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Centro de Educación de Personas Adultas ABRIL

Curso 2019/20

PROYECTO DE INNOVACIÓN EDUCATIVA

En Abril Historias Mil

De mi para ti

Equipo de profesoras y profesor

Agradecimientos

Alumnado participante

Historias Mil

¿En qué consiste?

Índice

índice

En CEPA Abril Historias Mil es un proyecto colaborativo de las alumnas y profesoras del Módulo de Mujeres del Centro Penitenciario y el alumnado y profesorado del Ámbito de Comunicación de Educación Secundaria Para Personas Adultas del Plan Prometeo de Nivel II. Las alumnas internas del Centro Penitenciario nos han contado, a través del procedimiento de Historias de vida, sus relatos autobiográficos guiadas por entrevistas de forma oral. Posteriormente, el alumnado de Prometeo Nivel II ha escuchado y transcrito estas historias estructurándolas y dándoles un estilo por escrito.Este dossier digital es el resultado del proyecto del que hemos aprendido mucho y que tanto ha emocionado e implicado a todas las personas que han participado en él.

¿En qué consiste?

Erika

ínidice

María

M.M.

Vanesa

Rebeca

Historias Mil

Pilar

ínidice

Ana

Isidra

Jennifer

Julieta

Historias

por Cristobal

Rebeca

Rebeca

Cuando salga de estos barrotes fríos y austeros, prometo no enamorarme de personas que solo me quieren por su interés.

Lo malo me llegó cuando cumplí los trece años, que tuve casarme y dejar mis estudios por juntarme con personas que no debía

Soy Rebeca y soy de RumanÍa. Hija de familia numerosa, nací y crecí en el campo. Tengo trece hermanos, seis hermanos y siete hermanas. Vivíamos de lo que la tierra nos daba. Teníamos una vaca y de ella obteníamos leche, que mi madre vendía por las calles de la ciudad de casa en casa. Pregonaba los productos lácteos y algún queso que hacíamos con la leche de sobra. Con eso crecimos y fuimos a la escuela. Mientras que mi madre trabajaba con el ordeño de la vaca y hacia los quesos, era mi padre el que estaba al cuidado de nosotro, hasta que regresaba mi madre a las diez de la mañana. Mi padre trabajaba en una gasolinera. Mi infancia, como habéis comprobado, no ha sido mala. Lo malo me llegó cuando cumplí los trece años, que tuve casarme y dejar mis estudios por juntarme con personas que no debía. Mi vida se torció de tal forma que ahora estoy en una prisión. Pero cuando duermo, sueño que estoy en mi país y que soy esa niña de antes de los trece años, que estoy con mis hermanos o ayudando a mis padres en las tareas del campo o con la venta de leche y quesos, por las calles. Pero la amargura viene cuando llega el alba, con los primeros rayos de sol me tropiezo con la realidad. Cuando salga de estos barrotes fríos y austeros, prometo no enamorarme de personas que solo me quieren por su interés.

Rebeca

El regalo más bonito que me hicieron en mi infancia lo recibí con nueve años. Fue por Navidad. Vino una hermana mía que vivía fuera del país. Mis hermanos y yo no nos acordábamos mucho de ella, sobre todo yo, que solo tenía un año cuando ella marchó. Solo la recordábamos por fotos que mi madre nos enseñaba. Cuando llegó el treinta y uno de diciembre nuestra madre nos dijo a mi y a mis doce hermanos que entrasemos en casa porque tenía una sorpresa. Entonces fue cuando al abrir la puerta la vimos. Le preguntamos a mi madre quién era ella, y mi madre nos dijo que era nuestra hermana, que venía de Inglaterra. De la mano traía dos chicos. Más adelante nos enteramos de que eran sus hijos. Tenían una piel blanca como la leche. Nos trajo un regalo a cada uno de nosotros. Ella sabía lo nos gustaba a cada hermano, pues mi madre le escribía y le contaba lo que nos gustaba a cada uno. A unos les trajo ropa, a otros muñecos y muñecas y a mi unos zapatos de tacones que era lo que más me gustaba. Nunca olvidaré ese momento.

El regalo de Navidad

Cuando llegábamos a casa después del cole mi madre nos daba unos bomboncitos. Nosotros nos poníamos muy contentos y alegres pero solamente nos daba uno a cada uno porque éramos mucho. Un dia quise ser como una gitana paya, cogí las tijeras, me puse delante del espejo y me corte mi largo cabello que me llegaba hasta la rodilla y me lo quedé por los hombros. Me hice una coleta para que mis padres no vieran que me lo había cortado, pero había un problema. Por muchas horquillas que me ponía en el flequillo siempre me salía un pelito para arriba. Mi padre se dio cuenta y me dijo: “Hija, ¿que tienes en el pelo?” De repente me empezaron a salir más pelillos hacia arriba. Mi padre me castigó sin ir al cole y sin salir de la habitación durante una semana. Mi hermano y yo hicimos un túnel desde mi casa que iba a dar a la granja del vecino que tenía una gallina. Los huevos que ponían se lo quitábamos y cada vez que iba el vecino a coger los huevos, no había .Él decía que la gallina estaba enferma o algo le pasaba. Mi cuñada vio el túnel que habíamos hecho y para qué lo hicimos y se enfadó muchísimo. Cogió la gallina y la mató. El vecino dijo a mi padre que le tenía que pagar la gallina.

