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“Ciudades por la vida” contra la pena de muerte. La Jornada Mundial “Ciudades por la Vida” es una iniciativa internacional que se pone en marcha en recuerdo de la primera abolición de la pena capital en el Gran Ducado de Toscana en 1786. Es una iniciativa de Amnistía Internacional.

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Burgos por la V da

Acción virtual en Burgos con motivo del Dia Internacional contra la pena de muerte 2020

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¿te unes a la red?

red ciudades

Libre te quiero, como arroyo que brinca de peña en peña. Pero no mía. Grande te quiero, como monte preñado de primavera. Pero no mía. Buena te quiero, como pan que no sabe su masa buena. Pero no mía. Alta te quiero, como chopo que en el cielo se despereza. Pero no mía. Blanca te quiero, como flor de azahares sobre la tierra. Pero no mía. Pero no mía ni de Dios ni de nadie ni tuya siquiera.

Libre te quiero. Agustín García CalvoVoz: Marisa Martínez

Sólo te he visto en fotografías y apenas recuerdo nada,la sensación de olvido se vuelve un agobio.Siento el rostro de tu miradaconvertida en lágrimapara romper el silenciocon el que tus verdugos violaronla inocencia de tus ideas.Tu imagen de silencio apacibleme habla y me escucha,entonces yo llamo a los secuacespara recordarlesque la magia de tu silencioes la virtud de tu libertad

Aminetu Haidar. Ali Salem IselmuVoz: Sonia Santamaría

Suéltate el miedo y déjate crecer la vida.Recuerda que en tu hambre mandas tú.Recuerda que solo a ti te pertenecesy que el mundo es tu casa.Que el dolor del otro, a ti te ha de dolerporque, si no es así,tú también estás muerto.Levántate tantas veces como te llame la vida,tantas como te palpite el corazón de los invisibles.Recuerda que los brazos sostienen, abrazan.Cuando dudes cuál es tu revoluciónpregunta a los que nadie escucha.Cuando quieras saber a qué has venido al mundoy adónde debes ir,coge su mano y déjate llevar a su terreno.Solo ahí te reconocerás,soltarás tus miedosy te dejarás crecer la vida.Porque solo la vida puedes perdery esta es la única certezaque puede hacernos fuertes.

Suéltate el miedo y déjate crecer la vida. Begoña AbadVoz: Jesús Arranz

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombreaquel que amó, vivió, murió por dentroy un buen día bajó a la calle: entoncescomprendió: y rompió todos su versos.Así es, así fue. Salió una nocheechando espuma por los ojos, ebriode amor, huyendo sin saber adónde:a donde el aire no apestase a muerto.Tiendas de paz, brizados pabellones,eran sus brazos, como llama al viento;olas de sangre contra el pecho, enormesolas de odio, ved, por todo el cuerpo.¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atrocesen vuelo horizontal cruzan el cielo;horribles peces de metal recorrenlas espaldas del mar, de puerto a puerto.Yo doy todos mis versos por un hombreen paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,mi última voluntad. Bilbao, a oncede abril, cincuenta y tantos.

Blas de Otero_A la inmensa mayoríaVoz: Soledad Medina

“La guerra no sana heridas”: la presencia de las armas no garantiza la vida digna de las personas y, por el contrario, estimula el conflicto.“La guerra nunca se gana”: ninguna guerra tiene una victoria porque arrasa con la vida de las personas, con la dignidad de todos, en las familias 5 integrantes, en promedio, quedan con terribles afectaciones y hasta la naturaleza queda destruida.“La guerra se lleva vidas”: La guerra ocupa la capacidad laboral y creativa, la sensibilidad e incluso los recursos presupuestales de todo un país dificultando cada vez más que el país pueda dedicarse a resolver el conflicto. “Cantamos por un mañana” es una reafirmación de la voluntad de los artistas de seguir y seguir expresándose para que nos unamos y sigamos construyendo el país en paz.

