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Tabú y Eufemismo

No todas las palabras de la lengua tienen la misma consideración entre los hablante. Esta depende de que parezcan más o menos elegantes, ofensivas o inapropiadas. Cuando esto sucede, se buscan alternativas que suavicen su significado. Las palabras tabú son aquellas cuyo uso intenta evitarse en ciertos ámbitos porque tienen connotaciones negativas debido a prejuicios sociales, a convicciones ideológicas, a sentimientos de pudor, etc. El eufemismo es el término que se emplea para sustituir las palabras tabú. No aparece en todos los contextos, ya que podría ser inapropiado en un ambiente distendido entre amigos o familia. Ejemplo: borracho (tabú) / ebrio (eufemismo); vejez (tabú)/tercera edad (eufemismo). El tabú y el eufemismo hacen referencia a la misma realidad. El hablante es consciente de que, al usar un eufemismo, pretende no herir la sensibilidad de la persona que lee o escucha su mensaje.

El significado de las palabras

Las relaciones semánticas

Las palabras que utilizamos para comunicarnos son signos verbales o lingüísticos, y se estructuran en dos planos: la forma o significante y el contenido o significado.

La semántica

Las diferentes relaciones que se establecen entre significado y significante reciben el nombre de relaciones semánticas.

Los cambios semánticos

Con el paso del tiempo, las lenguas van evolucionando y muchas veces, además de cambios que afectan a la fonética y a la ortografía de las palabras, también se producen cambios en el significado.

Sinonimia y Antonimia

  • Sinonimia: consiste en asociar dos o más significantes a un mismo significado. Ejemplo: atardecer, crepúsculo = ‘última parte de la tarde’. Los sinónimos pueden ser:
─ Sinónimos totales o absolutos: cuando son intercambiables en cualquier contexto: comenzar/iniciar; mechero/encendedor; nevera/frigorífico. ─ Sinónimos parciales o contextuales: cuando dos o más términos tienen el mismo significado, pero entre ellos existen matices: caminar/deambular. Aunque las palabras sinónimas tienen un significado igual o semejante, la elección de una u otra dependerá de diversos factores: ─ Precisión. Hay palabras más precisas o concretas que otras, las cuales tienen un significado más general. En el siguiente ejemplo, la palabra hurto es más precisa que robo: Ha denunciado el robo de su teléfono móvil / Ha denunciado el hurto de su teléfono móvil. ─ Variante dialectal. El español es una lengua hablada por quinientos millones de personas y se extiende por la península Ibérica y la mayor parte de América. Tal número de hablantes y extensión geográfica implican variaciones, muchas de ellas en el vocabulario. Por lo tanto, es frecuente que convivan diferentes palabras para referirse a un mismo significado. Por ejemplo, los términos computadora y ordenador son sinónimos, pero cada uno corresponde a una variedad de habla hispana. ─ Nivel o registro lingüístico. En ocasiones, en la elaboración de un texto o de un enunciado se prefiere una palabra más formal o, por el contrario, una más coloquial o familiar. Este proceso forma parte de la adecuación lingüística, es decir, la adaptación del mensaje a la situación comunicativa, utilizando el registro lingüístico adecuado. Ejemplo: Recibió un golpe en el vientre / Le duele la barriga. En ocasiones, utilizamos como sinónimo de una palabra una expresión formada por más de un término. Es frecuente con las locuciones adverbiales, un grupo de palabras que funciona como un solo adverbio, y las locuciones verbales, un grupo de palabras que equivale a un verbo. Ejemplo: El jersey está nuevo / sin estrenar. Me ayudó / echó una mano en ese asunto.
  • Antonimia: se establece una relación de oposición de significado entre dos o más significantes. Ejemplo: entrar/salir. Los antónimos pueden ser:─ Antónimos complementarios: la negación de una palabra supone la afirmación de la otra: vivo/muerto.─ Antónimos graduales: los términos opuestos admiten otros intermedios: caliente/frío (tibio, fresco...)─ Antónimos recíprocos: un término supone, necesariamente, la existencia de otro: padre/hijo.

