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La Golondrina curiosa

Érase una vez una golondrina muy curiosa, que se llamaba Catalina, vivía en Cabezuela del Valle y tenía su nido en el balcón de la casa de David.

Nuestra golondrina tenía curiosidad por saber para qué servían las montañas y los animales que allí vivían.

Cada día jugaba con sus amigas, volando por encima de los tejados, hasta por encima de la torre de la iglesia, tan alta.

Un día, Catalina se levantó muy temprano, mucho antes que sus amiguitas, y decidió volar hasta llegar a la montaña que veía desde su pueblo.

Cuando iba sobrevolando, ya cerca de la montaña, los paisajes por los que pasaba la sorprendían y maravillaban. Su idea era conocer, no solo la montaña, sino quién vivía allí.

Desde lo alto, ve en el fondo una garganta y aprovecha para descansar y beber. Cuando se acerca a la orilla, escucha una voz:

Nuestra golondrina se quedó muy sorprendida porque no conocía al Sr. Desmán, pero le pareció muy simpático.

Soy un desmán ibérico y vivo en la montaña, estoy en peligro de extinción.

¿Quién eres tú que no te conozco?

Pequeña golondrina ¿Acaso estás perdida y no sabes ir a tu casa?

No vivo dentro del agua aunque mi casa la tengo cerca de ríos y gargantas. Me alimento principalmente de larvas acuáticas y como soy nocturno, me ayudo de mi trompa para poder encontrarlas. Soy buen nadador , por eso tengo estas membranas entre mis dedos, que me ayudan a bucear y así poder desplazarme mejor debajo del agua.

¡Qué aspecto más raro tienes! jijijiji ¿Por qué vives en el agua? y ¿Para qué te sirve esa trompa?

Yo soy un anfibio y un endemismo. Además, como el Sr. Desmán, vivo cerca del agua. Me llamo Tritón ibérico.

Pero yo quiero saber más sobre la montaña y conocer otros animales que viven aquí. ¿Quién eres tú?

¿Qué hace una golondrina por aquí? , ¡Vete a tu casa, puedes perderte!.

Mientras hablaba con el Sr. Desmán, se oyeron unas pequeñas risitas cerca del agua. Era el tritón ibérico que había estado escuchando toda la conversación y quería conocer a Catalina la golondrina.

Me parece muy interesante , pero yo quiero seguir subiendo la montaña.

Quiere decir que a mí y a los de mi especie, solo nos podrás encontrar en una zona determinada y no en otra parte del mundo.

¿Qué es eso de ser un endemismo?

El desmán llama al zorro que estaba cerca descansando. Le presentan a Catalina la golondrina y le cuentan su intención. El zorro que era un buen amigo, se ofrece a acompañarla por los lugares más bonitos.

Podemos ayudarte, avisaremos a mi amigo el zorro para que te acompañe y así puedas visitar nuestro hogar.

¡Qué curioso, yo vivo en las casas del hombre y tú evitas encontrarte con él! ¿Por qué tanto miedo al hombre?.

Me llamo Trueno y vivo en este maravilloso bosque, mi casa, que yo llamo madriguera, está oculta entre esos matorrales. Suelo permanecer oculto por el día, porque así evito encontrarme con el hombre, y salgo durante la noche y al atardecer, para buscar alimento.

Visitan, cerca de donde se encontraban, un bosque de robles que es la casa de muchos animales a los que Catalina la golondrina no conoce. Por el sendero que comenzaron a recorrer, el zorro empieza a contarle...

Poco a poco van llegando otros animales que al oír al zorro se van acercando: el jabalí, el tejón, la gineta, el azor, el arrendajo….

¡Amigos, salid todos, he traído una invitada para que os conozca!

Algunos amigos míos han muerto por su culpa , por eso prefiero no encontrarme con él. Te voy a presentar a mis amigos Catalina.

Mientras, el tejón y la gineta le explicaron que vivían en madrigueras o huecos de los árboles, y que como le había dicho el zorro, ellos también evitaban al hombre que solía visitar el bosque durante el día, y preferían salir a buscar comida durante el crepúsculo o la noche.

¡Hola Catalina!, yo también tengo mi casa en un árbol y me alimento, entre otras cosas, de las bellotas, aunque tengo muy mala cabeza, porque después de esconderlas para tener comida durante el invierno, no consigo encontrarlas.

Tengo muy desarrollado el sentido del oído y, sobre todo, el olfato, así consigo encontrar la comida, evitar obstáculos y huir de depredadores.

Si tienes mal la vista ¿Cómo puedes orientarte por la noche y no ir tropezando en la oscuridad?

¡Acércate que pueda verte!, pues tengo muy mal la vista.

Mientras seguían subiendo la montaña, algo muy grande comenzó a sobrevolar entorno a ellos: era un gran buitre leonado.