Cesar Lopez. La guerra no sana heridasVoz: Magnolia Sánchez

Sueñan las pulgas con comprarse un perroY sueñan los nadies con salir de pobresQue algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte;Pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznitas cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escobaLos nadies, los hijos de nadie, los dueños de nadaQue no son, aunque seanQue no hablan idiomas, sino dialectosQue no profesan religiones, sino supersticionesQue no hacen arte, sino artesaníaQue no practican cultura, sino folkloreQue no son seres humanos, sino recursos humanosQue no tiene cara, sino brazosQue no tienen nombre, sino númeroQue no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa localLos nadies, que cuestan menos que la bala que los mata

Eduardo Galeano. Los nadiesVoz: Begoña Marín

Su herida golpead de vez en cuandoNo dejadla jamás que cicatriceQue arroje sangre fresca su dolorY eterno viva en su raíz el llantoY si se arranca a volar, gritadle a vocesSu culpa: ¡qué recuerde!Si en su palabra crecen flores nuevamenteArrojad pellas de barro oscuro al rostroPisad su savia rojaTalad, talad, que no descuelle el corazónDe música oprimidaSi hay un hombre que tiene el corazón de vientoLlenádselo de piedrasY hundidle la rodilla sobre el pechoPero hay que tajar nocheTajos de luz para llegar al albaY acuchillar los muros de las heridas altasY ametrallar las sombras con la vidaEn las manosSin pazAmartilladaTengo más vidas que un gatoMe muero siempre y me matoUn poco, cada vez que muereCualquiera de mis hermanosLa yerba, ratones, las tías, los gitanosLos peces, los pájaros, los invertebradosLas moscas, los niños, los perros, los gatosLa gente, el ganado, los piojos, que matoLos bichos, salvajes, los domesticadosY qué pena si mueres de los pobres gusanosTú arrancaYo oigo gritar a las floresAllá tú con tu concienciaYo soy cada día más maloEstoy perdiendo la pacienciaTú arrancaYo aprendo como aguiluchoVuelo a un mundo imaginarioNo puedo seguir, escuchoLos pasos del funcionario

Extremoduro. Te juzgarán sólo por tus erroresVoz: Silvia Castrillo

Disculpe el señorSi le interrumpo, pero en el recibidorHay un par de pobres quePreguntan insistentemente por ustedNo piden limosna, noNi venden alfombras de lanaTampoco elefantes de ébanoSon pobres que no tienen nada de nadaNo entendí muy bienSin nada que vender o nada que perderPero por lo que pareceTiene usted alguna cosa que les pertenece¿quiere que les diga que el señor salió?¿que vuelvan mañana, en horas de visita?¿o mejor les digo como el señor dice«santa rita, rita, ritaLo que se da, no se quita»?Disculpe el señorSe nos llenó de pobres el recibidorY no paran de llegarDesde la retaguardia, por tierra y por marY como el señor dice que salióY tratándose de una urgenciaMe han pedido que les indique yoPor dónde se va a la despensaY que dios, se lo pagará¿me da las llaves o los echo? usted veráQue mientras estamos hablandoLlegan más y más pobres y siguen llegando¿quiere usted que llame a un guardia y que reviseSi tienen en regla sus papeles de pobre?¿o mejor les digo como el señor dice«bien me quieres, bien te quieroNo me toques el dinero»?Disculpe el señorPero este asunto va de mal en peorVienen a millones yCuriosamente, vienen todos hacia aquíTraté de contenerles pero ya veHan dado con su paraderoEstos son los pobres de los que le habléLe dejo con los caballerosY entiéndase ustedSi no manda otra cosa, me retiraréY si me necesita, llameQue dios le inspire o que dios le ampareQue esos no se han enteradoQue carlos marx está muerto y enterrado

Joan Manuel Serrat. Disculpe el señorVoz: Rafael Santamaría

Manos abiertasbuscando diálogo,ojos atentos.En la arenami brazo es cometacon la estrella.oInfancia diariaentre muros, fronteras,dudas y penas.Amanece ya,más muros y fronteras.Pasa el tiempo.Pasos cansados,echo la vista atrás:¡el Mare Mortum!Ya cae el sol,el Mediterráneovuelve a casa.Otro refugio,otra noche, insomnio,más humillación.Pisando odio,chalecos matavidasbajo mi suela.

