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¿Cómo se organizaba la sociedad?

Unidad 8/02Descubrimos la Hispania romanaOrganización y costumbres romanas

¿A qué jugabanlos/as niños/asen laantigua Roma?

Las mujeresenHispania

¿Qué ropas utilizaban?

¿Cómo se divertían los romanos?

Realizado por: Bartolomé García Cayuela

La educación

La Higiene

La familia

¿Cómo se organizaba la sociedad romana? La sociedad romana se configura de dos clases sociales que tenían la ciudadanía romana: una aristocracia de propietarios, llamados patricios y una clase popular que luchaba por conseguir derechos, los llamados plebeyos. La economía estaba basada en el sistema de producción esclavista, donde la mayoría de los esclavos eran prisioneros de guerra. Existían mercados de esclavos donde se comerciaba con ellos como si fuesen simples mercancías. La sociedad romana estaba dividida en: Patricios. En la parte superior de la pirámide están los PATRICIOS. Eran las familias más ricas, que poseían las tierras e incluso podían ocupar cargos políticos importantes o participar en el Senado. De hecho, se decía que los patricios eran los descendientes de los fundadores de Roma. Por supuesto, las personas de este grupo eran libres y tenían derechos y privilegios. Plebeyos. Por debajo, estaban los PLEBEYOS. Eran los campesinos, pequeños propietarios, pequeños artesanos o comerciantes. Eran libres y tenían derechos, pero no tantos privilegios como los patricios puesto que no podían gobernar y debían pagar impuestos a la clase más alta. Los plebeyos se sublevaron muchas veces porque querían equipararse a los patricios. Así, en el siglo V a.C., consiguieron el 'Tribuno de la Plebe', un representante que defendía sus intereses. Esclavos. En el siguiente escalón de la pirámide estaban los ESCLAVOS. Se trata de prisioneros de guerra o hijos de otros esclavos que no tenían libertad ni derechos. Eran propiedad de sus dueños, por lo que podían comprarse y venderse como objetos. Libertos. Con el tiempo, pudieron llegar a comprar su propia libertad y convertirse en LIBERTOS.

Las mujeres en Hispania La mujer en la Antigua Roma, aunque siempre a la sombra del varón, tuvo más derechos y libertades que la mayoría de pueblos de la antigüedad, incluida la antigua Grecia. A diferencia de la mujer ateniense, recluida en casa y dominada por el varón en todas las facetas de su vida, las romanas gozaron siempre de una cierta independencia respecto al esposo, sobre todo si procedían de una familia acaudalada. A pesar de ello, la situación de la mujer no era fácil ya desde el inicio de sus vidas. Las niñas eran relegadas a un papel secundario: al nacer no tenían nombre propio, adoptaban el del padre en femenino, y las no deseadas eran abandonadas, y si sobrevivían, condenadas a la esclavitud. Hasta los 12 años asistían a la escuela pública (las de la clase patricia tenían sus preceptores en casa), donde la enseñanza que recibían estaba encaminada a hacer de ellas buenas esposas: aprendían canto, matemáticas, recitado de poemas y costura. A los 12 años, o a veces incluso más jóvenes, contraían matrimonio. A ojos de hoy, esto parece escandaloso, pero puesto en contexto histórico social no lo era en absoluto. La esperanza de vida era muy menor que en la actualidad. La mayoría solo llegaba a los 25 o 35 años, con un poco de suerte. En el caso de las mujeres, muchas morían en el parto o debilitadas por tener demasiados niños sin respiro. Se esperaba de ellas que tuvieran tantos bebés como pudieran porque muchos no alcanzarían la madurez. En el mundo rural la igualdad era más presente, trabajando igual que los hombres en las labores agrícolas . En la ciudad, podían llegar a ser incluso a ser comerciantes y llevar sus propios negocios, aunque siempre bajo la tutela de los hombres. A diferencia de las mujeres griegas, que les estaba prohibida la vida social, las romanas llevaban una intensa vida propia y andaban libres por las calles; acudían a los banquetes y actos oficiales junto al marido, iban al mercado y asistían a los espectáculos (en los asientos reservados para ellas, con peor visibilidad). A nivel político, como en Grecia, las mujeres romanas estaban excluidas de la vida política y ciudadana: no podían votar ni acceder a las magistraturas. Ahora parece inaudito, pero hace tan solo 100 años que la mujer pudo votar por primera vez, en el Reino Unido, después de largos años de reivindicaciones. Lamentablemente, nunca sabremos lo que pensaban las mujeres romanas acerca de su inferior posición social.