A los 13 años empecé a vestir con falda largas hasta las rodillas porque es nuestra costumbre. Me levantaba a las 7 de la mañana para ir al cole, que estaba lejos de mi casa. Mi padre, por mucho que quería llevarnos al colegio, no podía porque tenía que trabajar. Yo cogía a mis hermanos y nos íbamos al cole muy contentos. Donde yo vivía había muchísima pobreza. Solo recuerdo que era todo campo, no había ningún árbol, solamente había perros callejeros. Un día iba por la calle y escuché muchos ladrillos, miré hacia atrás y vi que venían hacia mí 5 o 6 perros hambrientos. Yo me quedé paralizada sin poder moverme hacia ningún lado. Todos ellos me atacaron y me mordieron la parte de atrás de una pierna. La suerte que tuve fue que una señora mayor que pasaba por allí con una vara les empezó a azotar para que me dejaran de morder. Desde aquel día cogí mucho miedo a los perros y a andar sola por la calle. Yo no le dije nada a mi padre, porque si lo hubiera sabido no me hubiese dejado ir al cole más sola por esas calles. A mí me gustaba el cole y yo quería ir, porque nos daba una botellita de leche con un paquete de galletas. El desayuno que nos daban yo se lo vendía una gitana rumana que tenía una tienda pequeña.

Cosas de la Infancia

El apelativo de “la bizcochito” me lo han puesto las compañeras. Cuando yo tenía doce años mis hermanos mayores se fueron casando, por lo que yo, por ser la hija mayor, me vi en la obligación de cuidar de mis hermanos pequeños. Lo que yo hacía era dejarlos con un hermano mayor mientras me iba con los chicos de fiesta. En mi país hay una tradición que consiste en estar antes de las diez de la noche en casa, y si no, salía tu padre a buscarte. Yo muchas veces me saltaba las normas, me quedaba con mis amigos hasta las tres y las cuatro de la madrugada. Aunque yo veía a otras chicas besarse con chicos y demás, yo no me fiaba, por lo que siempre los tenía como amigos. Cuando estaba hasta altas horas de la madrugada fuera de casa, la gente que me conocía se lo contaba a mi padre. Cuando él me buscaba y me encontraba, me decía que era una ”pilingui”. Yo le decía que por qué me decía esas cosas, que yo no hacía ”esas cosas ” con los chicos. Él me decía que yo era una mujer y me tenía que comporta como tal, que lo que tenía que hacer era cuidar de mis hermanos. Él me castigó sin dejarme salir de casa, ni a la puerta de la calle. Un día, con trece años, entré en el servicio y al mirar mis partes me vi con sangre. Como no sabía lo que me pasaba, empecé a llorar amargamente. Pensaba que ya no era virgen. Decía que ya nadie me creería. Entonces mi padre, que era la única persona que estaba en casa, salió corriendo al oírme llorar. Entró en el baño y me vio. Fue él el me dijo que eso era normal, que le pasaba a las mujeres en la pubertad. Salió corriendo a una tienda a comprar compresas. Ahí fue fue cuando mi padre se dio cuenta de que yo era virgen. A los catorce años mis padres me comprometieron con un chico. En mi país también existe una tradición que consiste en buscar una familia para casarse pagando un dinero, pero yo no quería casarme con un chico al cual yo no conocía. Una noche conocí a un chico que más adelante pasó a ser mi marido. Yo le dije a este chico que mi padres me querían casar con un hombre que yo no quería. Él me contó que a él le iban hacer lo mismo y que tampoco quería. Entonces le propuse que me escondiera en su casa, hasta que la familia con la que mis padre me comprometieron se marchara de mi casa. Cuando me despedí de la que es mi actual suegra, no me dejó marchar para mi casa como habíamos quedado.

El bizcochito

INicio

Mi madre tuvo que pagar el doble de euros a la otra familia por mi deshonra. Me tuve que casar con la otra familia. Me hicieron la prueba del pañuelo, que es como se le hace aquí a las persona de raza calé, con la diferencia de que aquí es una mujer y en mi país es un hombre.Yo no quería hacérmela porque yo no quería casarme con él tampoco. Entonces no dejaba de moverme en la cama, y en la puerta de la habitación había mucha gente esperando a que saliera mi marido. Cuando salió fue para decirle a mi suegra que no me dejaba hacer la prueba. Entonces mi suegra entró y me dijo que si no me dejaba hacer eso me tendrían que sujetar entre cuatro personas y quitarme todas las joyas para que no me hiciera sangre y así fue como lo hicieron. A mi me daba vergüenza contar lo que me hicieron, pero cuando lo conté a otras personas me dijeron que eso era un una violación lo que yo sufrí. Después de estar un tiempo con mi marido, le conté toda la verdad a mi madre. Que yo estuve tres semanas escondida en casa de mi marido, pero que cuando quise irme mi suegra no me dejó. Mi madre me dijo que ella no quería que yo me hubiera casado con esa familia porque mi suegro tenía deudas de juego, y que con la otra familia habría estado mejor. Era hijo único y con él habría tenido un futuro mejor. Pero yo estaba ya casada y no podía divorciarme pues eso era una deshonra para mí. A los catorce años tuve un aborto de mi primer hijo y con quince otro. Al final nos fuimos a Alemania. Allí fue donde tuve a mi hija mayor. En este país no trabajaba y tenía que robar para pagar las deudas de mi suegro, y mientras robaba tuve otro hijo más. Después con dieciocho tuve el pequeño. Yo no tuve trabajo. Nunca pude trabajar de lo que me gustaba. Ahora estoy en la cárcel y mi hijo en Rumanía con mis padres, cuando los tenía que tener yo. Ahora estoy arrepentida de todos mis acto delictivos y de todo mi pasado. Lo primero que voy a hacer cuando esté fuera de estos barrotes es ir a por mis hijos y comenzar una vida fuera de lo que hacía antes. Me los comeré a besos porque ellos son la fuerza mía de cada dia y en lo que pienso para que este año que me queda aquí no se me haga tan largo.

por Rocío

M.M.