El paso lento.Nieve cae sin cesar.Sigue calando.No sé dónde estoy.Una nueva frontera,siempre lo mismo.Piso la arena,olas contra las rocas¡qué sola estoy!Estoy helada,sueño con lo que dejé.Dulce nostalgia.Mi cuerpo juntoal recuerdo de casa,se estremece.Hoja caída,concertina pulida,sangre brillante.En la patera,en las vallas cortantes,cruzan las sombras.La luna piensacómo te ayudaráen la frontera.Esos dos ojostienen mucha más vidaque mi Europa.

José Luis Regojo_Haikus de la fronteraVoz: Mariasun Martinez

He dormido esta noche en el montecon el niño que cuida mis vacas.En el valle tendió para ambosel rapaz su raquítica manta¡y se quiso quitar-¡pobrecito!-su blusilla y hacerme almohada!Una noche solemne de junio,una noche de junio muy clara...Los valles dormían,los búhos cantaban,sonaba un cencerro,rumiaban las vacas...Y una luna de luz amorosa,presidiendo la atmósfera diáfana,inundaba los cielos tranquilosde dulzuras sedantes y cálidas.¡Qué noches, qué noches!¡Qué horas, qué auras!¡Para hacerse de acero los cuerpos!¡Para hacerse de oro las almas!Pero el niño ¡qué solo vivía!¡Me daba una lástimarecordar que en los campos desiertostan solo pasabalas noches de juniorutilantes, medrosas, calladas,y las húmedas noches de octubre,cualdo el aire menea las ramas,y las noches del turbio febrero,tan negras, tan bravas,con lobos y cárabos,con vientos y aguas!...¡Recordar que dormido pudieranpisarlo las vacas,morderle en los labioshorrendas tarántulas,matarlo los lobos,comerlo las águilas!...¡Vaquerito mío!

¡Cuán amargo era el pan que te daba!Yo tenía un hijito pequeño-hijo de mi alma,que jamás te dejé si tu madresobre ti no tendía sus alas!-y si un hombre durole vendiera las cosas tan caras!...Pero ¿qué van a hablar mis amores,si el niñito que cuida mis vacastambién tiene padrescon tiernas entrañas?He pasado con él esta noche,y en las horas de más honda calmame habló la concienciamuy duras palabras...Y le dije que sí, que era horrible...,Que llorándolo el alma ya estaba.El niño dormíacara al cielo con plácida calma;la luz de la lunapuro beso de madre le daba,y el beso del padrese lo puso mi boca en su cara.Y le dije con voz de cariñocuando vi clarear la mañana:-¡Despierta, mi mozo,que ya viene el albay hay que hacer una lumbre muy grandey un almuerzo muy rico... ¡Levanta!Tú te quedas luegoguardando las vacas,y a la noche te vas y las dejas...¡San Antonio bendito las guarda!...Y a tu madre a la noche le dicesque vaya a mi casa,porque ya eres grandey te quiero aumentar la soldada...

José Maria Gabriel y Galán_Mi vaquerilloVoz: Rosa Maria Sancho

Se parabala ruedade la noche...Vagos ánjeles malvasapagaban las verdes estrellas. Una cinta tranquilade suaves violetasabrazaba amorosaa la pálida tierra. Suspiraban las flores al salir de su ensueño,embriagando el rocío de esencias. Y en la fresca orilla de heléchos rosados,como dos almas perlas,descansaban dormidasnuestras dos inocencias— ¡oh que abrazo tan blanco y tan puro! —de retorno a las tierras eternas.

Juan Ramón Jiménez. Un mundoVoz: Begoña Arreba

Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.

Khalil Gibran. Aléjame de la sabiduríaVoz: Chus Klett

Mi pecado es terrible:quise llenar de estrellasel corazón del hombre.Por eso aquí entre rejasen diecinueve inviernosperdí mis primaveras.Preso desde la infanciay a muerte mi condena,mis ojos van secandosu luz contra las piedras.Mas no hay sombra ni venganzarecorriendo por mis venas.¡España! sólo es el gritode mi dolor que sueña.

