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ENFERMEDADRENAL CRONICA

Ficha Equipo de Salud

CONTACTO

  • https://www.argentina.gob.ar/salud.
  • Paier.msal@gmail.com

Controles

Complicaciones

Prevención y Tratamiento

La enfermedad renal crónica y sus factores de riesgo (diabetes, hipertensión arterial o mayor de 50 años), son problemas detectados habitualmente en el primer nivel de atención (PNA). Se deberá tener en cuenta: Comer saludablemente y mantener el peso bajo control

  • En estadios iniciales
  • La alimentación saludable, es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía necesaria para poder llevar adelante las actividades diarias y mantenerse sano. Es necesario incorporar alimentos variados:
  • - Frutas y verduras: son fuente de vitaminas A y C, minerales, agua y fibra. Incorporar a diario un total de 5 porciones en variedad de tipos y colores. 1 porción equivale: ½ plato playo de verduras o 1 fruta mediana o 1 taza de frutas.
  • - Legumbres, cereales, papa, pan y pasta: son fuente de hidratos de carbono, fibra, vitaminas y energía. Es saludable consumir al menos 4 porciones diarias, preferentemente integrales. 1 porción equivale a 1 mignon o 1 unidad de mediana o ½ taza de legumbres o cereales.
  • - Lácteos (leche, yogur y queso): son fuente principal de calcio, vitaminas A y D y proteínas. Se recomienda consumir sus versiones descremadas. 1 porción equivale a 1 taza o vaso o 1 rodaja de queso.
  • -Carnes y huevo: son fuente de hierro, proteínas, zinc y vitamina B12. Intentar consumir cortes magros y retirar la grasa visible o piel de pollo. 1 porción equivale al tamaño de la palma de la mano o 1 huevo.
  • - Aceites, frutas secas y semillas: son fuente de vitamina E y antioxidantes. Privilegiar el consumo moderado y preferentemente crudo en el caso de los aceites, evitar frituras. 1 porción equivale a 1 cucharada de aceite o 1 cucharada sopera de semillas una vez por semana.
  • Se recomienda una dieta baja en sodio, disminuyendo el consumo de sal, evitar cocinar con sal, evitar alimentos con alto contenido de sodio, como los procesados y ultraprocesados: snacks, pre-fritos, fiambres, embutidos, aderezos, caldos para sopa, sopas industriales listas, etc.). El uso de sal puede ser reemplazado por hierbas frescas y/o condimentos, ejemplo: azafrán, pimiento, nuez moscada, comino, jengibre, curry, entre otros.
  • Limitar el consumo de bebidas azucaradas y alimentos con elevado contenido de grasa y azúcar. Y evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
  • En estadios avanzados
  • Alimentación es importante evaluar la dieta de la persona:
  • Las recomendaciones de proteínas varían en función del estadio en que se encuentre la persona, la progresión de la enfermedad y el grado de proteinuria. Se recomienda un consumo de 0,8 g de proteínas x kg x día (fuente KDIGO). El 50 al 60 % debe ser aportado por proteínas de alto valor biológico, ejemplo: carnes, huevo y lácteos. Distribuirlas a lo largo del día (evitar concentrarlas en solo una o dos comidas). También se debe complementar la ingesta proteica con alimentos de bajo valor biológico, ejemplo: legumbres, cereales y frutos secos.
  • Se mantiene la alimentación hiposódica (baja en sodio). Tener en cuenta que los edulcorantes con sacarina o ciclamato son a base de sodio. Realizaría un control en el consumo de estos edulcorantes cuando el plan hiposódico sea estricto o severo.
  • Se recomienda reducir el consumo de alimentos con fósforo. La ingesta recomendada es de menos de 800 mg/d para personas con ERC moderada a avanzada (fuente KDIGO). A medida que avanza la ERC suele ser necesario la restricción de este mineral. Se sugiere restricción dietética a fin de: Prevenir los depósitos de calcio y fósforos en tejidos blandos, minimizar o prevenir el hiperparatiroidismo secundario y la osteodistrofía renal y la hiperfosfatemia. Fuentes alimentarias de fósforo:
  • Fósforo orgánico: fósforo de origen animal, se absorbe entre un 40-60%, se encuentra en carnes, lácteos y huevo. Fósforo de origen vegetal se absorbe entre un 20-50%, presente en legumbres, cereales integrales y frutos secos.
  • Fósforo inorgánico: fósforo en aditivos, se absorbe entre un 90-100%, presente en productos procesados y ultraprocesados, snacks, jugos industriales, bebidas cola, salchichas, hamburguesas, pre-fritos de pollo, etc.
