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Alejandro Aguilar Bravo

La prosa Barroca

EMPEZAR

  • La novela picaresca
  • La novela corta.
  • La prosa de ideas.

Las principales manifestaciones de la prosa barroca son:

1. INTRODUCCIÓN

El Buscón, de Francisco de Quevedo. Con esta obra, se rompe con el modelo de novela picaresca, ya que no hay caso o situación final que dé coherencia al relato. El pícaro se presenta como un personaje negativo que intenta alcanzar un rango social que no le corresponde. Su principal originalidad radica en el virtuosismo verbal y en la búsqueda de la comicidad mediante la hipérbole y la caricatura.

El Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán. Es una confesión narrada en primera persona de un condenado a galeras. Se diferencia del Lazarillo por sus disgresiones morales, en las que se refleja un pesimismo radical que convive con la creencia en una posible salvación del hombre, víctima de la sociedad.

2. LA NOVELA PICARESCA

En el Barroco se impone la novela picaresca, anclada en la realidad de su tiempo. Los pícaros sustituyen a los caballeros, a los pastores o a los peregrinos como personajes característicos de la ficción novelesca. La picaresca, descendiente del Lazarillo, alcanza en el siglo XVII su máximos esplendor.

Las principales obras fueron:

Entre los cultivadores de la narrativa breve de este periodo, destacamos la escritora madrileña MARÍA DE ZAYAS Y SOTOMAYOR, autora de las Novelas amorosas y ejemplares (1637) y de los Desengaños amorosos (1647)

Los rasgos principales de este género son:

3. LA NOVELA CORTA

Durante el Barroco se propició el cultivo de la novela corta, cuyo precedente son las Novelas Ejemplares de Cervantes.

  1. El predominio de la temática amorosa y la importancia concedida a la acción.
  2. La búsqueda del entretenimiento.
  3. Con frecuencia, la presencia de un marco narrativo que otorga unidad al conjunto de relatos.

Baltasar Gracián es el principal cultivador de la prosa de las ideas en la España de la época. Las obras de este jesuita (Agudeza y arte de ingenio, Oráculo manual y arte de prudencia, se caracterizan por un profundo pesimismo, que solo se puede sortear gracias a la prudencia. En El criticón cuenta la salvación del náufrago Crítilo por el joven Andrenio, personajes simbólicos en busca de la felicidad y de la inmortalidad.

Entre los cultivadores de la narrativa breve de este periodo, destacamos la escritora madrileña MARÍA DE ZAYAS Y SOTOMAYOR, autora de las Novelas amorosas y ejemplares (1637) y de los Desengaños amorosos (1647)

El interés por la realidad circundante o el deseo de evasión dan paso a la reflexión moral o política.

4. LA PROSA DE IDEAS

Desde la segunda mitad del siglo XVII asistimos a un retroceso de la novela en España, que anuncia la práctica desaparición de este género durante el siglo XVIII.

¡Muchas gracias!