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44-31 a.C.

Asesinato de Julio César. Segundo triunvirato: M. Antonio, Octavio y Lépido.

CRONOLOGÍA IMPERIO ROMANO

14-68 d.C.

Dinastía Julio Claudia:

96-192 d.C.

Dinastía Antonina

27 a.C.-14 d.C

Principado de Augusto.

68-96 d.C.

Dinastía Flavia

Los Julio Claudios

TIBERIO (14 – 37 d.C.) Tiberio Julio César Augusto, miembro de la gens Julia, pasó a ser miembro también de la gens Claudia, cuando su madre, Livia Drusila, se divorció de su padre, Tiberio Claudio Nerón, para casarse con Octavio Augusto, quien lo adoptó el 26 de junio del año 4. De esta manera, Tiberio pasó a formar parte de ambas gens. Muerto Augusto, Tiberio tenía el camino libre para ser emperador. Aceptó el poder por presiones del Senado, pues Tiberio parecía no tener vocación de gobernante, pues sabía las responsabilidades que entrañaba. Ya en el poder, se negó a ser divinizado y rechazó los títulos de imperator y pater patriae, aceptando solamente el de princeps. El mandato de Tiberio se caracterizó por ser una época de prosperidad económica y de paz. Reforzó las competencias del Senado; realizó un gran saneamiento económico; y prefirió la vía diplomática frente a las armas, manteniendo la política augustea de no ampliar las fronteras. Paradójicamente, los mayores quebraderos de cabeza no se los trajeron ni los partos, ni los galos, ni ningún otro pueblo, ni tan siquiera el pueblo romano, sino su propia familia, y todo por el problema sucesorio. En un principio, su sucesor debía ser Germánico, su sobrino e hijo adoptivo, distinguido general y procónsul de Oriente, pero murió en Siria. Tras este suceso, la mujer de Germánico, Agripina la Mayor, entró en escena acusando a Tiberio de haber envenenado a su esposo, basándose en la idea de que Tiberio prefería a Druso, hijo del emperador. Se fue apartando paulatinamente del poder, delegando en Lucio Elio Sejano, prefecto del pretorio y jefe, mientras él se retiraba a su villa de Capri. En sus últimos diez años de vida no residió de manera regular en Roma. Esta segunda etapa del mandato fue mucho más negativa. Sejano empezó a maquinar para hacerse con el poder, por lo que conspiró contra Druso. Para ello logró que la esposa de éste, Livilla, lo envenenase. Tras este hecho, Tiberio fue informado de la conspiración, por lo que se apresuró en volver a Roma, deteniendo y condenando a muerte a Sejano. A partir de este suceso, y aunque siguió establecido en Capri, se ocupó personalmente de dirigir el Imperio. Este último periodo de gobierno se caracterizó por una gestión dura y autoritaria, en contraposición de su primera época como emperador. CALÍGULA (37 – 41 d.C.) Ante esta gestión autoritaria, empezó a surgir entre el Senado una patente insatisfacción, de ahí que con grandes esperanzas, apoyaran la investidura de Gayo César Germánico, Calígula. Este, al haber crecido entre soldados, contaba con la simpatía del ejército, era pues, el candidato ideal. Los inicios del mandato de Calígula confirmaron las buenas esperanzas depositadas en el emperador. No obstante, con el paso del tiempo desarrolló un trastorno mental, lo que provocó un cambio en su carácter. Su breve mandato estuvo protagonizado por ser cruel, extravagante y lleno de desprecio hacia las instituciones tradicionales. Calígula, a través de su megalomanía, acabó con la buena gestión de Tiberio, malogrando de esta manera con el saneamiento económico llevado a cabo por su predecesor. No contento con esta gestión del Imperio, Calígula parece ser que, intentó llevar a cabo la instauración una monarquía absoluta de tradición helenística. Fue la gota que colmó el vaso, por lo que se organizó una conjura, la cual, a manos de los pretorianos, acabó con la vida del emperador. CLAUDIO (41 – 54 d.C.) Los mismos pretorianos que asesinaron a Calígula, impusieron al Senado a Claudio, tío del anterior, en