  • El potasio, no suele restringirse hasta que se produzca una pérdida significativa de la función renal o en personas que presentan hiperkalemia, especialmente en aquellas personas que se encuentran en etapas avanzadas de la enfermedad renal. Algunos alimentos fuente de potasio son, las frutas, las verduras, legumbres, frutas secas, chocolate, bebidas ricas en potasio (jugos comerciales), sales dietéticas, edulcorantes con acesulfame-k.
  • Reducir el contenido natural de fósforo, realizando cocciones más prolongadas y en abundante medio de acuoso. O realizar técnica de dializado de frutas y verduras, sumergiendo los alimentos, previamente pelados y cortados en cubos o en partes pequeñas, en abundante agua por 2 o 3 horas, ir cambiando esa agua varias veces, luego colocar los vegetales ya reposados en agua fría y llevar a cocción.
Mantener un peso saludable
  • Si bien no se recomienda una dieta especial en pacientes con enfermedad renal en estadios iniciales, salvo la que corresponda al control de la presión arterial elevada, diabetes o alteración de las grasas en sangre, principalmente el colesterol y los triglicéridos (dislipemia). Teniendo como parámetro la circunferencia de la cintura, menor a 80 cm en mujeres y menor a 94 cm en hombres, y un índice de masa corporal (IMC) entre 18,5 y 24,9 kg/m2.
Mantenerse en forma y activo:
  • Realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, o al menos 75 minutos semanales de actividad física intensa, o una combinación equivalente entre actividad moderada e intensa.
No fumar Mantener una ingesta de líquidos saludables (8 vasos de agua segura por día)
  • Es vital que bebamos suficiente líquido para mantener un equilibrio saludable, aun cuando no tengamos sed. Muchas personas se deshidratan por no beber suficiente líquido o por perder líquidos y no reemplazarlos. Es recomendable beber 8 vasos de agua segura al día. Una buena hidratación ayuda a mantener la funcionalidad adecuada de los riñones y evitar complicaciones. Además, previene: Infecciones urinarias. Dolor de cabeza, mareos que pueden provocar caídas o inclusive confusión mental. Estreñimiento. Cálculos (piedras) renales. Úlceras en las piernas y otras enfermedades de la piel.
Los signos de deshidratación son visibles en la orina. La orina oscura y con olor fuerte es una señal clara de que necesitas beber más líquidos. Esto puede verse mejor en la primera orina de la mañana. Se puede utilizar esta tabla de colores de orina de arriba para mostrar si hay signos de deshidratación. Otros síntomas de deshidratación incluyen dolor o ardor al orinar en infecciones urinarias, boca, labios u ojos secos, sed, mareos, dolor de cabeza, cansancio y falta de concentración. Mantener un control regular de los niveles de azúcar en sangre (controlar la diabetes) Si la persona tiene diabetes, debería estimularla para tener un control efectivo ya que es la principal causa de enfermedad renal. Es vital el automonitoreo y los controles médicos para ajustar dosis de fármacos a tiempo y así lograr niveles adecuados de hemoglobina glicosilada evitando la enfermedad renal por diabetes. Controlar la presión arterial (No abandonar el tratamiento)
  • Controlar la presión arterial, logrando niveles estables de presión < 140/90 mmHg. Los IECAs o ARA II, son los fármacos de elección en el tratamiento de la HTA de pacientes con ERC, retardan la progresión de la enfermedad, y disminuyen la proteinuria significativa persistente. El equipo de salud definirá el momento, tipo y dosis de estos fármacos.
  • Se recomienda el uso de IECAs a todos los pacientes con daño renal y proteinuria o albuminuria, sean o no Hipertensa (No abandonar el tratamiento).
Chequear tu función renal si tienes uno o más factores de riesgo (recordar a tu médico de cabecera que en la rutina incluya la CREATININA y la detección de PROTEÍNAS en la orina) El chequeo de la función renal es sencillo y se hace por laboratorio de rutina. Sólo se necesita una toma de sangre y orina de la mañana.
  • NO automedicarse, especialmente evitar anti-inflamatorios no esteroides (AINEs) ya que los mismos tomados abusivamente pueden dañar la función renal.
  • Aconsejar sobre el uso racional de medicamentos y sustancias potencialmente nefrotóxicas (aminoglucósidos, contrastes iodados radiológicos). Los analgésicos del tipo antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como ibuprofeno, ketorolac, diclofenac, indometacina, aspirina y otros, son ampliamente usados para calmar todo tipo de dolor y enfermedades crónicas como las reumáticas. La automedicación sin control médico de estos fármacos puede generar daño renal. Evitar el abuso es prioritario.

