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Conflictos africanos. El Desastre de Annual

José María Incausa Moros

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“No les gusta matarnos a balazos. Los fusiles son impersonales, pero el cuchillo es más íntimo; tienes que clavarlo cerca, pegado al enemigo, y arrastrarlo por dentro de su cuerpo con fuerza; o apuñalar a golpes una y otra vez. He visto cuerpos con treinta y hasta cuarenta gumiazos, ¿sabe? El hombre ya estaba muerto, pero el moro seguía ahí, dándoles una y otra vez hasta que se le cansaba el brazo. Lo hacen por rabia, igual que nosotros; con un disparo matas, pero no descargas la rabia. Con el cuchillo, sí. Y esta, señorita, es una guerra de rabia” Eligio Montero: Diario de una enfermera

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POR QUÉ INTERVINO ESPAÑA EN MARRUECOS

CONTEXTO

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CÓMO Y A QUÉ VA ESPAÑA

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“El hambre de los jornaleros castellanos es comparable al hambre que sufren los rifeños en tiempos de malas cosechas. Los españoles y los rifeños no son muy distintos, como tampoco lo es el analfabetismo que comparten. Pero los rifeños luchan por su tierra y los españoles quieren volver a la suya. Esa sí es una diferencia importante” Reverte, Jorge: El vuelo de los buitres. El desastre de Annual y la guerra del Rif50

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Ahora hay hambre en el Rif, ¿sabe cuál ha sido la ayuda del gobierno español? Medio quintal de cebada diario para más de ochenta mil nativos, cinco gramos y medio por persona. ¡Cinco gramos y medio! ¿Esto es proteger y civilizar? Hasta aquí llegan diariamente auténticos cadáveres andantes; algunos acaban en un local que se ha habilitado para ellos y que eufemísticamente llaman hospital. En realidad, no es más que la antesala del cementerio” Guerra, Luis Miguel: Annual, un cementerio sin tumbas

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Dámaso Berenguer

“era una de las estrellas más luminosas en el generalato español. Un hombretón de cara plácida, ojos achinados, bigotazos potentes, rostro, en fin, de tártaro conquistador. Con ese porte y esos bigotes no se podía ser en la España de 1921 sino general, y general conquistador” Gaya Nuño, Juan Antonio: Historia del cautivo

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Manuel Fernández Silvestre

“Se decía que las relaciones entre ambos dejaban bastante que desear. El Alto Comisario era un año más joven y había estado a las órdenes del otro. Ahora las tornas habían cambiado y el Comandante General lo acataba de mala gana. Tampoco el Alto Comisario se sentía demasiado feliz de tener a aquel subordinado. El Comandante General tenía fama de impulsivo, todo lo contrario del Alto Comisario, un hombre más bien reflexivo y calculador” Silva, Lorenzo: El nombre de los nuestros

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Fernández Silvestre

Dámaso Berenguer

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Luis Marichalar

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Felipe Navarro

Abd el-Krim, el Jatabi

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Blocao

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“Los soldados procuraban mudarse a menudo y la ropa la lavaban con agua hirviendo, pero no había forma. Aunque el agua caliente matara a algunos, cuando recogían la camisa de la cuerda donde la habían puesto a secar volvía a estar comida por la piojera. Algunos se rascaban todo el tiempo, otros cazaban los que podían y los achicharraban para vengarse. Los más procuraban solamente soportar el suplicio” Silva, Lorenzo: El nombre de los nuestros

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QUÉ ENCONTRÓ ESPAÑA

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“Son los mejores guerreros del mundo. Poseen sobre todo una cualidad maestra: el desprecio absoluto al peligro, y una maravillosa facultad innata a la exploración del terreno, una seguridad excepcional en el tiro, una noción increíble de la táctica, de la maniobra envolvente, del ataque relámpago por los flancos y, finalmente, una frugalidad que elimina la necesidad de repostar y confiere a sus formaciones, o mejor dicho a sus grupos, una movilidad asombrosa” Reverte, Jorge. El vuelo de los buitres

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LOS HECHOS

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PRINCIPIOS DE 1920

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“la situación táctica del despliegue planteado por el general Fernández Silvestre quedó completamente condicionada por la dispersión de los enclaves, su práctico aislamiento, la dependencia externa, su mínima autonomía de funcionamiento y la escasa capacidad de proyectar su control del territorio más allá del minúsculo perímetro defensivo” Sáez Rodríguez, A: El sistema de blocaos