la creencia de que sería un personaje de fácil manejo. No obstante, no fue así. Erudito y con ideas claras además de aparte de sentido práctico, promovió la centralización de la administración, asentando las bases de una burocracia compleja y eficaz. Claudio dividió la cancillería imperial en cuatro departamentos: correspondencia, justicia, archivos y hacienda. Lo mismo hizo con el tesoro, haciendo tres repartos: una parte destinada a reservas, otra a inversiones, y, por último, una para el emperador. Frenó la influencia de los optimates, poniendo a libertos a cargo de la burocracia. Llevó la ciudadanía romana a los provinciales que tenían mayores méritos, los que a su vez fueron nutriendo el Senado, pasando ahora a estar representados no sólo a los patricios itálicos, sino a los de todo el Imperio. En cuanto a la política exterior, observamos a un emperador menos prudente que los anteriores, pero no por ello menos efectivo. Claudio logró transformar algunos territorios vasallos (Macedonia, Licia, parte de Britania) en posesiones romanas. En lo referente a la sucesión, el mandato de Claudio no iba a ser menos, por lo que también estuvo caracterizado por conjuras en pro de unos u otros personajes. En su caso, su primera esposa, Mesalina, divorciada de éste y casada con Cayo Silio, urdieron un plan para elevar a este último a emperador, pero fueron descubiertos a tiempo y ejecutados. Su segunda esposa, Agripina la Menor, envenenó a Claudio para poder entregar el poder a su hijo, de su primer matrimonio, Nerón. NERÓN (54 – 68 d.C.) Agripina persuadió a Claudio para que adoptara a su hijo Nerón, quien, tras la adopción, tomó el nombre de Nerón Claudio César, vinculándose de esta manera a la familia imperial. Agripina logró en parte sus propósitos, pues consiguió que Nerón fuese emperador, pero no alcanzó su finalidad última, gobernar a través de él, pues su hijo no admitió dictados ajenos. Los primeros años del mandato de Nerón transcurrieron de forma totalmente ideal. El Senado se vio reforzado en sus atribuciones, la administración fue plenamente eficaz y la defensa de las fronteras y la relación con el ejército fueron bastante buenas también. Pero a partir del año 55 su comportamiento se volvió totalmente demencial y cambió la situación de forma radical. Comenzó a ver conjuras contra su persona en todas partes y personas, aparte de manejar la idea de instaurar una monarquía absoluta, eliminando así los órganos representativos. Para el año 60, quienes según él, representaban una amenaza fueron eliminados. Entre ellos su madre Agripina, Británico y su propia esposa, Octavia. En cuanto a la gestión económica del Imperio, Nerón hizo bueno a Calígula, pues elevó a enésima potencia la extravagancia y despilfarro de este último, dejando a cero de manera habitual la tesorería, ante lo cual recurría a confiscaciones aleatorias. Tras el incendio que asoló Roma en el año 64, Nerón puso en práctica sus dotes urbanísticas, pues reconstruyó la ciudad según sus planes urbanísticos, dotando a la capital del imperio de una gran monumentalidad, destacando el palacio que mandó construir para su deleite en el Esquilino, la Domus Aurea. El despropósito gubernamental de Nerón no sólo se dejó sentir en Roma, sino que se extendió al resto de provincias. En unas, como en Britania o contra los partos, los problemas fueron sofocados por las habilidades de los magistrados responsables de dichas provincias. En otras, como Judea, la Galia Lugdunense o la Tarraconense, fueron los propios gobernadores los que se levantaron contra la tiranía del emperador. Encabezó el levantamiento de la Tarraconense Servio Sulpicio Galba, contando con el apoyo de la Lusitania, África y Egipto. Nerón perdió totalmente los apoyos, lo que terminó desencadenando en su suicidio. Muerto Nerón, desaparece la dinastía Julio-Claudia y aparece una nueva, los Flavios.

