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Transcript

Mientras dejo correr el agua, para que se caliente un poco, me miro al espejo. Se nota el mal sueño y en la cabeza me retumban todavía los gritos de mamá. "Otro día en el planeta Tierra, otro día en el Juego de la oca". Cuando era chico siempre decía la misma frase al despertar. Pensaba mi vida como un juego, tirar el dado y ver que pasa. A medida que fui creciendo, aquello que me parecía emocionante se transformó en una especie de juego malvado que tenía que completar: avanzando, retrocediendo, tirando de nuevo. Un bucle interminable: Desayunar, estudiar, almorzar, entrenar, ver televisión, cenar, jugar, dormir. Ya no había azar ni sorpresa, solo cumplir mi papel de buen hijo, buen alumno, buen amigo y avanzar hasta la meta, que a meses de terminar el secundario no estoy seguro de saber cuál es. Siento que me armé un tablero a mi medida. Tal vez todos hacemos lo mismo, restringimos el azar, y preferimos un juego tranquilo, prudente, aunque sea aburrido y absurdo, aunque sea tan repetitivo como este rostro que veo una y otra vez al despertarme. Tal vez, deba terminar de lavarme la cara y salir antes de que sea tarde y no llegue a tiempo a la parada...

"El juego de la oca ya empezó íaía oh! Es muy divertido sísísí Es muy aburrido nonono"

JUGAR

Otro día en el Juego de la oca

JUEGO

OCA

REGLAS:

Opción 1: Juega al juego de la Oca, tira el dado y ve leyendo mientras avanzas (si te salteas partes ya tendrás oportunidad de leerlas con hipervínculos )Opcion 2: Ve leyendo uno a uno y piérdete la diversión.

DE LA

EL

x5

¡Otra vez tarde, si no corro pierdo el 55! ¡Avanzá cinco casilleros, rápido!

x5

El olor me puede y compro unas tutucas, van a ser mi almuerzo junto al lago. Vamos sin falta para allá. AVANZÁ CINCO CASILLEROS

META

LEER EN ORDEN CRONOLÓGICO

Ficha para moverse

CORRÍ, pero llegué. El viaje de San Justo a Mataderos no es largo, pero rebalsa de gente. Mi ILUSIÓN de colectivo vacío se desvanece. Lo curioso es que generalmente somos los mismos. Por treinta minutos, estos desconocidos son el único paisaje que tengo, se podría decir que son parte de mi tablero, sin embargo son ajenos, extraños. Casi que no veo personas, sino ocas vacías, torpes. Gansos que caminan juntos en la misma dirección sin saber que existen otros caminos, sin probar ni una sola bifurcación, todos viendo cómo avanzar algún casillero más rápido. No me excluyo, ahí estoy yo, con la cabeza apoyada sobre el vidrio, espiando por el reflejo a ELLA y pensando en la maldita prueba de Química. Es en las primeras horas, no estudié y no entiendo. Tengo plena seguridad de que me va a tocar retroceder un par de casilleros. A veces el azar te gasta bromas y patea el tablero, o al menos lo mueve y te da la posibilidad de despabilarse y cambiar las reglas. Dije despabilar, no sé si fue el caso porque acá hizo lo contrario, me fue cerrando los ojos hasta quedarme dormido...

¿Cuántos PÚDRETES más puedo decir? ¿Qué hacer? ¿Bajarme del Colectivo? ¿Volver? ¿Qué digo cuando vuelva? ¿Dónde voy? ¿Y en el colegio qué voy a inventar? ¿Hago realmente lo que quiero? ¿Qué mierda quiero? ¿Qué voy a hacer cuando termine este año? ¿Y si me pierdo? ¿Por qué no me animo a habalarle a ELLA? ¿Qué es esta puntada que tengo en el pecho? Las preguntas comienzan a invadirme...

