Amazonía peruana: Estas cerámicas sirven para contener agua y chicha, bebida de baja graduación alcohólica obtenida de la fermentación de la yuca. La chicha se prepara por las mujeres y tiene una gran importancia tanto en eventos sociales como rituales. La cerámica shipibo es una de las más bellas de la Amazonía, por lo que cuenta con una gran demanda comercial. Las mujeres son las encargadas de su producción. Los diseños están relacionados con la cosmovisión shipibo y para ellos son kené, signos de identidad étnica.

Cestería yagán. Daniela Gallardo 2020 Cestas realizadas con fibra de junco "mápi" (Marsippospermum grandiflorum). De Daniela Gallardo: cestería yagán. “Se teje para recordar a las personas que ya no están, para recordar los lugares donde transcurrió la infancia y para no perder identidad y riqueza cultural”. Daniela Gallardo. Daniela es artista cestera y presidenta de la comunidad yagán de Punta Arenas, Löm Sapakuta. El tipo de cesta más característico se llama tawe’la y se realiza con una técnica en espiral con puntada de lazo. Para las cestas gaiíchim, se emplea un tejido anudado. Otro tipo de tejido es ulon steapa, también conocido como vuelta y vuelta.

Cestería: Los trabajos de cestería son muy habituales, especialmente en grupos que requieren una cierta movilidad geográfica para sobrevivir, evitando agotar los recursos de un mismo territorio. Estas piezas aúnan materia prima accesible, ligereza y gran capacidad, sin renunciar a aspectos estéticos o simbólicos en las variadas decoraciones que introducen. Bandeja con decoración geométrica. Cubeo. Brasil y Colombia. Área amazónica Cesto para guardar plumas, collares o semillas. Wayana. Brasil y Guyana. Área amazónica

Cabeza humana reducida - “tzantza”. Jívaro. Ecuador y Perú. Área amazónica El objetivo de la tsantsa era atrapar el alma vengativa del enemigo muerto en la cabeza, de manera que quien lo hubiera matado y su familia no sufriría ningún mal. Para ello, se cocía la piel de la cabeza y el cabello, se introducían arena y piedras calientes, y se ahumaba la piel. Asimismo, se realizaban ceremonias para premiar al tsantsa con cultivos fértiles y animales domésticos. Aunque los conflictos bélicos terminaron en 1960 aproximadamente y desde entonces no se hacen cabezas reducidas, esta imagen ha permanecido hasta hoy en el imaginario popular.

Maza. Coto. Ecuador. Área amazónica Las mazas son armas muy poderosas, puesto que su tamaño y peso las hace idóneas en un entorno selvático. Esta función de defensa de los intereses del grupo convierte a algunos ejemplares en símbolo del rango jerárquico de su portador, lo que se traduce en un mayor cuidado en su manufactura, tanto por su decoración como por los materiales empleados: plumas, madera rica y piel de serpiente.

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Yachak, el que sabe

Corpus Christi. El Inti Raymi de nuestros antepasados

Turista visita a la familia de pintores

El arte de Tigua surge en la década de 1970, en las comunidades kichwa de la región de Tigua (Ecuador). Es un arte de una especial fuerza expresiva y de gran riqueza cromática que se plasma, además de en los cuadros, en la pintura de las máscaras y de los tambores. Los temas principales son las actividades cotidianas, dónde toda la familia o la comunidad participan. Abundan las escenas agrícolas, ganaderas, artesanales y comerciales; el ciclo vital, las cosechas, las fiestas donde se activan los lazos de amistad o solidaridad. Pero es un arte que también habla de los levantamientos indígenas, y sobre todo de las fiestas religiosas, especialmente el Corpus Christi, con las decoraciones pintadas de los tambores.

| MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA - Obras pictóricas de la familia Toaquiza

La religión Kichwa funde creencias precoloniales y católicas. Algunos aspectos religiosos aparecen en las pinturas de Tigua, como el culto a la Pachakamak, a las montañas y a otros elementos naturales. Precisamente, coronando la pintura encontramos el Pachakamak (el que cuida la tierra), bendiciendo la cosecha. De acuerdo a estas creencias, las montañas controlan las lluvias y por ello la fertilidad del campo y la prosperidad de pueblo. Las montañas, rocas y nubes aparecen pintadas con cara porque para la religión kichwa son seres vivos con alma. El chamán es el especialista en rituales y se denomina yachak (significa “el que sabe”). Normalmente son hombres, aunque puede haber mujeres yachak. Creen que las enfermedades de hombres y animales pueden tener origen sobrenatural, por lo que la figura del yachak es esencial para poder tratarlas. Hay muchos medios de curación, pero uno de los más conocidos se basa en soplar humo de tabaco o de hierbas medicinales mezcladas con trago (aguardiente de caña), tal como se ve en el cuadro. El búho es el símbolo de los chamanes kichwa y representa la sabiduría.

En los cuadros se representan escenas corales, con multitud de personajes inmersos en el paisaje andino: Hombres vistiendo ponchos rojos, chales fucsias las mujeres; Paisajes con cultivos de cebada, papas y habas en las empinadas laderas; Ovejas, llamas y viviendas tradicionales con paredes de adobe y techo de paja, y la presencia de los hitos espaciales de la zona, como el volcán Cotopaxi, la laguna de Quilotoa o el cerro Amina bajo cielos azules cruzados por nubes. Todo ello ofrece una paleta de colores intensos y brillantes, tan característico del arte de Tigua. Las pinturas suelen estar estructuradas en tres niveles: en primer plano se sitúa la escena principal; hay un nivel medio con casas, campos cultivados y caminos; y un nivel superior con el páramo, las montañas y el cielo.