¿Cómo se manifiesta y diagnostica?

¿Quienes están en riesgo?

¿Qué lo causa Y cuáles son sus sintomas?

¿Qué es?

Prevención y tratamiento La enfermedad renal crónica y sus factores de riesgo (diabetes, hipertensión arterial o mayor de 50 años), son problemas detectados habitualmente en el primer nivel de atención (PNA). Se deberá tener en cuenta: Comer saludablemente y mantener el peso bajo control

  • En estadios iniciales
  • La alimentación saludable, es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía necesaria para poder llevar adelante las actividades diarias y mantenerse sano. Es necesario incorporar alimentos variados:
  • - Frutas y verduras: son fuente de vitaminas A y C, minerales, agua y fibra. Incorporar a diario un total de 5 porciones en variedad de tipos y colores. 1 porción equivale: ½ plato playo de verduras o 1 fruta mediana o 1 taza de frutas.
  • - Legumbres, cereales, papa, pan y pasta: son fuente de hidratos de carbono, fibra, vitaminas y energía. Es saludable consumir al menos 4 porciones diarias, preferentemente integrales. 1 porción equivale a 1 mignon o 1 unidad de mediana o ½ taza de legumbres o cereales.
  • - Lácteos (leche, yogur y queso): son fuente principal de calcio, vitaminas A y D y proteínas. Se recomienda consumir sus versiones descremadas. 1 porción equivale a 1 taza o vaso o 1 rodaja de queso.
  • -Carnes y huevo: son fuente de hierro, proteínas, zinc y vitamina B12. Intentar consumir cortes magros y retirar la grasa visible o piel de pollo. 1 porción equivale al tamaño de la palma de la mano o 1 huevo.
  • - Aceites, frutas secas y semillas: son fuente de vitamina E y antioxidantes. Privilegiar el consumo moderado y preferentemente crudo en el caso de los aceites, evitar frituras. 1 porción equivale a 1 cucharada de aceite o 1 cucharada sopera de semillas una vez por semana.
  • Se recomienda una dieta baja en sodio, disminuyendo el consumo de sal, evitar cocinar con sal, evitar alimentos con alto contenido de sodio, como los procesados y ultraprocesados: snacks, pre-fritos, fiambres, embutidos, aderezos, caldos para sopa, sopas industriales listas, etc.). El uso de sal puede ser reemplazado por hierbas frescas y/o condimentos, ejemplo: azafrán, pimiento, nuez moscada, comino, jengibre, curry, entre otros.
  • Limitar el consumo de bebidas azucaradas y alimentos con elevado contenido de grasa y azúcar. Y evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
  • En estadios avanzados
  • Alimentación es importante evaluar la dieta de la persona:
  • Las recomendaciones de proteínas varían en función del estadio en que se encuentre la persona, la progresión de la enfermedad y el grado de proteinuria. Se recomienda un consumo de 0,8 g de proteínas x kg x día (fuente KDIGO). El 50 al 60 % debe ser aportado por proteínas de alto valor biológico, ejemplo: carnes, huevo y lácteos. Distribuirlas a lo largo del día (evitar concentrarlas en solo una o dos comidas). También se debe complementar la ingesta proteica con alimentos de bajo valor biológico, ejemplo: legumbres, cereales y frutos secos.
  • Se mantiene la alimentación hiposódica (baja en sodio). Tener en cuenta que los edulcorantes con sacarina o ciclamato son a base de sodio. Realizaría un control en el consumo de estos edulcorantes cuando el plan hiposódico sea estricto o severo.
  • Se recomienda reducir el consumo de alimentos con fósforo. La ingesta recomendada es de menos de 800 mg/d para personas con ERC moderada a avanzada (fuente KDIGO). A medida que avanza la ERC suele ser necesario la restricción de este mineral. Se sugiere restricción dietética a fin de: Prevenir los depósitos de calcio y fósforos en tejidos blandos, minimizar o prevenir el hiperparatiroidismo secundario y la osteodistrofía renal y la hiperfosfatemia. Fuentes alimentarias de fósforo:
  • Fósforo orgánico: fósforo de origen animal, se absorbe entre un 40-60%, se encuentra en carnes, lácteos y huevo. Fósforo de origen vegetal se absorbe entre un 20-50%, presente en legumbres, cereales integrales y frutos secos.
  • Fósforo inorgánico: fósforo en aditivos, se absorbe entre un 90-100%, presente en productos procesados y ultraprocesados, snacks, jugos industriales, bebidas cola, salchichas, hamburguesas, pre-fritos de pollo, etc.