Estoy seguro que me acaba de mirar. Estaba en EL COLECTIVO, ya bien lejos del colegio, cuando se levantó para bajarse y tuve la sensación de que nuestras miradas se cruzaron. Solo una mirada bastó para interrumpir todas MIS PREGUNTAS y levantarme. Imantado, me bajo tras ella. No tengo ningún plan más que seguirla, decirle algo, rescatarla de su Juego de la oca o al menos pedirle que me rescate a mi. Es parque Centenario, alguna vez había venido de chico. Ella camina bordeando el parque mientras mis dotes de detective fluyen y la sigo de cerca. Inesperadamente dobla hacia los puestos de libros y la pierdo. Me asomo despacio, cabeceo para ambos lados y no la veo. Sin duda era el peor espía del mundo y mi aventura había terminado. RETROCEDE TRES CASILLEROS

Desolado y pensando que todos se estaban riendo de mi FRACASO COMO ESPÍA , disimulo mi bronca y me pongo a hojear uno de los cajones con libros . Eran poetas argentinos, iba a y venía por los libros mientras pensaba qué hacer, cuando la escuché: -¿Te gusta la poesía? - Era ella, ahí, parada delante mío, como en el colectivo. - Eh... No, si, bah más o menos, es para un trabajo del cole- La peor de todas las respuestas, hubiera sido más digno decirle "te estaba siguiendo" antes que titubear tantas mentiras. - Ah, ¿por eso no bajaste dónde bajás siempre? ¿Tenías planeado venir aca? -En realidad me rateé, tenía prueba de química - ¿Te rateaste? Pensé que te habías quedado dormido. - Un poco y un poco. ¿Vos trabajas acá? - Sí. Por las mañanas en el puesto y a la tarde estudio psicología, eso lo debés saber, vi que mirabas mis apuntes un día... - Es que me interesa, creo que voy a estudiar eso - Dije la verdad por primera vez en la conversación. - ¡Qué bueno! Seguramente nos vamos a ver en alguna materia o podemos arreglar para volver juntos, en el bendito 55. ¿Vas a llevar uno? - Sí. Recomendame uno... - Mira… a mi me gustan varios: Juarroz, Bayley o Gelman. - Cualquiera. - Hagamos así, llevate los tres y después me decís cuál comprás, total nos vemos sí o sí todas las mañanas - Gracias. No sé que decir. - No digas nada, la poesía lo va a a decir -Hasta mañana entonces... - Hasta mañana Cargo mi mochila con los tres libros y la sensación de haber abierto un nuevo camino, aunque no le había preguntado el nombre... ¡AVANZÁ TRES CASILLEROS!

Nunca me gustaron esos cuentos, películas o novelas que terminan con que todo era un sueño, una mala pesadilla. Por eso en esta historia la pesadilla va a ser que volvés a empezar y a vivir este día infinitamente mientras caigas en esta casilla. VOLVÉ AL PRINCIPIO.

Una frenada me despertó. Seguía en EL COLECTIVO. Me había pasado del colegio. ELLA encontró un lugar justo dos asientos delante del mío. Era la primera vez que la veía en otra posición que no fuera parada a mi lado… Saco mi cuaderno, voy a la última página y anoto : "Púdrete Química, púdrete Profesora Rivas, púdrete vos y toda tu tabla periódica". Me siento un poco más relajado. No recuerdo cuando empezó la costumbre de insultar diciendo púdrete. Papá decía que lo había copiado de alguna serie, que nosotros no puteamos así. No me importa, a mi me gusta la palabra. Es un deseo intenso, proviene desde las entrañas, hay una descarga al decirla. Por eso suelo armar lista de púdretes y escupo lo necesario. Es mi forma de vomitar, de largar bronca. Nunca fui de decir las cosas, los gritos van por dentro... Podés avanzar tantos casilleros como púdretes sumes a la lista: https://padlet.com/sueltalalenguatalleres/qg2yz752umfo0lom

