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HERIDA Y CONVERSIÓN

ENFERMEDAD, FRAGILIDAD Y ESPIRITUALIDAD EN SAN IGNACIO DE LOYOLA

«Le pedí instantemente que quisiese exponernos el modo como Dios le había dirigido desde el principio de su conversión, a fin de que aquella relación pudiese servirnos a nosotros de testamento y enseñanza paterna».

Aceptación

IraNegociaciónDepresión

Negación

INCUBACIÓN-CRISIS-ARTICULACIÓN

INCUBACIÓN:MALESTAR INICIAL O LA NEGACIÓN

JUAN ALFONSO DE POLANCO

«Disuadió también el acuerdo por parecerle vergonzoso, y así fue la causa de que se pusiesen en armas y se combatiese el castillo, resistiendo hasta que los muros fueron con la artillería rotos y su pierna quebrada»

«Y venido el día […] y después de durar un buen rato la batería, le acertó a él una bombarda en una pierna, quebrándosela toda, y porque la pelota pasó por entrambas las piernas, también la otra fue mal herida» (Au 1).

«Y después de haber estado doce o quince días en Pamplona, lo llevaron en una litera a su tierra; en la cual, hallándose muy mal, y llamando todos los médicos y cirujanos de muchas partes, juzgaron que la pierna se debía otra vez desconcertar y ponerse otra vez los huesos en sus lugares […] Nunca habló palabra, ni mostró otra señal de dolor que apretar mucho los puños» (Au 2).

«Le era forzado estar en el lecho. Y porque era muy dado a leer libros mundanos y falsos, que suelen llamar de caballerías, sintiéndose bueno, pidió que le diesen algunos dellos para para pasar el tiempo; mas en aquella casa no se halló ninguno de los que él solía leer, y así le dieron un Vita Christi y un libro de la vida de los Santos en romance» (Au 5).

«Y fue tanto creciendo la mejoría, que de ahí a algunos días se juzgó que estaba fuera de peligro de muerte» (Au 3). Sin embargo, «él se determinó martirizarse por su propio gusto» cuando «le quedó debajo de la rodilla un hueso encabalgado sobre otro, por lo cual la pierna quedaba más corta […] que era cosa fea» (Au 4).

«Dejándolos de leer, algunas veces se paraba a pensar en las cosas que había leído; otras veces en las cosas del mundo que antes solía pensar. Y de muchas cosas vanas que se le ofrecían» (Au 6). Le sucedían «a estos pensamientos otros, que nacían de las cosas que leía […] se paraba a pensar, razonando consigo: - ¿Qué sería, si yo hiciese estos que hizo san Francisco, y esto que hizo santo Domingo? – […] proponiéndose siempre a sí mismo cosas dificultosas y graves» (Au 7).

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Dicotomías

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Catastrofismo

Automatismos

INCUBACIÓN

SEÑALES

«Me escribís vuestra larga dolencia y enfermedad pasada, y con grande dolor de estómago que al presente os quedaba. Es verdad que en pensar la mala disposición y dolor presente no puede ser que yo no sienta de mi ánima porque os deseo toda bonanza y prosperidad imaginable, que para gloria y servicio de Dios N. S. os pudiese ayudar. Sin embargo, en considerar que estas enfermedades y otras pérdidas temporales son muchas veces de mano de Dios nuestro Señor porque más nos conozcamos y más perdamos el amor de las cosas criadas, y más enteramente pensemos cuán breve es esta nuestra vida, para adornarnos para la otra que siempre ha de durar; y en pensar que con estas cosas visita a las personas que mucho ama, no puedo sentir tristeza ni dolor, porque pienso que un servidor de Dios en una enfermedad sale hecho medio doctor para enderezar y ordenar su vida en gloria y servicio de Dios N. S.»

Automatismos

INCUBACIÓN

SEÑALES

«Y en esto le vinieron unas mociones que hacían en su ánima descontentamiento, pareciéndole que no había hecho su deber, y también le causan indignación contra el moro, pareciéndole que había hecho mal en consentir que un moro dijese tales cosas de nuestra Señora, y que era obligado volver por su honra. Y así le venían deseos de ir a buscar el moro y darle de puñaladas por lo que había dicho» (Au 15).

Catastrofismo

INCUBACIÓN

SEÑALES

“si hiciese esto que hizo san Francisco, esto que hizo santo Domingo”

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INCUBACIÓN

SEÑALES

«No comía carne, ni bebía vino, aunque se lo diesen […] y porque era muy curioso de curar el cabello, que en aquel tiempo se acostumbraba […] se determinó dejarlo andar así […] y por la misma causa dejaba crecer las uñas de los pies y de las manos» (Au 19).

