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10 razones para jugar ajedrez

Transcript

10

Razones para

Ajedrez

aprender

Pulsa aquí

Desarrolla la memoria, atención y concentración

Capacidad de síntesis y organización

Trabajo en base a objetivos

Capacidad de análisis

Capacidad de gestionar problemas

Adaptarse a situaciones inesperadas

Deseo de superación, no rendirnos ante el fracaso y control emocional

El Ajedrez es una Ciencia

El Ajedrez es un Arte

El Ajedrez es un Deporte

10 razones para aprender Ajedrez

Desde nuestros primeros pasos en el ajedrez, nuestra memoria se pone a prueba. Para poder maniobrar las 32 piezas sobre el tablero, es necesario aprender y recordar los movimientos, capturas y reglas especiales de cada una de las figuras que nos acompañarán durante la partida. Pronto, comprendemos que la concentración es fundamental: un descuido puede desembocar en problemas. Debemos mantener la vista atenta a todo lo que sucede en el tablero, exigiendo a nuestra atención un esfuerzo mayor al habitual. Además, el pensamiento reflexivo se refuerza, debido a la imperiosa necesidad de considerar las intenciones del rival. Indudablemente, es crucial planificar y desarrollar ideas que sorprendan a nuestro adversario.

Tras el primer movimiento, existen 400 posiciones posibles en un tablero de ajedrez. Para el segundo movimiento, este número se eleva a 197,742 y, después de tres movimientos, alcanzamos 121 millones de posiciones. En una partida completa, la cifra supera el número de átomos existentes en el universo. Por lo tanto, el ajedrecista debe elegir entre un vasto abanico de posibilidades. ¿No resulta lógico que la capacidad de síntesis y organización se potencie con la práctica?

En la vida, trabajar sin un objetivo es como lanzar golpes al aire. Sin metas, estamos a la deriva. En el ajedrez, la importancia de trabajar en base a planes, objetivos y metas es primordial. La práctica constante inculcará en el ajedrecista este modelo de pensamiento, repercutiendo positivamente en otros aspectos de su vida.

La falta de reflexión y la toma de decisiones apresuradas pueden conducirnos a una derrota rápida. Esto educa al ajedrecista en la habilidad de realizar análisis minuciosos antes de decantarse por una decisión importante y los hace más conscientes de que los errores conllevan consecuencias.

Durante una partida de ajedrez, existen momentos conocidos como "situaciones críticas", donde se hace evidente que nos enfrentamos a una dificultad y la decisión que tomemos será decisiva para el resultado de la partida. En ese instante, estamos solos; no están papá, mamá, entrenador, ni nadie que tome decisiones por nosotros. De esta manera, ejercitamos la habilidad para gestionar problemas y luchamos con tenacidad para resolverlos. Esto también es una excelente forma de combatir la sobreprotección y de lograr que los más pequeños de la casa empiecen a ser más independientes.

Los cambios drásticos que pueden surgir en una partida de ajedrez ayudan a entrenar la habilidad de reaccionar correctamente ante situaciones inesperadas. Esto es crucial en la vida, ya que nadie está exento de un cambio radical de circunstancias que pueda colocarnos en una situación difícil. Un claro ejemplo es el impacto que causó en nuestro estilo de vida la llegada del COVID-19. La situación mundial no ha sido fácil y adaptarse a las nuevas normas ha sido especialmente duro para muchos. Sin embargo, el ajedrecista tiene entrenada la capacidad de adaptarse y comenzar a planificar con base en la realidad que se ha presentado, sin dar marcha atrás.

El ajedrecista aspira a superarse constantemente, por lo que después de cada partida, debe analizar sus errores en búsqueda de una mejora continua. Asimismo, aprende a recuperarse de una derrota y superar el fracaso, ya que los contratiempos durante una partida pueden llegar en cualquier momento. Todo ajedrecista ha experimentado una derrota que considera injusta o, por el contrario, ha logrado ganar una partida que parecía perdida. El ajedrez nos enseña a mantener respeto hacia el adversario en todo momento y nos instruye en un comportamiento ético, comprendiendo que la batalla se libra en el tablero y no fuera de él.

Para perfeccionar el nivel de juego en ajedrez se requiere mucho estudio e investigación. Existe una gran cantidad de literatura para entrenamiento, así como software especializado. De hecho, se sabe que el ajedrez aporta activamente al desarrollo de la inteligencia artificial y ha dado pasos enormes en el mundo de la informática. Por tanto, todo aquel que se adentre en el mundo del ajedrez descubrirá también su lado científico y verá lo vital que es examinar cada aspecto del juego para su progreso.

El ajedrez también tiene un importante aspecto artístico que va más allá de las muestras culturales, pinturas y películas basadas en este juego. En el propio ajedrez, los jugadores descubren su lado artístico en la belleza de una combinación, se emocionan al reproducir una partida hermosa considerada una obra de arte y, finalmente, desarrollan cualidades vitales de un artista: la creatividad y la imaginación.

El deporte moldea el carácter y la personalidad. Muchos creen que el ajedrez no merece ser llamado deporte por no "evidenciar" esfuerzo físico. Sin embargo, esto está lejos de la realidad. Estudios científicos han demostrado que para tener un buen rendimiento en el ajedrez es necesario mantener una buena condición física y tener resistencia para soportar largas horas de lucha frente al tablero. Además, su lado competitivo va acostumbrando al ajedrecista a un mundo en el que la sana competencia está presente en todos los aspectos.