Mientras miro el lago, recuerdo secuencias de este día: COLECTIVO,PREGUNTAS, EL ESPIA, EL DIÁLOGO : Surcos del azar. Me siento un poco más libre que ayer, como que la mochila está ahi pero ya no es un peso, ahora es una almohada para mi cabeza que me permite descansar. Me acerco al lago a darle tutucas a los peces, veo mi reflejo en el agua y casi no me conozco, me concentro para encontrarme entre los peces y recuerdo aquel cuento de Cortázar que leímos en el cole. Los peces se van sumando, parece que andan con hambre. Cuando quiero romper un poco más el paquete veo desprenderse del bolsillo de mi pantalón mi celular. Con mi mano derecha sostengo el paquete, con la izquierda trato de manotear el celular, pero no hago más que darle un último empujón. Rebota contra el adoquín y se pierde en el fondo del lago. Atolondrado, doy un paso hacia adelante y resbalo, mi cuerpo entero se hunde en el agua. RETROCEDÉ 2 CASILLAS PARA SECARNOS.

Como imagino que me va a tocar viajar en el colectivo : Como realmente viajo : RETROCEDE DOS CASILLERO POR ILUSO...

Tres paradas después que subo, aparece siempre ELLA. La llamo así porque no conozco su nombre, pero sí puedo decir 6 cosas sobre ella: 1 . Tiene una sonrisa que da paz, aunque sean las 6 de la mañana. 2. Estudia Psicología o algo así, lo dicen sus apuntes. 3. Escucha a todo volumen Las pastillas del abuelo o No te va a gustar . 4. Desde la perspectiva en que la veo, siempre parada delante mío esperando un lugar, se puede apreciar que no es muy alta, pero para mi es hermosa. 5. Usa zapatillas Converse y tiene un collar muy raro, parece como un mandala o algún símbolo hindú. 6. Me encantaría hablarle...

Para la creación de esta historia escuché muchas de estas canciones, no quería dejar de compartirlas con vos. Para escuchar mientras lees o después. https://youtube.com/playlist?list=PL8BREJyft4x28scbP81fQT4xbHv8n9wKC

AVANZÁ hasta la estrella más cercana

avanzá hasta la estrella más cercana

AVANZá 2 CASILLEROS

avanzá hasta la estrella más cercana

AVANZÁ 4 CASILLEROS

AVANZÁ hasta la estrella más cercana

AVANZÁ hasta la estrella más cercana

AVANZÁ DOS CASILLEROS

GIRO. volvés a la última estrella o corazón

GIRO. VOLVÉS A LA ÚLTIMA ESTRELLA O CORAZÓN

GIRO. VOLVÉS A LA ÚLTIMA ESTRELLA O CORAZÓN

GIRO. VOLVÉS A LA ÚLTIMA ESTRELLA O CORAZÓN

GIRO. VOLVÉS A LA ÚLTIMA ESTRELLA O CORAZÓN

GIRO. VOLVÉS A LA ÚLTIMA ESTRELLA O CORAZÓN

RETROCEDÉ HASTA LA ESTRELLA ANTERIOR si todavîa no fuiste, sino AVANZÁ DOS CASILLEROS

ESTÁS BIEN UBICADO, PODÉS IR AL CORAZÓN O ESTRELLA QUE TENGAS POR DELANTE.

