Las cremas solares están pensadas para proteger la piel de los rayos ultravioletas, pero algunos de sus componentes se diluyen durante el baño y se pueden convertir en grandes contaminantes de la fauna y flora marina, como revelan investigaciones científicas como las que realiza Haereticus Environmental Laboratory (HEL), una organización internacional sin ánimo de lucro que colabora con instituciones gubernamentales y empresas privadas. Desde hace años recomiendan alternativas biodegradables, que no contienen ingredientes nocivos para el ser humano ni para la naturaleza. Estos productos suelen contener certificaciones ecológicas ‘ocean-friendly’ (respetuosos con los océanos). 

Reciclando se contribuye a fomentar un modelo de consumo sostenible: los residuos reciclados pueden tener nuevas vidas, evitando así el impacto medioambiental (emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación de suelos y océanos, desperdicio de agua...) que genera la producción de nuevas materias primas. Existen alternativas sostenibles para los accesorios que llevamos a nuestro día de playa, como estas: