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Abordaje basado en el libro de Ana María Botey "El 48 interpretado por la niñez de la época"

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Transcript

-Efectos de la violencia en la sociedad costarricense-

GUERRA1948

Costa Rica

8. La construcción del futuro

7. La vida en el exilio

6. La pérdida del trabajo

5. El mundo de los vencidos

4. Las mujeres

3. La niñez

2. Las escuelas como cuarteles

1. Balaceras, bombardeos y apagones

ÍNDICE

"La guerra me había parecido lejana y ajena. Mis dos familias están en bandos contrarios. Tía Challo, hermana de papá, se había alistado en las fuerzas del gobierno picadista y los Herrera, hermanos de mamá, en distintos frentes de las fuerzas figueristas... papá, mariachi, más romántico que convencido" (Cabuya, p.1).

  • La guerra [surge] en un ambiente lleno de contradicciones, acentuando la división de las familias.
  • Había control estatal, decomisos de las radios, [pese a esto] las emisiones de mensajes, transmitidos por la radioemisora clandestina de los hombres de Figueres, no deja de oírse. Con júbilo, los partidarios de este bando se enteraban de las noticias sobre el levantamiento en el sur del país y otros puntos del territorio nacional.

BaLACERAS, BOMBARDEOS Y APAGONES

Los edificios públicos, como ferrocarriles y centros sanitarios se ocupan como cuarteles. Las escuelas y colegios corrieron igual suerte. Un pequeño josefino sin percatarse del peligro de su osadía narra lo que observó cuando ingresa al recinto del Liceo de Costa Rica:

En las aulas se encontraba armamento de todas clases; otras se ocupaban como dormitorios y hasta había una especie de “tiro al blanco”, donde llegaban los soldados a mejorar su puntería (Mechio, p. 1).

LAS ESCUELAS COMO CUARTELES

"Los chiquillos salían a la carretera a jugar de guerrilleros, y le gritaban a cada carro —¡Alto, alto!—, ¡que iban a parar! Ni nos oían... La guerra, [agrega], los chiquillos la teníamos metida en la cabeza. [Es por eso que al terminar la “revolución” y anunciarse el comienzo de las clases, este niño dijo a su padre]: Me regala la chuspa de las balas para llevar los cuadernos a la escuela. ¡Sí! ...y salí corriendo a traerla. Estaba colgando en el clavito donde él la dejó" (De la O, Anthony, p. 8).

LA NIÑEZ

La mujer como jefe de hogar no era el modelo usual en la época, pero la guerra civil se encarga de establecerlo, al menos temporalmente. Los hombres se encuentran, unos en los frentes de lucha, otros huían y hubo quienes permanecen presos. Por eso hay mujeres-madres, esposas, hermanas y tías solas.Estas escenas de violencia se repitieron una y otra vez. Los relatos tienen como constante el valioso y valiente papel de la mujer que supo hacer frente a las penurias de la insólita situación: mujeres embarazadas, dando a luz en condiciones extremadamente difíciles; prestando apoyo estratégico y logístico en forma voluntaria, y en otras ocasiones de manera forzada. Ellas cocinaban, servían alimentos, cosían uniformes o transmitían mensajes con la complicidad de sus hijos e hijas.

Las mujeres cocinaban, servían alimentos, cocían uniformes o transmitían mensajes con la complicidad de sus hijos e hijas

La guerra civil se prolonga del 12 de marzo de 1948, cuando se levanta en armas José Figueres Ferrer en el sur del Valle Central, hasta el 19 de abril cuando se firma el Pacto de la Embajada de México, donde se estipulan “garantías para las vidas y haciendas de todos los ciudadanos que estuvieran directa e indirectamente comprometidos con el conflicto”, la correspondiente indemnización a todas las familias de las víctimas.

El 12 de marzo de 1948 José Figueres Ferrer se levanta en armas en el sur del Valle Central.

EL MUNDO DE LOS VENCIDOS

Llegamos y quien salió fue el jorobado, como todos le decían. Nos miró con gran desprecio y, con un gesto grosero, le espetó a mi madre: ¿Qué quiere? Ella, mostrando ecuanimidad y poniendo las cosas en su debida distancia y lugar, le contestó: Yo soy la señora y él es el hijo, de la persona que ustedes capturaron ayer. Le traigo algo de comer, y sé que por orden suya lo maltrataron y lo tuvieron en un estañón con agua toda la noche. El jorobado acusó el golpe de que ya se conociera su infame conducta y de topar con la valiente dignidad de mi madre; y poniéndose más malcriado todavía, nos gritó: Para ese hijueputa comunista, esto es lo que recibimos de comida: ni mierda. Tomó el envoltorio que cuidadosamente ella había preparado y lo lanzó a media calle (Florencio Rivas, p.11).

  • Los vencidos debieron enfrentarse a un nuevo mundo estructurado por la consigna, creada por Otilio Ulate, candidato de la oposición al gobierno en 1948 y dueño del principal periódico opositor, que rezaba así “No le compre, no le hable, no le venda, no lo salude”.
  • Una de las represalias, que se repite en los relatos, es la del desalojo de las viviendas.
  • También se dieron encarcelamientos de líderes políticos ligados al calderonismo y comunismo.