ESTÁS BIEN UBICADO, PODÉS IR A ALGUNA ESTRELLA O NUMERO ROJO QUE NO PUDISTE LEER ANTES Y VOLVER AQUÍ DESPUÉS

ESTÁS BIEN UBICADO, PODÉS IR A ALGUNA ESTRELLA QUE NO PUDISTE LEER ANTES Y VOLVER AQUÍ DESPUÉS

ESTÁS BIEN UBICADO, PODÉS IR A ALGUNA ESTRELLA QUE NO PUDISTE LEER ANTES Y VOLVER AQUÍ DESPUÉS

ESTÁS BIEN UBICADO, PODÉS IR A ALGUNA ESTRELLA QUE NO PUDISTE LEER ANTES Y VOLVER AQUÍ DESPUÉS

ESTÁS BIEN UBICADO, PODÉS IR A ALGUNA ESTRELLA QUE NO PUDISTE LEER ANTES Y VOLVER AQUÍ DESPUÉS

ESTÁS BIEN UBICADO, PODÉS IR A ALGUNA ESTRELLA QUE NO PUDISTE LEER ANTES Y VOLVER AQUÍ DESPUÉS

ESTÁS BIEN UBICADO, PODÉS IR A ALGUNA ESTRELLA QUE NO PUDISTE LEER ANTES Y VOLVER AQUÍ DESPUÉS

ESTÁS BIEN UBICADO, PODÉS IR A ALGUNA ESTRELLA QUE NO PUDISTE LEER ANTES Y VOLVER AQUÍ DESPUÉS

Pasó una hora. Ya estoy casi seco, pero inundado de vergüenza y sin celular. Lo sucedido en EL LAGO había sido un extraño bautismo, todavía no podía entender muy bien lo qué me pasó, pero yo ví en ese reflejo algo que nunca había visto, tal vez tenga que mirarme mejor cuando me veo al espejo por las mañanas. Estaba por irme cuando veo a un conjunto de gansos que flotaba hacia el islote del centro. “ocas, todas yendo para el mismo lado”. Sin embargo, a contramano y muy decidida, una oca se me acercaba. A un metro de la orilla hunde su cuello y toma algo. Sale del agua, camina torpemente y, aunque no lo pueda creer, veo que tiene en su boca mi celular. Se acerca y lo suelta delante mío. Me mira a los ojos y grazna fuerte, muy fuerte, como intentando aturdirme. Después vuela, la pierdo de vista. Agarro el celular completamente mojado, trato de prenderlo, pero no puedo. Es momento de partir. AVANZÁ SEIS CASILLAS.

¡PERDÉS UN TURNO, VE A LEER LA ÚLTIMA ESTRELLA Y SI YA LO HICISTE, APROVECHÁ PARA CONOCER PARQUE CENTENARIO!

Atardece, subo al 55 y viajo en silencio. Pienso en cerrar los ojos, pero prefiero leer, a ver si la poesía habla al final de este juego. Reviso la mochila y saco los libros, estoy indeciso, espero que alguna voz interior me ayude a elegir…

JUARROZ.

BAYLEY

GELMAN

Ya oscurece, pero mi cabeza de a poco se va aclarando, me veo reflejado en el vidrio, tengo por delante una noche difícil de discusiones y mañana debo dar explicaciones al profesor y los chicos, pero realmente no me importa, valió la pena. Por un tiempo fui más que una oca, o tal vez siendo oca fui más que una corbata o un miedo. Hoy el azar me llevó a descubrir que también soy tierra conmovida, esperanza andando en pantalones y manos peleando contra el tiempo.

FIN

Miro por la ventana las calles pasar, tengo por delante una noche difícil de discusiones y mañana debo dar explicaciones al profesor y los chicos, pero realmente no me importa, valió la pena. Detrás mío, Buenos Aires atardece a la espera de muchos juegos nuevos, es momento de tirar los dados e inventar mi camino porque nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada.

FIN

Miro al mundo a través de mi ventana y trato de entender lo que acabo de leer. Tengo por delante una noche difícil de discusiones y mañana debo dar explicaciones al profesor y los chicos, pero realmente no me importa, valió la pena. El azar me llevó a un nuevo camino, un borroso mundo se me abre, mi búsqueda incansable de esa metáfora trunca.

FIN

¡Otra vez tarde, si no corro pierdo el 55!

¿

Tres paradas después que subo, aparece siempre ELLA, la llamo así porque no conozco su nombre, pero sí puedo decir 10 cosas sobre ella: 1 . Tiene una sonrisa que da paz, aunque sean las 6 de la mañana. 2. Estudia Psicología o algo así, lo dicen sus apuntes. 3. Escucha a todo volumen Las pastillas del abuelo y No te va a gustar . 4. Suele peinarse con una colita y usar vestidos de colores en verano. 5. Canta bien, la escuché, porque sin darse cuenta, canta suavecito. 6. Desde la perspectiva en que la veo, siempre parada delante mío esperando un lugar, se puede apreciar que no es muy alta, pero para mi es hermosa. 7. Usa zapatillas Converse y tiene un collar muy raro, parece como un mandala o algún símbolo hindú. 8. Siempre ocupa mi asiento cuando me bajo. 9. En invierno abre un poco la ventana porque se sofoca con el mal olor acumulado en el ambiente. 10. Me encantaría hablarle...

