La República romana

509

expansión por el mediterráneo y conquista de grecia

133

guerras púnicas

218-146

Primeras leyes

LA REPÚBLICA ROMANA

509 -31.a.C

primera guerra civil

mario vs. Sila

83-82

390

Roma saqueada por los galos

las XII tablas

s.V

s.IV

s.II

s.III

revuelta de espartaco

s.I

60-55

tercera guerra civil

césar vs. Pompeyo

primer triunvirato

segundotriunvirato

muerte de césar

43-38

segunda guerra civil

Expulsión del rey tarquinio

451

M. antonio vs. octavio

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Tras un reinado convulso y autoritario, el rey Tarquino fue expulsado de Roma. El detonante de la expulsión fue la violación y posterior suicidio de la matrona romana Lucrecia por parte del hijo del rey. Los nobles parientes de Lucrecia rechazaron la tiranía del rey y su familia y le cerraron las puertas de Roma. Tarquinio intentó recuperar el trono pero fue derrotado y abandonó el poder. El Senado romano, formado por los ancianos de las familias notables, se hizo cargo del gobierno.

La joven república romana trataba de expandirse por la península italiana pero los pueblo vecinos no se lo pusieron fácil. Los galos que habitaban las zonas del norte decidieron avanzar contra Roma y, tras la batalla junto al río Alia en la que las tropas romanas fueron derrotadas, llegaron hasta las mismas calles de Roma. Afortunadamente los romanos más precavidos habían abandonado la ciudad y salvaron sus vidas, pero tuvieron que ver cómo los galos destruían e incendiaban la ciudad. Los que se quedaron trataron de salvar la zona más antigua, amurallada y mejor protegida. Los galos intentaron atacarla por sorpresa pero, según la tradición, los gansos que vivían en el Capitolio alertaron a los romanos y dieron al traste con el factor sorpresa. Finalmente, las tropas romanas se reorganizaron y reconquistaron su ciudad expulsando a los galos.

En los primeros tiempos de la república no estaban claros los derechos y deberes de patricios y plebeyos. Las clases patricias tendían a monopolizar las decisiones del estado y los plebeyos reclamaban tierras, autonomía y libertad. La plebe llegó a salir de Roma y amenazar con fundar un nueva ciudad. Finalmente el Senado cedió y elaboró un código legal recogiendo algunas de sus reivindicaciones. Estas leyes se dieron a conocer al pueblo escritas sobre madera, de ahí su denominación de "leyes de las XII tablas". Aunque no se conservan las originales sí sabemos que permitían el acceso de la plebe al Senado a través de la creación del Tribuno de la Plebe, regulaban la propiedad, los matrimonios, el derecho procesal, etc.

En el 264 a.C. Roma comenzó su lucha con Cartago por el control del mar Mediterráneo. Cartago era en esta época la potencia marítima hegemónica en el mundo y dominaba de forma absoluta el Mediterráneo central y occidental en tanto que Roma centraba su predominio en la península Itálica. La estrategia usada por Roma fue la de aliarse con sus enemigos derrotados y unir las fuerzas, ofreciendo una parte del tesoro en cambio de tropas para su ejército. Después de haber tomado toda Italia, el siguiente paso fue moverse hacia Sicilia en el 264 a.C., produciendo una serie de guerras con Cartago (cerca de la moderna Túnez), cuyo gran imperio comercial cubría desde el Norte de África hasta Sicilia, la Cerdeña y el sur de España. Las tres guerras entre Roma y su rival son conocidas como las Guerras Púnicas (265 a.C., 219 a.C., 149 a.C.) y terminaron en el 149 a.C. con la destrucción de Cartago, quemada y cubierta de sal.

La continua ambición por aumentar los territorios de Roma enfrentó a los romanos con casi todos los pueblos de la ribera mediterránea. El conflicto principal se libró contra los cartagineses, pero no el único. Los avances hacia oriente tropezaron con los restos del imperio griego de Alejandro. Las zonas del Ática o Macedonia fueron conquistadas y convertidas en provincias romanas. En torno al 280 a.C. el rey griego Pirro llegó a cruzar el mar e intentar repeler a los romanos en territorio itálico (que había sido la Magna Grecia) y llegó a obtener algunas victorias, pero pagando un coste tan elevado en hombres que, finalmente, regresó a Grecia.

