Las rutas más populares son más cómodas de transitar y cuentan con mejores servicios, como restaurantes, tiendas y alojamientos, para evitar cualquier imprevisto. Por ellas, además, transitan más peregrinos, por lo que habrá más oportunidades para que los niños socialicen, estén vigilados y se mantengan entretenidos. Es el caso del Camino Francés. 
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Elegir una ruta lo más cómoda posible
Cinco consejos para hacer 
el Camino con niños