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30 de marzo de 1921

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“Abd el Krim, como primer tanteo de su rebeldía y de sus posibilidades de éxito, ha impuesto gruesas multas a los caídes y jefes de kábila que pasaron al Peñón a saludar a Berenguer y a Silvestre. Tres mil pesetas por cabeza. Si no son pagadas al día siguiente, se duplica el multazo. Al tercer día se triplica. Al cuarto día, en vez de multa, hay pena de muerte” Gaya Nuño, Juan Antonio: Historia del cautivo

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17 de abril de 1921

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“El bombardeo del zoco supone un cambio radical de la política de conquista. A la eficaz pero lenta corrupción, han seguido las granadas. Al acercamiento político le ha seguido la intimidación. El caso es que hoy ha empezado la guerra” Reverte, Jorge: El vuelo de los buitres

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Del 21 de abril al 10 de mayo de 1921

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1 de junio de 1921

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“Este hombre es un necio. No voy a tomarme en serio las amenazas de un pequeño cáid bereber a quien hasta hace poco había otorgado clemencia. Su insolencia merece un castigo” Silva, Lorenzo: Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos.

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“─Mi comandante ─se atrevió a decir el capitán Fernández, que estaba a su lado─. Mi comandante ─volvió a insistir, pues Villar parecía ausente─. Es Abarrán. ¿No vamos a hacer nada? Esas ametralladoras no son nuestras, no hemos dejado ni una en la posición. Sólo pueden ser de los moros. ─Capitán, las órdenes eran fortificar la posición y regresar a Annual. Nada más ─Pero, mi comandante… ─¡Capitán! ─gritó Villar deteniendo su caballo─. La posición está fortificada, hay hombres suficientes y el apoyo de una harca amiga. ¡Vuelva a su posición o le meto un paquete que se va a cagar!” Guerra, Luis Miguel: Annual, un cementerio sin tumbas

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“Cerca de los parapetos, junto a las tiendas, en la planicie, por todas partes hay hombres derribados, chillan, gimen, se arrastran, se debaten convulsos, aprisionados en las redes de la sangre, que brota a borbotones. Y hay cuerpos que yacen inmóviles, arrojados con cruel descuido por la muerte, desordenados por la agonía. ¡Qué inmensa desolación!Fernández de la Reguera, Ricardo y March, Susana: Episodios Nacionales Contemporáneos. El desastre de Annual

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2 de junio de 1921

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5 de junio de 1921

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7 de junio de 1921

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“Nosotros somos los que en la prensa y en las escuelas llaman héroes. Llevar sesos de un compañero en la alpargata, criar piojos y beber orines, eso es ser héroes. Yo soy un héroe” Sender, Ramón J.: Imán,

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del 17 al 21 de julio de 1921

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“El camino era un infierno. La columna se estiró bajo un continuo paqueo de los rifeños que parecían estar agazapados en todos los recodos del intrincado camino. Las balas herían a hombres y animales que, enloquecidos por el dolor, comenzaron a cocear, haciendo casi imposible su conducción. Pero los regulares se abrieron paso haciendo fuego por descargas y, apoyados por los Ceriñola, la cabeza del convoy consiguió llegar a la rampa que daba acceso al campamento por el oeste” Guerra, Luis Miguel: Annual, un cementerio sin tumbas

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Corrían enloquecidos los indefensos animales. Chocaban brutalmente entre sí, trataban de escapar, enredándose y debatiéndose, presos en la red de las alambradas. Los mulos agonizantes o heridos se revolvían tumultuosamente, arrancando las estacas, derribando por tierra los alambres de púas.Fernández de la Reguera, Ricardo y March, Susana: Episodios Nacionales Contemporáneos. El desastre de Annual

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Es el agua, el agua, el agua. Sin ella da lo mismo comer que no, dormir que velar. Hace tres días que dieron el último cuartillo.Sender, Ramón J.: Imán

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21 de junio de 1921

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“Parece mentira que dejéis morir a vuestros hermanos, a un puñado de españoles que han sabido sacrificarse delante de vosotros” Francisco, Luis Miguel. Morir en África.