Monosemia y Polisemia

Se trata de relaciones semánticas que se establecen entre palabras que comparten el mismo significante o un significante similar.

  • Monosemia: se produce cuando a un significante le corresponde un único significado. Muchas de las palabras monosémicas suelen ser propias de lenguaje técnico o especializado, donde la precisión es muy importante y no puede darse ninguna ambigüedad, aunque también las hay propias del lenguaje cotidiano. Ejemplo: carburante, bolígrafo.
  • Polisemia: se produce cuando a un mismo significante le corresponden varios significados que guardan relación entre sí. A las palabras polisémicas les corresponde una única entrada en el diccionario. pie:
  1. ‘extremidad de cualquiera de los dos miembros inferiores del hombre’.
  2. ‘base o parte inferior en que se apoya algo’.
  3. ‘espacio en blanco que queda en la parte interior del papel, después de terminado’.

Homonimia y Paronimia

  • Hominimia: las palabras homónimas comparten el mismo significante por pura casualidad, es decir, a lo largo de su evolución histórica, dos palabras distintas han coincidido en su forma: un mismo significante con distinto significado. En el diccionario, las palabras homónimas aparecen en entradas diferentes, cada una con su significado.
Ejemplo: Llama (del latín flamma): ‘masa gaseosa en combustión’. Llama (voz quechua): ‘mamífero rumiante’. Existen dos tipos de palabras homónimas: ─ Homógrafas: se escriben y se pronuncian igual. Ejemplo: vino (‘bebida alcohólica’)/ vino (‘verbo venir). ─ Homófonas: se pronuncian igual, pero se escriben diferente. Ejemplo: rebelar (‘oponerse a algo’) / revelar (‘descubrir o manifestar algo’).
  • Paronimia: las palabras parónimas son las que se pronuncian de forma parecida, pero tienen significados distintos. Ejemplo: actitud (‘comportamiento o estado de ánimo’)/ aptitud (‘capacidad para llevar a cabo una tarea’).

Hiperonimia e Hiponimia

Algunas palabras establecen entre sí relaciones de jerarquía. Son los hipónimos y los hiperónimos. Los hipónimos son palabras cuyos significados se incluyen dentro de un término más genérico que recibe el nombre de hiperónimo. HiperónimosHipónimosDíaLunes, martes, miércoles...AlimentosCarne, pescado, verdura...FloresRosa, clavel, gardenia...En la creación de textos, la alternancia entre hiperónimos e hipónimos evita la repetición léxica y contribuye a una lectura más fluida. A las dos de la mañana, tres osos polares se acercan al buque. Un marinero de guardia se percata y alerta a los pocos compañeros que no duermen. Los animales no tienen miedo. Álvaro Corcuera, “Viaje a la última frontera del mundo” (El País, 19 septiembre 2014) Los hipónimos de una palabra constituyen su campo semántico. Un campo semántico es el conjunto de palabras de la misma categoría gramatical que comparten un significado común. A su vez, cada una tiene un significado propio que las diferencia de las demás. Por ejemplo, las palabras coche, camión, moto y furgoneta se refieren a vehículos de transporte (significado común) y cada una de ellas tiene sus características particulares (significado propio).

Causas

Los cambios se producen por diversas causas:

  • Históricas. La evolución científica y tecnológica ha provocado que algunas palabras que ya se usaban pasen a designar otros objetos o conceptos. Ejemplo: azafata significaba antiguamente ‘camarera o criada de la reina’ y actualmente ha pasado a significar ‘persona que atiende a los pasajeros en un avión, un tren...’.
  • Lingüísticas. Se producen debido a las asociaciones que realizamos al hablar. Es decir, transfieren su significado de una a otra. Ejemplo: café cortado pasa su significado a cortado.
  • Psicológicas o socioculturales. Existen factores de índole sociocultural que provocan cambios semánticos en las palabras. Por ejemplo, evitar un término cuyo significado tiene connotaciones ofensivas (preso), por otro de mayor aceptación social (interno).
Los cambios semánticos que pueden experimentar algunas palabras son: la metáfora, la metonimia y , por último, las palabras tabú y los eufemismos.

