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"Leer en tiempos de pandemia"

Concurso de marcapáginas

Homenaje a Carmen Laforet (1921-2004)

¿Empezamos?

certamen de MICRORRELATOS

biblioteca del ies turaniana cURSO 2020/2021

Sacrificios

Ella

Una foto, mil palabras

Vivir por él

Un pedacito de ti

Un lugar inexacto

Trabajar para vivir

Tiranía

Prójimo y plata

No te olvides de lo importante

Luchar merece la pena

Lo mejor que me trajo la primavera

El silencio

El fin del mundo

El cosmos te observa

Huérfano en el siglo XVIII

El castigo de los recuerdos

Comprensión

11:11

Stone Blood

Arrepentimiento

Una sociedad egoista

¿Por qué estamos aquí?

Ya no soy ser

Una frase que cambió dos destinos

Índice

Sebastián, 2º

Kawtar, 2º

Antonio J. , 1º

Yanira, 2º

Ariadna Martín López, 3º de ESO

1. Una sociedad egoísta

-De entre todas las personas que puedan estar leyendo esto no sabría decir con exactitud cuántas se lo han podido preguntar y cuántas no. Pero quiero que tú, lector, pienses un poco, y quiero preguntarte: ¿no piensas que la sociedad, el ser humano es egoísta por naturaleza? Es decir, ¿si la gente se preocupara más los unos por los otros, no estaríamos todos mejor? ¿Por qué solo nos preocupamos por nosotros y no por las personas que supuestamente queremos? Estas preguntas rondaban y rondaban por la cabeza de un adolescente con muchos problemas mentales. Recibía tan poca ayuda que se hacía estas preguntas constantemente sin recibir ninguna respuesta. La soledad, y su propia alma, era lo único que le quedaba. Él sabía que su única compañía en realidad es él, pero no siempre será su mejor amigo, ya que podría llegar a ser su peor villano. O a lo mejor no solo le quedaba él mismo. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida. Y él directamente no sabía para qué estaba en ella.

2. Arrepentimiento

La discusión se había formado después de que uno de los contribuyentes afirmara que simplemente no estaba listo para continuar con la falacia que habían construido. No muchos de acuerdo, contraatacaron. —¿Qué estás tratando de decir? ¡Es inútil! De aquí no sales, lo has aceptado— había dicho alguien no muy contento con la desintegración de lo forjado. —No es justo— se defendió—, tratar de enmendar las cosas puede ser una opción, no sé si sabían sobre la existencia de la "reconciliación"— remarcó lo último con ironía. —Unos seres nacen para vivir, unos para trabajar, y otros para mirar la vida— trató de hacerle entrar en razón con esa frase. —¿Estás citando a Laforet?— contestó incrédulo, sin salir de su indignación—, será mejor que te busques otro chantaje emocional. —¿No hay alguna forma para que desistas?— suspiró ya cansado. —¡Ríndete!, si esperas que lo haga, estás muy equivocado— su voz cambió a un tono más bajo, siendo casi un susurro. —¿Acaso...— entrecerró sus ojos—...te gusta? —¡Claro que no!— gritó exageradamente. —¿Entonces por qué te pones nervioso?— acusó—¿Es en serio...?— sonrió con malicia— ¡Mira, ahí viene! —¡¿Dónde?! Luego rieron. Tal vez había algo de razón en ello.