Las actividades cotidianas tradicionales tienen un lugar importante en la pintura Tigua, bien como tema principal o como complemento de otras escenas. Se representan actividades agrícolas, ganaderas, artesanales y comerciales. La mayoría de la gente de la zona se dedica a la agricultura de subsistencia, vendiendo en el mercado el excedente. Cultivan distintas variedades de patata, habas, cebollas, quinua, altramuces y cebada. La cosecha suele aparecer en forma de minga, un sistema tradicional de solidaridad mediante el cual familiares y amigos ofrecen su trabajo para ayudar a alguien a construir una vivienda o en las tareas agrícolas. También crían ovejas, llamas y cuyes (conejillos de Indias). Las ovejas y las llamas son llevadas a pastar a primera hora de la mañana. Todos los miembros de la familia, incluidos los niños, ayudan con las tareas agrícolas y ganaderas. Los personajes visten la indumentaria tradicional, (ponchos rojos de los hombres y chales fucsias de las mujeres). Aunque los hombres ahora visten con ropas de estilo occidental, en este cuadro ya se ha cambiado el sombrero blanco tradicional común de antaño, por uno de fieltro de color oscuro, que es el que llevan ahora.

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El Paisaje de la Luz: Patrimonio Mundial por la UNESCOEl paso de la primera etapa a la segunda no podría hacerse por un camino más bello ni más acorde al espíritu de esta ruta: el Paisaje de la Luz. Nos rodea este entorno urbano extraordinario donde se han unido cultura y naturaleza desde mediados del s. XVI hasta hoy, con un valor universal excepcional. Así, caminamos rodeados de los principios compartidos por nuestra ruta y el Paisaje de la Luz:

  • Fusión de la naturaleza, el arte y la ciencia para difundir el conocimiento en la sociedad.
  • Foco de luz y sabiduría combinando un pulmón verde con edificios de ciencia y arte en pleno centro urbano.
  • Saber y ocio siempre cercanos a los ciudadanos y visitantes en el primer paseo arbolado de Europa.
Nuestro siguiente destino es el ejemplo perfecto: el Real Jardín Botánico, una síntesis de todos estos valores..

| PAISAJE DE LA LUZ (Del Museo Nacional de Antropología al Real Jardín Botánico)

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El Real Jardín Botánico es un lugar de alto interés botánico e histórico-artístico. En sus ocho hectáreas alberga una excepcional colección de más de cinco mil especies de plantas de los cinco continentes, que se exhiben de acuerdo con criterios científicos y estéticos. Fue creado en el año 1755 por Fernando VI a orillas del Manzanares, y en 1781 Carlos III determinó su traslado al Paseo del Prado para que estuviese al lado del Museo de Ciencias Naturales (hoy el Museo del Prado). El Jardín se convirtió en el receptor de los envíos de las expediciones científicas que auspició la Corona entre los siglos XVIII y XIX, y participó en el desarrollo de al menos cinco expediciones científicas, entre ellas la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (Colombia), dirigida por José Celestino Mutis.

| REAL JARDÍN BOTÁNICO

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Terraza de las Escuelas Botánicas

Espiritualidad latinoamericana y hermanamiento natural

Invernaderos

El clima y la exhuberancia de Latinoamérica en los sentidos

Terraza de los Cuadros

Expediciones llenas de alimentos, tintes y flores

La visita al Real Jardín Botánico comienza entrando por la puerta de la Plaza de Murillo y encaminando nuestros pasos hacia los invernaderos, para continuar por la terraza del Plano en Flor, seguir por la de las Escuelas Botánicas y terminar en la de los Cuadros. Este recorrido sumergirá nuestros sentidos en la naturaleza y la cultura iberoamericanas.

Terraza del Plano en Flor

Aromas y leyendas llegadas del nuevo continente

| REAL JARDÍN BOTÁNICO

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Invernadero Santiago Castroviejo