CORRÍ, pero llegué. En camino. El viaje de San Justo a Mataderos no es largo, pero rebalsa de gente. Mi ILUSIÓN de colectivo vacío se desvanece. Lo curioso es que generalmente somos los mismos. Por treinta minutos, estos desconocidos son el único paisaje que tengo, se podría decir que son parte de mi tablero, sin embargo son ajenos, extraños. Casi que no veo personas, sino ocas vacías, torpes. Gansos que caminan juntos en la misma dirección sin saber que existen otros caminos, sin probar ni una sola bifurcación, todos viendo cómo avanzar algún casillero más rápido, corriendo una zanahoria que se aleja cada vez más. No me excluyo, ahí estoy yo, con la cabeza apoyada sobre el vidrio, espiando por el reflejo a ELLA y pensando en la maldita prueba de Química. Es en las primeras horas, no estudié y no entiendo. Tengo plena seguridad de que me va a tocar retroceder un par de casilleros. A veces el destino te gasta bromas y patea el tablero, o al menos lo mueve y te da la posibilidad de despabilarte y cambiar las reglas. Dije despabilar, no sé si fue el caso porque acá hizo lo contrario, me fue cerrando los ojos...

Una frenada me despertó. Seguía en EL COLECTIVO. Me había pasado. Por la ventana la Av. Directorio, veo el Parque Avellaneda en su plenitud. ELLA encontró un lugar justo dos asientos delante del mío. Era la primera vez que la veía en otra posición que no fuera parada a mi lado… Saco mi cuaderno, voy a la última página y anoto con la letra más prolija que puedo: "Púdrete Química, púdrete Profesora Rivas, púdrete vos y toda tu tabla periódica". Cierro el cuaderno y me siento un poco más relajado. No recuerdo cuando se me había tomado la costumbre de insultar diciendo púdrete. Papá decía que lo había copiado de alguna serie, que nosotros no puteamos así. No me importa, a mi me gusta y no parece tan agresivo, pero por otro lado tiene mucha fuerza. Es un deseo intenso, proviene desde las entrañas, hay una descarga en esa palabra. Por eso suelo armar lista de púdretes y escupo todo lo necesario. Es mi forma de vomitar, de largar bronca y no quedarme en silencio. Nunca fui de decir las cosas, me quedo callado, los gritos van por dentro... ​

Suma tu púdrete

¿Cuántos PÚDRETES más puedo decir? ¿Esto es Flores o Caballito? ¿Qué hacer? ¿Bajarme del Colectivo? ¿Volver? ¿Podía ratearme? ¿Debía? ¿Qué digo? ¿Dónde voy? ¿Y en el colegio qué voy a inventar?

¿Hago realmente lo qué quiero? ¿Qué mierda quiero? ¿Qué voy a hacer cuando termine este año? ¿Y si me pierdo? ¿Por qué no me animo a habalarle a ELLA? ¿Qué es esta puntada que tengo en el pecho?

Las preguntas comienzan a invadirme...

Me miró. Estoy seguro que me acaba de mirar. Estaba en EL COLECTIVO, ya bien lejos del colegio, cuando se levantó para bajarse y tuve la sensación de que nuestras miradas se cruzaron. Ella se paró despreocupada, metida en su universo con los auriculares y haciendo mímica de una canción que no lograba descifrar, pero me encantaba. Solo una mirada bastó para interrumpir todas MIS PREGUNTAS y levantarme. Imantado, como lo había visto en varias películas, me bajo tras ella. No sé muy bien qué barrio es y no tengo ningún plan más que seguirla, hablarle, decirle algo, rescatarla de su Juego de la oca o al menos pedirle que me rescate a mi. Es parque Centenario, alguna vez había venido de chico. Camina bordeando el parque mientras mis dotes de detective fluyen, la sigo de cerca. Inesperadamente dobla hacia los puestos de libros y la pierdo. Me asomo despacio, cabeceo para ambos lados y no la veo. Sin duda era el peor espía del mundo y mi aventura había terminado.