M.M.

Yo tuve una infancia muy feliz. Nací y crecí en Mozambique en África, en un pueblo llamado Nambula, que es la tercera ciudad más grande del país. Allí vivían mis abuelos maternos. Ellos eran de clase social alta, y puesto que mi abuelo fue Conde, tuve una muy buena y estabilizada infancia. Aunque nací como he dicho en Nambula , yo vivía en un pueblecito aún más pequeño a orillas de un río llamado Lua Bo, de ahí el nombre de ese pueblo. El pueblo donde vivía eran unas tierras donde ingleses y portugueses tenían industrias dedicadas a la comercialización del azúcar. Mis padres trabajaban en una refinería de azúcar donde mi padre se dedicaba al sector de la administración y mi madre al sector de Recursos Humanos. Ellos tenían 6 meses de vacaciones cada 4 años. Yo estuve en el pueblo, hasta los 8 años, que nos fuimos a Portugal de vacaciones. Mi familia materna vivía en Lisboa y mi familia paterna en Oporto, al norte de Portugal. El 25 de septiembre de ese mismo año en 1964 hubo una revolución, la Guerra de la Independencia de Portugal.

M.M.

Vivía en plena selva, donde compartíamos tierras con animales salvajes, leones elefantes, tigres... Me encantaba trepar por los árboles, montar a caballo, etc

Como ya era peligroso vivir en Mozambique a causa de esa revolución mis padres decidieron dejarme en Portugal viviendo con mis tíos paternos en Oporto, mientras ellos volverían a África para trabajar. Estuve estudiando desde los 8 años hasta los 13 en un colegio de monjas. Yo era una niña muy deportista, me encantaba el deporte, sobre todo el atletismo. Fui una buena atleta. Viviendo en Portugal tenía muchos recuerdos felices de mi infancia. Añoraba a mis padres, mis primos y mis amigos. Yo fui hija única, pero mis amigos eran como mis hermanos. Vivía en plena selva, donde compartíamos tierras con animales salvajes, leones elefantes, tigres... Me encantaba trepar por los árboles, montar a caballo, etc. Era una niña un poco salvaje, pero era muy feliz. Mi vida allí era muy “de señoritos”. Teníamos cuatro trabajadores, uno para la limpieza y la colada, otro para la comida, otro para cuidar los jardines de la casa y otra para cuidarme a mí. Entonces podría decir que tuve una infancia muy hermosa, donde nunca me faltó de nada. Ni el amor ni el cariño de mis padres y de las personas a las que quería ni mis buenos caprichos, ni mucho menos la libertad de correr y crecer junto a esa bella naturaleza salvaje.

Habiendo explicado resumidamente mi infancia, hay una cosa muy importante que me gustaría transmitir: los valores los creamos nosotros mismos, basándonos en el respeto a los demás. Nuestra libertad acaba cuando empieza la libertad de los otros. Hay que saber vivir con responsabilidad siempre, respetando a las personas. Saber ser responsable de nuestras acciones , sean buenas o malas y aprender de ello. Como ya dije anteriormente, mi niñez transcurrió hasta los ocho años de edad en Mozambique. Luego nos fuimos mis tíos y yo al norte de Portugal. Mientras mis padres seguían en África, yo hacía una vida normal en Portugal. Aunque los echaba mucho de menos . Por mi parte, yo tenía todo mi tiempo ocupado en los estudios y el deporte. Me encantaba la natación, el tenis, el golf todo tipo de deporte. Pero lo que más practicaba era la natación. Aunque tuve un problema y quedé fuera de ella. Yo tenía el pelo muy largo y como no usaba gorro en la piscina, siempre lo tenía mojado. Eso hacía que cada dos por tres enfermara. Cosa que hacía enfadar a mis tíos y mis padres. A causa de ello, me dieron a elegir: O me ponía el gorro o no volvería a natación. Yo, que era una niña muy testaruda, opté por no volver. Entonces empecé a practicar gimnasia rítmica, que para mí fue el mejor deporte de mi vida. Estuve haciendo competiciones y a los 14 años ya me había convertido en toda una veterana. Tenía mucha responsabilidad, pues estudiaba y después entrenaba seis horas diarias. Llegaba a casa a media noche todos los días. En ese tiempo cambié de lugar y tuve que optar por dejar la gimnasia, ya que era muy duro y muchas horas de entrenamiento. Cerca de donde yo vivía había un Polideportivo. Entonces eché un vistazo. Ví que se practicaba el balonmano y me uní al grupo. Estuve jugando al balonmano hasta los cuarenta y cinco años. Ese fue el deporte que más he practicado.

La Libertad acaba.....

