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Cuento del Olentzero

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Historia del Olentzero

E

rase una vez un hada de largos cabellos, que habitaba en un bosque de Euskal Herria rodeada por todos los seres a los que protegía y cuidaba. Un día paseando con sus amigos los duendes Prakagorris (pantalones rojos) oyó entre

unos matorrales un llanto desconsolado. Al acercarse vio un pequeño bebé tapado con una manta rota y húmeda. El hada lo arropó con sus mantos y poco a poco consiguió calmarlo. Tras varios días de búsqueda, nadie reclamó al niño, por lo que

subió a lo alto de la montaña a casa del carbonero y su mujer. Ella sabía que no dudarían en cuidar del pequeño, pues siempre habían querid deseado tener un

hijo y ya eran un poco mayores. Asi que lo dejó a la puerta, llamó y se escondió para que no la vieran. Cuando abrieron la puerta, no podían salir de su asombro y se pusieron tan contentos que lloraban y reían a la vez.

Te llamaremos Olentzero. Le dieron de comer y, desde entonces, lo criaron como si fuera su propio hijo. Olentzero se crió muy, muy feliz y se convirtió en un muchacho alto y muy fuerte, que cargaba los sacos de carbón en

el carro sin esfuerzo ninguno. Cuando el carro estaba cargado acompañaba a su padre a repartir los sacos entre los vecinos del pueblo. Pero lo inevitable sucedió y, después de muchos años, sus padres murieron.

Olentzero quedó solo en su casa del bosque. Al pasar los años estaba cada vez más triste y pensó en unos niños que vivían en un viejo caserón del pueblo. Desde muy pequeños se habían quedado sin padres y vivían solo de lo que les daban sus vecinos. Olentzero pensó que estarían tan

tristes como él y que debía hacer algo para que se sintieran más felices.Como Olentzero era muy hábil haciendo cosas con las manos, decidió hacer juguetes y muñecas para regalárselos a los niños cuando bajara en invierno al

pueblo a vender el carbón. Cuando los acabó, los metió en un saco, lo cargó en su burro y marchó al pueblo muy contento.

Los niños saltaban de alegría al recibir los regalos y, desde entonces, todos los niños del pueblo le rodeaban y jugaban co él cuando bajaba de las montañas. El tiempo pasó y un crudo invierno llegó. Cuando Olentzero bajaba al pueblo se desató una

gran tormenta con rayos y truenos. Se tapó con un saco y siguió su camino, pero a los pocos minutos vio como un rayo caía sobre el caserón de los niños. Las llamas salían por todos los lados . No se lo pensó, se colocó un saco húmedo por encima y atravesó entre las llamas.

Con su gran fuerza fue sacando a todos los niños de la casa. Y volvió a entrar para asegurarse que no quedaba ninguno dentro,

Y en ese momento se desprendió una viga del techo que golpeó a Olentzero, provocando que su corazón se detuviera. La gente del pueblo corrió a auxiliarle pero no pudieron hacer nada. y todos lloraron desconsoladamente.

En ese momento una fuerte luz salió de la casa. Era el hada, que había encontrado a Olentzero de pequeño. Nadie la pudo ver, ya que no pudieron acercarse por el gran calor que se desprendía. El hada con dulce voz le dijo:"¡Olentzero! ¡Despierta!

Tu has sido siempre un hombre de gran corazón. Has dedicado toda tu vida a hacer felices a los demás y has dado hasta tu propia vida para salvar a otras personas. Por eso no quiero que mueras. Quiero que vivas para siempre y continuaras esa labor tan importante que es hacer felices a

a todos los niños, dándoles tus regalos y amor para siempre".

FIN