Después de conocer a estos nuevos amigos, el zorro y Catalina continuaron con su viaje, dejaron la falda de la montaña (pero no os penséis que es una falda de vestir, nos referimos a la ladera de la montaña, donde habitan los bosques).

¿Dónde vas zorro con esa pequeña golondrina en tu espalda?

El buitre se posó sobre una roca y preguntó al zorro:

Me gustaría, pero debo buscar algo de comida para alimentar a mi polluelo. No temas Catalina, puedes salir de detrás del zorro, no voy a hacerte nada.

Es mi amiga Catalina y voy a enseñarla algunos lugares de la montaña. Hemos visto el bosque y algunos amiguitos que allí viven, ahora pensábamos subir a lo más alto. ¿Nos acompañas?

Catalina quedó muy impresionada y asustada al ver un buitre, al que no había tenido nunca tan cerca, solo lo había divisado sobrevolando en lo más alto del cielo. Por puro instinto, se escondió detrás del zorro.

Mi cuello largo y pelado es para poder introducir mejor la cabeza en el cuerpo de los animales muertos de los que me alimento, y con mi fuerte pico me ayudo para romper la carne.

Perdona, pero me ha impresionado mucho tu gran pico y alargado cuello.

Se despidieron del buitre y continuaron ascendiendo la montaña. Más arriba, Catalina la golondrina comenzó a sentir frío, ya casi no había árboles y vieron flores muy curiosas que ella no conocía: boca de dragón, drosera… Sobre esta última planta el zorro le contó una curiosidad, que es carnívora.

Qué vistas tan maravillosas, se veía a lo lejos muy, pero que muy pequeño, el pueblo de Catalina la golondrina.

Nosotras vivimos todas juntas en una gran manada, durante el invierno buscamos zonas más cálidas por debajo de las cumbres, mientras que en el verano podemos ascender hasta los roquedos más altos.

He venido acompañando a Catalina que es una golondrina, para que conozca lo más alto de la montaña. Si queréis podéis contarle cómo se vive aquí.

¡Qué curiosa pareja, un zorro y una extraña ave! ¿Qué hacéis vosotros dos juntos y tan lejos de vuestras casas?

Al oírles, varias cabras montesas se acercaron, llevadas por la curiosidad de ver un zorro tan arriba y acompañado de una golondrina, a la que no conocían. La más mayor de ellas se acercó y les dijo:

Catalina estaba asombrada, nunca había imaginado que tantos animales y en tan diversas zonas, habitasen cerca de su hogar. Pero aún quedaba una sorpresa más…. De repente, un aire fresco sobrepasó sus cabezas…era la gran águila real, que regresaba a su nido.

El zorro, más valiente que los demás, se adelantó y le presentó a Catalina la golondrina y le explicó que había venido con ella a lo largo de toda la montaña para enseñarla cómo era y quiénes vivían allí.

¿Qué ocurre aquí? preguntó inquisitiva el águila.

Atraída por el ruido que las cabras y el zorro hacían, el águila descendió hasta situarse cerca de ellos.

Encantado de conocerte Catalina, me llaman Reina, no solemos recibir visitas tan curiosas, te contaré que tan arriba en la montaña, la vida es muy dura en invierno, ya que la mayoría de las veces todo lo que ves ahora, está cubierto de nieve, y algo más plácida en verano porque al no haber nieve, hay más alimento.

No os inquietéis , ya he comido y sería de mala educación haceros nada delante de nuestra invitada.

Al oír esas palabras, las cabras y el zorro retrocedieron asustados, ante el temor de convertirse en el plato del día de Reina.

Reina abrió sus fuertes alas y las batió al aire, haciendo gala de su enorme envergadura y su maravilloso porte. Todos los presentes quedaron admirados de su majestuosidad…y Catalina comprendió porqué la llamaban “Reina”.

Catalina se subió sobre el águila y ésta voló tan deprisa que apenas pudo despedirse de los amiguitos que había conocido ese día.

No temas Catalina no te haré nada , eres nuestra invitada y yo te cuidaré hasta dejarte cerca de tu casa.

Como ya estaba empezando el sol a caer sobre el horizonte, Catalina se lamentó que su familia estaría muy preocupada. El águila se ofreció a llevarla en su espalda y dejarla lo más cerca posible de su casa.

¡Qué maravilla!, nadie va a creer lo que me ha ocurrido hoy, conocer tantos animales y terminar volando sobre una impresionante águila!

Cuando llegó a su pueblo, sus amigas estaban esperándola porque comenzaban a estar muy preocupadas de no haberla visto en todo el día. Ella les contó la gran aventura que había vivido ese día en la montaña y como había pensado…nadie creyó que hubiera volado sobre un águila.

¡Fin!