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ALUMNADO DE SEXTO NIVEL DL CEIP SAN JUAN

Transcript

CEIP SAN JUAN

COVID 19¿QUIÉN ERES Y QUÉ HAS HECHO?

20 Librada Hernández Vera.

19 Carlos Sosa Cabrera

18 Miriala Hernández Vera.

17 Zoilo Sánchez Torres

16 Ismael Mayor Ramírez

15 Marcos Rocha Hernández

Indice

14 Adriel J. Acosta Santana

13 Daniel Méndez Herrera

12 Daniel Bandín Lata

11 David Rodríguez Déniz

10 Saray Sánchez Rodríguez

09 Rubén Ramírez Delgado

08 Alejandro Ramos Pérez

07 Ismael López Cabrera

06 Gisela Cabrera Santana.

05 Luca López Luján.

04 Marcelo Ramírez Hernández.

03 Leire Falcón Torres

02 Cristina Cabrera Santana

01 Julia Arnaiz Castro

Estimadas familias: Tenemos información continua de lo que piensan los adultos sobre el “coronavirus”, y que hace alusión casi siempre a los mismos aspectos. Al leer los textos redactados por el alumnado de Sexto (12 años), creí necesario compartir con ustedes lo que opinan sus hijos e hijas acerca de este virus, sobre sus inquietudes, sus sueños y sus pensamientos relacionados con sus emociones, necesidades, experiencias nuevas, sus miedos por la salud de sus seres queridos —sus abuelos y abuelas y otros familiares cercanos—, la añoranza que sienten por abrazarlos, también por relacionarse con sus compañeros y compañeras, por regresar pronto al colegio, incluso se preocupan por las consecuencias negativas de este extraño ser que nos visita, y lo más destacado quizás, sea la actitud positiva y valiente para enfrentar, a pesar de todo, un confinamiento que comprenden que debe ser respetado por el bien de todas las personas.Julia Mª Arnaiz Castro (Lengua, 6º Nivel).

Covid 19,¿quién eres y qué has hecho?

Autora: Cristina Cabrera Santana

Es un ser invisible, aparentemente no tiene consistencia, no lo podemos ni oír, ni ver , ni mucho menos tocar, pero él a nosotros nos ha aterrorizado. Con un simple estornudo, nos deja a todos en la lona. Nadie predijo su llegada, ni nadie sabrá si tendrá una salida. Se ha apoderado de todo y de todas las personas. Nos produce miedo, inseguridad, temor, angustia …Se hace cada vez más fuerte, pero con la ayuda y la colaboración de todos y de todas, podremos combatir este terrible virus . El silencio se apodera de las calles, las capitales, monumentos, países, en fin..., de todo el mundo. Escucho el bello canto de los pájaros que se apodera de mí, mientras veo en las noticias cómo el virus se hace más grande y fuerte, aunque confío en que todos juntos acabaremos con este horroroso y dañino ser. Los juegos de familia, los libros, la televisión..., se aprovechan de nuestro aburrimiento, pero..., ¿y qué pasará después?, ¿tendremos una crisis mundial? ¿qué pasará con los comercios, las industrias y las empresas? Prefiero pensar en lo que ocurre ahora, lo que tenga que pasar, sucederá. Juntos podremos con esto.

Autora: Leire Falcón Torres

Confinamiento, palabra que nunca había oído y que ahora vivo cada día de mi vida. Y el coronavirus, que ha sido la llave que ha cerrado la puerta de mi casa, no ha podido cerrar la de mi vida. Al principio pensaba que me aburriría muy rápido, que no sabría qué hacer, que sería muy monótono, que los días pesarían... Pero al cabo de unos días, me di cuenta de que cada día lo hago distinto porque tengo bastante entretenimiento. Estos días, no los vivo como encerrada, sino en familia, pues me siento querida, acompañada, juego con mi hermana, me divierto y me río, comparto más momentos con mis padres, risas, juegos, tareas, … Ahora disfruto de lo que tengo y no lloro por lo que no puedo hacer. El confinamiento me ha regalado una cosa muy valiosa; TIEMPO. Tiempo para estar relajada, disfrutar de la lectura, hacer tareas sin prisas, desayunar con calma, pintar, cocinar con mi madre y disfrutar del momento, …