Texto e ilustración:Stefanía Yirley Cubillos Saavedra, 4º de ESO

3. Stone Blood

…Pero esta vez ningún “perdón” podría llegar a cubrir tal culpabilidad que hasta el día de hoy me llena y me apuñala cuando recuerdo ese momento en el que quedé inmóvil como una roca. Cada vez que cierro los ojos oigo esas palabras que constantemente me repetía, con la mirada perdida en el cielo, y que no era capaz de comprender: “Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida”. Ella era la única que podía deducirlo. Tan solo con clavar su mirada azul como el cielo en la mía, hacía que cualquier mínimo recuerdo me atormentara. Recuerdo el día en el que me la arrebataron. Era medio día y me fui de casa sin saber lo que me aguardaba al regresar. Aquella escena. Ella estaba en el suelo poniendo fin a un rastro de sangre que seguía desde su vieja butaca. Me quedé inmóvil mientras aquellos malhechores escapaban con sus preciosas joyas y los vecinos llamaban a la policía, culpándome de haber matado a la única persona que me quedaba. Y desde esta sucia celda en la que solo me acompañan las ratas, quiero dedicarte este fragmento de mi vida. Mi querida abuela, fuiste la única que me hizo contemplar la belleza del mundo por unos instantes, y, tranquila, no te haré aguardar mi espera mucho más tiempo, dentro de poco nos volveremos a ver…

Texto e ilustración: Purificación Nieto López, 4º de ESO

Claudia Palomeque Pérez, 4º de ESO

4. Una frase que cambió dos destinos

Aquí me encuentro, en este acantilado tan temerario y sin vida que a nadie le gusta; pero a mí, la chica de los demonios, me encanta este lugar porque aquí empezó mi felicidad, cuando le vi. Él había conseguido salvarme por un tiempo. Cuando le conocí mi destino cambió, o eso creía. Ese día vine para quitarme la vida, sí, un acto muy cobarde pero ya no soportaba ese dolor, era mejor desaparecer. Recuerdo que se quedó sentado, se giró, me sonrió y me ofreció sentarme junto a él. Fue extraño, porque sentí que estaba a salvo por primera vez en mucho tiempo. Inesperadamente me dijo: - Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida. Había algo que me intrigó de él, así que cuando se marchaba, le seguí. Me salvó hasta hoy, un año después. Aquí estaba otra vez, para terminar lo que una vez empecé. Porque yo nací para mirar la vida alejarse de mí. Porque le alejé de mí de la peor forma posible. Así que cerré los ojos y dejé que el viento se llevara mi último recuerdo y las olas mi último aliento.

Purificación Nieto López, 4º de ESO

Noemí Pérez Buhai, 4º de ESO

Darío Sánchez Fuentes, 4º de ESO

5. Ya no soy ser

El 28 de agosto de 2042 aparecía en los periódicos la siguiente noticia: “Ha estallado la tercera guerra mundial, el mundo está enfrentado en tres bandos”. Entre los países que no se querían involucrar estaban España, la India y Portugal. Esta guerra estalló cuando el crecimiento de Rusia empezó a alertar a los demás países circundantes. Como respuesta Ucrania y Polonia, que habían tenido problemas con Rusia anteriormente, tomaron la iniciativa de ataque, en la cual perdieron todos sus territorios. Rusia conquistó toda Europa hasta Alemania en 3 meses, ya que, a pesar de las nuevas tecnologías para la guerra desarrolladas por todos los países, Rusia tenía un ejército imbatible. Había ya distintas organizaciones pacifistas intentando frenar el conflicto. Fueron ejecutados. Rusia seguía con la ofensiva Sputnik o Спутник que los llevó a la conquista de Europa y Asia en tiempo récord. El presidente de EEUU vio la situación y su respuesta fue eficaz, pulsó el botón. Él, el único superviviente dijo: “Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar y otros para mirar la vida, pero mi trabajo ha acabado aquí. No queda nada que ver y moriré, por lo tanto, ya no soy ser”

Laura Ortega Jiménez, 1º de bach

6. ¿Por qué estamos aquí?