Pasados los años, conseguí mi licenciatura en profesora de deportes y otra en contabilidad y gestión. Esto último es lo que he hecho hasta el momento. Me dedico a la contabilidad. Me casé y tuve dos hijos. El mayor tiene veinticinco años y la pequeña dieciocho. Soy abuela de una niña que va para su primer añito. A los treinta años me divorcié. Me casé y tuve dos hijos. El mayor tiene veinticinco años y la pequeña dieciocho. Soy abuela de una niña que va para su primer añito. A los treinta años me divorcié. Siempre trabajé de un lado para otro. Estuve trabajando en una multinacional ( GENERAL ELECTRIC). Yo era como así decirlo “ LA JEFA”. Estuve trabajando en Estados Unidos, pues siempre iba y venía. Siempre tuve una vida muy feliz y sin ningún tipo de problemas, hasta hace tres meses que entré aquí. Antes de entrar en prisión vivía en el norte de Oporto, desde el 2012 , que volví porque mis padres estaban allí, y como mi padre cayó enfermo yo tenía que ayudar a mi madre con todo el cargo de la casa y de él.

Licenciada

INicio

La causa de que yo entrara aquí en prisión fue por mi profesión. Yo era contable de unas sociedades portuguesas en el que los propietarios y administradores eran españoles. Ellos habían cometido un fraude fiscal, y como yo era la contable, hicieron un mandato europeo de detención. Pasé por un juicio. Por ahora llevo tres meses aquí metida hasta pagar fianza, pero no estoy condenada a nada. Como ahora no estoy trabajando por mi situación actual, mi sociedad no está facturando ni está ganando dinero. Ahora tengo las cosas complicadas. Resulta difícil pagar la fianza. No tengo dinero suficiente para pagarla y mis padres lo único que tienen es su casa, pero no pueden hipotecarla porque ya son muy mayores. He solicitado un traslado a Galicia para poder estar más cerca de ellos, de mis hijos, mi nieta y poder ordenarme de la mejor manera posible. Estoy en prisión sin causa ninguna. Yo no he hecho nada. Soy una trabajadora como cualquier otra. Lo que pasa es que la contabilidad en España, no tienen las mismas normas que en Portugal, de ahí el problema. Estoy tranquila, esperando salir de aquí y poder seguir trabajando y disfrutando de mi familia y de mi vida como he hecho siempre.

Por qué estoy en prisión

por Cristobal

Vanesa

"Eso me pasaba porque yo había visto niños que los habían separado de sus hermanos. Para mi eso era un trauma."

Vanesa

Soy Vanesa. Soy de Merida. Somos diez hermanos. Mi infancia la pasé toda en colegios de la Junta de Extremadura. Mi padre trabajaba en el campo. Mi madre, al ser muchos hermanos no podía cuidarnos a todos bien, por eso decidieron meternos en centros de la Junta de Extremadura, a todos los mayores menos a los dos más pequeños. En Badajoz estuve en el centro San Juan Bautista y estudié en el colegio San Fernando. A los ocho años mi madre nos sacó a mi y a mis hermanos de este centro para trasladarnos a la ciudad de Cáceres. Allí nos dejó en el Centro García de Paredes, donde estuve hasta los trece años. Después de mis trece, mi madre nos volvió a sacar de este centro y nos trasladó a Villanueva.

La niña que yo llevaba en mi interior era una niña que tenía momentos de alegría. Era simpática y cariñosa. Pero tenía momentos en los que estaba triste, esos momentos que me tenía que ir a la cama, o cuando mis hermanos tenían que estudiar. Eran esos esos momentos en los que yo me veía sola. Yo siempre fui una niña muy apoyada por mis tres hermanos mayores, pero cuando me alejaba de ellos me ponía a llorar porque pensaba que me iban a llevar a otro lugar. En verdad eso era para mi todo psicológico. Eran cosas que se me metian en la cabeza y no pensaba en otra cosa. Eso me pasaba porque yo había visto niños que los habían separado de sus hermanos. Para mi eso era un trauma. En los momentos que estaba feliz y contenta era cuando jugaba con mis hermanos. Recuerdo que mucha veces me pegaban porque la liaba porque quería estar con mis hermanos. Los fines de semana nos íbamos con mis padres. Para mí eran los días más felices. La mayoría de las veces me iba a casa de mi abuela, y hoy en día echo mucho de menos a mi abuelo que murió. Yo tenía tres años cuando sucedió. Aunque era chica me acuerdo porque ellos me querían muchísimo. Siempre estuve con ellos, es más estoy casada, y aun para mi abuela soy su niña más querida. . Yo nunca sufrí malos tratos de mis padres, porque como solo pasábamos los fines de semana con mi ellos casi no nos daba tiempo. Con mi padre pasaba poco tiempo, porque la verdad él se pasaba todo el fin de semana trabajando. El problema que tienen otras personas que no pueden hacer ruido porque su padre tiene que descansar, ese problema no lo teníamos. El nos decía que si teníamos que hacer ruido, lo hiciéramos, que no pasaba nada, que éramos niños y eso era normal. Mi madre muchas veces nos reñía y nos decía: “Dejad descansar a vuestro padre, que está muy cansado de trabajar , que se tiene que ir otra vez a trabajar.” pero eso a él le daba igual.

