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Voz: Alejandro Domínguez Barrera
CUENTO POPULAR

EL PASTORQUE DESEABA SER PADRE

AUDIOLIBRO

Manuel vivía en la cordillera de los Andes con su rebaño de llamas. Nadie iba nunca a su casita de piedra y Manuel se sentía muy solo. Entonces, contaba sus sueños a las llamas:- Si pudiera tener una familia e hijos, como todas vosotras.
Un día nació una hembra blanca. Manuel sabía que era un signo de buena suerte, que algo bueno le iba a pasar, así que le dijo:-Te llamaré Dicha y me traerás felicidad.
El tiempo pasaba y Dicha crecía. A menudo, Manuel acariciaba tiernamente a la pequeña llama blanca. Tocaba dulces melodías con su flauta de pan y soñaba con que ella podría ser su propia hija.
El tiempo pasaba y la única alegría de Manuel era ver crecer a Dicha.Una noche, Manuel decidió subir a la cima de la montaña más alta en busca del gran cóndor. Mientras miraba al cielo estrellado, se decía:“Le pediré que haga realidad mi deseo secreto: le pediré que transforme a Dicha en una niña de verdad”.

Al día siguiente, al alba, Manuel partió hacia la cumbre de la montaña. El camino era peligroso. Manuel andaba con cuidado. De pronto, se oyó el rugido de un puma.

En un primer momento, Manuel quiso huir, pero se acordó de su decisión y murmuró:-Debo encontrar al gran cóndor.Y avanzó decidido hacia el puma.
El felino atacó y Manuel tuvo que luchar contra él:le dio con su pesado bastón de caminar y lucharon hasta la noche. Al final, consiguió vencerlo.
En ese instante, Manuel notó que algo le acariciaba la cara y se giró:- !Dicha! Era tu silueta la que veía en el camino. No deberías haberme seguido: es muy peligroso.Se abrazó a la llama y se quedó dormido.
Por la mañana el paisaje era maravilloso: la nievebrillaba al sol, y en la cumbre de la montaña, el gran cóndor volaba en grandes círculos.
El gran cóndor se posó muy cerca de Manuel, que miró a su llama blanca y le preguntó:-¿Conoces mi deseo secreto, gran cóndor?-Cuando Dicha lo decida, haré realidad tu deseo secreto y no volverás a estar solo nunca más -le respondió el gran cóndor.-iEspera, espera! ¿Cómo sabré yo que ha llegado el momento?-Cuando Dicha esté preparada...El cóndor salió volando y sus últimas palabras se perdieron en el viento.Manuel miró a Dicha: la pequeña llama estaba inmóvil.
Manuel sabía que las llamas blancas no se montan, pero Dicha insistió e insistió. Al final, el pastor dejó que Dicha lo llevara hasta su casita de piedra y, al llegar, dio de comer a todas las llamas. Después, agotado, se durmió.

CEIP CUARTILLOÁREA: MÚSICA2º ESOCURSO: 21/22