Esta mañana observé a mi nieto mirando fijamente por la ventana. Hacía tiempo que no le veía tan pensativo. No pude evitar acercarme a él y preguntarle sin tapujos qué era lo que estaba ocurriendo allí fuera para que él estuviese tan pendiente y desconcertado al mismo tiempo. Tras haber trascurrido un par de segundos no obtuve respuesta alguna, por lo que decidí marcharme. A la mañana siguiente ocurrió exactamente lo mismo. Allí estaba otra vez, enfrente de la ventana. La curiosidad pudo conmigo y seguidamente me acerqué a él para intentar comprender qué era aquello que le causaba tanta incertidumbre. Su mirada me transmitió desconcierto, pero al final terminó por preguntarme “Abuelo, ¿Para qué hemos nacido todos nosotros?”. No pude darle una respuesta válida, puesto que a día de hoy sigo sin saberla. En aquel momento solo pude responder “Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida”.

José Antonio Cafe Clode, 2º de ESO

Destiny Oke Boniface, 1º de bach

7. 11:11

Me giro nerviosa, y me doy cuenta de que Once me está mirando con su maldita sonrisa ladeada. Quiero darme la vuelta, pero mi orgullo y el no querer que me vea nerviosa me motivan para seguirlo en el duelo de miradas. Él se acerca e instintivamente yo también. - ¿Por qué estás así de distante conmigo? Sabes de sobra que entre nosotros hay algo y me niego a no intentarlo, no me rindo y menos con alguien como tú-. Me dice. -No puedo permitirme sentir nada por alguien como tú. - Le respondo a punto de romper en llanto, -Sabes que hay seres que nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida. Pero yo no he nacido para quererte y hacer una vida entera contigo. - le respondo y decido marcharme. Pero no sin antes girarme algo asombrada por mis acciones con la intención de ver su sonrisa, pero esta vez solo veo sus preciosos ojos canela derramando una lágrima. Once se da cuenta y me susurra: -No me alejaré de ti con el temor de que encuentres a alguien mejor que yo. Voy a ser la persona que quiero ser para ti.

Manuel Martínez Requena, Profesor

Alejandra, 1º

Salva, 2º

María, 2º

Dani, 1º

Andrea Zhen Rodríguez Real, 1º de bach

8. Comprensión

Antes era una niña más. No quería destacar y prefería olvidarme de darle explicaciones a la sociedad por ser diferente. Pero en cuanto fui creciendo, con un poco de su ayuda, pensé que esa no era la actitud más adecuada, entonces fue cuando decidí destacar. Gracias a ello conseguí un trabajo espectacular, el cual disfruto, además me siento más feliz de lo que podría haberme sentido si hubiera seguido con mi anterior mentalidad.Veo a mis compañeros y puedo encontrar diversas actitudes que tienen ante la vida, observando te das cuenta que hay muchos que se preocupan excesivamente por su trabajo. Eso los consume haciéndoles perder tiempo para poder estar con su familia. Pero también convivo con algunos amigos que no han cambiado, siguen teniendo mis pensamientos del pasado, cosa que les ha hecho no llegar a nada.A ambos tipos de personas les intenté explicar mi manera de vivir, pero me dijeron que estaban a gusto con sus vidas, que no querían cambiarlas. Ahí fue cuando me di cuenta de que unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida. Afortunadamente siento que yo he nacido para vivir la vida.

María Isabel Robles Francsics, 1º de bach

9. El castigo de los recuerdos

Y otra vez más allí estaba ella, paseando entre la multitud mientras poco a poco se iba sumergiendo en la oscuridad de sus pensamientos, aquellos que la arrastran y la castigan día tras día con los recuerdos del pasado, esos que desde hace mucho no la dejan dormir tranquila. ¿Y si las cosas hubieran sido diferentes? ¿Podría haber hecho algo para cambiar lo ocurrido o para al menos evitar pasar tanto dolor? Esas son las preguntas que no dejan de rondar por su cabeza día tras día. Y quizás ella aún no lo sabía, pero la estaban destruyendo poco a poco con cada palabra, con cada lamento y con cada lágrima derramada. Pero, después de un largo tiempo de reflexión, logró sacar algo en claro: “Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar a la vida” Aunque en el fondo sabía que no pertenecía a ninguno de esos seres, pues ella lo que hacía era lamentarse y sufrir por su vida, aquella que muchas veces intentó cambiar y vivir de otra forma. Pero su esperanza se desvaneció cuando vio que solo podía vivirla de una forma, y era a través del dolor.