Metáfora

Se produce al atribuir a un elemento el nombre de otro porque entre ellos existe una relación de semejanza. Ejemplo: Hemos quedado en la boca del metro.

Metonimia

Consiste en atribuir a una realidad el nombre de otra, porque entre ambas existe una relación: el todo y la parte (Es una voz privilegiada); el continente y el contenido (Solo comió un plato); proximidad física (el cabecero de la cama); autor y obra (Exponen un Picasso)...

No todas las palabras de la lengua tienen la misma consideración entre los hablante. Esta depende de que parezcan más o menos elegantes, ofensivas o inapropiadas. Cuando esto sucede, se buscan alternativas que suavicen su significado. Las palabras tabú son aquellas cuyo uso intenta evitarse en ciertos ámbitos porque tienen connotaciones negativas debido a prejuicios sociales, a convicciones ideológicas, a sentimientos de pudor, etc. El eufemismo es el término que se emplea para sustituir las palabras tabú. No aparece en todos los contextos, ya que podría ser inapropiado en un ambiente distendido entre amigos o familia. Ejemplo: borracho (tabú) / ebrio (eufemismo); vejez (tabú)/tercera edad (eufemismo). El tabú y el eufemismo hacen referencia a la misma realidad. El hablante es consciente de que, al usar un eufemismo, pretende no herir la sensibilidad de la persona que lee o escucha su mensaje.

Se produce al atribuir a un elemento el nombre de otro porque entre ellos existe una relación de semejanza. Ejemplo: Hemos quedado en la boca del metro.

Consiste en atribuir a una realidad el nombre de otra, porque entre ambas existe una relación: el todo y la parte (Es una voz privilegiada); el continente y el contenido (Solo comió un plato); proximidad física (el cabecero de la cama); autor y obra (Exponen un Picasso)...

Los cambios se producen por diversas causas:

  • Históricas. La evolución científica y tecnológica ha provocado que algunas palabras que ya se usaban pasen a designar otros objetos o conceptos. Ejemplo: azafata significaba antiguamente ‘camarera o criada de la reina’ y actualmente ha pasado a significar ‘persona que atiende a los pasajeros en un avión, un tren...’.
  • Lingüísticas. Se producen debido a las asociaciones que realizamos al hablar. Es decir, transfieren su significado de una a otra. Ejemplo: café cortado pasa su significado a cortado.
  • Psicológicas o socioculturales. Existen factores de índole sociocultural que provocan cambios semánticos en las palabras. Por ejemplo, evitar un término cuyo significado tiene connotaciones ofensivas (preso), por otro de mayor aceptación social (interno).
Los cambios semánticos que pueden experimentar algunas palabras son: la metáfora, la metonimia y , por último, las palabras tabú y los eufemismos.

Con el paso del tiempo, las lenguas van evolucionando y muchas veces, además de cambios que afectan a la fonética y a la ortografía de las palabras, también se producen cambios en el significado.

Las palabras que utilizamos para comunicarnos son signos verbales o lingüísticos, y se estructuran en dos planos: la forma o significante y el contenido o significado.

La semántica

  • Significante: constituye una cadena de sonidos o letras que asociamos a una idea o concepto. Ejemplo: (l-i-n-c-e)
  • Significado: la idea o concepto que transmite el significante. Ejemplo: ‘Mamífero felino de pelaje gris rojizo y orejas puntiagudas’.

  • Significado denotativo (denotación): es el que aparece registrado en los diccionarios, es objetivo y común para todos los hablantes.
  • Significado connotativo (connotación): es aquel que adopta una palabra dependiendo del contexto y la situación en la que se emplea.
Así, al escuchar la palabra lince, cualquier hablante piensa en el animal salvaje (significado denotativo); sin embargo, no siempre empleamos las palabras con su significado literal, y así, el término lince también puede designar a una persona astuta y sagaz.

La semántica se ocupa del estudio de la relación que se establece entre el significante y el significado.