  • El potasio, no suele restringirse hasta que se produzca una pérdida significativa de la función renal o en personas que presentan hiperkalemia, especialmente en aquellas personas que se encuentran en etapas avanzadas de la enfermedad renal. Algunos alimentos fuente de potasio son, las frutas, las verduras, legumbres, frutas secas, chocolate, bebidas ricas en potasio (jugos comerciales), sales dietéticas, edulcorantes con acesulfame-k.
  • Reducir el contenido natural de fósforo, realizando cocciones más prolongadas y en abundante medio de acuoso. O realizar técnica de dializado de frutas y verduras, sumergiendo los alimentos, previamente pelados y cortados en cubos o en partes pequeñas, en abundante agua por 2 o 3 horas, ir cambiando esa agua varias veces, luego colocar los vegetales ya reposados en agua fría y llevar a cocción.
Mantener un peso saludable
  • Si bien no se recomienda una dieta especial en pacientes con enfermedad renal en estadios iniciales, salvo la que corresponda al control de la presión arterial elevada, diabetes o alteración de las grasas en sangre, principalmente el colesterol y los triglicéridos (dislipemia). Teniendo como parámetro la circunferencia de la cintura, menor a 80 cm en mujeres y menor a 94 cm en hombres, y un índice de masa corporal (IMC) entre 18,5 y 24,9 kg/m2.
Mantenerse en forma y activo:
  • Realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, o al menos 75 minutos semanales de actividad física intensa, o una combinación equivalente entre actividad moderada e intensa.
No fumar Mantener una ingesta de líquidos saludables (8 vasos de agua segura por día)
  • Es vital que bebamos suficiente líquido para mantener un equilibrio saludable, aun cuando no tengamos sed. Muchas personas se deshidratan por no beber suficiente líquido o por perder líquidos y no reemplazarlos. Es recomendable beber 8 vasos de agua segura al día. Una buena hidratación ayuda a mantener la funcionalidad adecuada de los riñones y evitar complicaciones. Además, previene: Infecciones urinarias. Dolor de cabeza, mareos que pueden provocar caídas o inclusive confusión mental. Estreñimiento. Cálculos (piedras) renales. Úlceras en las piernas y otras enfermedades de la piel.
Los signos de deshidratación son visibles en la orina. La orina oscura y con olor fuerte es una señal clara de que necesitas beber más líquidos. Esto puede verse mejor en la primera orina de la mañana.
  • Se puede utilizar esta tabla de colores de orina de arriba para mostrar si hay signos de deshidratación. Otros síntomas de deshidratación incluyen dolor o ardor al orinar en infecciones urinarias, boca, labios u ojos secos, sed, mareos, dolor de cabeza, cansancio y falta de concentración.
  • Mantener un control regular de los niveles de azúcar en sangre (controlar la diabetes) Si la persona tiene diabetes, debería estimularla para tener un control efectivo ya que es la principal causa de enfermedad renal. Es vital el automonitoreo y los controles médicos para ajustar dosis de fármacos a tiempo y así lograr niveles adecuados de hemoglobina glicosilada evitando la enfermedad renal por diabetes. Controlar la presión arterial (No abandonar el tratamiento)
    • Controlar la presión arterial, logrando niveles estables de presión < 140/90 mmHg. Los IECAs o ARA II, son los fármacos de elección en el tratamiento de la HTA de pacientes con ERC, retardan la progresión de la enfermedad, y disminuyen la proteinuria significativa persistente. El equipo de salud definirá el momento, tipo y dosis de estos fármacos.
    • Se recomienda el uso de IECAs a todos los pacientes con daño renal y proteinuria o albuminuria, sean o no Hipertensa (No abandonar el tratamiento).
  • Chequear tu función renal si tienes uno o más factores de riesgo (recordar a tu médico de cabecera que en la rutina incluya la CREATININA y la detección de PROTEÍNAS en la orina) El chequeo de la función renal es sencillo y se hace por laboratorio de rutina. Sólo se necesita una toma de sangre y orina de la mañana.
    • NO automedicarse, especialmente evitar anti-inflamatorios no esteroides (AINEs) ya que los mismos tomados abusivamente pueden dañar la función renal.
    • Aconsejar sobre el uso racional de medicamentos y sustancias potencialmente nefrotóxicas (aminoglucósidos, contrastes iodados radiológicos). Los analgésicos del tipo antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como ibuprofeno, ketorolac, diclofenac, indometacina, aspirina y otros, son ampliamente usados para calmar todo tipo de dolor y enfermedades crónicas como las reumáticas. La automedicación sin control médico de estos fármacos puede generar daño renal. Evitar el abuso es prioritario.