Francisco Salmerón y David Nicolás

Claudia Valverde Parrilla, 1º de bach

10. El cosmos te observa

El viento y la lluvia enfriaban los corazones de los presentes aquella tarde de invierno. El lúgubre ambiente servía de preludio al despegue de una nueva nave espacial comercial. Ella, de pie, impotente, ante la plataforma de lanzamiento de su tren hacia las estrellas; observaba, quizás por última vez, la vida terrestre; sentía el viento y la lluvia en su rostro; escuchaba el ruido de las máquinas despejando las instalaciones y el murmullo de las personas. En definitiva, escuchaba el incesante sonido de la vida. Minutos después se encontraba a bordo del complejo e ininteligible transporte, con los ojos llenos de lágrimas por la pérdida de los recuerdos del ayer y por la agria despedida. En seguida se encendieron los motores y la nave despegó, dejando atrás la superficie y escapando de la Tierra. Pronto llegó a la órbita, y maravillada y aterrada, observó el vasto Universo. Por primera vez en su vida, no estaba sola. Pronto sus ojos reflejaron la majestuosidad del cosmos, mientras el tiempo parecía haberse congelado por completo. Ahí comprendió que mientras unos seres nacen para vivir, otros lo hacen para trabajar y otros para mirar la vida. Ella había nacido para volar.

Aya El Kamili, 2º de ESO

Ernest Poku Mfun, 1º de bach

11. El fin del mundo

Aquel día estaba tumbado en mi cama sin nada más que hacer que escuchar música completamente aislado del mundo. De pronto un gran estruendo en el exterior consiguió distraerme de mi pasatiempo. Me asomé a la ventana, y en la calle solo podía ver a todos los que transitaban mirando al cielo. Unos gritando y otros temiendo por sus vidas en silencio, paralizados por el miedo, pero ¿qué era lo que los aterrorizaba tanto? Dirigí mi mirada al cielo y pude contemplar cómo éste parecía agrietarse lentamente hasta romperse por completo. No podía creer lo que veía, quise huir pero mi cuerpo no reaccionaba a las órdenes de mi cerebro. Detrás de esta gran grieta asomó la cabeza de un enorme ser con grandes cuernos que miraba detenidamente nuestros pálidos rostros. Después de un momento abrió lo que parecía ser su boca y con una grave voz que se escucharía hasta en la otra punta del mundo dijo "unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida, pero vosotros, humanos, nacisteis para morir", acto seguido comenzó a lanzar llamaradas sobre toda la faz de la Tierra. ¿Era realmente éste el fin del mundo?

Paula López Puga, 1º de ESO

Amanda Baena Jiménez, 1º de bach

12. El silencio

Hoy me he levantado y la he visto llorar por entre aquel pequeño hilito de luz que dejaba la puerta entreabierta. Ella estaba diferente, estaba apagada, sola, triste, no quería hablar con nadie de lo sucedido. Estaba sumergiendo sus emociones tras la pantalla del móvil. Deslizando el dedo, sin prestar mucha atención, se topó con un vídeo en el que alguien decía: "Este mundo se divide en rotos y descosidos, y cada ser humano tiene que preguntarse qué daño le han hecho las cosas que han vivido para saber de qué lado está”, eran palabras del libro de María Dueñas, “El tiempo entre costuras”. Al escucharlas se me vino a la cabeza una frase que hace años decidí apuntar en mi diario: 'Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida”. ¿Para qué había nacido yo?