Pese a las leyes de las XII tablas el enfrentamiento entre patricios y plebeyos continuaba latiendo, los partidarios de unos y otros se habían agrupado en dos "partidos políticos": los optimates, partidarios de gobiernos más aristocráticos, y los populares, favorables a las reforma en pro de la plebe. Tiberio y Cayo Graco, hermanos y ambos tribunos de la plebe, consiguieron una reforma agraria que dotaba de tierras a campesinos plebeyos. Esta reforma fue rechazada por los grandes propietarios y los disturbios se acrecentaron hasta que ambos hermanos Gracos resultaron muertos. Los dos cónsules de Roma, Mario (por los populares) y Sila (por los optimates), se enfrentaron hasta llevar a Roma a una guerra civil. La muerte de Mario dejó a Sila las manos libres para reformar de nuevo las leyes de la república, concediendo mayores poderes al Senado y recortando los poderes de la plebe.

Recién acabada la primera guerra civil romana, los romanos tuvieron que atender a una nueva revuelta social: la de los esclavos. Entre 73 y 71 a. C., una banda de esclavos huidos, originalmente un pequeño cuadro de unos 70 gladiadores fugados que creció hasta ser una banda de 120.000 hombres, mujeres y niños, deambuló por toda Italia asaltándola con relativa impunidad bajo el mando de varios líderes, incluyendo al famoso gladiador-general Espartaco. Aunque en Roma se habían vivido algunas otras revueltas similares, nunca hasta este momento el pueblo y el Senado romano se había sentido verdaderamente amenazado. Tras más de un año de insumisión los esclavos se enfrentaron a las legiones al mando de M. Licinio Craso y fueron derrotados y castigados con gran dureza.

La crisis abrió el camino del gobierno a los militares, iniciándose la época de los triunviratos en las que tres hombres fuertes se hacían cargo del poder. El primer triunvirato (60 a.C.) estuvo constituido por Julio César, Pompeyo y Craso. La muerte de este último (53 a.C.) dejó el campo libre a la lucha de poder entre César y Pompeyo.

La falta de una autoridad clara llevó a Roma a un periodo de desórdenes hasta que el Senado indujo a Pompeyo a que permaneciera en la ciudad, le nombró único cónsul en el año 52 a.C. y le apoyó en su lucha contra César que guerreaba con las legiones en el exterior. El Senado, con el propósito de evitar que César se presentara como candidato al consulado en el 49 a.C., le exigió que abandonara su mando militar. César se negó, cruzó en el 49 a.C. el río Rubicón desde la Galia Cisalpina y tomó Roma, obligando a Pompeyo y los líderes aristocráticos a retirarse a Grecia. La victoria de César y la muerte del derrotado Pompeyo supuso el regreso de César a Roma como autoridad única. Su labor se dedicó a la introducción de reformas económicas y administrativas en un intento de vencer la corrupción y restaurar la prosperidad de Roma.

Tras el asesinato de César, Marco Cicerón intentó restaurar la vieja constitución de la República, pero Marco Antonio, que había sido nombrado cónsul con César, se unió con Marco Emilio Lépido y el hijo de una sobrina de César, Octavio (más tarde el emperador Augusto), para formar el segundo triunvirato. La muerte de Sexto Pompeyo, tras la destrucción de su flota, dejó a Octavio solo frente a Marco Antonio como rival.

Durante los años siguientes César gobernó en Roma de manera absoluta, acumulando consulados y dictaduras en contra de todas las normas legales de la república. Este continuo abuso de poder produjo bastante malestar en parte del Senado que organizó una conspiración para asesinarlo. El crimen tuvo lugar a mediados del mes del marzo del año 44 a.C.

M. Antonio, que había sido hombre de confianza de César, trató de proteger su legado. Se desplazó a Egipto para mantener una relación amorosa con Cleopatra, reina de Egipto, y abandonó, a ojos de los romanos, sus obligaciones en la república. Octavio aprovechó la situación para presentarse como defensor de Roma y se enfrentó a Antonio en una nueva guerra civil. Tras la batalla de Accio (o Actium) (31 a.C.) y el posterior suicidio de Marco Antonio y Cleopatra, Octavio obtuvo el control de Oriente (29 a.C.), con lo cual pasó a poseer la total supremacía sobre el territorio de Roma. La fuerza de Octavio y su habilidad para controlar y concentrar el poder dio el golpe final a la constitución republicana.

La República romana

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