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“Los oficiales de Igueriben mueren, pero no se rinden”. Gramaje, Vicente R.: Cuando leas esta carta

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“Nos quedan doce cargas de cañón, contadlas y a la que haga doce tirad sobre nosotros porque significará que el enemigo ha entrado en la posición y los moros y nosotros estaremos revueltos en ella” Gramaje, Vicente R.: Cuando leas esta carta

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“Un oficial médico, presente, hablará de “desbandada”, de retirada de la Policía “sin orden”; de los escasos supervivientes de la guarnición que escapan de la posición sitiada confundidos con enemigos y “recibidos a tiros por los nuestros, hasta deshacerse el error”; muchos de ellos “en estado de delirio mental”, enloquecidos por la falta de agua” Albi de la Cuesta, Julio. La noche triste, decisión y derrumbe

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22 de julio de 1921

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“Es decir cuando se decidió abandonar la posición, esta no había sido atacada; la decisión se tomó únicamente porque la harca “venía sobre ella”. Conviene recordar que el total de la fuerza española superaba los cuatro mil hombres organizados y disciplinados, dotados con ametralladoras y cuatro baterías de artillería. Enfrente, habría unos dos mil quinientos o tres mil guerrilleros, como máximo” Albi de la Cuesta, Julio. La noche triste, decisión y derrumbe

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“En aquel desfiladero cayeron cerca de mil soldados, fue como tirar al blanco en una caseta de feria. Los oficiales se arrancaban las insignias de su rango para no ser blanco de los tiradores, los heridos quedaban tendidos sin que nadie los recogiera y el fondo del barranco se llenó de mulas despeñadas, cajas de munición, material, muertos y heridos. Únicamente el polvo levantado por aquel tropel humano apiñado, desesperado, convertido en una masa de animales más que un ejército en retirada, ofrecía algo de protección ante los certeros disparos del enemigo” Gramaje, Vicente R.: Cuando leas esta carta

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“El general es el auténtico protagonista del desastre que se está produciendo en Annual. Ha tomado la peor de las decisiones: no plantar cara al enemigo que se aproxima muy rápido” “Abd el-Krim casi no puede creer todo lo que ven sus ojos. Ante él, está desapareciendo un ejército completo. Y por su propio impulso, sin que sus hombres tengan que hacer apenas nada. El enemigo se retira desorganizadamente y él no tiene que mover un dedo. Los españoles huyen y se pisotean unos a otros” Reverte, Jorge: El vuelo de los buitres.

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Y se acercan. Viance se pega al mulo, contiene la respiración. Dos jinetes, de pronto, giran y quedan frente al caballo muerto. Disparan al aire y arrancan al galope, saltando sobre el cuerpo inerte. Ruidos de cascos, relinchos. Viance siente contactos viscosos, fríos, en las manos, en los pies. Está dentro del vientre del caballo, y una abertura entre dos costillas hace de atalaya y de respiradero. Huele como en las carnicerías y los muladares. A medida que avanza el sol, el olor es un hedor de sentina espeso y fétido. Pero el calor no es excesivo; los contactos con el cadáver son más bien fríos. De cerca, la tragedia tiene crueldades tan espantosas, tan innecesarias, que casi resultan inocentes. No ve más que en una dirección; pero le basta, porque el oído suple las deficiencias y porque a veces parece que gira la llanura como un disco para presentarle todos sus frentes.

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Ha desmontado la bayoneta para no herir al caballo con súbito respeto, casi filial, y los tiros de la llanura suenan remotos a través de paredes de luz, de sueño atrasado y de húmeda oscuridad. Siente sus propias palpitaciones en las costillas del caballo. ¿Es que su vida trasciende a las vísceras muertas y las anima de nuevo? Siente también que su materia es igual a la que circunda, que hay sólo un género de materia y que toda está animada por los mismos impulsos ciegos, obedientes a una misma ley. Le invade una vaga ternura y el deseo de hacer el bien y de encontrarlo todo dulce y bueno” Sender, R.J.: Imán

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“Los cabileños, más espectadores que autores directos del desastre, contemplaron maravillados la victoria que se les había concedido casi sin esfuerzo” Albi de la Cuesta, Julio. La noche triste, decisión y derrumbe

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Del 23 de julio al 29 de julio de 1921

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“Dríus era una buena posición, con un parapeto de planta cuadrada de unos 100 metros de lado, donde había abundante munición y que disponía de aguada a sólo treinta metros, un lujo para el promedio de las posiciones españolas, siempre construidas a tal distancia de la fuente de agua más cercana que cada día era necesario que unos cuantos soldados se jugaran el pellejo para traerla. Otra ventaja de Dríus era el ancho llano que se extendía ante ella, que habría obligado a los moros a atacar desde campo abierto, cosa que no les gustaba nada” Silva, Lorenzo: Del Rif al Yebala.