La organización del Principado Desde el año 27 a.C., Octavio pasó a ser conocido con el sobre nombre de Augustus y tener en sus manos todo el poder de Roma. Sin embargo, a pesar de su autoridad absoluta, no se consideró nunca de forma oficial la idea de restaurar la monarquía, Teóricamente continuaban en funcionamiento las instituciones republicanas, aunque en la práctica en nuevo emperador (imperator) se hacía conocer con el título de Princeps civium et senatus, es decir, “el primero de entre los ciudadanos y senadores”. De hecho, a este primer periodo de la historia del Imperio romano se conoce como el Principado. Los poderes vitalicios del imperium y la potestas tribunicia, además del nombramiento como Pontifex maximus, le dieron un control soberano sobre las provincias. En su calidad de prefecto de costumbres intervenía directamente en el nombramiento de los miembros del Senado. El tesoro público (aerarium) estaba también bajo su supervisión. La propia seguridad del emperador aumento al quedar instituida una nutrida escolta conocida como guardia pretoriana (cohors praetoria) al mando de un prefecto de pretorio, siempre un hombre de confianza del emperador.

LA GÉNESIS DEL PRINCIPADO Después de la muerte de Julio César, Roma conocería un nuevo reparto del poder a través de un segundo triunvirato (43 a.C.) que estuvo integrado por: a) Octavio (Octaviano), sobrino e hijo adoptivo de César, asumió el poder de Roma y la parte occidental del imperio. b) Marco Antonio, lugarteniente de César en la guerra de las Galias, se quedó al mando de los territorios orientales. c) Lépido, gobernador de la Galia Narbonense, que tenía el control de África. Una nueva guerra civil se desató pronto entre los nuevos triunviros y fue durante este conflicto cuando se gestó el origen del poder político imperial alrededor de la figura de Octavio, tras haber conseguido la sumisión de Lépido y haber derrotado a M. Antonio, en la batalla naval de Accio (Actium) en el año 31 a.C.

Tras el suicidio forzado de Nerón en junio del 68 d.C. le siguió un breve periodo de guerra civil. El conflicto duró poco más de un año, conociéndose el año 69 d.C. como el Año de los cuatro emperadores. Se sucederían uno detrás de otro como gobernantes supremos de Roma, Galba primero, Otón, Vitelio y, finalmente, Vespasiano quien lograría por fin estabilizar el Imperio e instalar una nueva línea hereditaria, la dinastía Flavia. Este periodo de guerra civil supuso un grave revés al progreso del Imperio Romano. VESPASIANO (69 -79 d.C.) Tras la rápida sucesión y fallecimiento de Galba y Otón y el ascenso al poder de Vitelio, los ejércitos de las provincias de Egipto y Judea proclamaron emperador a Vespasiano el 1 de julio del año 69. En su camino hacia el trono imperial, Vespasiano se alió con el gobernador de Siria, Cayo Licinio Muciano, quien condujo las tropas de Vespasiano contra Vitelio, mientras el propio Vespasiano tomaba el control sobre Egipto. Vitelio fue derrotado y al día siguiente Vespasiano fue proclamado emperador por el Senado. Cabe destacar de su reinado el programa de reformas financieras que promovió, tan necesario tras la caída de la Dinastía Julio-Claudia, su exitosa campaña en Judea y sus ambiciosos proyectos de construcción como el Anfiteatro Flavio, conocido popularmente como el Coliseo Romano. Tras su muerte fue sucedido en el trono por su hijo mayor, Tito. TITO (79 -81 d.C.) Tito Flavio Savino Vespasiano antes de ser proclamado emperador, ganó renombre como comandante militar sirviendo junto a su padre en Judea, durante la Primera Guerra Judeo-Romana. Cuando Vespasiano fue proclamado emperador la responsabilidad de acabar con la revolución judía quedó en manos de Tito. Éste culminó su misión satisfactoriamente en el 70 d. C., destruyendo la ciudad de Jerusalén y su templo. Gracias a este logro, Tito fue recompensado con un triunfo, y la construcción del Arco de Tito que conmemora esta victoria. Bajo el reinado de su padre, Tito ganó recelos entre los ciudadanos de Roma debido a su servicio como prefecto del cuerpo de guardaespaldas del emperador, conocido como la Guardia Pretoriana, y también debido a su intolerable relación con la reina Berenice de Cilicia. A pesar de estas faltas a la moral romana, Tito gobernó con gran popularidad tras la muerte de Vespasiano y es considerado como un buen emperador. Lo más importante de su reinado fue su programa de construcción de edificios públicos en Roma. La enorme popularidad de Tito también se debió a su gran generosidad con las víctimas de los desastres que sufrió el Imperio durante su breve reinado, como la erupción del Vesubio y el incendio de Roma. Tras dos años en el cargo, Tito falleció a causa de unas fiebres, en el 81 d. C. La gran popularidad de Tito hizo que el Senado lo deificara. Tito fue sucedido por su hermano menor, Domiciano. DOMICIANO (81-96 d.C.) Tito Flavio Domiciano, fue el último gobernante de esta dinastía. Los inicios de su carrera transcurrieron a la sombra de su hermano Tito. Compartió con su hermano poderes casi equitativos en vida de su padre, y fue recompensado con honores nominales que no implicaban responsabilidad alguna. Al día siguiente de la muerte de Tito. Domiciano fue proclamado emperador por la Guardia Pretoriana; su reinado, que duraría quince años, supondrá el más largo desde el de Tiberio. Es descrito como un tirano cruel y paranoico, colocándolo entre los más odiados emperadores junto a Calígula o Nerón. Se le describe como un autócrata despiadado pero eficiente, cuyos programas pacíficos, culturales y económicos fueron precursores del próspero siglo II, en comparación con el turbulento crepúsculo del siglo I.

