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Cuento Digital

Transcript

"En el pasado, aquellos que locamente buscaron el poder cabalgando a lomos de un tigre acabaron dentro de él"(John Fitzgerald Kennedy)

Aires de Codicia y Venganza

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La Verdad tarda, pero Siempre LLega

La Realidad Difiere de la Expectativa

La Historia Mal Contada

ÍNDICE:

Es Parte de la Naturaleza Humana

Parte I

Y así estaba: Desvanecido en el suelo, con el cuello sangrante. Ya era momento de que sus pecados se le devolvieran. Orlando IV, que tanto mal le había hecho al pueblo, ya había muerto…__________

La Historia Mal Contada

¿Qué tan importante es el poder para el hombre? ¿Por qué lo necesita? Cada vez los gobernantes son más corruptos, y abusan de los campesinos. Su única justificación es que ellos son la nobleza, porque "Dios así lo quiso".De vez en cuando, leo los libros que mi padre, difunto escritor y comerciante, me dejó. Hablan acerca de su mirada propia y la ajena de la política. Reflejaban sus críticas de la debilidad de la alta nobleza. Es cierto que él era un burgués reconocido, pero tenía altas aspiraciones a ser dueño de tierras.Cierto día, una duda repentina llegó a mi memoria: ¿Qué ocultaba él en su cofre de madera tallada? Recordé que nunca me dejó abrirlo, y con el paso del tiempo, se volvía un enigma cada vez más grande. Volví a mi antigua casa, abandonada hace ya algunos años. Desde la injustificada ejecución de mi madre, nadie había pisado la vivienda, a excepción de mí y quién robó sus pertenencias.

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El cofre, era una de las pocas reliquias a las que el mangante no le vio valor. Lo abrí y encontré en él una gran cantidad de cartas y documentos. Hablaban acerca de derrocar a Orlando IV, gobernante de nuestro pueblo. Él consideraba que era corrupto y no gobernaba como debía. En estos, mencionó a un comerciante conocido del lugar. Me dejé llevar por la idea de ir a visitarlo.Su casa, se encontraba a tan solo unos pocos minutos de la mía. Al llegar, conversamos en la puerta. Hablamos de mi difunta familia. Pero mis recientes sospechas habían sido confirmadas por él: Siempre creí que mi padre había sido raptado unos extranjeros, pero en realidad, el señor feudal lo había mandado a asesinar.

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Parte II

Como cada año, Orlando IV organizaría una reunión con sus vasallos para hablar acerca de "mejorar la seguridad y economía creciente del pueblo". Extrañamente, la última vez participaron burgueses importantes. Pero sin divagar más, pensé en quitarle la vida discretamente.Para cumplir con mi cometido, compré arsénico en una apoteca, el cual le haría un efecto tardío después de consumirlo. Esto me daría tiempo suficiente para escapar.

La Realidad Difiere de la Expectativa

Robé la ropa de un mozo mientras salía del castillo. Era tan flaco y de apariencia débil, que hasta me parece que lo golpeé excesivamente fuerte. Al entrar, me sorprendió el lujo de los aposentos. Había un llamativo mural religioso, algunos cuadros paisajistas y la arquitectura era moderna como aparentaba la fachada. Desde mi punto de vista, era demasiado para una base militar o de refugio en caso de invasiones, aunque era todo un placer dar una vuelta por los pasillos. Solo vi una pequeña parte del castillo, ya que la cocina no se hallaba muy lejos de la entrada. La reunión se celebraría en el patio, muy extenso y con una densa vegetación.Tiempo después, se asomaba el ocaso. Los invitados ya habían llegado. Me encargaron repartir las copas de vino. Aproveché el trabajo para agregar el veneno en la copa del gobernante.

Vi como la bebida casi toca sus labios, pero se detuvo porque unos guardias lo llamaron. En vez de Orlando IV, fue su esposa quien luego tomó el vino con arsénico. Pasado un rato, se retiró a su habitación. Ya había comenzado el efecto.Sin embargo, no podía salir como si nada del castillo, así que esperé a que la reunión terminara. ____________Volví a mi casa pensando en el desafortunado accidente. Mi intención no era cometer un crimen contra una mujer, si no vengar a mi padre del noble corrupto. Dormí a duras penas, pues era imposible descansar sabiendo que le quité la vida a alguien inocente.Al día siguiente, vi como los guardias del señor pasaban casa por casa, arrastrando a los otros mozos del evento. Supe que en algún momento llegarían a mi vivienda. De momento, tendría que buscar una nueva vida...