La Junta de Gobierno, en su decreto número 7 del 11 de mayo de 1948 dispuso la remoción de los funcionarios públicos, vinculados a los gobiernos del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia y del Lic. Teodoro Picado, sin derecho a pre-aviso y cesantía. Este decreto autorizó a las empresas particulares a despedir de sus puestos a los trabajadores calderocomunistas sin responsabilidad patronal.

LA PÉRDIDA DEL TRABAJO

Recuerdo que al día siguiente a papá lo despidieron del trabajo porque llegó muy triste a la casa y nos contó que lo habían echado, lo cual pareció no haberle dolido mucho, pero lo que sí le había causado un gran sufrimiento fue el hecho de que lo habían “congelado”, nombre con el que calificaban a quienes se despedía sin explicación alguna, sin garantías y que a partir de ese momento serían investigados exhaustivamente para ver si habían robado o se habían enriquecido durante su paso por el gobierno como empleados públicos. A partir de ese momento se inició el gran sufrimiento de papá y el nuestro, el funcionario íntegro que creyó que lo respetarían por su honradez, el hombre que se puso la coraza de la integridad para seguir cumpliendo sus funciones, el empleado público que estampaba sus huellas en el diario acontecer de las finanzas del Estado fue señalado por el dedo de los nuevos gobernantes como corrupto, así no más, sin pruebas, sin defensa, sin consideración alguna. La persecución fue implacable, se le cobró haber sido funcionario gubernamental y ante la falta de recursos para adquirir comida nuestra madre tuvo que repartirnos entre nuestros familiares por un tiempo mientras papá encontraba algún sustento (Conde D’Odio, p.9).

Un sector muy perseguido fue el de los intelectuales, muchos de los cuales se desempeñaban como maestros o profesores, para ellos se creó la Junta Calificadora del personal docente integrada por Claudia Cascante, Margarita Martínez, José María Chaverri y Lesmes Mora, quienes decidieron los despidos y las reubicaciones del personal del Magisterio Nacional.

La familia calderonista, se vio afectada y creció nuestro temor, pese a que nadie empuñó un arma, más que la enseñanza, pero el solo hecho de ser calderonistas desató un odio que no es fácil describir y que fue duro vivir. Una tarde, recuerdo, llegó a mi casa una conserje, enviada por una subalterna de mi madre, que venía, nada más y nadamenos que a pedirle las llaves de la escuela. El recado era: “Usted ya no es la directora de la escuela, Deme las llaves”. [Luego agregaba]“ Nunca olvidaré ese día. Sentí un miedo horrible, ya que mi orgullo era mi mamá maestra y, además, directora de la más importante escuela de Alajuela, de ese entonces.(María Candelaria, p.6).

Intelectuales perseguidos

La ausencia de garantías a la seguridad de las personas, la “ intervención” de un gran número de personas, el establecimiento de los tribunales de probidad y de sanciones inmediatas, creados para despojar de bienes mal habidos a los supuestos corruptos ligados a las administraciones de Calderón y Picado, obligaron a muchos costarricenses a buscar el exilio.

Cuando mamá decidió que mi tío Fernando de —14 años en ese momento— y yo nos fuéramos para Guatemala; y lo hicimos el día 2 de mayo de 1948. Me acuerdo como hoy del desconsuelo al despedirnos de mami, de ir en aquel avión solos, de lo desconocido... Se me hizo larguísimo el viaje. Aún guardo el pasaporte con que viajamos; éramos un par de muchachitos juntos en la foto. Mi tío me tiene abrazada. ¿Cómo se sentiría a tan temprana edad viendo su mundo derrumbarse de un momento a otro? Aún así, su brazo me protege (Pity, pp.5-6).

la vida en el exilio

Reconstruir la vida, entre las familias perdedoras, fue una tarea que algunos adultos nunca lograron realizar. Ellos no fueron capaces de asimilar la derrota. Otros, se sintieron siempre ajenos a ese nuevo mundo que brotó después de la guerra civil.

Incontables fueron las veces que mi padre acudió a presentar la terna en el Servicio Civil y otras tantas donde le fue denegado el puesto. De allí que lo vi trabajar en los más diversos oficios, especialmente de vendedor... Pero como otras tantas opciones esta fracasó. Tiempo más tarde se separaron y no vi más que dos veces a mi padre en cuatro años hasta que mi madre murió. Él no se enteró a tiempo, unos meses después, destruido, sin trabajo, cansado vino a verme. La guerra le había arrancado su salud mental, la finca y ahora su único amor a quien perdió por la grave situación de miseria que originó su desempleo como profesional. Parte, persecución política como él decía, parte, opino hoy, por su incapacidad emocional para superar la derrota (Eliana Presvere, p.3).

la construcción del futuro

Muñoz, M. & Botey, A. (2002). El 48 interpretado por la niñez de la época. Revista de Ciencias Sociales, II(96), junio. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/153/15309609.pdf

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