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PERSONAS CONHIPERTENSIÓN ARTERIAL

FICHA EQUIPO DE SALUD

¿Qué controles debo realizar?

¿Cuáles son las metas del tratamiento?

¿Qué daños provoca?

¿Cómo se manifiesta?

¿Cuáles son sus causas?

¿Qué es?

El objetivo del tratamiento es mantener valores de presión arterial menores a 140/90 mmHg en la mayoría de las personas. En personas mayores de 80 años, sin diabetes ni enfermedad renal crónica, pueden tolerarse valores de hasta 150/90 mmHg solo si presentan síntomas de hipotensión arterial con valores más bajos. Además, es importante para todas las personas con HTA:

  • No fumar.
  • Realizar actividad física regular (al menos 3 veces por semana).
  • Alimentación saludable (fundamentalmente con bajo contenido de sal).
  • Mantener un peso adecuado.

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre en el interior de las arterias y se representa como un valor numérico expresado en milímetros de mercurio (mmHg) que está compuesto por dos cifras: la Presión Arterial Sistólica “PAS” (comúnmente llamada “máxima”) y Presión Arterial Diastólica “PAD” (comúnmente llamada “mínima”). Cuando estos valores se elevan por encima de 140/90 mmHg de manera sostenida, estamos en presencia de presión arterial alta o hipertensión arterial (HTA). La HTA es un problema crónico de salud (no tiene cura, aunque sí tratamiento) que se caracteriza por dañar las arterias de todo el cuerpo, especialmente las del corazón, cerebro y riñones. A valores más altos de presión arterial o en presencia de otros factores de riesgo asociados (diabetes mellitus, tabaquismo, colesterol elevado), mayor será el riesgo cardiovascular global de la persona. La hipertensión arterial (presión alta) es la presencia de valores de presión arterial iguales o mayores a 140/90 mmHg. Es frecuente que una persona en la consulta médica tenga valores de presión arterial más elevados que los que presenta habitualmente. Incluso, uno de cada 10 hipertensos puede llegar a tener registros altos de presión arterial pero que se normalizan fuera del consultorio. Esta condición se conoce como hipertensión de “guardapolvo blanco” y el monitoreo domiciliario de la presión arterial puede ser de utilidad en estos casos para establecer el diagnóstico. Además, una situación de estrés o ansiedad puede elevar los valores de presión en forma aislada sin representar un cuadro de HTA. Es cierto también, que en la población está muy difundido el concepto equivocado de “presión nerviosa”. Cualquier persona que tenga repetidamente valores de presión arterial >140/90 mmHg (siempre que la presión se registre correctamente y con tensiómetros calibrados y validados) se considera hipertensa y debe recibir tratamiento farmacológico en forma crónica (“de por vida”).

Al inicio del tratamiento los controles al médico serán mensuales con el fin de ajustar la medicación. Una vez alcanzado el valor de presión arterial objetivo (<140/90 mmHg), estas consultas se realizarán cada 4 meses. En ellas se controlarán otros parámetros como el peso, la circunferencia de cintura y se revisará el tratamiento farmacológico acordado, reforzando las recomendaciones vinculadas a la alimentación y la actividad física. La hipertensión es un problema crónico, se controla, pero no se cura. Los valores normales indican que el problema está controlado, que el tratamiento es el adecuado y por lo tanto debe continuarse sin interrupciones. Con determinada frecuencia, individualizada en cada persona, se solicitan estudios para descartar complicaciones de la HTA que requieran un cuidado particular y para detectar oportunamente otros factores de riesgo asociados como el colesterol elevado y la diabetes mellitus. Los controles incluyen:

  • el peso,
  • la presión arterial,
  • la circunferencia de cintura,
  • realizar un electrocardiograma (ECG),
  • determinaciones bioquímicas de colesterol, glucemia y función renal.
NOTA: Muchas personas toman la medicación antihipertensiva solo “los días que tienen la presión elevada”. Esta conducta es inadecuada y no tiene sustento científico; el tratamiento farmacológico debe ser diario y continuo.

La hipertensión primaria también denominada "hipertensión esencial" o "idiopática", es la forma de HTA más frecuente. Ésta no presenta una causa específica sino que está relacionada con diferentes factores que favorecen su desarrollo:

  • La edad: a mayor edad, mayor riesgo de padecer HTA.
  • La herencia: tener padres o hermanos con HTA.
  • La obesidad y el sobrepeso.
  • La falta de actividad física.
  • El consumo excesivo de sal y alcohol.
  • El tabaquismo.
La hipertensión secundaria es muy poco frecuente y, como su nombre lo indica, es secundaria a otras enfermedades o medicamentos (por ejemplo: enfermedades renales, hormonales, tumorales, algunos medicamentos como los corticoides, analgésicos, descongestivos nasales o drogas como la cocaína).

La HTA no da síntomas en un rango de valores muy amplio, por lo que es frecuente que la mayoría de las personas afectadas lleven varios años con HTA sin diagnóstico ni tratamiento. NOTA: En algunos casos de valores muy altos de presión arterial (mayores a 200 mmHg de PAS y/o mayores a 110 mmHg de PAD), sí pueden presentarse síntomas que van desde dolores de cabeza, zumbidos, mareos, alteraciones visuales, hasta complicaciones neurológicas, cardíacas u otras. Estos cuadros de urgencia o emergencia hipertensiva (según la gravedad) deben ser evaluados y tratados inmediatamente por un médico con el objetivo de evitar complicaciones mayores.

La HTA puede dañar las arterias, especialmente las del:

  • Corazón
  • Cerebro
  • Riñones
En consecuencia, las principales complicaciones a largo plazo de la HTA mal controlada son causadas por el daño que ésta provoca en las arterias. Así, podemos mencionar:
  • la enfermedad cerebrovascular (ACV, demencia),
  • la enfermedad coronaria (dolor de pecho, IAM),
  • la insuficiencia cardíaca,
  • la enfermedad renal hipertensiva (principal causa de diálisis junto a la diabetes),
  • la retinopatía hipertensiva (afectación de las arterias y venas de la retina).