Marcos Ana. AutobiografíaVoz: Juncal Larrea

El grita, él sufreen la invisibilidad de su agonía,en el silencio de la fulgurante oscuridad,donde se marchita la libertad,donde la negrura vacíaprotege a aquella jerarquíaque mira hacia otro lado,ignorando el dolorde aquellos que lloranpor los que alzan la mano.¡Ponte en mi lugar!brama el torturado,¡Sufre como yo sufro!Cree en mi mundo,donde lo rotundoes tiza de aire, de sueños grises,de sangre roja,de vidas rotas.

Lucía V_TorturaVoz: Andrés Eguren

Si salgo un día a la vidami casa no tendrá llaves:siempre abierta, como el mar,el sol y el aire.Que entren la noche y el día,y la lluvia azul, la tarde,el rojo pan de la aurora;La luna, mi dulce amante.Que la amistad no detengasus pasos en mis umbrales,ni la golondrina el vuelo,ni el amor sus labios. Nadie.Mi casa y mi corazónnunca cerrados: que pasenlos pájaros, los amigos,el sol y el aire.

Marcos Ana_Mi casa y mi corazónVoz: Teresa Antón

No importan los lentes,no importan las canas,importa la vida y vivirla con ganas.No importa ser lenta,con piel arrugada,importa la vida y la lucha ganada.No importa tampoco la espalda doblada,importa la vida y la miel cosechada.No importa el tiempo que pasa y se va,importa la vida a cualquier edad.

Maria Cecilia Popelka. Canto a la vidaVoz: Rosa María Gil

Fui lapidada por adúltera. Mi esposo, que tenía manceba en casa y fuera de ella, arrojó la primer piedra, autorizado por los doctores de la ley y a la vista de mis hijos.Me arrojaron a los leones por profesar una religión diferente a la del Estado.Fui condenada a la hoguera, culpable de tener tratos con el demonio encarnado en mi pobre cuzco negro, y por ser portadora de un lunar en la espalda, estigma demoníaco.Fui descuartizada por rebelarme contra la autoridad colonial.Fui quemada viva por sostener teorías heréticas, merced a un contubernio católico-protestante.Fui enviada a la guillotina porque mis camaradas revolucionarios consideraron aberrante incluir los Derechos de la Mujer entre los derechos del hombre.Me fusilaron en medio de la pampa, a causa de una interna de unitarios.Me fusilaron encinta, junto con mi amante sacerdote, a causa de una interna de federales.Me suicidaron por escribir poesía burguesa y decadente.Fui enviada a una silla eléctrica a los veinte años de mi edad, sin tiempo de arrepentirme o convertirme en una mujer de bien, como suele decirse de los embriones en el claustro materno.Me arrearon a la cámara de gas por pertenecer a un pueblo distinto al de los verdugos. Me condenaron de facto por imprimir libelos subversivos, arrojándome semiviva a una fosa común.A lo largo de la historia, hombres doctos o brutales supieron con certeza qué delito merecía la pena capital. Siempre supieron que yo, no otra, era la culpable. Jamás dudaron que el castigo era ejemplar. Cada vez que se alude a este escarmiento, la humanidad retrocede en cuatro patas.

María Elena Walsh. La pena de muerteVoz: Menchu Tadeo

Si cada hora viene con su muerteSi el tiempo es una cueva de ladronesLos aires ya no son los buenos airesLa vida es nada más que un blanco móvilUsted preguntará por qué cantamosSi nuestros bravos quedan sin abrazoLa patria se nos muere de tristezaY el corazón del hombre se hace añicosAntes aún que explote la vergüenzaUsted preguntará por qué cantamosSi estamos lejos como un horizonteSi allá quedaron árboles y cieloSi cada noche es siempre alguna ausenciaY cada despertar un desencuentroUsted preguntará por qué cantamosCantamos porque el río está sonandoY cuando suena el río, suena el ríoCantamos porque el cruel no tiene nombreY en cambio tiene nombre su destinoCantamos por el niño y porque todoY porque algún futuro y porque el puebloCantamos porque los sobrevivientesY nuestros muertos quieren que cantemosCantamos porque el grito no es bastanteY no es bastante el llanto ni la broncaCantamos porque creemos en la genteY porque venceremos la derrotaCantamos porque el sol nos reconoceY porque el campo huele a primaveraY porque en este tallo, en aquel frutoCada pregunta tiene su respuestaCantamos porque llueve sobre el surcoY somos militantes de la vidaY porque no podemos ni queremosDejar que la canción se haga ceniza