Zona subtropical

Estufa de Graells

Zona desértica

Zona tropical

| REAL JARDÍN BOTÁNICO - Invernaderos

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Vamos a hacer el esfuerzo de no solo mirar y observar cada detalle, sino también de sentir con nuestra piel, olfato y oído. Nos preparamos: la zona desértica (por ejemplo, el Desierto de Atacama de Chile o el de los Andes, en el noroeste de Argentina) tiene una temperatura media anual de 18º, pero con oscilaciones de 20º entre el día y la noche. Se caracteriza por la aridez del terreno, ser un clima muy seco y con muy escasas precipitaciones. Aquí nos fijaremos especialmente en: Cactus: son plantas de origen americano que crecen naturalmente en zonas áridas, que llegaron a nuestra península y se hicieron muy populares. Son plantas con tallos carnosos para almacenar agua. No tienen hojas, sino que la fotosíntesis se hace en sus tallos, que son muy verdes por la clorofila. Sus flores suelen ser grandes y llamativas. Hay especies del género Opuntia que se cultivan para alimentación, como la Opuntia ficusindica, que es la que da el higo chumbo, un fruto que hermana Latinoamérica con el sur de España y Canarias, donde se consume ampliamente en verano. Agaves: a los agaves pertenece la planta de la yuca, que es un alimento básico en muchos países latinoamericanos gracias a su extrema resistencia a las condiciones climatológicas con largos periodos de sequía y altas temperaturas. Estas plantas han desarrollado una adaptación llamativa y es que en muchas plantas las raíces están fuera de la tierra, son raíces superficiales para poder absorber rápidamente la poca agua de lluvia que cae antes de que se pierda en el sequísimo suelo o se evapore. También suele tener una especie de piel encerada que evita la evaporación del agua de sus hojas. Además de por la yuca, estas plantas contribuyen a la economía porque se usan para elaborar licores; se hace tequila con el Agave tequilana y mezcal con el Agave potatorum. Otra utilidad muy práctica de todas las plantas de la especie Agave (llamada también localmente amole en México y Guatemala) es para hacer jabones o ungüentos para la piel. Los agaves, en Latinoamérica y en España (especialmente en Andalucía y Canarias) se usan también como plantas decorativas. Los habitantes de Mesoamérica han usado los agaves desde hace aproximadamente 9000 años. Antes de la llegada de los españoles, se usaban para producir azúcares y fibras. Cuando llegaron los españoles, su so decayó debido al cultivo de la caña de azúcar que se implantó en México.

Vamos a sentir el clima tropical (de la zona entre los trópicos de Cáncer y Capricornio), caracterizado por temperaturas muy cálidas, siempre superiores a los 18º, y con unos niveles muy altos de humedad que refuerzan la sensación de calor. Estáis avisados: va a ser impresionante, tanto por la vegetación como por las sensaciones. Aquí no vamos a estudiar nada. Solo necesitáis sentir el calor, la humedad, el sonido de las gotas cayendo, y moveros alrededor mirando arriba y abajo para ver la frondosidad, belleza y extrema fertilidad que hace que las plantas tropicales (que tanto nos recuerdan al sur de Brasil, golfo de México, norte de Chile o noreste argentino), crezcan hasta sin maceta. Al fondo, justo antes de salir, podéis contemplar las sorprendentes plantas carnívoras.

En la estufa de Graells vamos a disfrutar otro momento para sentir. Estaremos en silencio simplemente disfrutando de todos nuestros sentidos: la temperatura y humedad perfectas, el sonido del agua, el olor y el frescor del aire. Os vais a impresionar con algo que en España no podemos tener, y son esos tamaños descomunales que pueden tener las hojas, los troncos, las raíces, de estas especies tan frondosas como musgos, helechos, o en el estanque del fondo, los nenúfares. Podréis ver desde la planta de la pimienta hasta plataneras, pasando por hongos escondidos y simpáticas ranitas en el estanque del fondo. Mirad al suelo: se pueden ver las rejas que dan a las conducciones en las que se solía poner el abono. Con su fermentación se producía calor, que servía para subir la temperatura del invernadero, de ahí lo de “estufa fría”. Hoy en día esto ya no se hace.

La zona subtropical tiene veranos cálidos y húmedos e inviernos frescos (que no fríos) con precipitaciones abundantes. Es decir, temperaturas nada extremas y cierta humedad, típico de lugares americanos como el centro-noreste de Argentina, Uruguay, sur de Brasil y sur de Paraguay, donde se le llama clima pampeano. Dediquemos un minuto a sentir este clima tan agradable y que encanta tanto a latinoamericanos como a españoles. Notad cómo el nivel de humedad ha subido ligeramente, sin ser desagradable, y cómo la temperatura es más moderada. Este es el clima de vacaciones perfecto para la gran mayoría de las personas. A la izquierda tenemos las Cicadas, que son unas de las especies más antiguas del mundo porque habitan el planeta desde hace más de 200 millones de años. Son fósiles vivientes que sirvieron de alimento a los dinosaurios. Hay más de 140 especies y son esa especie de palmas típicas mexicanas. En este lado encontramos también la planta de la piña, una joya culinaria que recibimos de las américas. Su nombre científico es Ananas comosus, y es uno de los poquísimos nombres botánicos que conoce gran parte de la población. Ananás viene del idioma tupi, de Brasil, y significa “fruta deliciosa” o “flor de frutos”. Entre las tribus indígenas era un símbolo de hospitalidad y se usaba para dar la bienvenida a las visitas. De hecho, así la descubrió Colón, porque se la regalaron al llegar a la isla de Guadalupe. A partir de ahí, su relación con los marinos españoles fue importante, ya que comiendo piña evitaban el escorbuto, tan típico de las carencias propias de los largos periodos en alta mar. Mirando a la derecha volvemos a sentirnos como en Brasil o Paraguay. Nos vamos a fijar en la planta de café, aquí abajo al final del pasillo. El café es originario de África, de Etiopía. El grano de café se encuentra dentro de sus frutos, que son drupas que, a medida que maduran, pasan de verde a amarillo y finalmente a rojo. Pero ¿cómo llegó a ser una planta tan típica de Latinoamérica? Pues la culpa la tienen los árabes, que la llevaron desde Etiopía al lejano Oriente en el s. X. Fue un peregrino de vuelta de La Meca que traía un puñado de planteles. Desde allí, tras extenderse por Egipto y Arabia, acabaron llegando a Europa desde Venecia sobre el 1600. Y cuando su consumo creció tanto que la producción era insuficiente, se llevó a América para cultuvarla, y allí llegó a superar la calidad original en algunas variantes. Hoy las fuentes principales de producción son Colombia, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Vietnam, Brasil, Guatemala, India, Indonesia, México, Perú y Costa Rica.