  • Si es mayor a 50 años de edad (sin antecedentes previos de enfermedad renal), realice un control de la función renal cada 1 a 3 años.
  • Si presenta diabetes mellitus e hipertensión arterial, contrólese anualmente.
  • Si presenta enfermedad renal crónica en estadios iniciales el control se realizará semestral o anualmente según criterio médico.
  • En el caso de estadios avanzados de enfermedad renal crónica, el especialista establecerá la periodicidad del control (de 1 a 6 meses).

Control La Enfermedad Renal Crónica es enfermedad sistémica y puede comprometer otros órganos y sistemas. La hipertensión (HTA) y los eventos cardiovasculares, se tratan en otros capítulos del manual. Conforme el filtrado es menor, las complicaciones se hacen más frecuentes y en la práctica diaria suele ser resueltas por el especialista. Aunque, según criterio del equipo de Primer Nivel de Atención (PNA), podrían ser resueltas en este nivel. Hiperuricemia (ácido úrico en plasma superior a 7 mg/dL): puede causar gota y litiasis en la población general, frecuencia que se ve aumentada en personas con ERC. El objetivo de tratamiento es reducir la uricemia a valores menores a 7 mg/dL. En ERC G3a y superior, comenzar con alopurinol 100 mg/día, en forma creciente con controles hasta lograr el objetivo o dosis no mayor a 300 mg/día. En caso de no respuesta, consultar con especialista. Anemia: Es una complicación muy frecuente en ERC (15%), aun en las de menor riesgo que podrán ser tratadas en PNA. Es multifactorial y en general corresponder a ferropenia, déficit vitamínico de B12 y folatos y una menor producción de eritropoyetina por el riñón. En anemias leves se sugiere un manejo inicial con búsqueda de pérdidas, suplementar con sales de hierro y vitaminas por vía oral, y en caso de no respuesta, consultar con especialista. En anemias moderadas a severas (Hemoglobina <10 g/dL), puede requerir eritropoyetina (EPO), luego de asegurarse que los depósitos de hierro son adecuados. La EPO es un fármaco de fácil administración y monitoreo, y podría ser manejada por PNA con la asistencia del especialista. Alteración del metabolismo fosfocálcico: Los pacientes con ERC suelen requerir suplemento de sales de calcio y vitamina D y la osteopenia es una eventualidad frecuente. Se sugiere una evaluación inicial con un especialista, aunque con la asistencia adecuada, el monitoreo y evaluación pueden ser realizados en PNA.

¿Qué es? La Enfermedad Renal Crónica es una patología de alta prevalencia en Argentina. En la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2) desarrollada entre 2018 y 2019, se observó un 12,7 % de prevalencia en población adulta (Uno de cada 8 adultos tiene enfermedades renales). Las enfermedades renales también pueden darse en niñas, niños y adolescentes (NNyA) pero con menor frecuencia. En la misma encuesta sólo el 11 % de las personas con ERC tenían conocimiento de su enfermedad. Esto marca un subdiagnóstico frecuente, en parte debido a su curso asintomático, siendo un factor que incrementa sustancialmente la morbimortalidad cardiovascular. Su carácter progresivo y modificable requiere medidas que faciliten su detección en etapas tempranas y eviten la evolución de la enfermedad. La Enfermedad Renal Crónica se define como la presencia de una alteración estructural o funcional renal (sedimento, imagen, histología) que persiste más de 3 meses, con o sin deterioro de la función renal; o un filtrado glomerular (FG) < 60 ml/min/1,73 m2 sin otros signos de enfermedad renal o cuando una persona es trasplantado renal.

