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De entre las estancias femeninas de una casa del siglo XIX, destaca el boudoir o parlour, espacio de uso exclusivo de la mujer e imprescindible para toda dama elegante, al que podía retirarse a leer, escribir, coser o recibir de manera informal a sus visitas más íntimas.

Jean Baptiste Soyer (Atribuido) Niña 1800-1810 Las miniaturas son pequeños retratos portátiles, realizados sobre placas de marfil, vitela o cobre, con diversas técnicas de pintura. Conocidas ya en el siglo XVI, tienen su apogeo en el siglo XVIII, cuando se desarrolla la miniatura sobre marfil realizada fundamentalmente a la acuarela o gouache. Retratos de seres queridos, su tamaño posibilitaba ser usados como joyas en broches y colgantes o insertarlas en brazaletes u otras alhajas, aunque otras se enmarcaban para adornar las paredes. Explora la colección de miniaturas del Museo en este álbum: http://bit.ly/1PNAirC

Pulsera realizada con cabello Segundo tercio del siglo XIX En el siglo XVIII se comienza a practicar una artesanía de objetos confeccionados con cabellos, que se hicieron muy populares en el siglo XIX. Este arte implicaba también elaborar joyas con cabellos de los seres queridos, ya que el pelo, imperecedero, nos sobrevive y es parte física de la persona y recuerdo palpable de la misma. Una vertiente de esta joyería sentimental, será elaborar distintos adornos como pulseras, pendientes o collares con los cabellos de los ya fallecidos, en recuerdo eterno y memoria suya. Además de elaborar joyas, se guardaban mechones de pelo en guardapelos o se realizaban cuadros con cifras o componiendo escenarios y motivos que constituían también una manualidad propia de las mujeres, aunque no exclusiva suya.

Entredós Segunda mitad del siglo XIX El entredós es un mueble de origen francés, que surge en el siglo XVIII y que tuvo gran predicamento en el siglo XIX. Consiste en un armario bajo con puertas en el frente y habitualmente tiene poco fondo.El entredós que nos ocupa presenta decoración oriental, de inspiración japonesa, que se puso de moda en el periodo isabelino. Las Exposiciones Universales actuaron como escaparates de los países de Extremo Oriente y potenciaron los viajes, el coleccionismo y las compras en galerías, bazares, grandes almacenes y casas de subastas. En este contexto, los países europeos comenzaron a importar muebles lacados de Oriente a través del mercado portugués, al tiempo que surgieron en Europa talleres que empezaron a decorar muebles bajo dicha influencia. Se trata así de muebles occidentales decorados a la oriental.

Mesa costurero 1840-1850 La costura y el bordado eran labores propias de las damas de la alta sociedad decimonónica. Durante el período isabelino se hacen frecuentes los costureros portátiles y las mesitas de costura o trabajo, debido a la precisión funcional de los espacios de las viviendas, con muebles específicos para cada espacio. A esta pieza se le une además la decoración oriental, muy del gusto del siglo XIX, subyugado por el exotismo de civilizaciones y culturas lejanas.