Porque cantamos. Mario BenedettiVoz: Jesús Sancho

Si cuarenta mil niños sucumben diariamente en el purgatorio del hambre y de la sed, si la tortura de los pobres cuerpos envilece una a una las almas, y si el poder se ufana de sus cuarentenas o si los pobres de solemnidad son cada vez menos solemnes y más pobres,... ya es bastante grave que un solo hombre o una sola mujer contemplen distraídos el horizonte neutro. Pero en cambio es atroz, sencillamente atroz, si es la Humanidad la que se encoge de hombros.

Mario Benedetti_si cuarentamil niñosVoz: Luis Martínez

Sólo quien ama vuela. Pero ¿quién ama tantoque sea como el pájaro más leve y fugitivo?Hundiendo va este odio reinante todo cuantoquisiera remontarse directamente vivo.Amar... Pero ¿quién ama? Volar... Pero ¿quién vuela?Conquistaré el azul ávido de plumaje,pero el amor, abajo siempre, se desconsuelade no encontrar las alas que da cierto coraje.Un ser ardiente, claro de deseos, alado,quiso ascender, tener la libertad por nido.Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.Donde faltaban plumas puso valor y olvido.Iba tan alto a veces, que le resplandecíasobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.Ser que te confundiste con una alondra un día,te desplomaste otros como el granizo grave.Ya sabes que las vidas de los demás son losascon que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.A través de las rejas, libre la sangre afluya.Triste instrumento alegre de vestir: apremiantetubo de apetecer y respirar el fuego.Espada devorada por el uso constante.Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagaspor estas galerías donde el aire es mi nudo.Por más que te debatas en ascender, naufragas.No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.Los brazos no aletean. Son acaso una colaque el corazón quisiera lanzar al firmamento.La sangre se entristece de batirse sola.Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhalaun silencio de cárcel, de sueño que arde y lluevecomo un élitro ronco de no poder ser ala.El hombre yace. El cielo se eleva. El aire mueve.

Miguel Hernández VueloVoz: Carlos Sancho

Caluroso amanecer con una luz que no alumbra caminando hacia las sombras se van perdiendo los pétalos tallos que sin espinas son llevados a una tapiapara cercenar su luz cubriendolos de negro velo. Jóvenes capullos de rosas que por su color se distinguen sobre ellas el temeroso horror de un cobarde tirano modistillas de Madrid, activistas, la pianista, que no creían en amo mujeres aún niñas cuya riqueza era la dignidad que ceñíancreyendo con valentía en la libertad en los derechos que no tenían. Blandas y tiernas sus carnes por el verdugo golpeadas desgarrando aquellas flores con saña y cobardía vidas que se cegaron con fuego de intolerancia cuerpos sobre una pared de luto que yacen fusilados por el oscuro fanatismo de quienes temen la libertad de los que creen en sí mismos. Trece cuerpos escondidos en una cobarde fosa Trece mujeres valientes niñas que nunca fueron diosas. Son los cuerpos de la leyenda los cuerpos de Las 13 rosas.En honor a:Carmen, Julia, Elena, Ana, Martina, Dionisia, Pilar, Adelina, Virtudes, Luisa, Joaquina y Victoria, las trece rosas.