Autor: Marcelo Ramírez Hernández

Son las nueve de la mañana, he desayunado y sigo con mi pijama. Jamás pensé que echaría tanto de menos esos días, cuando iba al colegio con tantas ganas. Vivo confinado en casa junto a mi familia, debido a un virus, llamado, “Coronavirus”, que ha llegado a cambiar mi rutina de vida. Lo primero, es hacer mis deberes, sin agobios, que recibo por mis profesores, por “Gmail”, EVAGD... No puedo ver a mis amigos y me siento un poco triste, pero gracias a la consola, juego y hablo con ellos. Cuando salgo a aplaudir al balcón a los sanitarios y demás personas, es cuando verdaderamente me emociono y me siento feliz, al ver a mis vecinos con tanta unión, aunque a veces me doy cuenta de que mis padres están preocupados con esta situación. Sé que de esta saldremos, aunque no será igual que antes; sin embargo, nos sentiremos más fuertes y orgullosos de haber colaborado para reducir los contagios, debido a esta pandemia.

Autor: Luca López Luján

Mientras sigo aquí metido, en mi casa, cada vez tengo más rabia acumulada dentro de mí, y cada vez me enfado más fácilmente, pero no es culpa de nadie, sino mía. Porque lo único que necesito ahora mismo es salir a la calle y respirar aire limpio. Otra cosa que tengo acumulada en mi estómago son los nervios, que los manifiesto con un enfado continuo conmigo y con los demás. Pensé que nunca lo diría, pero lo que más deseo ahora mismo es poder salir a la calle y volver al colegio con mis compañeros y con mis amigos. Echo de menos poder jugar una pachanga de fútbol mientras respiro diversión. Ojalá todo vuelva a la normalidad. Ojalá hubiese un botón de reinicio.

Autora: Gisela Cabrera Santana

Este incómodo confinamiento me consume, mi casa me parece hasta extraña de tantas veces caminar por ella. Le doy miles y miles de vueltas a mi cabeza y en el fondo hay una pizca de luz cegando mis ojos: ¡la luz de la esperanza!, que lustra los semblantes de nuestros seres queridos, que esperan con entusiasmo muchos abrazos que de menos hemos echado. La incomodidad se metamorfosea en paz y armonía. ¡Cumple las normas que todo pasará, nunca olvidemos a todos y a todas las personas que luchan por la salud y el bienestar del mundo entero. Mis piernas me arrastran hasta el balcón y repito frases subliminales dando gracias a todos lo que se quedan en casa y a las personas que nos apoyan en estos duros momento

Autor: Ismael López Cabrera

El confinamiento significa que los ciudadanos españoles, en esta ocasión, no podemos salir de nuestros hogares para evitar posibles contagios. Esto me hace sentir que esta situación parece una película de terror en la que no paran de morir almas inocentes. Esto me ha hecho valorar cuando antes podíamos visitar amigos, salir a pasear... También me siento apenado por las personas que tienen que sufrir este terrible monstruo invisible. Personalmente, para combatir este virus he tenido que implantar drásticamente las medidas de seguridad haciéndome reflexionar sobre el gran trabajo que están haciendo los sanitarios. Cada noche tengo pesadillas sobre si el virus llegara a mis familiares y amigos más cercanos, lo que me hace valorar cada instante que estoy con ellos. Añoro aquellos momentos que para mí eran vida, cuando me asomaba a la azotea y veía los coches y las personas pasando apresuradamente por mi calle. Cosa que ahora lamentablemente no ocurre.

Autor: Alejandro Ramos Pérez

Últimamente las personas permanecen en las casas para que este virus no les infecte. Nuestro enemigo es microscópico, es un enemigo al cual no podemos vencer cara a cara, por eso nos quedamos confinados, para vencerlo de otra forma. A mí lo que está pasando no me perjudica tanto, debido a que yo no tengo trabajo del que yo dependa; sin embargo, por culpa de este desprevenido virus, mucha gente se ha quedado sin trabajo, no hay dinero y sin dinero no se puede mantener a una familia. Me preocupa no poder salir a la calle, al campo y a la playa, no quedar con mis amigos ni verlos. Por suerte tengo internet para hacer las tareas y comunicarme. Para evitar que por este virus fallezcan más personas, las calles permanecen desiertas, tristes y con algún errante vagando entre tiendas cerradas. Tenemos que tener calma y paciencia, ya que a este virus lo vencemos entre todos.