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“El pánico crece y se desata en un acceso de enajenación colectiva. La masa huye hacia Monte Arruit atropellándolo todo a su paso. Hombres y animales se mezclan, chocan, embisten ciegos. Varios oficiales tratan de contener la avalancha. Los atropellan, los derriban y algunos caen muertos por los tiros de sus propios soldados” Fernández de la Reguera, Ricardo y March, Susana: Episodios Nacionales Contemporáneos. El desastre de Annual

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2 y 3 de agosto de 1921

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“Es la guerra. Esto es la guerra. La banderita en el mástil de la escuela, la «Marcha Real», la historia, la defensa nacional, el discurso del diputado y la zarzuela de éxito. Todo aquello, rodeado de condecoraciones, trae esto. Si aquello es la patria, esto es la guerra: un hombre huyendo entre cadáveres mutilados, profanados, los pies destrozados por las piedras y la cabeza por las balas” Sender, R.J.: Imán

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“El horror, si aún cabía más, se concentró en Casa la Ina —por el nombre de una conocida bebida jerezana—. Cuando se descubrieron las bestialidades que contenía estaba presente Martínez Campos, que retrató así la pesadilla: «Aquello más que casa parecía un matadero, pues en su recinto hallamos más de cien cadáveres, abiertos unos en canal, otros clavados en la pared, muchos con los atributos sexuales carbonizados, y todos con la mueca del dolor más agudo en la lividez de sus rostros.» Pando, Juan: Historia secreta de Annual

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“¿Es posible que treinta y nueve kilómetros, los que separan Melilla de Monte Arruit, constituyan una barrera infranqueable para una nación de veintitrés millones de habitantes? ¿Puede caber en cabeza humana que, rebañando todos los soldados que hacen la instrucción —la estúpida instrucción— en Barcelona y en La Coruña, en Bilbao y en Málaga, en Madrid y en Badajoz, en Valencia y en Valladolid, no se pueda abrir un boquete entre las masas de rifeños para tratar de salvar a los hombres de Monte Arruit? Gaya Nuño, Juan Antonio: Historia del cautivo

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9 de agosto de 1921

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“Los guerreros de Metalzaa y de Beni Bu Yahi se entregan a la tarea de martirizar a cientos de hombres desarmados. Es una orgía maligna de sangre y vísceras que parece no tener fin” Reverte, Jorge: El vuelo de los buitres.

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“Nunca se conocerá bien el total horror de aquella hora de frenesí homicida, durante la cual los moros se ensañaron largamente, en una explosión de viejos odios de días y años, de mucho tiempo de rencor acumulado” Gaya Nuño, Juan Antonio: Historia del cautivo

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“ Silvestre tenía un ejército de cerca de 15.000 hombres, aviones, artillería; Abd el-Krim, poco más de 4.000 combatientes fijos, armados con fusiles. Del lado español murieron, según las estimaciones más fiables, unos 10.000; los rifeños sufrieron sólo unos centenares de bajas. La potencia europea había sucumbido ante un enemigo inferior en número pero muy superior moral, intelectual y tácticamente. Tamaña humillación asombró al mundo, y muchos años después sigue asombrando. Personajes tan diversos y distantes como Ho-Chi-Minh, Tito o Ben Bella reivindicaron la hazaña y reconocieron la deuda que tenían con Mohammed ben Abd el-Krim el Jatabi por haberles enseñado cómo llevar adelante una guerra de liberación” Silva, Lorenzo: Del Rif al Yebala.

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Antonio Maura

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“meses después se reconquistó la posición y se encontraron los cadáveres sin enterrar, el espectáculo fue dantesco. Algunos estaban desmembrados, otros clavados en el suelo con estacas, con los genitales arrancados, cabezas machacadas… Se cavó una gran fosa común en forma de cruz, «La Cruz de Monte Arruit», tan grande que se podía ver desde el aire…” Gramaje, Vicente R.: Cuando leas esta carta

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H. Echevarrieta y Abd el-Krim

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General Picasso

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CONCLUSIONES

Muchas Graciaspor su atención

Doctor en Geografía e HistoriaProfesor honorífico del IES Antonio Machado

ConferenciaMiércoles 18 de mayo, 19:00 h.Salón Rojo, IES Antonio Machado

Conflictos africanos. El Desastre de Anual

José María Incausa Moros

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