Hugo Reyes Iborra, 1º de ESO

Ana María Cobo Pérez, 1º de bach

13. Huérfano en el siglo XVIII

Bañados por la primera luz de otro monótono día, nos dirigíamos a aquella nuestra cárcel a la que todos llamaban “fábrica”. No conocíamos más que el trabajo y eso me hacía sentir sumamente miserable. La pérdida de nuestros padres fue devastadora para ambos, especialmente para Alexis. Encontraba en su dulce y cándida sonrisa un consuelo, una razón para seguir adelante, y ver cómo era despojado de su infancia de esa forma era atroz para mí. Caminábamos apresuradamente, temerosos de ser castigados por no llegar a tiempo de nuevo. El paso de mi hermano cesó de repente a mis espaldas. Su mirada se posó en uno de los carruajes que ocupaba la calle y, con una expresión algo confusa en su rostro preguntó: - Derek, ¿Por qué ese niño no tiene que ir a trabajar? - atisbé un vestigio de su inocencia. – Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar y otros para mirar la vida. - respondí. Continué el trayecto sosteniendo su mano, viendo cómo se alejaba a cada paso la etérea idea de una vida en libertad. Me limité a asumir nuestra realidad, resignándome a aceptar cuál era y sería nuestro destino.

Antonio José Cobo Pérez, 1º de ESO

Ana María Gomes Mendy, 1º de bach

14. Lo mejor que me trajo la primavera

En una tarde de primavera, cierto año tuve la oportunidad de ver a lo más bello e importante que me concedió la vida, mi pequeña diabla. Esa réplica idéntica de mí, tanto físicamente como mentalmente. Es como otro yo hecho a mi imagen y semejanza. Un demonio divino que me trajo miles y miles de risas. Esa es mi hermana, casi mi “hija”, mi mejor amiga y compañera de travesuras. Un cóctel explosivo con una mezcla de locura , cariño, diversión, gracia, etc. Creo que unos seres nacen para vivir, otros para trabajar y otros para mirar la vida, pero yo cada día me doy más cuenta de que naciste para darnos lo mejor de la vida, para enseñarnos lo que es la felicidad y yo cada día me doy más cuenta de que nací para amarte, cuidarte, protegerte, apoyarte y estar siempre para ti. Cueste lo que me cueste, contra viento o marea, porque eso es el amor de hermanas, un fenómeno que cautiva, por su intensidad, fortaleza y forma incondicional y desinteresada.

Nerea Guillén Brogeras, 1º de ESO

Texto e ilustración: Nayra Martín López, 1º de bach

15. Luchar merece la pena

Los años de vivencia hacen a una persona ver todos los errores cometidos y las lecciones aprendidas, hacen que una persona vea con más detalle la vida y, sobre todo, que se fije en cómo los demás viven y la forma en la que lo hacen. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida. Y pensarás el porqué de esto. Es sencillo, todos nosotros no somos iguales y no todos vivimos de la misma manera. Ninguna persona es mejor que otra y no es mejor la manera en la que decidimos vivir que otra. Nosotros debemos luchar por lo que realmente queremos y nos hace felices. Durante mi vida yo siempre he luchado por mis sueños y nadie me quitó la ilusión de conseguirlos. Si hubiese sido así, yo no habría dejado todo lo conseguido atrás. Hay que buscar la manera de estar bien con uno mismo y, si se cometen errores, aprender de ellos. Esta es la mejor manera de superarse a uno mismo.

Blanca Martín Cobo, 1º de bach

16. No te olvides de lo importante

30 de abril de 2021, el mundo ha cambiado, ya no es como lo conocimos hace unos años atrás. La gente ya no es lo que era, están cansados de no poder besar a sus familias, amistades, cansados de las horas que están en casa. Todos desean hacer lo que les plazca sin atender a la hora ni el lugar. Muchos han cambiado a causa de la pandemia. Algunos han sabido ver lo malo y sacar lo bueno. Sin embargo, otros no han podido ver más allá de la negatividad que ha conllevado toda la situación. Conozco personas que han reducido su vida a hacer lo básico e imprescindible para vivir, sin pararse a pensar que es efímera y, no se nos puede olvidar lo más importante, que hay que disfrutarla. El mundo se ha dividido en tres grupos, unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para vivir la vida. Soy María, tengo 85 años y como consejo os diré que disfrutéis todo lo que yo no he podido, porque, quizás ahora no, pero en un futuro me entenderéis.