Desolado y pensando que todos se estaban riendo de mi FRACASO COMO ESPÍA , disimulo mi bronca y me pongo a hojear uno de los cajones con libros que había en el primer puesto. Eran poetas argentinos, iba y venía por los libros mientras pensaba qué hacer, cuando la escuché:-¿Te gusta la poesía? - Era ella, ahí, parada delante mío, como en el colectivo.- Eh... No, si, bah más o menos, es para un trabajo del cole- La peor de todas las respuestas, hubiera sido más digno decirle "te estaba siguiendo" antes que titubear tantas mentiras.- Ah, ¿por eso no bajaste dónde bajás siempre? ¿Tenías planeado venir aca? ​-En realidad me rateé, tenía prueba de química- ¿Te rateaste? Pensé que te habías quedado dormido.- Un poco y un poco. ¿Vos trabajas acá?- Sí. Por las mañanas en el puesto y a la tarde estudio psicología, eso lo debés saber, vi que mirabas mis apuntes un día...

- Es que me interesa, creo que voy a estudiar eso - Dije la verdad por primera vez en la conversación.- ¡Qué bueno! Seguramente nos vamos a ver en alguna materia o podemos arreglar para volver juntos, en el bendito 55. - Sería genial. - ¿Vas a llevar uno? - Sí. Recomendame... - Mira… a mi me gustan varios: Juarroz, Bayley o Gelman. - Cualquiera. - Hagamos así, llevate los tres y después me decís cuál comprás y me devolvés los otros, total nos vemos sí o sí todas las mañanas - Gracias. No sé que decir. - No digas nada, la poesía lo va a a decir -Hasta mañana entonces... - Hasta mañana Cargo mi mochila con los tres libros y la sensación de haber abierto un nuevo camino, aunque no le había preguntado el nombre...

Jamás hubiera imaginado estar acá, mientras miro el lago recuerdo secuencias de este día: COLECTIVO, PREGUNTAS, EL DIÁLOGO : Surcos del azar que me hicieron vivir un dia diferente. Me siento un poco más libre que ayer, como que la mochila está ahi pero ya no es un peso, ahora es una almohada para mi cabeza que me permite descansar. Me acerco al lago a darle tutucas a los peces, veo mi reflejo en el agua y casi no me conozco, me concentro para encontrarme entre los peces y recuerdo aquel cuento de Cortázar que leímos en el cole. Los peces se van sumando, parece que andan con hambre. Cuando quiero romper un poco más el paquete veo desprenderse del bolsillo de mi pantalón mi celular. Con mi mano derecha sostengo el paquete, con la izquierda trato de manotear el celular, pero no hago más que darle un último empujón. Rebota contra el adoquín y se pierde en el fondo del lago. Me desespero, revuelvo el agua , los peces se van pero no veo el celular. Atolondrado, doy un paso hacia adelante y resbalo, mi cuerpo entero se hunde en el agua.

Después de una hora, sigo sentado junto al lago. Ya estoy casi seco, pero inundado de vergüenza y sin celular. Por suerte el oficial que estaba interesado en saber mis datos para llamar a mi familia se alejó. Lo sucedido en EL LAGO había sido un extraño bautismo, todavía no podía entender muy bien lo qué me pasó, pero yo ví en ese reflejo algo que nunca había visto, tal vez tenga que mirarme mejor cuando me veo al espejo por las mañanas. Estaba por irme cuando veo a un conjunto de gansos que flotaba hacia el islote del centro. “ocas, todas yendo para el mismo lado”. Sin embargo, a contramano de todas, y muy decidida una Oca se me acercaba Al llegar casi a la orilla, un metro más o menos, hunde su cuello y toma algo. Sale del agua, camina torpemente y, aunque no lo pueda creer, veo que tiene en su boca mi celular. Se acerca y lo suelta delante mio. Me mira a los ojos y antes de que pudiera decir algo grazna fuerte, muy fuerte, como intentando aturdirme. Después vuela tan alto que la pierdo de vista. Agarro el celular completamente mojado, trato de prenderlo, pero no puedo. Es momento de partir.