Abandono y perdón

A la niña que yo llevo en mi interior le diría que lo que mis padres hicieron con nosotros no fue nada malo, sino que fue un bien para nosotros. Aunque muchas veces no quería estar con mis padres porque pensaba que ellos nos metían en esos colegios porque no nos querían. De mayor me di cuenta de que eso no era así muchas veces le decía a mi madre que nos metia en esos colegio porque no nos quería. Se lo decia porque yo sentía que me abandonaba a mi y a mis hermanos, pero la verdad no era así . Con mi padre ya no tengo buena relación. Desde que estoy aquí no me hablo con él porque para él estaba mal que me separara. Aunque el por otro lado, él tambien me decía: “¿Por qué sigues con él, si te está dando una mala vida?” Por eso el apoyo de mi padre no lo tengo, pero sigo teniendo el de mi madre, que es para mi lo más importante. Ella no me falla. También tengo el apoyo de mis hermanos.

Adolescencia y roneo

Mi adolescencia la pasé con trece años en un colegio. Me acuerdo que me vino el periodo estando un verano de campamento. Lo pasé muy mal porque tenía dolores de ovarios, me daba fiebre y no me podía mover de la cama. De esta manera pasé el periodo varios años, hasta que tuve a mi hija mayor. A mi hija la tuve con veintidós años. Tuve mi "roneo con algunos amigos, pero yo era muy “macho perico”. A mí lo que me gustaba era ponerme los chándals y pantalones de mis hermanos, y jugar con las canicas, el fútbol, atletismo ,el gimnasio y las pesas. El roneo es que cuando ti te gusta un chico, te empiezas a coquetear aunque no tienes nada con él, porque eso para nosotros es una deshonra. Nosotras tenemos que ir vírgenes al matrimonio. pero sí podemos ronear, que es tener alguna mirada de enamorado, sonrisas, pero de ahí no pasamos. Estuve estudiando hasta los quince años camino de los dieciséis en Villanueva, en el colegio Santiago Apóstol. estudié hasta segundo de la ESO. De ahí pasé a Don Benito. Estuve en el Instituto Cuatro Caminos, donde hice un módulo de peluquería. Allí estuve dos años, hasta los quince, porque mi padre cayó malo. No sabíamos qué era lo que tenía.

Mis hermanas ya estaban casadas y yo que era la cuarta de los diez hermanos. Como ellos estaban ya casados y tenían su familia, era a mí quien le tocaba cuidar de mi padre. Por eso dejé de estudiar quedándome un año de estudio de peluquería .Pero tengo el titulo de esteticién y de auxiliar de administrativo, pero el graduado no me lo saque. El Instituto lo dejé para ponerme a trabajar. Estuve trabajando en la hostelería. Era un trabajo muy sacrificado y el salario era muy poco, así que lo dejé. Después me puse a trabajar en dos casas que conocía. En una estaba cuidando niños, y en la otra hacía la limpieza del hogar. De esta forma teína dos jornales. Por ello cobraba casi mil euros, a mi me interesaba mayormente porque mis hermanos eran pequeños y mi padre no podía trabajar. Mi madre no podía con todo, ella tambien hacía horas trabajando. Estuve un año y medio trabajando de esta manera, pero lo tuve que dejar, porque empezaron a cortarme el sueldo y echaba mas horas de trabajo de las que ellos me contrataron. Llegaba muy tarde a casa. Muchas veces eran las doce de la noche cuando llegaba casa. Mi madre se enfadaba. Ella me decía: “ Vanesa, es que sales a las ocho de casa, vienes a las dos y media, te vas a las cuatro y media y no llegas hasta las doce a casa. Es que ni siquiera te acompañan a casa. Yo tenía que cruzar el puente Romano de Mérida. Vivía en el Polígono y me tenía que desplazar a trabajar al centro y el puente Romano de noche es muy peligroso. Yo en esa época, con dieciséis años, era una niña todavía. Mi madre tenía miedo de que me pasara algo malo.

No sales más de casa

Encontré trabajo de cocinera en el Tryp Medea. A mí siempre me ha gustado trabajar en la cocina, tenía mucha mano para ello. Ya con ocho años empecé a cocinar, porque mi madre no podía. Ella los fines de semana estaba con mis abuelos. Como yo tenía que estar en casa con mis hermanos, les hacía la comida para que cuando llegaran de trabajar tuvieran la comida a su hora, para que se pudieran ir a trabajar. Todo esto siendo menor de edad. Después conocí al padre de mis hijos, aunque lo conocía de toda la vida porque era mi vecino. Él era amigo de mis hermanos. Yo no era una niña que pudiera estar en la calle con ellos porque no se me permitia. A partir de los dieciséis no podía salir a la calle y estar con los niños, de hecho un dia estaba en el portal con mis amigas y llegó mi hermano con los amigos. Mi madre, que estaba en el portal de enfrente, se lió a voces conmigo porque se pensaba que yo estaba al roneo de los niños. Yo le dije: “ ¡Ya voy!”. Ella salió y me guanteó la cara. Pasé mucha vergüenza y me puse de todos los colores. El que me pegara delante de tantos niños y de mis amigas me hizo pasar vergüenza. Me dijo: “No sales más de casa”. Salía lo justo para comprar el pan, tirar la basura o para hacer algún recado o ir a trabajar. Con dieciocho ya empecé a tener un poco más de libertad, pero me tenía que andar con pies de plomo. Si yo quería salir a una discoteca tenía que ser con mis tíos, hermanos o con mis primos. A la mínima que ellos veían algo raro, me sacaban de la discoteca, me pegaban y me decían: “ Tira para casa.” No podía bailar con un chico, porque pensaban que iba a escaparme como lo hicieron mis hermanas con sus maridos. Una lo hizo con quince y otra con dieciséis. La única que tardó en hacer su vida fui yo.