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Hierbaluisa

Butia Capitata

Liquidámbar

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| REAL JARDÍN BOTÁNICO - Terraza del Plano de la Flor

Hierbaluisa (Maria Luisa, Cedrón, Verbena olorosa o Verbena limón) (F.4; 40.41195802032004, -3.6899304345191175) La hierbaluisa es la planta con nombre de reina. Debe su nombre a María Luisa de Parma, que es como la bautizaron los botánicos españoles en 1797, y esconde una fascinante historia. La Aloysia citrodora la usaban las culturas originarias de América del Sur para elevar el ánimo y aromatizar sus alimentos. De acuerdo con una de las versiones más extendidas, se cree que llegó a Cádiz desde el Virreinato del Perú en un cargamento del botánico francés Joseph Dombey. Debido a los enfrentamientos de la época entre España, Francia e Inglaterra por la propiedad de los descubrimientos, los españoles le confiscaron sus colecciones y la trajeron al RJB. Pero ¿y el nombre? Pues es se lo pusieron en honor a la reina María Luisa de Parma, la princesa italiana que se casó con Carlos IV. El nombre Luisa es Aloysia en latín, y se usó también en Portugal, donde se le denomina popularmente bela-luísa. Los ingleses no aceptaron este nombre y allí se le llama lemon verbena.

Palmera Butia Capitata (Palmera de la Jalea, Palma de Brasil, Butiá) (F.13; 40.411346366052314, -3.6897319510488935) Es una palmera solitaria, de 4 a 5 metros de altura. Este tipo de palmera es conocida por ser la más decorativa, adaptable y resistente del mundo. Tanto es así que, a pesar de ser de origen cálido, soporta sin problemas temperaturas de hasta -12ºC. Además, es fácil de multiplicar por semillas y también de mantener sana. Por eso se ha convertido en una especie muy abundante en España, dónde se usó durante mucho tiempo, una vez se trajo de Argentina, para decorar las más importantes avenidas y plazas. De hecho, justo fuera de este Jardín Botánico, en el Paseo del Prado, también las podemos encontrar decorando sus arriates. Su fruto es el butiíá, comestible, pequeño, de forma ovoide, de solo 2,5 cm de diámetro y de unos 14 gramos de peso. De color anaranjado, de intenso aroma, sabor agridulce y consistencia acuosa, sirve para hacer mermelada. Tiene un carozo, con dos o tres semillas en su interior. Justo aquí al lado, tenemos otra palmera que nos resulta muy similar. Efectivamente son muy parecidas, pero esta palmera es originaria de Canarias. Una vez más ambos hábitats hermanos, como vimos antes en el invernadero, producen pantas muy parecidas. Volveremos a encontrar este hecho de nuevo cuando lleguemos a la zona de las palmas.

Liquidámbar (F.22; 40.41085009489797, -3.689678306868996) Este árbol es típico de México, Nicaragua y Guatemala. Era muy valioso, tanto que los aztecas lo usaban como moneda y, en general, su ámbar se utilizaba como incienso. En el año 1861, el religioso John Banister, que estudiaba Historia Natural, especialmente de Virginia, trajo este árbol a Europa. Pronto se extendió por los jardines europeos porque tiene una preciosa mezcla de colores en su copa en otoño, mostrando tonos verdes, amarillos y rojos a la vez. Puede llegar a medir 40 metros de alto y mientras más viejo se vuelve, sus ramas crean más costillas parecidas al corcho. Su nombre proviene de la resina amarilla líquida que destila su corteza. Tiene un bello aroma y es parecida al ámbar y su nombre local es estoraque americano o bálsamo de Copalme. Era muy valorada por los aztecas como sustancia para aromatizar el tabaco, tanto que, de hecho, lo usaban también como moneda. Hoy en día en Sudamérica se usa como incienso en casas y templos. Las hojas crecen entre abril y noviembre y se parecen a las hojas de los arces porque tienen forma de estrella con 5 ó 7 lóbulos de bordes aserrados, pero a diferencia de éstos pueden mostrar una amplia variedad de colores, desde el verde intenso al rojo pardo, pasando por el amarillo. Cuenta una leyenda que el liquidámbar nació en el origen de la vida, cuando todo era gris, sin color, y la Madre Naturaleza decidió cambiarlo. Para ello, creó el pájaro ámbar, cuya cola desprendía una llovizna que teñía de ese color las plantas que tocaba. Al dormir cada noche en el liquidámbar, el pájaro le otorgó todas esas variaciones del color ámbar e hizo que por su tronco circulara ese líquido valioso.

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Dibujos de la expedición botánica de Celestino Mutis

Espiritualidad y plantas psicoactivas

Cedro de Goa

Palmera Sabal Domingensis

Antes de continuar... Toma un momento para sentir la naturaleza

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| REAL JARDÍN BOTÁNICO - Terraza de las Escuelas Botánicas

En la segunda mitad del s. XVIII, se organizaron en España siete expediciones científicas con el objetivo de describir, dibujar y formar herbarios con la biodiversidad vegetal descubierta. Habría que destacar dos de las más notables, la Real Expedición Botánica al Virreinato del Perú (1777-1816), encabezada por los botánicos españoles Hipólito Ruiz (1754-1816) y José Pavón (1754-1840); y la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1783-1816), dirigida por José Celestino Mutis (1732-1808), cuyos dibujos, manuscritos y herbarios los conserva hoy en día el RJB-CSIC. La colección de iconografía botánica del s. XVIII es considerada una de las mejores del mundo, tanto desde el punto de vista científico como artístico. Es una colección de los dibujos originales realizados bajo la dirección de José Celestino Mutis. Durante treinta años, los expedicionarios recolectaron especímenes en los territorios de Colombia y Ecuador, que fueron ilustrados por los artistas. El resultado fue una colección impresionante y numerosísima. Carteles con las ilustraciones de la exposición "Mágicas, místicas y medicinales" (40.411156435545564, -3.690724368400489). Se pueden admirar los carteles de las especies:

  • Atropa belladonna - Belladona
  • Cannabis sativa - Cáñamo
  • Claviceps purpurea - Cornezuelo del centeno
  • Datura stramonium - Estramonio
  • Erythoxilum coca - Coca
  • Hyoscyamus niger - Beleño
  • Mandragora officinarum - Mandrágora
  • Nicotiana tabacum - Tabaco
  • Papaver somniferum - Adormidera
Esta selección de plantas y hongos tiene una historia que contarnos. Algunas de estas especies eran ansiadas por las expediciones botánicas por tener características medicinales y curativas, por ser alucinógenas, por reducir el dolor, el cansancio o el hambre, o por ser utilizadas en la magia al tener propiedades que podían alterar la conciencia.

Las expediciones botánicas perseguían como uno de sus objetivos, encontrar remedios para las enfermedades que se estaban sufriendo en el viejo continente. En esta búsqueda, informados por los marinos que empezaban a conocer y sorprenderse por las diversas sustancias usadas en las américas en su medicina tradicional, los botánicos descubrieron también sustancias que los nativos consideraban mágicas. Son especies vegetales originarias de América usadas en cultos tradicionales y celebraciones vinculados a lo espiritual o sobrenatural. Para comprender su uso hay que pensar en cultos espirituales autóctonos latinoamericanos, muchos de ellos conectados con el chamanismo, con rituales mágicos y sustancias psicotrópicas, o al menos psicoactivas en mayor o menor medida. Los chamanes deben su poder a las fuerzas de la naturaleza (plantas y animales) que les permiten actuar como mediadores entre el mundo ordinario y el de los espíritus. Esto lo consiguen gracias a ciertas sustancias que les proporcionan un estado “alterado” de consciencia. Recordad que vimos en nuestra etapa anterior instrumentos utilizados para preparar y consumir este tipo de sustancias. Los chamanes pueden controlar el tiempo, hacer profecías, interpretar sueños, manejar la proyección astral y viajar entre “los mundos superior e inferior”, o visible e invisible. La tradición chamanística lleva existiendo desde épocas prehistóricas. Cactus de San Pedro: se viene utilizando desde la medicina tradicional andina como productor de efectos estimulantes incluso de estados de letargia. Ya los conquistadores españoles hablaban del estado de los nativos cuando lo ingerían en ceremonias rituales en las que intervenían los Chamanes. El ritual religioso en el que se utiliza el “San Pedro” se llama mesa y se hace con el objetivo de curar a alguna persona a la que el tratamiento habitual no le está funcionando. Los chamanes los utilizan en altas dosis, que producen un cambio de percepción y cognición, llegando a las experiencias espirituales. Coca: el cultivo del arbusto cocalero se remonta a la época preinca. Los nativos de las cadenas montañosas de Sudamérica utilizaban ya sus hojas como estimulante que aumentaba la respiración, lo que a su vez aumentaba el oxígeno y favorecía su vida a grandes alturas. Cuenta la leyenda que durante el reinado del lnca Atahualpa, Dios descubrió la hoja de coca a Khana Chuyma, viejo sabio y adivino, que era el sumo sacerdote, depositario del tesoro del templo del Sol en la isla de Titicaca. Le instruyó en cómo usarla y le prometió que sería una ayuda para los trabajos y batallas del pueblo inca, pero a la vez una maldición que causaría debilidad y ruina para todos los demás pueblos que la usasen. Durante el imperio Inca, la coca se utilizó como elemento de intercambio o trueque por productos alimenticios como carne o verduras, ya que su efecto energético era codiciado por trabajadores que tenían que invertir esfuerzo físico en realizar tareas. Peyote: esta planta ya era utilizada y venerada por tribus nativas, tales como los mexicas y los huicholes del norte de México, como parte de su espiritualidad tradicional desde mucho antes de que los europeos llegaran a la región de Mesoamérica. Lo llamaban “El cactus sagrado”. El uso del peyote se hizo muy popular a finales 1800, cuando las tradiciones espirituales nativas se refortalecieron y se extendieron hacia el norte, creándose la iglesia Nativo-Americana. Tabaco: se usaba en América desde hace milenios, llegó a Europa en el s. XVI y de allí al resto del planeta. Los botánicos han determinado que el origen del tabaco es la zona andina entre Perú, Ecuador y Colombia. Se cree que los primeros cultivos datan de aproximadamente cinco mil años a. C. Cuando llegaron los españoles, se consumía de forma generalizada por todo América. No está claro de dónde procede la palabra castellana “tabaco”. Unos creen que deriva del Taíno, la lengua arahuaca del Caribe. En taíno se usaba “tabago” para nombrar al rollo de hojas de tabaco como a una especie de pipa que se usaba para fumarlo. Otros dicen que es la españolización del lugar donde se descubrió la planta, bien Tobago (la isla antillana), o bien Tabasco (la ciudad mexicana).