Sandra Calzada Hernández, 1º de ESO

Texto e ilustración:Maryem Medjek, 1º de bach

17. Prójimo y plata

Ya no se oían los aviones, pero la gente que pasaba a su alrededor vivía con el miedo de volver a escucharlos. El olor a ceniza se saboreó en las puertas de esa mansión donde dejó sus huellas, alejada del desastre de la ciudad donde se cortó el silencio que existía por los ladridos de los perros guardianes y las risas misóginas de los dueños de ese hogar. Eran igual, eran exactamente iguales. Fríos, ásperos, innecesarios ¿Cómo pudo él llegar ahí mientras su propio hermano se alzaba de esa forma ante la muchedumbre? Las miradas se cruzaron. La de Alex no emitía sentimiento hacia él, lo que realmente quería era coger la pala de atrás para empezar su oficio en los jardines casi muertos del lugar. La mirada de Ethan pedía ayuda bajo esa capa burlesca y de superioridad que trataba de transmitir frente a sus invitados. Su copa temblaba con suavidad recordando con arrepentimiento las palabras que le dijo alguna vez. -Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar y otros para mirar la vida. Yo nací para vivir y tú para trabajar para mí.

Aitana, 2º

Nicolás, 2º

Lucía, 2º

Fran, 1º

María Mañas Sáez, 1º de bach

18. Tiranía

Yo fui testigo de lo que ocurrió aquella tarde cuando él llamó a la puerta con determinación. Al poco apareció una pobre mujer atemorizada. Por favor, todavía no tengo el dinero para pagarte. Dame unos días más.- dijo la mujer. No, si eso ya lo sé -dijo él- vas a pagarme limpiando y sirviendo en la boda de mi hija. Pero, señor, eso no es justo. Los impuestos están desorbitados y me paga una miseria. No soy su esclava. Si no haces lo que te digo, no pagar los impuestos será el menor de tus males. Míralo de esta manera, unos seres nacen para vivir, otros para trabajar y otros para mirar la vida. Yo he nacido para vivir; tú, para trabajar y servir; y el perro que me acompaña, simplemente, mira la vida pasar. Es así. Y después de oír aquello, agaché la cabeza y me avergoncé de ser el mejor amigo del hombre.

Nicolás, 2º

Noah, 2º

Carlos, 2º

África, 2º

Sonia Durán Estrella, 1º de bach

19. Trabajar para vivir

El cielo brillaba y las flores florecían con los rayos del sol. Todos llegaban al campo como un día cualquiera desde hace años. Juan les esperaba con ganas de trabajar y recolectar las fresas, tan rojas como la pasión, que tenía de las fincas de su abuelo. Lucas y Sebastián comenzaban escuchando la rutina que Juan marcaba. Cuando éste se marchaba comenzaban su día cogiendo los canastos para llenarlos con la recolecta. Lucas tenía fuerza y ánimo para acabar el día, pero necesitaba la motivación de alguien para así no bajar el ritmo. En cambio, Sebas, era más sagaz. Siempre se paraba a descansar y esperaba a ser pillado para entonces decir que estaba más atrás porque se dedicaba a recoger las fresas atrasadas. Al final de la jornada, Juan volvía y hacía una pequeña valoración del día, seguidamente de la vida, para así motivar a sus trabajadores y hacer de su trabajo algo diferente. Aunque él siempre ha tenido claro que existen personas para vivir como Lucas; para trabajar, como él, el dueño de la finca, y otras para observarles, como Sebastián. Su abuelo tenía toda la razón: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”