O te escapas conmigo.....

Cuando decidí estar con el padre de mis hijos, él fue a pedir la mano a mi padre y a mi madre. Mis padres hablaron conmigo claramente y me dijeron que me lo pensara bien. Sabían cómo era él porque se juntaba con mi hermano. A mi hermano y a él les gustaba mucho la fiesta. Él y mi hermano eran cocainómanos. Por eso mis padres me decían que ellos no iban a dar mi mano hasta que no les dijera si estaba de acuerdo. Yo dije que sí sin saber lo que me iba a venir después. En ese mes y medio mi madre hizo todos los preparativos para la boda y compró el vestido. Pero él me llegó y me dijo: “ Yo no voy a esperar más, o te escapas conmigo o te dejo. “ Yo, que estaba ciega de amor, me escapé con él, con las consecuencias de que mis padres estuvieron un año sin hablar conmigo. Estuve un mes y medio fuera porque no queríamos que la familia se enterara de dónde estábamos, para que no fueran a buscarnos. Tuve relaciones con él a los quince días de habernos escapado porque así nos aseguramos de que si nos encontraban no nos iban a separar. Aparte de eso, el haberme escapado con un hombre era una deshonra para la familia. A los cuatro o cinco meses quedé embarazada de mi hija la mayor. Ahí empezaron todo los problemas. Él se iba de fiesta y estaba todo el dia en la calle, mientra yo hacía las cosas de casa y cuidaba de su abuela que vivía con nosotros. Era muy mayor y estaba operada de corazón. Cuando llegaba a casa me pegaba. Recuerdo la primera vez que me pegó. Hice las maletas, me puse delante de él y le dije que ningún hombre me iba a pegar, que si no lo había hecho mi padre, él menos. Entonces la abuela se puso delante de mí pidiéndome que me quedara, porque yo era la que hacía la comida y las cosa de casa y ella no quería que me fuera. Así que me quedé.

Desde los dieciocho años hasta los veintidós estuve soltera. Mi hermanas mayores estaban casadas. Las dos únicas que no estábamos solteras éramos mi hermana y yo, que eramos las mas pequeñas. A la edad de veintidós años fue cuando pidieron mi mano. A esa edad, como ya os conté, me escapé, después de que estuvieran preparando mi boda. Estuve tres meses fuera, en un hotel, con el padre de mis hijos. Después volvimos a casa. Mis padres estuvieron sin hablarme un año por hacer las cosas mal. A las dos meses mas o menos de tener a mi hija empezaron a hablarme de nuevo. En la vida con el padre de mis hijos tuve momentos buenos y momentos malos, porque el era toxicómano, consumia porros y cocaína. Cuando el llegaba mal, me pegaba. Mi hermanos me defendían y muchas veces lo han querido matar. Uno de mis hermanos, que está aquí en prisión, le pegó varias veces, pero como yo estaba enamorada de él siempre volvía con él y lo perdonaba. Tengo seis niños. La quinta niña la tuve con cesárea. Los médicos no confiaban en que yo pudiera salir adelante con vida, porque la niña era más grande de lo normal y eso me destrozó por dentro. Me causó varios desgarros y lo pasé muy mal. La tuve, pero la verdad esque yo no la podía cuidar porque estaba mal, así que se la dejé a mis tías hasta que yo estuviera recuperada. En cuanto me encontré mejor me llevé a mi hija. Al llevármela, mis tías dejaron de hablarme, porque decían que la habían tenido un año y pico y luego de golpe y porrazo se la había quitado. Eso no les sentó bien. Pero ellas tenían que entender que era mi hija, y que por la situación en la que estaba, no podía ponerla pero ya les avisé de que volvería a por ella. Cuando mi hija tenía tres años y medio, quedé otra vez embarazada de mi Luisito. Me dijeron que era muy difícil que siguiera para adelante con el embarazo, por el riesgo que yo corría, pero yo seguí para adelante. Me tuvieron que hacer transfusiones de sangre y estuve mucha horas en el quirófano. Me subio el azúcar, tambien entré en parada cadiorespiatoria. Me fue muy difícil, pero la verdad es que hoy en día me alegro. No me arrepiento de haber tenido a mis hijos.

Drogas

Después, por circunstancias de la vida, cambie del barrio del Polígono al barrio de “el Peri”. En este barrio empecé a vender drogas. Yo nunca he sido una persona que no le gustara trabajar.He trabajado en el campo, bares, hoteles etcétera, pero no me llegaba el dinero para cubrir gastos de seis niños, el agua, la comunidad, el piso y más cosas y encima para las necesidades de una persona drogodependiente como era mi marido. La policía me cogió con setecientas dosis preparadas para la venta y eso se considera tráfico de estupefacientes. Estaba dormida cuando me cogieron. Cuando entró la policía me destrozó todo el piso. Me cortaron las tuberías, porque yo la droga la tiré por el váter y lo hicieron para recuperar la droga. Tambien rompieron los falsos techos. Cuando cortaron las tuberías empezaron a caer las paquetillas. Cuando entré en prisión estuve tres meses en prisión preventiva. Después pagué la fianza . Salí el cinco de julio, y el trece de diciembre tuve el juicio. Me condenaron a tres años. La gente me decía que por ser “blanca” me podía salvar, es decir, que al no tener antecedentes penales no me meterían en prisión. Yo nunca en mi vida tuve antecedentes penales. El abogado pidió el “perdón de sala” al no tener antecedentes penales, pero me lo concedieron. En marzo llegó la notificación para ir a presentarme a la policía.