Con la dinastía de los Antoninos, hubo nuevamente en Roma estabilidad y prosperidad para las clases dominantes. La característica fundamental de esta dinastía fue la elección cuidadosa de los sucesores para el cargo de emperador. NERVA Nerva ascendió a este cargo a la avanzada edad de 65 años, tras una vida dedicada al servicio imperial Como nuevo gobernador del Imperio, Nerva juró restaurar los derechos que habían sido abolidos o simplemente obviados durante el reinado de Domiciano. Sin embargo, su administración estuvo marcada por problemas financieros y por su falta de habilidad a la hora de tratar con las tropas. Una rebelión de la Guardia Pretoriana casi lo forzó a adoptar al popular Marco Ulpio Trajano como su heredero y sucesor. Tras lo que aproximadamente fueron 18 meses de gestión, Nerva murió de muerte natural el 27 de enero del año 98. A su muerte fue sucedido por su hijo adoptivo, Trajano. TRAJANO (98-117 d.C.) Consiguió aumentar la recaudación de impuestos con el combate a la evasión fiscal y estimuló la agricultura. Embelleció la ciudad de Roma, principalmente con la construcción del Foro romano. Realizó campañas militares que llevaron al Imperio a tener las mayores dimensiones de sus fronteras. ADRIANO (117-138 d.C.) Tuvo una rápida carrera política debido a la protección de sus parientes y del emperador, así como a su matrimonio con la sobrina de éste, Sabina. Acompañó a Trajano en la guerra dacia (105-106) y más tarde fue nombrado gobernador de Siria. Fue un emperador viajero, ya que de sus 21 años de reinado solo estuvo 8 en Roma y visitó todas las provincias del imperio. Fundó muchas ciudades y restauró otras. En honor a la ciudad de procedencia de su familia, levantó en Itálica la urbs nova y elevó la ciudad al rango de colonia. Combatió en Britania, donde levantó el muro que lleva su nombre, para evitar las incursiones bárbaras desde el norte. Durante su reinado se produjo la Segunda Guerra Judía (132-135). ANTONINO PÍO (138-161 d.C.) Una de sus primeras actuaciones como emperador fue convencer al Senado para que concediera honores divinos a su predecesor Adriano, a lo que los senadores se habían negado inicialmente; sus esfuerzos destinados a persuadir al Senado para rendir esta clase de honores a Adriano le valieron el cognomen de Pío. Construyó durante su reinado templos, teatros, mausoleos; promovió las artes y las ciencias y otorgó sueldos y honores a los maestros de retórica y filosofía. Además su reinado transcurrió pacíficamente, a pesar de una serie de disturbios militares que asolaron el Imperio durante su gobierno en Mauritania, Judea y en Britania contra los brigantes, aunque ninguna de estas insurrecciones e consideraron de importancia. Fue uno de los pocos emperadores que se enfrentaron a las crisis de su gobierno sin salir de Italia, tratando los asuntos bélicos provinciales a través de gobernadores o por medio de cartas a ciudades como Éfeso. Este estilo de gobierno fue muy elogiado por sus contemporáneos y por las generaciones futuras. MARCO AURELIO (161-180 d.C.) Con Marco Aurelio hubo en Roma un significativo incentivo a la cultura, tratando de restaurar algunos principios republicanos. Él tuvo que enfrentar a los pueblos germánicos que habitaban las fronteras romanas próximas al río Danubio. Murió en la ciudad germana de Vindobona tras haber nombrado césar a su hijo Cómodo con lo que se abandonaba la vieja costumbre, que tan buenos resultados había dado, de buscar herederos eficaces por encima de los lazos familiares. CÓMODO (180-192 d.C) Cómodo está considerado un líder político y militar paranoico, tremendamente egoísta y afectado por problemas neuróticos. Su reinado fue un auténtico despropósito en el que los viejos procedimientos de la época del terror volvieron a Roma. Fue asesinado dejando al imperio sumido en una serie de conflictos internos que bien se pueden considerar una guerra civil.