Autor: Rubén Ramírez Delgado

Últimamente me siento mejor, sabiendo que estoy practicando una serie de deportes continuados y de diferentes maneras. Suelo hacer diversas cosas, desde los deberes por el ordenador, a pasar una tarde divertida con mis padres, o bien, viendo una serie, o con un buen juego de mesa estilo Monopoly, La Oca, y también paso un buen rato con mi queridísima hermana jugando a un juego de la PLAY (Los Sims). ¿Para qué voy a mentir? Añoro sobre todo una cosa: la comida china ...na’ es broma, poder dialogar con mis compañeros y consultar algunas dudas que teníamos, o pasar un rato riéndonos, también poder ir a las Terrazas a dar un paseo con mi familia y conversar sobre nuestro día y comentar alguna anécdota interesante.Voy a ser sincero, sueño con el día que podamos salir de casa, puede que ese día sea un poco caótico, pero podré salir a la calle por fin, después de tanto tiempo y respirar el aire puro de la montaña debido a que vivo en la montaña.

Autora: Saray Sánchez Rodríguez

Extraño muchas cosas de mi vida cotidiana, antes era como la de una persona normal, pero ahora parezco una presa, encerrada. Los sonidos del tráfico cesan, pero lo que más añoro son esas salidas los fines de semana, ver a personas caminando en los parques, quedadas en familia… Me aburro demasiado, tengo la sensación de agobio porque no puedo salir, ya hasta haciendo deberes me divierto y me distraigo hablando con mis vecinos de balcón a balcón, hacer ¨video llamadas¨ o jugando en familia. Sueño con que esto solo sea una pesadilla, pero ya veo que cada vez son más las víctimas o contagiados y no es una simple pesadilla. Es la vida real.

Autor: David Rodríguez Déniz

Y entonces mi mundo cambió, dio un giro radical y me pregunté por qué estamos en este mundo tan difícil de entender. ¿Por qué un virus invisible se lleva tantas vidas y cómo nos priva de tanta libertad y cosas que hacer? Y también, ¿cómo un virus invisible y dañino nos puede unir tanto a familias, a países..., en general, a un mundo entero para luchar y luchar contra él? Están siendo unas semanas muy raras. Nada tiene que ver con mi vida normal. Echo de menos a mis amigos, mis actividades extraescolares como el fútbol, ir al colegio, reírme en el recreo con mis amigos. Sueño en que algún día esto va a terminar y podremos salir con nuestros amigos, comprar con mis padres. Echo de menos poder ver a mis abuelas y abuelos y poder darles un abrazo. Para intentar no aburrirme me pongo a ver historias que han sucedido en otros países porque me entretienen mucho. Siento mucha pena por los médicos que tienen que estar ahí, combatiendo el virus sin poder ver a sus familias, y rabia por todas aquellas personas que se saltan la ley y siguen saliendo de casa. ¡Por favor, quédate en casa! Muchas personas están sufriendo, pero no va a ser en vano, ya que con nuestra colaboración, podremos vencerlo. Así somos y seremos y está batalla ganaremos. Respetémonos y Cuidémonos.

Autor: Daniel Bandín Lata

Me invade la tristeza al pensar que hay monumentos, museos y ciudades muy bonitas que no se pueden ver porque tenemos que estar en casa. Ahora parece como si no existieran, como si no fueran nada; hay hoteles, pero no hay nadie dentro; está la Torre Eiffel, pero nadie se está sacando fotos desde arriba; está el Museo del Louvre, pero no hay nadie mirando sus cuadros. Esto es lo peor del confinamiento, que hay miles de cosas que todo el mundo quiere ver y nosotros no podemos. Podríamos estar disfrutando de la Estatua de la Libertad, pero en lugar de eso, estamos viendo la tele y tumbados en el sofá. Durante la semana santa podríamos irnos a la playa, pero en lugar de eso, toca quedarse en casa. Esto es lo más triste, que hay cosas que están y no lo parecen. Desde la ventana no se ve nada y nos imaginamos estando en la playa.

Autor: Daniel Méndez Herrera

El confinamiento es algo nuevo para mí, nunca había pasado algo así. Pero hay que ser positivo, e intentar aprender de esta situación tan extraña. Yo, en mi caso, hago muchas cosas, por ejemplo: ayudo en las tareas del hogar, hago los deberes, por la tarde salgo a la terraza a aplaudir con mis vecinos. Mi madre me está enseñando a cocinar. Siento tristeza porque añoro lo que hacía antes, sobre todo estar con mis amigos, salir a la calle a pasear, ir al colegio, los partidos de fútbol, poder estar con mis familiares (que los echo mucho de menos), ver a mis compañeros..., así un sinfín de actividades que habitualmente hacia antes del confinamiento. Sueño y deseo que llegue el día en que todo vuelva a la normalidad.

