La noche de cromañon

La noche de

Cromañon

30 de diciembre, 2004

27 de diciembre, 2004

Noviembre, 2006

30 de diciembre, 2004, noche

30 de diciembre, 2004, mañana

29 de diciembre, 2004

23 de diciembre, 2004

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Miré a su lado y ahí estaba, mi mayor temor había sucedido. Lucia, mi hija, estaba en una camilla. Respiraba despacio y muy débil. Mi cuerpo se quedó inmovil y sentí como si una ola lo golpeara y me inundara.

Tras el pánico que tenía, encontré a Oliver, el mejor amigo de Lucía, que en ese momento parecía un papel en blanco. Estaba temblando y cuando me vio, abrió los ojos como platos.

La noche del cromañon

Viernes, 30 de diciembre de 2004

Eran aproximadamente las 11:20. Había un tumulto de gente que corría y se desesperaba por salir del lugar. Otros trataban de asistir a la gente. Yo lo único que quería era saber dónde estaba mi hija.

Yo se lo negué y ella no se lo tomó muy bien y se fue de la habitación. No le di mucha importancia al asunto, pero sabía que mi hija no iba a quedarse satisfecha ni conforme con mi respuesta.

Jueves23 de diciembre de 2004

Luego de un rato y conociendo a Oliver, mi mairdo, le consulté respecto del evento. Lo que llegó a averiguar es que el recital ocurrirá en un establecimiento recién inaugurado unos pocos meses antes. Me parecía muy peligrodo igualmente, así que seguí con la decisión de no dejarla ir.

Mi hija me había pedido días antes ir a un recital. Dudosamente le pregunté que a quien quería ir a ver. Me respondió que a una banda llamada Callejeros. Yo sabía que en esos conciertos se armaba mucho escándalo, porque era la moda en ese entonces y ya habían pasado algunos incidentes.

Le terminé diciendo que si quería hablar conmigo me buscara, que iba estar en la cocina. La estuve esperando pero ella no bajó. Una hora más tarde, salió de casa, como siempre, y no volvió hasta después de las 12 am.

Tomé las riendas en el asunto y le pregunté qué le pasaba conmigo y que no me parecían sus berrinches solo por no haberla dejado ir a un recital donde no me parecía el mejor ambiente para ella. No me dirigó ni una sola palabra. Tampoco pretendía que lo entendiera.

Lunes 27 de Diciembre, 2004

Mi hija empezó a salir más de lo normal, llegaba tarde a casa y no me dirigía la palabra. Me llamó la atención lo poco que me hablaba. Estaba cansada de que hiciera lo que ella quisiera. Me puse seria y fui a su cuarto a confrontarla. Ella no quería hablarme ni mirarme, pero a mí no me importó.

LA NOCHE DE CROMAÑON

Mañana del jueves 30 de noviembre, 2004

Me quedé más que sorprendida, ya que mi hija tenía de un carácter fuerte y no pensé que fuera a pedirme disculpas. Le dije que no se preocupara, que estaba bien. Lo último que me dijo es que iba a salir de compras y que volvía más tarde. Levantó su plato y se fue.

Le hice su desayuno favorito para hacer las paces. Vino a la mesa, se sentó y traté de cortar ese ambiente helado que había en el clima de la habitación. Empecé preguntándole algo sencillo:“¿Cómo has dormido?”. “Bien”, respondió.Traté de hablar con ella pero ella tomó la delantera. Lucía me explicó que no necesitaba disculparme con ella. Y que estábamos en buenos términos. También me pidió disculpas por su comportamiento durante aquella semana.

Noche del jueves 30 de diciembre, 2004

la noche de cromañon

No había visto a mi hija. Tampoco había recibido ningún mensaje de texto o llamada siquiera. Estaba empezando a preocuparme. Una hora después, Lucia entró por la puerta. Le pregunté a dónde había estado. No me dio muchas explicaciones, lo único que me dijo es que estaba cansada y se iba a acostar. Estaba aliviada de que estuviera ya en casa pero me extrañaba un poco su actitud. La pasé por alto y me fui a cocinar mientras escuchaba las noticias.

Pasó una hora y la llamé para comer. No me contestó. Fui a su cuarto y me llevé la sorpresa de que no estaba (creo que me lo esperaba). La ventanas abiertas de par en par. Sospeché que se había escapado. Se había hecho tarde. Recordé el recital. Eran la 11 pm, bajé las escaleras y ahí estaba, la noticia que pronto terminaría en catástrofe.

Los latidos de mi corazón me retumbaban en la cabeza con cada paso que daba. Mientras, pensaba millones de hipotéticas situaciones que podrían estar pasado. Sentía que iba a explotar. Llegué a Cromañón. Padres, amigos y gente desesperada gritando nombres como también buscando cientos de personas sin paradero conocido. Yo hice lo mismo. Entre tanta multitud era muy difícil ver algo. Grité y busqué durante 15 interminables minutos. Eran ya próximas las 11:20 pm, cuando por fin encontré lo que tanto buscaba. Mi hija, mi tesoro más preciado, estaba en una camilla de ambulancia respirando despacio y débilmente.

República Cromañón quedaba a unas cuadras de nuestra casa. Estaba en llamas. La razón no era clara, pero mi única reacción fue pensar en que mi hija se había escapado hacia el concierto de Callejeros y podía estar en peligro. Corrí cuadras enteras. Nunca había corrido tan rápido en mi vida. Mi desesperación por saber si mi hija se encontraba ahí, si estaba bien o si estaba herida. eran más poderosas que mis pensamientos.

La noche del cromañon

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• Archivo nº 146
• Caso: Víctima Republica Cromañon
• Víctima del juicio: Lucía M.

Noviembre de 2006

la noche de cromañon

Theo Videla, Juan Cruz Salassa, Vito Marcantoni, Victoria Cordoba, Jeronimo Moreno.

¡Justicia por Lucía!