Cedro de Goa (Cedro de Busaco o Cedro de Portugal) (E.1: 40.41023128252343, -3.6903461769119437) Se ha introducido en diversas partes del mundo y se cultiva tanto por su valor ornamental como por su madera. También se utiliza como cerco vivo. En México su madera es utilizada en la elaboración de muebles finos por el color preciosamente homogéneo de su madera y, sobre todo, en la elaboración artesanal de jaranas jarochas. Estos instrumentos son parecidos a la guitarra española. Es un instrumento de cuerda pulsada y rasgueada utilizado en el Son jarocho, de Veracruz, México. Dentro del conjunto jarocho lleva la armonía y se ejecuta con rasgueos sincopados. Existe en una gran variedad de tamaños y registros, lo que permite enriquecer el timbre del grupo. Tradicionalmente se construye a partir de una pieza única de este cedro de Goa, a la que se le agregan la tapa, el puente y la cubierta del diapasón. Aquí se puede ver y oír un vídeo de un Son jarocho en un entorno natural muy parecido a nuestro RJB, rodeados de liquidámbar y arizónica:

Palmera Sabal domingensis (E.13; 40.40999029134633, -3.690804834663255) El cartel se debe a que es un obsequio de la Embajada de la República Dominicana al Reino de España, y del Grupo de empresas dominicanas SID al Real Jardín Botánico. La ofrenda se hizo en la exposición Palmas de la Española y es un símbolo de la valiosa biodiversidad de la isla. Está sellada el 7 de julio de 2019. De esta palmera se obtiene el material para hacer mucha de la cestería tradicional latinoamericana, de la que hemos visto varias muestras en el MNA. La tradición más valorada es la de la cestería de la cultura Maku, de la Amazonía (Brasil) o purépecha, de México. Los trabajos de cestería son muy habituales porque, en grupos que requieren una cierta movilidad geográfica, les facilita sobrevivir sin agotar los recursos de cada lugar que recorren, siendo también muy accesible. Poder usar cestas o esteras con esta materia prima les facilita la vida porque aporta ligereza y gran capacidad, mientras que a la vez les permite no renunciar a la estética o añadir rasgos simbólicos en sus variadas decoraciones.

Hacemos una parada antes de continuar para tomar plena consciencia del momento y el entorno. Toma un minuto para percibir la belleza de la naturaleza que te rodea, echando la vista atrás también. No solo se puede disfrutar de unas imágenes de precioso valor, sino que guardando silencio podemos ser conscientes de los sonidos, y parándonos a sentir, podemos percibir la temperatura. Es increíble que hace menos de una hora estábamos en pleno bullicio del Paseo del Prado, con el tráfico y la gente. Aquí y ahora, solo a unos metros, los árboles y todas estas plantas nos protegen del ruido y nos ofrecen un entorno lleno de paz. Es el momento para tener otra nueva experiencia sensorial, evitando la ceguera verde (viendo cada hoja, cada rama, cada flor), para sentir todo lo que nos rodea. Cierra los ojos. Escucha el sonido de las aves, el agua que cae al pequeño estanque lleno de nenúfares en la distancia y disfruta de este momento que nos brinda la naturaleza. Ahora abre los ojos de nuevo y mira esas plantas, la luz del sol reflejándose en sus hojas. Inspira profundamente para percibir cómo huele la naturaleza.

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Alimentos que nos cambiaron la dieta

Huingán

Dalias: la flor de México

Juglans Nigra

Maclura Pomifera

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| REAL JARDÍN BOTÁNICO - Terraza de los Cuadros

Huingán (nombre del pueblo mapuche) (40.410353820069616, -3.6918187096873685) Este histórico árbol es típico de Chile y Argentina. Su nombre significa “árbol de la tierra” y con sus frutos se elabora aguardiente. ¿De dónde viene? Es un árbol originario de las tierras donde habita el pueblo Mapuche, cuya cultura está estrechamente ligada a esta especie, a la que ellos llaman huinganco, que en la lengua mapuche significa “gentes de la tierra”. Este árbol es el emblema del pueblo Mapuche. ¿Cómo llegó aquí? En el año 1783 se organizó la importante Expedición Botánica al Virreinato del Perú. En ella, iban embarcados los botánicos Hipólito Ruiz López y José Antonio Pavón y Jiménez, que fueron quienes enviaron al Real Jardín Botánico las primeras semillas de huingán que llegaban a España, y con ello al continente europeo. ¿Y lo del aguardiente? Pues se saca de sus frutos. Es una bebida alcohólica lechosa que se llama chicha de huinganco. En realidad, es un tipo de hidromiel (una bebida alcohólica que se obtiene a partir de la fermentación de levaduras de una solución de miel, agua y nutrientes). La fabricación de esta chicha de huinganco es una provechosa actividad económica de la zona, propia de la cultura Huinganco (Neuquen, Argentina).