193-235 d.C.

Dinastía Severa

...284 d.C.

Diocleciano y la tetrarquía.

476 d.C.

Caída del imperio romano de occidente en poder de los godos.

235-476 d.C.

Bajo Imperio

306-395 d.C.

División del imperio

CRONOLOGÍA IMPERIO ROMANO

1473 d.C.

Caída de Constantinopla y fin del imperio romano de oriente.

Anarquía

LA CRISIS DEL IMPERIO

En el año 284 accede al poder Diocleciano, quien decide repartir las competencias y el gobierno entre dos césares y dos augustos. Este periodo, conocido como la Tetrarquía dio unos primeros resultados bastante satisfactorios ya que se acometieron grandes reformas tanto económicas como militares que no siempre fueron bien acogidas por los afectados. El problema se planteó en la sucesión de los tetrarcas ya que se desencadenaron luchas internas que se resolvieron con la restauración del sistema monárquico en manos de Constantino I el Grande.

BAJO IMPERIO Después de los Severos, comenzó la etapa del Bajo Imperio, que representó el declive del imperio hasta su final en el 476. La primera etapa de este periodo es conocida como la Anarquía del s. III porque se caracterizó por un desgobierno continuado en el que se sucedieron hasta diecinueve emperadores, ninguno de los cuales murió de causas naturales, que fueron, obviamente, incapaces de gobernar el imperio con un mínimo de coherencia y de colaboración con el Senado. Se desencadena una gravísima crisis económica, social, institucional y ética que amenazaba con desintegrar el imperio por completo.

SEPTIMIO SEVERO (193-211 d.C.) Fue el primer ciudadano romano de provincias sin ascendientes romanos en ascender al trono. Pese a su origen púnico logró abrirse un hueco en la alta sociedad romana y progresar en su carrera política. Aprovechó la debilidad y los enfrentamientos de los emperadores anteriores para hacerse con el poder gracias al apoyo de otros gobernadores de provincias como él. Destacó en su habilidad como militar retomando victorioso las campañas contra los partos y en Britania. Su predilección por el ejército lo enfrentó con el Senado a quien le había recortado sus ya escasas atribuciones. CARACALLA Y GETA (211-218 d.C.) Hijos de Septimio Severo, en el 209 fueron nombrados augusto y césar respectivamente y destinados a compartir el poder con su padre. La muerte de Septimio acrecentó las malas relaciones entre ambos hermanos hasta el punto de que Caracalla instigó el asesinato de su hermano en el 211. Como emperador, ya en solitario, la principal aportación de Caracalla fue la promulgación de un edicto en el 212 con el que se concedía la ciudadanía de Roma a todos los habitantes libres del Imperio. Esa medida llevó a la imposibilidad de los habitantes de las provincias a ser esclavizados y contribuyó al debilitamiento de Roma, cuya economía se basaba en la esclavitud. EMPERADORES TARDO-SEVEROS Tras el asesinato de Caracalla acceden al poder emperadores fugaces como Macrino, implicado en la conspiración, o Diadumeniano, su hijo. Los reinados fueron tan breves que apenas hubo decisiones importantes salvo la firma de una paz muy controvertida con los persas. Tras ellos accedió al trono Heliogábalo que pretendía ser reconocido como hijo de Caracalla. Las muchas excentricidades de Heliogábalo caracterizaron su reinado durante el cual llevaron las riendas de Roma su abuela y su madre. Ellas aconsejaron al emperador que asociara en el poder a su primo Alejandro Severo que había sido educado esmeradamente para el gobierno de Roma. El rumor falso de que Alejandro Severo había sido asesinado fue el detonante de que Heliogábalo y su madre fueran linchados por el pueblo furioso. Pero Alejandro Severo era apenas un adolescente cuando comenzó su reinado y de nuevo las matronas de la familia se hicieron cargo del gobierno saneando las complicadas finanzas imperiales. Madre e hijo fueron también asesinados en medio de un motín militar poniendo fin a la dinastía severa.