¿A qué jugaban los/as niños/as en la antigua Roma? A los niños Romanos les gustaba jugar. No es extraño, un crío es un crío ahora y hace 2.000 años. Pero resulta algo más extraño el observar la cantidad de juegos que hemos "heredado" de los tiernos infantes de la antigua Roma. Tanto los niños como las niñas romanas, de las clases acomodadas, recibían una buena educación y se les enseñaba (como mínimo) a leer, a escribir y a comportarse como es debido en sociedad. Pero también se divertían y tenían juguetes. Los preferidos tanto de niños como de niñas eran los pequeños animales que podían ser de lo más variopinto, desde insectos como cigarras o grillos, a otros algo más grandes como perritos, corderos, pajaros, conejos, patos, gansos... estas pequeñas mascotas, que alegraban a los pequeños,recibían el nombre de delicium o deliciae y se les tenía tanta estima que cuando un crío moría, acostumbraban a representar a su mascota en sus sepulcros o al menos a nombrarla. Las niñas se entretenían con pequeñas vajillas y cocinitas y también con muñecas, algunas incluso articuladas. Los niños eran un poco más "brutos" y gustaban más de representar batallas o entablar luchas. También hacer casitas de piedra o enganchar ratones a pequeños carros e incluso, cuando son un poco más mayores, construirse un carro grande tirado por un perro. Había muchos juegos que practicaban todos y en muchos casos los seguirían practicando de adultos, como el juego de pelota. La morra, que era un juego parecido al de los "chinos", donde había que adivinar cuantos dedos sacaría el contrario. Las tabas, que eran pequeños trozos de hueso, la peonza, el aro, las canicas, a la "gallina ciega" o al escondite. Tenían distintos tipos de juegos de mesa, algo que a muchos les acompañaría toda la vida y en ocasiones con mucho dinero de por medio. Los romanos eran muy "jugones".

¿Qué ropas utilizaban? Las esculturas y las pinturas de la Antigua Roma nos permiten conocer cómo vestían los romanos, los pobres y los ricos, los hombres y las mujeres, además de los accesorios que llevaban con sus ropas y sus peinados. Toga. Estaba confeccionada de lana, más gruesa en invierno, más delgada en verano. Era una cosa muy compleja de ponerse -se requería la ayuda de un esclavo muchas veces-, por lo que en años posteriores se fue simplificando su diseño. Abajo se llevaba una túnica larga, o varias si hacía frío. Cabe decir que la gente pobre y los esclavos no llevaban toga, sólo túnicas. Las mujeres las llevaban más ajustadas y hasta los pies. Encima se ponían un vestido de lana o de seda si eran ricas. Usaban una especie de cinta por encima de la túnica para darle soporte a los pechos. En cuanto al calzado, era unisex. Sandalias en verano, botitas cerradas en invierno. Y en cuanto a joyas, los varones sólo se permitían anillos, para las mujeres había una plétora de adornos. Para complementar: los hombres llevaban cabello corto sin excepción, por influencia griega. Las mujeres lo llevaban largo porque eso les daba estatus, sobre todo el realizarse peinados extravagantes. Como eran muy complejos se vendían pelucas también. Por cierto que ya desde esa época les daba por teñirse de rubio, o de “esconder las canas”, con tintes naturales.

La educación en Roma La cultura fue uno de los instrumentos fundamentales de la romanización,empezando por la unificación de la lengua, que encontró en el latín la perfecta solución para la comunicación con todos los pueblos conquistados. No obstante, las zonas menos romanizadas continuaban usando su idioma prerromano. También se desarrolló un complejo sistema educativo, con varias etapas perfectamente diferenciadas y la posibilidad de escoger entre educación pública o privada.En la primera etapa se enseñaba a leer y a escribir tanto latín como griego. En la segunda aprendían el Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y el Quadrivium(Aritmética, Geometría, Música y Astronomía). Se formaron grandes bibliotecas en los puntos importantes del Imperio que tomaron como modelo la de Alenjadría. La educación en la Antigua Roma Desde los últimos siglos de la república romana, era un mecanismo vinculado a la patricios que proporcionaba a sus hijos una educación al modo griego. El paedagogus (palabra griega de la que deriva la actual "pedagogo") era el esclavo que conducía al niño a la schola ("escuela"). En la primera enseñanza, el nutritor o Ptropheus era el responsable de enseñar al niño a leer y de su educación hasta la pubertad. Debía dirigirse a su padre llamándole domine (señor). La schola= escuela estaba regida por el calendario religioso; las clases se daban por las mañanas y era mixta hasta los doce años. Un grammaticus era el responsable de enseñar a los niños los autores clásicos y la mitología; mientras que a las niñas, consideradas adultas a los catorce años (domina en latín, kyria en griego), podían tener un preceptor que le enseñara los clásicos. La siguiente etapa de la educación tenía lugar en el gymnasium o palaestra. EscrituraMientras que la epigrafía pública se tallaba en piedra o fijaba a los monumentos con letras de bronce, o se trazaba mediante incisiones en placas de plomo; la escritura de todo tipo de documentos se realizaba generalmente con tinta sobre papiro (posteriormente sobre pergamino) en la redacción definitiva que se deseaba conservar (en algunos casos, con incisiones sobre marfil). Los Profesores Las escuelas romanas se encontraban en los pórticos del foro romano, y sus profesores eran mal pagados por los padres de los alumnos. Esto ilustra una de las diferencias centrales entre griegos y romanos y su visión sobre la educación: En los griegos la educación era un fin en sí mismo. Los romanos, por su parte, eran más prácticos de lo que enseñaban a sus hijos.

