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ECOLOGÍA HUMANA

La ecología humana es el estudio de las interacciones humanas con el ambiente

HISTORIA

Buscando una definición

Gerald M.

Terry R.

Ecología como antropología

Antropología relacional

Desarrollo

¿El hombre?

El tema ecológico se ha convertido en una cuestión filosófica. En los años setenta del siglo pasado, en los países anglosajones, se desarrolló la filosofía del medio ambiente y, con esta, la ética ambiental. Unos años más tarde, con la difusión de la obra de Rachel Carson, Silent Spring (Carson, 1962), la ética ambiental comenzó a ganar popularidad y la atención del público en general, pero fue finalmente el tema ambiental que se hizo de conocimiento público con la divulgación del informe del club de roma Limits to Growth, donde se discutia el tema de la sustentabilidad, de importancia en la filosofía ambiental. Hay que recordar también que el desarrollo de la ciencia ecológica ha fomentado en gran medida el nacimiento de otra disciplina muy actual: la bioética. Potter, considerado el padre de la misma, de hecho, destaca, "lo que ahora debemos enfrentar es la ética humana no puede ser separada de un entendimiento realista de la ecología en el sentido más amplio de la palabra. Los valores éticos no pueden separarse de los hechos biológicos. Tenemos una gran necesidad de una ética de la Tierra, de una ética de la vida salvaje, de una ética de la población, de una ética del consumo, de una ética urbana, de una ética internacional, de una ética geriátrica, etc. Todos estos problemas requieren acciones que estén basadas sobre valores y hechos biológico" (Potter, 2002, p.122).

Gerald Marten, uno de los investigadores más importantes en ecología humana, escribe: "El medio ambiente, es la ecología humana, se percibe como ecosistema. Un ecosistema es todo lo que existe en un área determinada, el aire, el suelo, el agua, los organismos vivos y las estructuras físicas, incluyendo todo lo construido por el ser humano. Aunque los seres humanos son parte del ecosistema, es útil pensar en la interacción del sistema social humano y el resto del ecosistema como la interacción del sistema social humano y el resto del ecosistema. El sistema social es un concepto central en la ecología humana, porque las actividades humanas que ejercen algún impacto sobre los ecosistemas están fuertemente influenciadas por la sociedad en que viven las personas. Los valores y conocimientos determinan la manera en que procesamos e interpretamos la información y como la traducirnos en acción. La tecnología define nuestro repertorio de acciones posible" (Marten, 2003, p. 1-2).

La ecología humana nació como un conocimiento cuyo objetivo es el devolver la especie humana al centro del universo moral, con la esperanza de reconstruir la relación correcta de los seres humanos consigo mismo y con otras especies. Incluso las soluciones propuestas por la ecología humana, de hecho, ponen énfasis la libertad del individuo como base para crear un mundo más sostenible.

La combinación de dos tipos diferentes de conocimiento, la ciencia ecología y humanidades, permitieron la dimensión humana, que es esencial para la preservación sostenible de nuestro planeta. En ese sentido, la ecología humana tiene que ver con las relaciones humanas, en sus tres direcciones principales: 1. La relación que los seres humanos construyen con su entorno (el impacto de la agricultura en el ecosistema, las consecuencias de las distintas opciones tecnológicas, las intervenciones a emprender. 2. La relación que el ser humano individual entreteje con los otros seres humanos (la posibilidad de compartir las necesidades, la búsqueda de soluciones y de políticas adecuadas. 3. La relación que cada individuo humano construye en dialogo consigo mismo (las virtudes que puede desarrollar, los valores esenciales, la prioridad asignada a los diferentes bienes.

Terry Rambo (1983, p.1) escribe: "La ecología es la ciencia de las relaciones entre los organismos vivientes y el medio ambiente", y, más específicamente, "La ecología humana es el estudio de las interacciones humanas con el ambiente". Debido a las formas singulares en las que las personas modifican el medio ambiente, la ecología humana es, entonces, central entre las distintas ecologías.

En el nacimiento y desarrollo de la ecología humana destaca una necesidad, muy fácilmente olvidada por el pensamiento ecológico: existe un vínculo indisoluble entre la ecología y la antropología, es decir, entre una determinada concepción del mundo y una visión del hombre.

La dicotomía contemporánea entre antropocentrismo y violentismo, de hecho, ha permitido la emergencia de un problema desde hace siglos olvidado por la antropología filosófica, la cual se había ocupado, sobre todo, de resolver la controvertida cuestión de la relación entre alma y cuerpo: el problema del puesto del hombre en el cosmos. ¿Qué es el hombre? y ¿cuál es su puesto en el ser?

La ecología gana cuando considera al ser humano como fundamental y único posible promotor de un discurso sobre la casa (oikos-logos), pasa así de ser una ciencia meramente descriptiva del medio ambiente a convertirse en una reflexión con implicaciones normativas sobre el ambiente, sobre los seres humanos y sobre las relaciones de estos con su entorno y consigo mismos.

Heidegger describe adecuadamente la diferencia entre los seres humanos y los otros seres cuando afirma que "la piedra es sin mundo, el animal es pobre en mundo, el hombre es configurador de mundo" (Heidegger, 2000, p. 152). Por estas razones se refiere a la ecología humana como a un estudio crítico, que tiene raíces en el terreno de la ética, de la antropología filosófica y de la cosmología.

La idea de la "ecología" y la idea de lo "ecológico" son dos dimensiones, en principio incomunicables: si la primera trata de las relaciones dentro del ecosistema, la segunda refiere a un predicado atribuible a los comportamientos humanos.

Las respuestas dadas por el paradigma biométrico y por el antropocéntrico a estas cuestiones no parecen exhaustivas: el primero, ha puesto de nuevo al hombre en el ambiente, haciéndolo así permeable y vulnerable a las dinámicas sistémicas del ecosistema; el segundo, por el contrario, ha distanciado al hombre de la naturaleza, incluso su naturaleza animal. Mas allá de estas dos respuestas, la antropología filosófica contemporánea, de matriz esencialmente histórica, tiene el gran mérito de haber colocado de nuevo el ser humano en un espacio físico y temporal determinado.

Hay que tener en cuenta que la pregunta sobre el lugar del hombre en el mundo siempre ha tenido que ver con su esencia y circunstancias diferentes, es por eso que para responder las dos preguntas de una manera más radical que la nuestra, Ortega y Gasset sugiere que el hombre no tiene naturaleza, sino historia. El significado de las palabras: el hombre, al igual que el animal no humano, tiene historia; pero el hombre, a diferencia del animal no humano, es historia. El hombre tiene historia como "auto-reflexión, auto-conocimiento y auto-comprensión, el animal no humano, no. En pocas palabras, podríamos concluir que el hombre tiene la historia que es, mientras el animal es la historia que tiene.