CONSTANTINO I EL GRANDE Los hechos más relevantes de su reinado fueron la promulgación del Edicto de Milán (313 d.C.) por el que se instauraba la libertad de culto en todo el imperio, y la fundación de la ciudad de Constantinopla que sería declarada nueva capital del imperio. TEODOSIO Teodosio comparte el reinado con Valentiniano durante los primeros años pero luego se quedará solo al frente del gobierno. El reinado de Teodosio ha pasado a la historia por la imposición del cristianismo como religión oficial del imperio y la división definitiva del territorio entre sus herederos: Honorio recibió el imperio de occidente con capital en Roma y Arcadio el de oriente con capital en Constantinopla en el año 395 d.C.

DINASTÍA JULIO-CLAUDIA

OCTAVIO AUGUSTO

TIBERIO

CALÍGULA

CLAUDIO

NERÓN

El principado

14 - 37 d.C

37 - 41 d.C

54 - 68 d.C

41 - 54 d.C

27 a.C. - 14 d.C

DINASTÍA FLAVIA

GALBA

OTÓN

VESPASIANO

TITO

DOMICIANO

69 d.C

69 - 79 d.C

81 - 96 d.C

79 - 81 d.C

VITELIO

DINASTÍA ANTONINA

NERVA

TRAJANO

ADRIANO

ANTONINO PIO

MARCO AURELIO

NERVA

96 - 98 d.C

CÓMODO

LUCIO VERO

98 - 117 d.C

117 - 138 d.C

138 - 161 d.C

161 - 180d.C

161 - 169 d.C

180 192d.C

DINASTÍA SEVERA

CARACALLA

PERTINAX

193 - 211 d.C

198 - 217 d.C

209 - 211 d.C

217-218 d.C

218 - 222 d.C

DIDIO JULIANO

PESCENIO NIGER

CLODIO ALBINO

SEPTIMIO SEVERO

ALEJANDRO SEVERO

HELIOGÁBALO

GETA

222 - 235 d.C

LA CRISIS DEL IMPERIO

MAXIMIANO

CONSTANCIO CLORO

VALERIO SEVERO

JOVIANO

DIOCLECIANO

248 - 305 d.C

CONSTANTINO II

286 - 305 d.C

305 - 306 d.C

306 - 337 d.C

361 - 363 d.C

337 - 361 d.C

GALERIO

CONSTANTINO

CONSTANTE

JULIANO EL APÓSTATA

CONSTANCIO II

CÉSAR

VALENTINIANO

VALENTINIANO II

GRACIANO

VALENTE

TEODOSIO

395 - 423 d.C

ARCADIO

HONORIO

VALENTINIANO III

PETRONIO MÁXIMO

EPARQUIO AVITO

MAYORIIANO

LIBIO SEVERO

PROCOPIO ANTENMIO

ANICIO OLIBRIO

GLICERIO

JULIO NEPOTE

RÓMULO AGÚSTULO

379 - 395 d.C

475 - 476 d.C