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ENTENDIMIENTO

Herida...

En esta realidad en que nos encontramos inmersos, corremos el riesgo de quedar atrapados en una fe teórica, aferrados a “la oración por el momento en que vivimos” y a NO VER el mensaje que Cristo nos está mostrando.

¿Qué me produce esa ceguera espiritual?

Estamos CIEGOS cuando únicamente buscamos a Dios para nuestro propio provecho, CIEGOS cuando mostramos nuestros fanatismos ante la realidad, CIEGOS cuando nuestros prejuicios perjudican nuestra visión de la Verdad. Como dice el padre André Louf, monje cisterciense, el paso de la fe teórica a la fe vivida, implica una crisis. Aprovechemos estas crisis sanitaria, social, económica, como una oportunidad para vivir nuestra FE de una manera más profunda, sólo ello nos quitará la venda que tenemos en los ojos y que nos impide que la LUZ entre en nuestro corazón.

¿Es la indiferencia el camino que debo escoger cuando la fe se va apagando en mi corazón?

Don del Espíritu...

Símbolo...

...a la LUZ del Evangelio...

¿Busco un tiempo de silencio interior para escuchar la respuesta de Dios a mis súplicas?

¿Soy instrumento de Dios para llevar LUZ a los que me rodean?

El don de entendimiento permite que el alma, con facilidad, partícipe de esa mirada de Dios que todo lo penetra, empuja a reverenciar la grandeza de Dios, a rendirle afecto filial, a juzgar adecuadamente de las cosas creadas. El entendimiento de las verdades divinas reveladas requiere, sin duda, meditación y estudio, y hacer como María, que «guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19-51); pero se consigue sobre todo en la oración de súplica. Como decía San Juan de la Cruz, el don del entendimiento nos hace llegar a una Fe pura, contemplativa.

A veces vivimos en tinieblas y esa oscuridad nos produce perplejidad y angustia. La lectura sosegada y meditada de la Biblia nos ayuda a responder todas las preguntas que nos surgen en el camino, nos ayuda a estar preparados para mirar la realidad con los ojos de un Dios Misericordioso, nos da LUZ para comprender las enseñanzas de Cristo y como dice el Papa Francisco, “nuestras mentes se abren y en nuestros corazones se reaviva la esperanza” .