¿Cómo se divertían los romanos? Dentro de las formas de ocio, tenía una especial importancia el Teatro, en el que se representaban tragedias y comedias tanto griegas como romanas. Es uno de los lugares en los que más se puede apreciar la jerarquización de la sociedad, ya que su graderío estaba dividido en zonas diferentes según la importancia social de los espectadores. Los espectáculos teatrales tuvieron en Roma mejor aceptación que en la Antigua Grecia. Por su parte, el circo también fue otro de los focos de atención de la cultura romana. En él tenían lugar espectáculos destinados a un público menos refinado que el del teatro: exhibiciones de jinetes con acrobacias, o carreras de dos (bigas), tres (trigas), cuatro (cuadrigas) o más caballos, todo ello con una entrada espectacular precedida por el sonido de las trompetas. Las carreras empezaban con el lanzamiento del pañuelo blanco, este gesto era hecho por el organizador del evento, bajo él, en la arena, se situaban los jinetes con sus caballos y delante de ellos se situaba una cuerda atada a piezas de mármol para marcar la salida, cada uno de los equipos eran llamados factio, estos estaban diferenciados por un color para que el público hiciera sus apuestas a la cuadriga vencedora. Pero si Roma se caracteriza por un espectáculo es sin duda por el de las luchas de gladiadores, que tenían lugar en el Anfiteatro. En sus orígenes, las luchas de gladiadores tuvieron un carácter religioso, pero a partir del siglo I a. C., estas luchas rituales se convierten en un espectáculo público que no tardó en difundirse por todo el Imperio y cuya función pasó a ser social y política. El espectáculo comenzaba con el desfile de gladiadores, y tras el saludo al emperador u organizador, se formaban mediante sorteo las parejas que debían enfrentarse. El editor (muneris) o patrocinador decidía el destino del vencido atendiendo a la opinión del público, si había sido valiente, los espectadores gritaban “mitte” (sálvalo), pero si su comportamiento no les había gustado lo condenaban a muerte gritando “iúgula” (degüéllalo), en cuyo caso el vencedor hundía su arma en dirección al corazón para darle una muerte rápida. En el anfiteatro se celebraban también otros espectáculos, como la lucha de fieras, que podía desarrollarse de diferentes formas: unas veces se exhibían sólo fieras, otras luchaban entre sí, y frecuentemente contra hombres. También se simulaban en el anfiteatro auténticas cacerías de animales salvajes donde se realizaban grandes escenificaciones y decorados.

La higiene en Roma Un baño cada nueve días por lo menos. Eso sí, a diario se lavaban el rostro, los brazos y todo aquello que oliera mal. Si no tenían acceso a las termas ni tenían baño en su casa, entonces en el río. Pero era fundamental asearse, porque eso los distinguía de los bárbaros y les daba un aire de civilizados. Se vendían ungüentos, perfumes y desodorantes al pormayor. También ya había mucho maquillaje. Era usual que los baños en las casas se perfumaran con pétalos de rosas o con algún aceite. Incluso las mujeres ricas se sumergían en baños de leche para mantener su piel tersa.

Las familias romanas. El concepto de familia en la Hispania romana es mucho más amplio que el actual, ya que englobaba a personas como los siervos y los esclavos. Dentro de la estructura familiar la figura esencial es la del hombre que ejerce de pater familiae, es el hombre romano que no depende de nadie y de quien dependen los demás miembros. Es el encargado de formar la familia y tiene la patria potestas que le permitía disponer de la vida de cualquier miembro familiar, venderle como esclavo, e incluso darle muerte. Como jefe de la familia es también sacerdote de la religión familiar y juez entre los conflictos entre familiares, aunque para esto último puede contar con el consejo y asesoramiento familiar. La vida de las familias romanas se desarrollaba dentro de la vivienda. A diferencia de los griegos los romanos le dieron una gran importancia a la vida doméstica. En ella la mujer tiene un papel de cooperadora del hombre, se sienta a su lado en los banquetes, comparte con él la autoridad sobre los hijos y criados y participa de la dignidad de su marido en la vida pública, pero siempre desde una posición discreta, no pudiendo ejercer cargos importantes dentro de la vida pública ni ninguna actividad política, científica o artística.