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El espacio -tiempo

La caída de los absolutos

Las discusiones respecto del espacio y el tiempo siempre tuvieron su fundamento en la percepción espacio-temporal que tienen las personas. Desde que Newton propuso sus leyes de movimiento de los cuerpos, no existían dudas de que el espacio y el tiempo eran absolutos. Sin embargo, la mecánica clásica de Newton no pudo responder esta pregunta:

¿Por qué la velocidad de la luz es constante?

A inicios del siglo XX se conocía que la velocidad de la luz tenía un valor aproximado de 300000 km/s, valor que fue calculado por el astrónomo inglés James Bradley (1692-1762), en 1728, a partir del efecto producido por el desplazamiento aparente de las estrellas debido al movimiento de la Tierra en su órbita alrededor del sol.

¿Por qué la velocidad de la luz es constante?

Pese a este conocimiento, la naturaleza de la luz era aún una discusión que se disputaba en medio de dos posturas científicas; la teoría corpuscular, respaldada por Isaac Newton, y la teoría ondulatoria del científico escoces James Maxwell (1831-1879).

Se comprueba mediante la refracción, reflexión y difracción de la luz.

La luz está constituida por ondas electromagnéticas

Teoría ondulatoria de Maxwell

Se comprueba mediante el efecto fotoeléctrico

La luz está constituida por corpúsculos llamados fotones

Teoría corpuscular de Newton

Naturaleza de la luz

En medio de este dilema científico, el joven Albert Einstein (Alemania, 1879-1995) realizaba su formación académica y, con fundamento en estas dos teorías, buscaba proponer una nueva forma de concebir el espacio y el tiempo.