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Parte III

Pasé unos días en Bologna, donde me dediqué a la venta de telas. El negocio le pertenecía a un hombre irritable y avaro. Aún así, no podía quejarme, pues mi sueldo era el triple del que tenía en mi pueblo, cuando me dedicaba a la vinicultura.El pueblo era tranquilo, por suerte. La gente era amable y los soldados respetuosos. La actividad económica era excelente. El gobernador era bondadoso, cumplidor, pero a la vez firme y autoritario.

La Verdad Tarda, pero Siempre Llega

Un día, la gente rumoreaba de un ataque hacia mi hogar natal. Acusaban a mi pueblo por haber enviado una caravana con el objetivo de sustraer ilegalmente metales preciosos. Dudaba de mis acciones, pero terminé decidiendo cumplir mi deseado primer objetivo, y luego regresar a Bologna. Sin embargo, no era soldado, y ni siquiera tenía formación militar. Por lo tanto, debía ser prudente de lo difícil que sería asesinar al señor feudal... Al día siguiente, vi como los soldados marchaban hacia mi pueblo. Después de un rato, los seguí a una distancia considerable. El viaje no sería muy largo. Al cabo de unas horas, vi humo y una resplandeciente franja ígnea en el horizonte. Los militares ya habían llegado y estarían saqueando los hogares.

Dudaba de mí mismo. ¿Hacía esto por mis padres, o por mí? Si asesinaba al gobernante, sería yo quién heredaría el título.En fin, el castillo era un caos, la gente intentaba entrar. Los soldados de mi pueblo intentaban repeler a los invasores. Vi una brecha en la pared: Era mi oportunidad._______Guardias caídos, pinturas en el piso y cortinas rotas en el castillo. Algunos campesinos habían querido entrar, pero su imprudencia los llevó a la muerte. Escuché los gritos del gobernante, corriendo por los pasillos. Tomé una lanza del piso, me oculté contra una pared, y cuando Orlando IV dio la vuelta, mi arma, le había atravesado el cuello. No me conformaba con esto. Quería saber algo más, algo de lo que no tenía idea…

Entré a su habitación. Revisé todos los cajones. Encontré el diario de Orlando, y me detuve a leerlo. Entre sus notas, figuraban las negociaciones con el rey para someterse a su dominio. También, de mejorar las relaciones comerciales con otros pueblos. Pero fue una página la que me paralizó: Mencionó a mi padre. Dijo que él había secuestrado y torturado personas relacionadas consigo. Pero lo peor, fue que asesinaron a su hermano. Ya no pensaba igual. ¿Hasta qué punto las personas se dejan seducir por la codicia? Lo único que quería él era poder, e hizo atrocidades por conseguirlo. Me arrepentía rotundamente de todo. Al salir, vi a un soldado corriendo hacia mí. No alcancé a empuñar mi lanza, pues su espada, que parecía haber querido ser detenida, golpeó el lado lateral de mi torso y caí al suelo…

Parte IV

Es Parte de la Naturaleza Humana

Desperté en una habitación desconocida. Tenía el abdomen vendado y sentía un intenso dolor del lado izquierdo. El hombre que me atacó entró a la habitación. De inmediato lo reconocí: El soldado era un carismático cliente, que había hecho la mejor compra en mi negocio.Se disculpó conmigo, agradecí la ayuda, y al volver a mi hogar, no paré de reflexionar...

Yo no me convertiría in unus e multis.

¿Qué haría ahora? No podía creer lo que había hecho. Tantas vueltas, solo para vengar a alguien no debería tener justicia.Tan cegado estaba, que asesiné a un hombre y a su esposa por equivocación. Ninguno de los dos se lo merecía. Y la historia nunca cambia: Desde las civilizaciones más antiguas, han existido personas que se creen más importantes que los demás y abusan de sus inferiores. La libertad es solo un cuento, nadie toma sus desiciones sin un superior que le ordene.Pero el poder, es solo una necesidad natural del hombre, que nubla su razón y le impide actuar con claridad. Sin más dilación, mi decisión estaba tomada:

Barrera Juan Ignacio •Maselli Santino •Olivieri Bautista •Pellicciari Máximo •

"Para quienes ambiciaron el poder, no existe una via media entre la cumbre y el precipicio."Tácito | Historiador Romano.