Causas La Enfermedad Renal Crónica se puede dar a cualquier edad y por múltiples causas, aunque la mayoría de esta condición se da en personas con diabetes o hipertensión o que tienen más de 50 años. Otras afecciones que pueden dañar a los riñones son: Personas con niveles elevados de colesterol. Personas con enfermedades del corazón. Personas que presentaron algún evento de insuficiencia renal aguda, obstrucciones causas por problemas como uréteres de formas anormales, cálculos renales, tumores o agrandamiento de la próstata. Personas que presentaron repetición de infecciones del tracto urinario. Personas que hayan consumido medicamentos que pueden dañar el riñón (antiinflamatorios) durante un período prolongado. Personas con Lupus y oras complicaciones que afectan el sistema inmunitario del cuerpo. Personas que presentan dificultades para orinar, o tienen antecedentes familiares con enfermedad renal (enfermedad renal poliquística). *En niños, la ERC suele ser poco frecuente, pero debería estudiarse en casos de infecciones urinarias reiteradas o antecedentes de síndrome urémico hemolítico. En general, se presenta de manera asintomática. En estadios iniciales puede manifestarse con edemas generalizados (hinchazón en tobillos y pies) y cambios en la coloración de la orina. En estadios avanzados puede presentarse con cansancio, falta de apetito, intolerancias digestivas o anemia, entre otros síntomas.

Riesgo Cualquier persona puede tener enfermedad renal a cualquier edad. Pero algunas personas son más propensas a padecerla que otras. Tendrán un mayor riesgo de padecer la ERC: Personas con diabetes Personas con presión arterial elevada (hipertensión) Personas mayores de 50 años Personas que fuman Personas que tienen sobrepeso u obesidad Personas que tienen un familiar con insuficiencia renal Personas con origen africano, asiáticos, indígena o hispanos Personas que hayan abusado de medicamentos (antiinflamatorios) que dañan los riñones durante el transcurso de muchos años.

¿Cómo se manifiesta y diagnostica? En general, la mayoría de las personas que padecen de la enfermedad no sienten nada hasta que la enfermedad renal está muy avanzada. En estadios iniciales puede manifestarse con edemas generalizados (hinchazón en tobillos y pies) y cambios en la coloración de la orina. En estadios avanzados puede presentarse astenia (debilidad general o fatiga general), cansancio, falta de apetito, intolerancias digestivas o anemia, déficit de concentración, entre otros síntomas. Sin embargo, especialmente cuando la enfermedad renal evoluciona muy lentamente, hay personas que persisten prácticamente asintomáticos hasta etapas terminales, con filtrados glomerulares incluso de 10 ml/min/1,73 m2 o menos. La única manera de saber cómo están funcionando los riñones es con pruebas de rutina para detectar la enfermedad. Las personas que padecen alguno de los factores de riesgo mencionados antes, deben hacerse las pruebas. Las dos pruebas que pueden detectar la enfermedad renal son una prueba de sangre y una de orina:

  1. Prueba de sangre
La prueba de sangre mide un desecho en la sangre llamado creatinina, lo que se usa para estimar la filtración glomerular (FG). La FG indica si los riñones filtran bien los productos de desecho de la sangre. Las personas que padecen las causas mencionadas deben saber su FG. Los resultados de la prueba de sangre de FG se reportan en los siguientes números: FG de 60 o más se encuentra dentro de los valores normales. FG menor de 60 puede indicarla enfermedad de los riñones. FG de 15 o menos puede indicar falla de los riñones (etapa final). En una escala de grises podremos mostrar a la persona el grado de compromiso de la función renal de la siguiente manera: El objetivo de los tratamientos es evitar que FG descienda más. Los resultados de estas pruebas se deben comentar con el profesional de la salud
  1. Análisis de orina
La prueba de orina mide la cantidad de albúmina en la orina, un signo del daño renal. La albúmina es una proteína que se encuentra en la sangre. En algunos laboratorios miden proteínas totales en la orina. A los fines prácticos tomares el concepto de albuminuria y proteinuria como similares y hablaremos de albuminuria. Cuando los riñones están sanos, no dejan que la albúmina pase a la orina. Cuando los riñones no funcionan bien, la albúmina pasa a la orina. Cuanta menos albúmina haya en la orina, mejor. Los resultados de albúmina en la orina también se reportan en números: Una concentración de albúmina en la orina menor de 30 es normal. Una concentración de albúmina en la orina de 30 o mayor es anormal y puede indicar la enfermedad de los riñones. Si el laboratorio midió proteinuria, los resultados en números son: Una concentración de proteínas en la orina menor de 150 es normal. Una concentración de proteínas en la orina de 150 o mayor es anormal y puede indicar la enfermedad de los riñones. Importante: Las personas que tienen un FG normal (mayor o igual a 60) y una concentración de albúmina mayor o igual a 30, también tienen enfermedad renal pero podemos decir que están en “etapa inicial” porque tienen conservada la filtración renal.