Las conejitas que no sabían respetar

Cuento de Argentina

Las conejitas que no sabían respetar

SÉFORA

SEFARINA

Sus nietas NO SABÍAN LO QUE ERA EL RESPETO.

Serapio era muy bueno y muy respetuoso pero sus nietas... ¡no!

Había una vez un conejo que se llamaba Serapio. Él vivía con sus nietas.

¡Mira qué oveja tan fea!

Cuando salían de paseo Serafina decía:

¡Mira qué nariz tan fea tiene el toro!

Y Séfora decía:

¡Vale! Vamos a jugar.

Las conejitas dijeron:

Ganará ¡la que menos palabras tenga!

- Vamos a jugar a un juego: cada una va a tener un cuaderno y ahí, vais a escribir palabras de disculpa cada vez que os portéis más con alguien.

El abuelo muy enfadado pensó una cosa:

¡¡Lo siento!¡

¡¡Lo siento!!

¡¡Lo siento!!

¡¡Lo siento!!

¡Apúntalo en el cuaderno!

Y al revés, cuando Sefarina se portaba mal su hermana decía- Apúntalo en el cuaderno.

Cuando Séfora se portaba mal su hermana le decía:

¿Y si dejamos de portarnos mal?Así no tendríamos que escribir "Lo siento"

Un día las dos pensaron:

Ahora tenéisque borrar todo.

Es que no se puede.

El abuelo Serapio les tuvo que felicitar porque ¡ya no tenían quejas de los vecinos! Y les dijo:

Eso mismo le pasa a los corazones de la gente cuando les faltamos al respeto.Queda marcado y por mucho que pidamos perdón, no se borra por completo.Por eso, hay que tratar a todo el mundo como a nosotros nos gustaría que nos tratasen.