Autor: Adriel J. Acosta Santana

Estar encerrado no me gusta, pero me tengo que aguantar, lo que hago para no aburrirme es hacer deberes, y cuando los termino, me siento contento porque he realizado la tarea. También aprovecho para jugar a juegos de mesa con mi padre. Echo de menos a mi familia, sobre todo a mis abuelos. Sueño con estar con ellos, no por vídeollamada sino de verdad, aunque me debo sentir afortunado, ya que, en la época de mis antepasados, no existían estas tecnologías. El otro día hice gelatina y me salió muy rica. Intento todos días hacer un postre diferente y siempre lo hago yo con la ayuda de mi hermana y nos sentimos como chefs. La mayoría de las ocasiones, hago deporte corriendo en el pasillo de mi casa, es pequeño, pero me vale para estar en forma. A veces, juego con mi madre al tenis de mesa con una zapatilla y nos lo pasamos en grande. Por supuesto, siempre gano yo. Ayer me encontraba un poco aburrido, y entonces utilicé mi imaginación de peluquero, y me corté las puntas del pelo. Yo pienso que si nos quedamos en casa, evitamos la propagación del virus, por lo menos en mi familia lo llevamos a cabo, aunque se me hace cuesta arriba no poder pasear e ir al colegio.

Autor: Marcos Rocha Hernández

Estoy encerrado sin poder salir, lo único que hago es hacer los deberes y jugar, me he dado cuenta de que este confinamiento hace que me aburra hasta de la play 4 y demás videojuegos; también leo mucho y veo la TV. Me siento aburrido ya que no puedo ir al fútbol o al colegio, también por estar encerrado en estas cuatro paredes. Aparte, estoy alegre porque estoy en familia, y mi padre al no tener que ir a trabajar, puede estar más tiempo conmigo, jugando a juegos que hacemos juntos, “hundir la flota, ajedrez...”, y a veces salgo a la azotea para jugar a la pelota o para sacar a mi perrita, aunque se me hace poco y estoy solo, sin ningún amigo de mi edad. Echo de menos a mis amigos del fútbol y aunque hablo con ellos del colegio por WhatsApp no es lo mismo como estar delante de ellos para abrazarlos o pelearnos (ja, ja, ja). También tengo miedo por mi madre –ya que ella trabaja en una residencia de ancianos a los que conozco (los aplausos de las 19:00 son también para ella y sus compañeras)– porque se puede contagiar ( suelo ir a verlos a la residencia y estoy con ellos un poco hasta que me recoge mi padre), sé que son de alto riesgo por su edad. Espero que todos cuando acabe esto, sigan bien. No puedo ir a casa de mis abuelos, que los echo de menos. Parece una pesadilla todo esto y sueño con que pronto se acabe y podamos volver a salir, a correr, a jugar, a abrazarnos... Tengo el deber de quedarme en casa, si no lo hago, me podré contagiar o peor, contagiar a los demás.

Autor: Ismael Mayor Ramírez

Tengo que decir que al principio escuchaba hablar de confinamiento, pero no sabía realmente lo que significaba, con el tiempo entendí que estar en confinamiento es estar en un lugar sin poder salir en libertad. Mis padres me establecieron unas pequeñas pautas diarias: después de desayunar me siento a hacer tareas, hago un poco de deporte en la bicicleta estática; después de comer me conecto a través de la “play” y hablo con alguno de mis amigos. Extraño muchísimo ir al colegio, ver a todos mis amigos, poder hablar con ellos, compartir risas y momentos. Ni que decir tiene que echo en falta lo que hasta ahora es mi pasión, el fútbol, los entrenamientos, las risas y esfuerzos con mis compañeros, los partidos de los sábados, ver cómo el sacrificio de la semana se ve el día del partido. Al principio, hasta me podía hacer gracia tener que estar en casa, pero ya no tiene gracia ninguna. Una cosa es que estés en tu casa porque quieres estar y otra muy distinta es que te impidan salir. Sueño con que todos los enfermos se puedan sanar, que cada vez sea menor el número de fallecidos, detrás de cada fallecido hay una familia que sufre por la pérdida de un ser querido. Siento rabia cuando veo por televisión que hay personas que no respetan el confinamiento o cuando no llega el material a los sanitarios, personal de limpieza, policía….Espero y ansío volver pronto a la normalidad, chocar las manos, ver y poder tocar a quien quieres, ir a la playa y disfrutar de la brisa del mar.

