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El patio de la escuela

Había una vez el patio de una escuela. Era parecido y diferente al patio de cada escuela

Todos los días este patio se alegraba con la presencia de niñas y niños. En este patio, además de muchas niñas y niños más, jugaban Marisa con sus amigas y Carlos con sus amigos.

Mientras los niños jugaban, Marisa y sus amigas se sentaban en una orilla lejana del patio para que no las golpearan con la pelota.

Un día Marisa se dio cuenta de que el mayor espacio del patio era acaparado por Carlos y sus amigos que día tras día jugaban futbol.

A Marisa y a sus amigas les gustaba jugar al futbol y otros juegos con la pelota pero nunca habían pensado que podían ocupar el patio que generalmente era utilizado por los niños. Un día, Marisa les dijo a sus amigas que saldrían temprano al patio de la escuela para que las niñas pudieran jugar en él con la pelota.

Así, cuando llegó la hora del recreo, las niñas corrieron con su pelota y comenzaron a jugar en el gran espacio del patio.

Cuando Carlos y sus amigos llegaron al patio para jugar con su pelota, se encontraron con las niñas y les dijeron que el patio era para que los niños jugaran con la pelota y que como siempre las niñas debían sentarse en el espacio que les correspondía.

Marisa le explicó a Carlos que el espacio que les correspondía a las niñas, era el espacio donde ellas quisieran estar y no uno específico e inamovible. Le explicó que a las niñas también les gusta correr y jugar con la pelota y que no era correcto que siempre fueran los niños quienes se apoderaran del patio escolar.

Carlos estaba enojado, no entendía porque las cosas cambiaban, no entendía por qué debía ceder el patio donde siempre ellos habían jugado. Estaba realmente enojado.

Cuando Marisa se dio cuenta del enojo de Carlos, le hizo una propuesta: niñas y niños podemos jugar juntos, hagamos equipos mixtos y tendremos un torneo.

Ahora, todo es más divertido.

Desde entonces, Marisa y sus amigas son un equipo con Carlos y sus amigos.

Así fue como a partir de ese día y todos los días, el patio de la escuela se llena de gritos, de niñas y niños que corren por él y que unos días juegan futbol y otros días alternan con otros juegos y actividades.

Colorín colorado... este cuento se ha acabado