“La enseñanza del Evangelio es clara: hay que rezar siempre, incluso cuando todo parece vano, cuando Dios aparece sordomudo y parece que perdemos el tiempo. Aunque el cielo se nuble, el cristiano no deja de rezar. Su oración va de la mano con la fe. Y la fe, en tantos días de nuestra vida, puede parecer una ilusión, un trabajo estéril. Hay momentos oscuros en nuestra vida y la oración parece una ilusión. Pero practicar la oración también significa aceptar este esfuerzo. "Padre, voy a rezar y no siento nada... Me siento tan, con el corazón seco, con el corazón seco, que no sé...". Pero debemos continuar, con esta fatiga de los malos momentos, de los momentos en que no sentimos nada.
Papa Francisco.

JJGA / Nov 2020
parroquiatamaracetie2014@gmail.com
Zona interparroquial Tamaraceite.
Rezamos.