Nerea Acosta_trece rosasVoz: Mar Martín

Esta es mi furia, color verde ocre, amarga.Esta es mi rabia, que punza, inclemente.Que se ofende contra estas letras indignas.Palabras torpes para nombrarlas.Por que Du’a, era muy joven y estaba sola.Eran cuarenta, cincuenta hombres que la rodearon.La golpearon, arrancaron su ropa, lanzaron rocas a su rostro.Porque cuando dejó de respirar, ellos gritaron triunfantes.Grabaron en video, con teléfono celular,el hilillo de sangre que corría sobre el pavimento.Porque Sali era una viajera, con su andar libre por la tierra.Pero ese hombre hirió su cuerpo y detuvo su paso en el tiempo.Porque hace tres días Alí fue asesinada.Usó un cuchillo contra ella, ése, que decía amarla.Porque Iris tenía siete años cuando se la llevaron.Porque su madre encontró el cuerpecito de su niñaen un bote para basura.Esta es mi furia tonta; mi rabia negra, roja, que no basta.Porque son, porque somos, demasiadas.La cercanas, las que están lejos, las amigas, las cómplices,las que hacen, las que rompen, las compañeras y las que no.Porque es una muerte infame.Tres minutos indignos en el noticiero de hoy.Un par de días, la indiferencia, la injusticia absoluta.Quién fuera el aullar resonante en todo espacio acústico.Quién que llame en el viento, con voz potente,a todas las que nos faltan: A Marisela, a Leticia, a Marcia, a Sara.Hasta que nadie pueda negar la escucha.Hasta que nadie pueda continuar viviendo, como si nada hubiera ocurrido.Quién fuera el puño que se estrelle contra la roca, poderoso, incansable.Quién que grabe, imborrable, a golpe de presente constante,los nombres de Victoria, de Emilia, de Martha, de Jasmín, de Natalia.Quién la fuerza para el combate contra el olvido.Quién el castigo a todos los malditos.Sin embargo, respiro esta furiaSin embargo, me alimento de esta rabiaPor que este oficio de escribana a penas alcanza,para este humilde dar testimonio de la pesadilla cotidiana.

Patricia karina Vergara Sanchez_Esta es mi furiaVoz: Naty Cabello

¡Paz, paz, paz! Paz luminosa.Una vida de armoníasobre una tierra dichosa.""Paz sin fin, paz verdadera.Paz que al alba se levantey a la noche no se muera

Rafael Alberti. Paz paz pazVoz: Teresa Reyes

Señora del Santuario allá en el arrecife,rezad por los viajeros de los barcos,los que buscan pescado, por aquellosque así se relacionan con el comercio legal,y también por aquéllos que los guían.Pronuncia una oración en nombre de mujeres,las que vieron zarpar a hijos y maridospara no volver nunca:figlia del tuo figlio,Reina de los Cielos.Reza también por esos que viajaron en paterasy acabaron su viaje en las arenas, en los labios del maro en la garganta oscura que no ha de devolverlos,o allí donde jamás los alcanzará el ángeluseterno de campanas de la mar.Señora del Santuario allá en el arrecife,rezad por los viajeros de los barcos,los que buscan pescado, por aquellosque así se relacionan con el comercio legal,y también por aquéllos que los guían.Pronuncia una oración en nombre de mujeres,las que vieron zarpar a hijos y maridospara no volver nunca:figlia del tuo figlio,Reina de los Cielos. Reza también por esos que viajaron en paterasy acabaron su viaje en las arenas, en los labios del maro en la garganta oscura que no ha de devolverlos,o allí donde jamás los alcanzará el ángeluseterno de campanas de la mar.

T.S. Eliot. Cuatro cuartetosVoz: Fernando Arnáiz

Veronica Almaraz_#25NVoz: Verónica Almaraz

Si te dijera, amor míoQue temo a la madrugadaNo sé qué estrellas son estasQue hieren como amenazasNi sé que sangra la lunaAl filo de su guadañaPresiento que tras la nocheVendrá la noche más largaQuiero que no me abandonesAmor mío, al albaAl alba, al albaAl alba, al albaLos hijos que no tuvimosSe esconden en las cloacasComen las últimas floresParece que adivinaranQue el día que se avecinaViene con hambre atrasadaPresiento que tras la nocheVendrá la noche más largaQuiero que no me abandonesAmor mío, al albaAl alba, al albaAl alba, al albaMiles de buitres calladosVan extendiendo sus alas¿No te destroza, amor míoEsta silenciosa danza?Maldito baile de muertosPólvora de la mañanaPresiento que tras la nocheVendrá la noche más largaQuiero que no me abandonesAmor mío, al albaAl alba, al albaAl alba, al albaAl alba, al albaAl alba, al albaAl alba, al albaAl alba, al alba