Filtro negativo

Dicotomías

INCUBACIÓN

SEÑALES

crisis.heridas como oportunidades

«La noche sosegada en par de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora […] En soledad vivía, y en soledad ha puesto ya su nido, y en soledad la guía a solas su querido, también en soledad de amor herido»

«Estando en este hospital, le acaeció muchas veces en día claro ver una cosa en el aire junto a sí, la cual le daba mucha consolación, porque era muy hermosa […] No divisaba bien la especie de qué cosa era, mas en alguna manera le parecía que tenía forma de serpiente […] Él se deleitaba mucho y consolaba» (Au 19). «No tenía ningún conocimiento de cosas interiores» (Au 20).

«No comía carne, ni bebía vino, aunque se lo diesen […] y porque era muy curioso de curar el cabello, que en aquel tiempo se acostumbraba […] se determinó dejarlo andar así […] y por la misma causa dejaba crecer las uñas de los pies y de las manos» (Au 19).

PASO III

DEPRESIÓN

PASO II

NEGOCIACIÓN

PASO I

IRA / VIOLENCIA

Lectura del pensamiento

Falso profetismo

Descalificación de lo positivo

Imperativoso los deberías

Etiquetamiento

«Estando en estos pensamientos, le venían muchas veces tentaciones, con grande ímpetu, para echarse de un agujero grande que aquella cámara tenía […] Mas, conociendo que era pecado matarse, tornaba a gritar: -Señor, no haré cosa que te ofenda, […] Al fin se determinó […] que ni comería ni bebería hasta que Dios los proveyese» (Au 24).

«El confesor le mandó que rompiese aquella abstinencia […], obedeció al confesor, y se halló aquel día y el otro libre de escrúpulos» (Au 25).«Le vinieron unos disgustos de la vida que hacía, con algunos ímpetus de dejarla; y con esto quiso el Señor que despertó como de sueño. Y como ya tenía alguna experiencia de la diversidad de espíritus […] empezó a mirar por los medios con que aquel espíritu era venido»

ARTICULACIÓN. SUS HERIDAS NOS SANARON. LA ACEPTACIÓN

«En este tiempo le trataba Dios de la misma manera que trata un maestro de escuela a un niño, enseñándole» (Au 27)

vs

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Consolación

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Desolación

Variedad de espíritus

«Y estando un día rezando en las gradas del mismo monasterio las Horas de nuestra Señora, se le empezó a elevar el entendimiento como que veía a la Santísima Trinidad en figura de tres teclas, y esto con tantas lágrimas y sollozos» (Au 28).«dejando los extremos que de antes tenía»

«se le representó en el entendimiento […] el modo con que Dios había criado el mundo» (Au 28).«Oyendo misa un día, y alzándose el Corpus Domini, vio con los ojos interiores unos como rayos blancos que venían de arriba […] Muchas veces y por mucho tiempo, estando en oración veía con los ojos interiores la humanidad de Cristo […] A Nuestra Señora también ha visto de símil forma» (Au 29).

«Una vez iba por su devoción a una iglesia que estaba poco más de una milla de Manresa […] y yendo así en sus devociones, se sentó un poco con la cara hacia el río, el cual iba hondo. Y estando allí sentado, se le empezaron a abrir los ojos del entendimiento; y que no viese alguna visión, sino entendiendo y conociendo muchas cosas […] y esto con una ilustración tan grande, que le parecían todas las cosas nuevas» (Au 30).

«Se fue a hincar de rodillas a una cruz que estaba allí cerca, a dar gracias a Dios, y allí le apareció aquella visión que muchas veces le aparecía y nunca la había conocido, es a saber, aquella cosa que arriba se dijo que le parecía muy hermosa, con muchos ojos. Mas bien vio, estando delante de la cruz, que no tenía aquella cosa tan hermosa color como solía; y tuvo un muy claro conocimiento, con grande asenso de la voluntad, que aquél era el demonio; y así después muchas veces por mucho tiempo le solía aparecer, y él, a modo de menosprecio, lo desechaba con un bordón que solía traer en la mano» (Au 31).

«En este tiempo, examinándose bien y preparándose para morir, no podía tener temor de sus pecados, ni de ser condenado, mas tenía grande confusión y dolor, por juzgar que no había empleado bien los dones y las gracias que Dios Nuestro Señor le había comunicado» (Au 33).

Evangelio del herido

el samaritano

el levita

el sacerdote

Gracias