20. Un lugar inexacto

Despierto, no sé dónde estoy. A ver, bueno sí, en unas escaleras mecánicas ubicadas en la nada. Solo recuerdo haberme ido a dormir como una noche cualquiera. Intento bajar de esas escaleras, caminar contracorriente, para saber el sitio exacto donde me hallo. Voy lento, demasiado lento. En mi camino, al inicio, intento recordar lo que hice la noche anterior. Tuve una cena con un socio. De pronto me viene un flashback de una parte de la conversación: - Ya me entiendes – le dije seriamente- unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida, y tú no es que vivas precisamente para trabajar, de hecho, no aportas nada a este proyecto. No recuerdo lo que respondió, pero sé que el resto de la cena lo pasamos en silencio. Llegué al inicio de la escalera, me vi a mí en una cama de hospital. Ahora llega la enfermera para darle al doctor los resultados de la analítica, altos niveles de arsénico. Ya lo recuerdo. ¡Del cabreo que pillé fui al baño y el asqueroso de mi socio me puso arsénico en la comida! Vale, ya sé qué me pasa. Estoy muerta. ¿A dónde iré ahora? ¿qué habrá dónde vaya? Esta creo que será la siguiente parte de mi historia.

Texto e ilustración: María Rabaneda Huertas, 1º de bach.

Encarnación Utrera Rodríguez, 1º de bach

21. Un pedacito de ti

¿Sabes ese sentimiento de paz, armonía y tranquilidad? Es una sensación totalmente placentera. Gracias a ti puedo disfrutar de ella con cada caricia, cada abrazo y cada risa. Un pedacito de ti es lo único que necesito para estar feliz durante el resto del día, tu dulzura es mi medicina.Cuando te conocí no sabía que íbamos a acabar así, no sabía que esa amistad tan sincera iba a acabar en algo tan duradero y esta es nuestra historia. A veces hay momentos tristes, a veces hay momentos alegres, pero eso es el amor, un sentimiento tan contradictorio. Que si es amargo, que si se vuelve dulce, ahora risas, otras llantos. Todo siempre distinto, pero a la vez coordinado. No tuve un amor idealizado. Siempre fui realista con ello. Miro a mi alrededor y veo cada día parejas que ni se respetan. Qué lástima que le digan “amor” a una relación que lo único que produce es que se engañen mutuamente. Las personas de hoy en día malgastan un “te amo”, malinterpretan el amor volviéndolo un sentimiento totalmente ajeno a su esencia. Unos seres nacieron para vivir, otros para trabajar y otras para mirar la vida. Pocas personas aman como tú y yo.Yo, tan delicada, tan insegura, tan cabezota. Tú, tan bello, tan dulce, tan apasionado. Nosotros, tan nuestros.

Laura Grosso Tarazaga 1º de bachillerato

Sonia Fernández Fernández, 1º de bach

22. Vivir por él

Solía recurrir a mi abuelo cuando sentía que estaba perdida y desperdiciando el tiempo de mi vida. Él siempre me decía: ``unos seres nacen para vivir, otros para trabajar y otros para mirar la vida. Pero tú no hace falta que escojas, porque te mereces disfrutar de todo lo que conlleva vivir. Porque debes vivir, trabajar, esforzarte, caerte, levantarte, y al final del trayecto pararte a ver tu recorrido. Esa es la mejor parte, porque está llena de recuerdos, de memorias, de nostalgia, a veces de tristeza y enfados pero también de amor y de felicidad.´´ Pero él sabía que yo no quería eso. Yo quería que él me mirase a mí. Pensaba que la propia vida me mostraría que podía enfrentarme a ella. Que podría ir contra el tiempo y las decepciones, y podría entender esos sentimientos fríos, esas emociones frustrantes. Pero una vez más me equivoqué. La vida me dio una lección. Yo no podía controlarla, ella elegía quién lo hacía. Mi abuelo murió. Me tocó vivir y trabajar. Al final me paré a ver mi vida, justo como él lo había previsto.