Luis Educardo Aute_Al AlbaVoz: Noelia Harina

Hay gente que te la hace fácil. Que te allana el camino. Que te corre las piedras que vos no viste, porque estabas demorada en otro pantano. Gente que festeja tu sonrisa. Que te pone una manta, porque como tiene frío, se adelanta al tuyo. Gente que te escucha con el corazón y mirándote a los ojos. Gente a la que no le importa gastar un minuto en discutir algo que no le suma a ninguna de las dos partes. Gente que te cuida. Te valora y te respeta, sobretodo cuándo estás ausente.Es gente que te quiere sin vueltas. Sin enrosques. Sin pedido de facturas ni reproches. Gente que te elije por tu compañia. Por quién sos. Porque acepta tu herida y tu belleza.Gente buena. Gente que vuela con tu vuelo y te recuerda los tres deseos que te tocan para tu cumpleaños.Gente que alimenta tu alma. Sana. Cura. Salva.Esa gente se vuelve imprescindible. Se cuida como oro. Esa gente es necesaria y uno tiene que valorarla cuándo está, no cuándo hace falta.A esa gente se la ama. Y punto.

Lorena Pronsky. Hay genteVoz: Asun Arribas

Mi chico no era malo, dice. Tenía muchas novias, claro. Tocaba la guitarra y algo le bailaba en los dedos, malo. Yo no digo que no fuera raro, pero explíqueme, Señor, por qué lo fusilaron.

Gabriel Celaya, Mi chico no era maloVoz: Marta Sanchez

Ningún hombre es una islaentera por sí mismo.Cada hombre es una pieza del continente,una parte del todo. Si el mar se lleva una porción de tierra,toda Europa queda disminuida,como si fuera un promontorio,o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta,porque me encuentro unido a toda la humanidad;por eso, nunca preguntespor quién doblan las campanas;doblan por ti.

Jhon Donne. Ningun hombre es una IslaVoz: Adrian Lancho

La belleza y la muerte son dos cosas profundas,con tal parte de sombra y de azul que diríansedos hermanas terribles a la par que fecundas,con el mismo secreto, con idéntico enigma.Oh, mujeres, oh voces, oh miradas, cabellos,trenzas rubias, brillad, yo me muero, tenedluz, amor, sed las perlas que el mar mezcla a sus aguas,aves hechas de luz en los bosques sombríos.Más cercanos, Judith, están nuestros destinosde lo que se supone al ver nuestros dos rostros;el abismo divino aparece en tus ojos,y yo siento la sima estrellada en el alma;mas del cielo los dos sé que estamos muy cerca,tú porque eres hermosa, yo porque soy muy viejo.

Victor Hugo_La belleza y la MuerteVoz: Ismael Lancho

Más allá de la noche que me cubrenegra como el abismo insondable,doy gracias a los dioses que pudieran existirpor mi alma invicta.En las azarosas garras de las circunstanciasnunca me he lamentado ni he pestañeado.Sometido a los golpes del destinomi cabeza está ensangrentada, pero erguida.Más allá de este lugar de cólera y lágrimasdonde yace el Horror de la Sombra,la amenaza de los añosme encuentra, y me encontrará, sin miedo.No importa cuán estrecho sea el portal,cuán cargada de castigos la sentencia,soy el amo de mi destino:soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley. InvictusVoz: Pedro Hojas

Yo no pido clemencia. Yo no pidocon un hilo de voz descoloridaperdón para la vida que me deben.Odio la voz delgada que se postray el corazón que llora de rodillasy esas frentes vertidas en el polvo,hecha añicos la luz del pensamiento.Yo no pido clemencia. Yo no juntolas manos temblorosas en un ruego.Arden voces de orgullo en mi palabracuando exigen -sin llanto- que las puertasde la venganza oscura se derribeny a los hombres descuelguen de sus cruces.Yo no pido clemencia. Yo denuncioal dictador cadáver que gobiernala vida de los hombres con un hachay ahora quiere dejar para escarmientomi cabeza cortada en una pica.Yo no pido clemencia.Doy banderas.Paso de mano el golpeadocorazón de mi pueblo prisionero.