Cuando entré la primera vez en prisión preventiva, consideraron a mis hijos en “situación de desamparo” y se los llevaron al San Juan Bautista. En realidad eso no era cierto, pues ellos estaban con mi familia, pues el padre estaba en busca y captura. A día de hoy estoy esperando a que me dejen ver a los niños, pero no me dejan verlos si no es con el padre delante. Yo no quiero eso, porque ahora no tengo buena relación con él. Cuando entré en prisión tuve varios enfretamientos con él y nos dejamos. Al entrar en prisión dije que no quería que él me visitara.Él me ha hecho mucho daño. Hasta me ha amenazado con cuchillos delante de los niños y una vez me puso un ojo morado. Para mí y para los niños estoy es muy duro. El mayor lo está pasando muy mal. Les pega a los maestros y a sus compañeros. En casa siempre la está liando. No quiere estar con su tía, porque nunca han estado con la familia del padre. En realidad, el que ha hecho de padre de mis hijos ha sido mi hermano Joaquín porque el verdadero padre siempre estuvo entrando y saliendo de prisión. No estuvo en los partos ni los ha visto empezar a andar o decir sus primeras palabras. Mis hijos se han criado más con mi familia, porque su familia no quería saber nada de nosotros. Ellos se cree que son ricos y están por encima de nosotros.

Cuando me preguntan si volvería alguna vez con mi marido siempre digo que “ni loca”. Yo estoy aquí por su culpa y él nunca ha hecho nada por apoyarme ni por cuidar a nuestra familia. Él podía haberse entregado por mí, decir que la droga era suya, para que yo pudiera cuidar de mis hijos y no lo ha hecho. Él me ha pegado y hasta me ha amenazado de muerte. Ahora no quiero ni verlo.

INicio

por Abraham

María

Me casé con 13 años, alquilamos una casa y con 14 años tuve una niña.

Hola soy María, soy de Bucarest y tengo cinco hermanos. Siempre he vivido con ellos. Mi padre y mi madre trabajan en la calle. No he podido ir al colegio porque me tenía que quedar con mis hermanos en casa. Me casé con 13 años, alquilamos una casa y con 14 años tuve una niña. Ahora llevo 42 años con mi marido El recuerdo más bonito que tengo tiene que ver con mi hermana, que ahora tiene 32 años. Cuando tenía 5 años se perdió y no la volvimos a ver. Creemos que la robaron, pues en esa época en mi país los niños se vendían por dinero. Dos semanas antes de que yo entrara en prisión nos dijeron que la habían visto en televisión. Era un programa en el que salían personas que se habían casado. Así pudimos encontrarla. Desgraciadamente, por encontrarme en prisión, aún no la he podido ver en persona. Solo en fotografías que me enseña mi madre.

María

INicio

Cuando yo era pequeña era un poco “mala”, porque me pegaba con mi hermano. Pasábamos mucho tiempo solos porque mis padres estaban trabajando. Nosotros jugábamos, jugábamos y luego terminábamos pegándonos. Yo hacía las cosas de la casa la comida, la limpieza, todo. Me casé muy joven, con 14 años. Dejé a mi hermano solo y me fui con mi marido. Si pudiera cambiar mi vida no cambiaría mi infancia, porque no me faltaba de nada y no pensaba en las dificultades. Sí cambiaría mi vida después de casarme, porque pasé muchas necesidades. Cuando tenía 18 años estaba casada y vivía en Rumania, pero poco después vine a España con mis hijos y mi marido. Trabajábamos en el campo y llevaba a los niños al colegio. Mi hijo pequeño tiene 9 años y la mayor tiene 18 años y están en un centro llamado San Juan Bautista. Mi marido también está aquí en Badajoz y yo lo paso muy mal al estar yo aquí y mis hijos en un centro. Hace cinco años que no los veo. Yo vine a España para tener una vida mejor, pues en Rumanía ganábamos solo 100 euros al mes y con ese dinero no podíamos hacer nada. Pero aquí tampoco hemos tendio una vida buena. Ahora solo espero salir de aquí, ahorrar algo de dinero y poder juntar a mi familia para empezar de nuevo. Aún me quedan unos 5 años en el Centro Penitenciario. Nos queremos quedar en Don Benito y no pensamos volver a Rumanía para vivir allí, solo de vacaciones para ver a la familia.

Si pudiera cambiar mi vida

Erika

A los 5 años mi madre se separó de mi padre. Se llevó a mi hermana y me dejó encerrada en el piso

Me llamo Erika. Soy brasileña, de Recife, Pernambuco. De mi infancia recuerdo con cariño los regalos de mi padre. Tengo una hermana mayor de 38 años que es abogada. Aunque fuimos hijas de padres distintos, nos criamos juntas. A los 5 años mi madre se separó de mi padre. Se llevó a mi hermana y me dejó encerrada en el piso. Gracias a mi tía que me oyó llorar, me sacaron de allí. Ella llamó a mi padre, que era policía militar, y él y sus compañeros vinierón a echar la puerta abajo, y pude salir. Mi tia me acogió y me cuidó. Mi madre se había ido con otro hombre y se llevo a mi hermana, dejándome a mí, pues nunca fui una hija deseada. De hecho, la condición que mi madre ponía para estar conmigo era que pusieran a su nombre el piso que mi padre había comprado a mi nombre. Ella, más tarde, tambien abandonó a mi hermana, que fue criada por mi abuelo. Aunque mi hermana era hija de otro hombre, mi padre, nos quiso a las dos por igual y nos daba a las dos lo mismo. Incluso íbamos las dos a un colegio de pago. Él me cuidó e hizo de padre y de madre.