Juglans Nigra: Nogal americano, Nogal negro, Michpa (México), o Tocté (en Ecuador) (40.41102938024305, -3.691863156230921) El nogal negro se introdujo en Europa en 1629 para usos ornamentales. También se ha cultivado mucho porque su madera tiene una alta calidad, siendo densa, dura y fuerte. Por eso es valorado en ebanistería. Hay un mito sobre este árbol: se dice que mata todo lo que se sitúa bajo sus ramas. El origen de esta idea es que esta especie, como todas las de la familia Juglandaceae, produce una sustancia que es tóxica para otras plantas, la juglona. Esta sustancia afecta al desarrollo de las plantas haciendo que amarilleen y que sus hojas se marchiten. Esto es lo que ha dado origen a la creencia de que nada puede crecer bajo él. Pero no es cierto y muchas variedades de plantas sí crecen. Esa misma sustancia que hace daño a otras plantas, la juglona, está en sus drupas, junto con plumbagina (pigmentos amarillos de quinona) y el tanino. Por eso sus nueces manchan todo con lo que entran en contacto, y se suele ver su color marrón oscuro en coches, aceras, porches y patios, además de las manos de cualquiera que los toca. Además de para teñir tejidos, su tinte de color marrón-negro fue utilizado por los colonos americanos para teñirse el cabello.

Dahlia (Dalia) (40.411824253339546, -3.6921164348857802) Aunque estas bellas flores han ido apareciendo en distintas zonas del RJB, hemos esperado a este último punto para dedicarle el tiempo adecuado y poder ver su enorme variedad y belleza. La dalia, es una flor muy valiosa por su enorme belleza. Durante siglos se han llegado a pagar grandes sumas de dinero por sus semillas, buscando variedades cada vez más hermosas y diferentes. De hecho, existe la Sociedad Nacional de la Dalia en Gran Bretaña desde 1780. Es la flor nacional de México, pero realmente poca gente conoce su historia e importancia. Esta planta es muy significativa para México, pues está ligada a su cultura, historia y tradición. Prueba de ello son todas las actividades que se realizan en este país desde hace más de 10 años, cuando se constituyó la Asociación Mexicana de la Dalia. La dalia se nombró la flor nacional de México en un Decreto expedido en 1963 por el presidente Adolfo López Mateos. Así se hace a la dalia, también, la flor símbolo de la floricultura nacional. Dicen algunos investigadores que se encontró por primera vez al sur de la ciudad, en un pueblo llamado Milpa Alta. Esta flor tiene características muy particulares, que han hecho que fuera de México sea considerada una de las flores más bellas. También es, de todas las especies vegetales, la planta con mayor número de variedades. La Sociedad Real de Horticultura de Inglaterra ha identificado más de 5000. ¿Veis cómo la flor está formada por muchísimos pétalos? Eso es algo también especial en la dalia. Puede tener más de 500 por flor. Además, el tamaño de la flor es también llamativo. Aquí la mayoría son de unos 15-20 cm de diámetro, pero en general pueden ser más pequeñas (de 6 cm) y pueden tener hasta 30 cm de diámetro. ¿Y sus colores? Pues sí, como se puede ver aquí, puede tener muchísimos tonos. La dalia cubre todo el espectro de colores menos el azul y el verde, y además puede combinar dos. La dalia se integró tanto en la cultura europea que hasta tenía simbología social, sobre todo en cuestiones románticas. Es la flor que simboliza el presagio y regalarla implica que pronto algo bueno va a ocurrir. Para los enamorados se regala esta flor como “mensaje subliminar” para adelantarse a una declaración de amor. Hoy en día no podemos evitar contemplar una dalia y pensar en Frida Kahlo. Su gusto por la vegetación y su modo de sentir, que aúnan tanto la naturaleza con la luz, con el color y con lo espiritual, se plasman siempre, tanto dentro de sus bellísimas producciones pictóricas, como en su propia vida diaria. Frida Kahlo ha sido también una fuente de inspiración para esta ruta, con quien compartimos su conexión con la naturaleza.

Maclura pomifera (Raf.) C. K. Schneider sinon. Chlorophora tinctoria (L.) Benth. & Hook. F. (Moraceae): Insira (Perú), Insiracaspi (Perú), Limulana (Perú), Mora (Méx. y Centroamérica), Mora lisa (Tabasco, Méx.), Palo amarillo (Méx. y Centroamérica), Fusete americano o Naranjo de los indios Osajes. (40.410490653407315, -3.6918079808509887) Esta especie de árbol es una de las raras fuentes de tinte natural que continúa utilizándose comercialmente a gran escala, debido a que el árbol crece fácilmente a partir de semillas, y es posible implantar un sistema de cultivo y aprovechamiento sostenible. La mejor calidad proviene de Cuba, Nicaragua y otros países de América del Sur y del Caribe. Durante la primera guerra mundial, se empleó para dar el color verde caqui a los uniformes del ejército de Estados Unidos, para suplir el corte de suministro de tintes sintéticos alemanes (que eran los que se usaban entonces). El pintor y diseñador textil y de moda Mariano Fortuny y Madrazo (1871-1949) empleó ampliamente el fustete para sus creaciones textiles. El tinte se ha identificado recientemente en una serie de sedas teñidas por el artista, encontrándolo tanto puro, para la obtención de tonos amarillos, como mezclado con otros tintes naturales, para conseguir otros colores o matizar los negros. Y no solo se usa como tinte: los Machiguengas, una etnia que habita porciones de la Amazonía peruana entre los departamentos del Cuzco y de Madre de Dios, utilizan el látex de la Chlorophora tinctoria como planta medicinal para el tratamiento y extracción de dientes dañados.