Alejandra López, 2º de ESO

23. Una foto, mil palabras

Era una mañana como otras. Me levanté, tomé mi abrigo, cogí mi cámara y salí a las calles para ver que podría encontrar el día de hoy. Soy un fotógrafo sin mucha fama que le gusta hacer fotos de la vida cotidiana, captar momentos y situaciones del día a día, pequeños momentos que pensamos que no son importantes pero que marcan nuestra vida. Me gusta inmortalizar todas esas situaciones. Llegué como de costumbre a mi cafetería favorita y ahí estaba ella. Una chica de mi edad con el pelo color café y sus mejillas salpicadas con pecas. No sé su nombre, nunca me atreví hablarle, pero desde el momento que la vi me embrujó. Siempre estaba ahí estudiando, con su café, y me daba miedo molestarla. A veces pensaba en cómo sería inmortalizar mi vida junto a ella. Fue en ese momento en el que recordé unas palabras que me dijo mi abuelo hace mucho tiempo: “Hijo, unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida”. Yo no quiero ser un mero observador, yo quiero vivir la vida, así que me armé de valor y me atreví a hablarle. Fue más fácil de lo que pensaba, pero lo que no me esperaba es que esa chica acabase siendo el amor de mi vida.

Texto e ilustración:Carlos Viorel Curtusan Valean, 1º de bach.

Alba Mª Silvero Rodríguez, 2º de bach.

24. Ella

Aquí estoy, mirándola. Ya se ha vuelto rutina. Me pierdo en el océano que muestra en su radiante y profunda mirada, en sus largas pestañas que danzan en un abrir y cerrar de ojos y en la comisura de su boca. Esconde una sonrisa que cuenta como droga pura. Esa droga que no se va de tu cuerpo. Un día más siento la rama del árbol, nuestra sombra, y el césped del parque, nuestra hamaca improvisada. ¿Qué tendrá Londres? Nos preguntábamos, ambas, juntas, bebiendo café y leyendo. Ella es mi libro, y nunca paso página. En él leo cada mañana, recorriendo su espalda con la yema de mis dedos. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar y otros para mirar la vida. Nosotras la miramos juntas, de la mano, enamoradas. Y es que no hay fuerza mayor que la de dos personas que se unen para ser una sola, dos personas que afrontan los escalones pesados y opresores de la sociedad y siguen avanzando a pasos de gigantes. Ayer fuimos nosotras y hoy también. No tengo duda de que mañana lo seguiremos siendo y que volveremos a Londres, tu ciudad, nuestra casa.

Fabiola Cervantes Plaza, 3º de ESO

Nina Gutiérrez Rodríguez, 2º de bach

25. Sacrificios

Admiraba a aquellos que pasaban horas y horas observando lo que el tiempo en escasos segundos se llevaba sin esfuerzo. Caía en mí el aburrimiento, la pesadumbre, el sentimiento de cansancio sin haber empezado apenas a realizar nada. ¿Acaso estaba perdiendo mi vida por la vida de otros? ¿Qué me importaba lo que fuera a pasar en 2 o 3 horas, 4 o 5 días, 15 o 20 minutos? Meras técnicas para medir el tiempo. Algo efímero, que para mí era absurdo de contabilizar. Comienzo a pensar. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida. Pero, ¿A cuál de aquellas categorías pertenecía yo? La agonía se instalaba en mí cada día, pues, en el momento de plantear mi lugar en el mundo, me era imposible poder encasillarme en alguna de ellas. Naces para vivir, vives para trabajar, y trabajas para poder parar el tiempo, parar el tiempo en ti. En ti y en ella cuando te dice “papá”.

Minerva Sánchez, 2º de ESO

María Rabaneda Huertas, Bach.

Alba Romera Rivas, 1º

Roberta Covaci, 3º

Sandra Calzada Hernández, 1º

Paula Martín Vargas, 1º

Fabiola Cervantes Plaza, 3º

marcapáginas ganadores

entrega de premios y diplomas del certamen literario

Entrega de premios y diplomas concurso de marcapáginas

"El arte de escribir consiste en decir mucho con pocas palabras" A. Chéjov, cuentista

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