Marcos Ana Yo denuncioVoz: Charo González

Si el mar es infinito y tiene redes,si su música sale de la ola,si el alba es roja y el ocaso verde,si la selva es lujuria y la luna caricia, si la rosa se abre y perfuma la casa, si la niña se ríe y perfuma la vida,si el amor va y me besa y me deja temblando...¿Qué importancia tiene todo eso,mientras haya en mi barrio una mesa sin patas, un niño sin zapatos o un contable tosiendo, un banquete de cáscaras,un concierto de perros,una ópera de sarna?Debemos inquietarnos por curar las simientes, por vendar corazones y escribir el poemaque a todos nos contagie.Y crear esa frase que abrace todo el mundo; los poetas debiéramos arrancar las espadas, inventar más colores y escribir padrenuestros. Ir dejando las risas en la boca del túnely no decir lo íntimo, sino cantar al corro;no cantar a la luna, no cantar a la novia,no escribir unas décimas, no fabricar sonetos.Debemos, pues sabemos, gritar al poderoso,gritar eso que digo, que hay bastantes viviendodebajo de las latas con lo puesto y aullandoy madres que a sus hijos no peinan a diario,y padres que madrugan y no van al teatro.Adornar al humilde poniéndole en el hombro nuestro verso; cantar al que no canta y ayudarle es lo sano.Asediar usureros y con rara paciencia convencerles sin asco.Trillar en la labranza, bajar a alguna mina;ser buzo una semana, visitar los asilos,las cárceles, las ruinas; jugar con los párvulos, danzar en las leproserías.Poetas, no perdamos el tiempo, trabajemos, que al corazón le llega poca sangre.

Gloria Fuertes No perdamos el tiempoVoz: Juan Manuel González

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,guardé silencio,porque yo no era comunista,Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,guardé silencio,porque yo no era socialdemócrataCuando vinieron a buscar a los sindicalistas,no protesté,porque yo no era sindicalista,Cuando vinieron a buscar a los judíos,no pronuncié palabra,porque yo no era judío,Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,no había nadie más que pudiera protestar.

Martin Niemöller. Ellos vinieronVoz: Sergio Sancho

Para cruzarlo o para no cruzarloAhí está el puenteEn la otra orilla alguien me esperaCon un durazno y un paísTraigo conmigo afrendas desusadasEntre ellas un paraguas de ombligo de maderaUn libro con los pánicos en blancoY una guitarra que no sé abrazarVengo con las mejillas del insomnioLos pañuelos del mar y de las pasesLas tímidas pancartas del dolorLas liturgias del beso y de la sombraNunca he traído tantas cosasNunca he venido con tan pocoAhí está el puentePara cruzarlo o para no cruzarloYo lo voy a cruzarSin prevencionesEn la otra orilla alguien me esperaCon um durazno y un país.

Mario Benedetti. El puenteVoz: Miguel Lancho

Foto: aranitacampena.blogspot.com

Qué inutilidad es ser—cualquier profesión discreta—;no quiero ser florecilla quitameriendas,quiero ser quitadolores,Santa Ladrona de Penasser misionera en el barrioser monja de las tabernasser dura con las beatasser una aspirina inmensa—que quien me cate se cure—rodando por los problemas.Hacer circo en los conflictos,limpiar llagas en las celdas,proteger a los amantes imposibles,mentir a la poesía secreta,restañar las alegríasy echar lejía a donde el odio alberga.Si consigo este trabajo, soy mucho más que poeta.

Gloria fuertes. Que quien me cate se cureVoz: Javier Gil

Burgos por la V da

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