Zona de huerta y frutales (C.15 y C.13; 40.409971910625316, -3.6911722972954935 y 40.41023536710483, -3.6912500813592457) La manera de comer de los europeos sería muy diferente ahora si Cristóbal Colón no hubiera descubierto una ruta más rápida para llegar desde España a las islas de las especias en el sureste de Asia (también conocidas como las Molucas). Esta zona del RJB presenta las nuevas plantas comestibles que fueron descubiertas, y que no sólo enriquecieron las cocinas de Europa, Asia y África, sino que tuvieron un enorme impacto en la cultura, economía y política a nivel mundial. Todos estos alimentos se fueron conociendo poco a poco y fueron convirtiéndose en parte de la alimentación de los españoles y europeos y, con el paso del tiempo, de todo el mundo. Tenemos como ejemplo los pimientos, las patatas, el cacao, la papaya, la yuca, la vainilla, la piña, las chirimoyas, los cacahuetes o el pimentón. Hoy día es muy difícil imaginar nuestra dieta mediterránea sin las patatas (altiplano sur de Perú) o los tomates (América Central y del norte y noroeste de Sudamérica), pero inicialmente fueron consideradas plantas tóxicas que crecían exclusivamente en jardines como plantas ornamentales. No fue hasta finales del s. XVII cuando los tomates fueron incluidos en la dieta del sur de Europa y hasta finales del s. XVIII cuando las patatas fueron ampliamente aceptadas. Como todas las abuelas pueden confirmar, lo españoles debemos mucho a la patata en épocas de hambruna y extrema pobreza. Este alimento nos ha salvado de morir de hambre varias veces en la historia desde que llegó a nuestra península. El cacahuete también lo trajeron los colonizadores españoles, en este caso siendo originario de la región sub andina del sur de Bolivia. Proviene de una de las plantas prehistóricas mejor conservadas. Respecto a los nombres que recibe, Maní es una palabra de origen taíno y es el nombre más difundido en América para llamar a la planta y al fruto. Este nombre también puede provenir del idioma guaraní, donde se le llama manduví. En México se le llama cacahuate. En la mayor parte de España se le llama cacahuete, pero en parte de la Región de Murcia y Andalucía se llama a los frutos avellanas. ¡Menos mal que existe la botánica para poner orden entre todos estas denominaciones y localismos! El pimiento y el pimentón, que fueron descubiertos por Colón en su primer viaje, se convirtieron en especias populares. De hecho, el oro y las especias se convirtieron en el gran reclamo de los conquistadores. El descubrimiento del pimiento (originario de Mesoamérica) fue fruto de un error. Iban buscando las plantas de pimienta, jengibre y otras especies, y encontraron otro fruto picante, que allí se llamaba ají o chile. El nombre se lo pusieron porque como al comerlos te pican igual que la pimienta, lo usaron en masculino y listo. Hoy por hoy el pimiento del piquillo, por ejemplo, está tan arraigado en nuestra cultura, que presumimos de tenerlos protegidos por la Denominación de Origen de Lodosa (desde 1986). Hay una curiosidad con este “trae y lleva” de alimentos: Después de esta denominación de origen, se llevaron para ser cultivados en Perú buscando abaratar costes y tener unas condiciones climatológicas más adecuadas; y así comenzaron a cultivarlos y comerlos allí. El girasol es originario de Centro y Norte América. En muchas culturas amerindias, el girasol fue utilizado como la representación de la deidad solar, principalmente los aztecas y otomíes en México, y los incas, chancas, huancas y chachapoyas en el Perú. Cuando el maíz entró a España, lo hizo como alimento animal y su incorporación a la alimentación humana fue tardía. De hecho, lo hizo porque había escasez de cereales en años de crisis y postguerras y empezó a comerlo la población más pobre, aceptándolo por necesidad.

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Recomendación

A unos diez minutos del Real Jardín Botánico y el Museo Nacional de Antropología, dentro del étnico dentro comercial Antón Martín, se encuentra este acogedor bar argentino llamado La Yapa. En él podréis degustar una cerveza Buenos Ayres con una empanada (la tradicional de carne argentina, o una variedad vegetariana) que os transportarán a Latinoamérica.

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| APERITIVO - Argentina en el paladar

| DÓNDE COMER · Página 2

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Si os animáis a hacer la actividad, os facilitamos más abajo un material de apoyo, que os podéis descargar, con más información sobre todas las paradas de la visita en las dos etapas de esta ruta.¡Esperamos que disfrutéis!

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| ¡PREPARAD VUESTRA VISITA!