Autor: Zoilo Sánchez Torres

Mientras más dure el confinamiento, cada vez va a ser más aburrido estar en casa. Los primeros días eran más divertidos, porque jugabas, veías la tele, leías, hablabas con tus padres… Pero imagínate todo eso una y otra vez, pues no te lo imagines mucho porque está pasando de verdad. Ahora nos quedan pocas cosas que hacer dentro de casa. Prefiero hacer una vida normal, que estar encerrado en un piso casi dos meses. En algunas comunidades se está curando mucha gente, y parece que podemos salir de esta. La sociedad ha recuperado la relación entre vecinos y la solidaridad hacia las personas mayores. Resulta emocionante ver cómo tantas personas salen a sus ventanas y balcones, a tocar música o a aplaudir a unos nuevos superhéroes, que antes no conocíamos como son los policías, los médicos... Si todos hacemos caso a los profesionales y ponemos nuestro granito de arena, este virus lo paramos unidos. Por otro lado, esta batalla no está perdida. Ganamos en aire puro, en reducción de la contaminación, y en tiempo para compartir. Al final, todos habremos cambiado a mejor.

Autora: Miriala Hernández Vera

Este confinamiento se me hace un poco eterno ya que no puedo ver a parte de mi familia,o a mis compañeros y compañeras, aunque puedo hablar con ellos. Es un poco aburrido tener que estar todos los días en casa, así que yo intento hacer actividades que me entretengan, como pintar, escuchar música y otras muchas cosas más. Puede que el día de mi cumpleaños lo pasara encerrada en mi casa sin amigos pero no quiere decir que no lo celebrara y que no fuera diferente. Cuando termine todo esto, haré una fiesta inolvidable. También echo de menos a mi bisabuela ya que está ingresada en el hospital, siempre que se puede nos llaman para poder hablar con ella. Yo deseo que se acabe toda esta pesadilla de una vez por todas, porque hay mucha gente que sufre por este virus y realmente esto es muy triste y hay que saber superarlo, porque todos juntos podemos vencerlo. Yo quiero agradecerle a todos esos doctores y doctoras por curar a los infectados y por hacer lo que están haciendo por nosotros, y a la policía, por intentar hacernos reír y sacarnos una sonrisa en estos momentos tan complicados, y por ayudarnos en todas las ocasiones.

Autor: Carlos Sosa Cabrera

Cada día seguimos dando un paso más para que todo esto acabe. Hay que quedarse en casa, pero, aunque te parezca aburrido, se pueden hacer muchas cosas divertidas como: yoga, recetas, ejercicio…incluso puedes realizar un dibujo y colgarlo en tu ventana o balcón. Me encantaba quedar con mis amigos y hablar con ellos, pero ahora los veo a través del móvil. Todo aquello que tenías, pero te parecía insignificante, ahora vale muchísimo, este es el momento de valorar cómo eres, con lo que tienes y lo que no. Sobre todo, hay que tener en cuenta a nuestros héroes, los sanitarios, que hacen todo lo que pueden por ayudarnos, por cuidarnos, ellos son nuestros salvadores, así que tenemos que aportar nuestro granito de arena ``quedándonos en casa´´ porque esta lucha es de todos. Tampoco nos olvidados de esas personas que arriesgan su salud para hacer la labor, como: farmacéuticos, de logística, limpieza, transporte, supermercados… en fin, ¡gracias a todos y a todas!

Autora: Librada Hernández Vera

En este confinamiento he tenido sensaciones diferentes. Hay veces que he añorado algo como salir de compras, ir al colegio…; otras veces, intento no aburrirme, así que me pongo a hacer manualidades, a ayudar a limpiar en casa, a dibujar….. Yo sueño con que esta horrible pesadilla se acabe ya de una vez. A causa de esta gran epidemia, la gente arriesga su vida en ir a comprar cosas que necesitan en sus casas. Hay veces que me siento sola, porque echo de menos a mis compañeros y compañeras. Este año ha sido un poco especial para algunas personas, ya que han celebrado su cumpleaños confinadas, sin poder salir, sin estar con sus amigos y sus amigas. Lo mejor de este encierro ha sido la unidad del pueblo español con las muestras de solidaridad con los sanitarios y con la policía, asomándose a los balcones, a las siete de la tarde, para brindarles un aplauso en señal de agradecimiento.

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