Erika

INicio

Cuando yo tenía doce años, mi padre empezó una relación con una “mujer de la calle”. Tuvimos una fuerte discusión porque descubrí que me mentía. Él decía que trabajaba en una hamburguesería, pero en realidad trabajaba en la prostitución. Así que me echó de casa. Entonces tuve que buscarme la vida. A los 16 me quedé embarazada, y volví a casa de mi padre, pero después nos separamos y ahora estamos cada uno por su lado. El recuerdo más bonito de mi infancia fue del 12 octubre, que era el Día de la Infancia. Mi padre me llevó al centro de la ciudad y me compró una muñeca que era más grande que yo. Yo no podía con ella y todo el mundo me miraba sorprendido. Ese dia me hizo la niña más feliz del mundo. También en otra ocasión me compró una muñeca, un reloj y unos botines, todos de la Xuxa, que era una cantante famosa que a mí me encantaba.

Erika

por Alejandra y Laura

Jenifer

Me llamo Jennifer. Nací en el Casco Aniguo de Badajoz y me crié en la barriada de Suerte de Saavedra. Mi infancia ha sido muy dura a causa de mi madre. Le quitaron a mis hermanos mayores, que eran de distinto padre y los llevaron en un centro de acogida, que se conocía como “La Casa Cuna”. Un día mi madre fue a verlos y no estaban, pues los habían adoptado. Desde entonces sufrió muchas depresiones. Me acuerdo que de pequeña me encerraba en mi cuarto y lloraba mucho.Yo tenía 2 o 3 años. Mi padre era el que me sacaba de aquella tristeza. Me decía: "Hija, ven conmigo. Iremos a ver los patos al parque de Castelar, luego jugaremos y pasaremos el rato juntos". Él me hablaba de los problemas que había con mi madre. Yo me preguntaba por qué mi madre me trataba de esa manera y me hacía sentirme mal. Una madre quiere a su hija por encima de todo. La cuida, le da amor y sobre todo cariño.

Yo me preguntaba por qué mi madre me trataba de esa manera y me hacía sentirme mal

Jenifer

Mis padres no saben por qué adoptaron a mis hermanos, pues ella no firmó ningún papel para consentirlo.

Mi padre me explicó que a mis hermanos se los había llevado una familia de acogida y no sabíamos dónde estaban. Mi madre no paraba de llorar. No podía verlos y estar con ellos. Los buscaron por toda España para encontrarlos, se fueron a Mérida al abogado pero no le dieron respuesta. Mis padres no saben por qué adoptaron a mis hermanos, pues ella no firmó ningún papel para consentirlo. Mi padre, para alegrarme, me compraba las muñecas Nenuco, Nancis y la colección de las Barbies. Me daba cariño y amor, lo que no me dió mi madre por sus depresiones. Mi niñez fue bonita por la compañía de mi padre. Mi madre bebía mucho alcohol y se ponía agresiva con nosotros. Nunca mi padre le levantó la mano a mi madre, era ella la que maltrataba a mi padre. Cuando veía estos maltratos yo me iba a mi cuarto a llorar. Cuando mi hermana pequeña nació apareció el “Sol de mi vida”. Ahora tiene 14 años y yo 28 .

El Sol de mi vida

Jenifer

Con 18 años estudiaba en un Instituto de Badajoz 4º de la E.S.0, pero hubo un inconveniete. Me quedé embarazada de mi pareja. Fui al medico porque me sentía mal y sentía cosas extrañas dentro de mi cuerpo. Salimos de la consulta el padre de mi hijo y yo, ambos teníamos mucha alegría de que viniera un bebé en camino pero ¡cómo se lo cuento a mis padres!, los llamaría por teléfono para contárselo porque si voy a casa me llevaría una discusión bastante fuerte. Llamé y mi madre era la que tenía móvil para poder hablar con los dos. Lo cogió: "tengo que contaros una cosa, pero ponme primero a mi padre y le dije que fui al médico, me hice unas pruebas, me he quedado embarazada" estaba en la moto en ese momento con mi pareja íbamos de camino a la peluquería del abuelo de él que era mi pareja actual.Directamente mi padre me quería en diez minutos en mi casa con el padre de mi hijo para que habláramos. Yo me estaba sacando mis estudios y decía que no podía dejarlos porque ya cási tenía el graduado escolar. Yo quería un niño, aunque fuera niña lo deseaba mucho. Mi pareja también estudiaba 3 de la E.S.0 y nos saltábamos las clases para vernos a escondidas. Nunca lo había hecho, solo con él, que fue el primer amor de mi vida.

Jenifer

Un día estaba en el parque con mi bebé de nueve meses y mi padre me dijo que me fuera más temprano a casa. Yo no sabía por qué me lo dijo, pero le hice caso y me fui a la casa donde vivía con el padre de mi hijo. Al llegar me encuentro una maleta grande con un abrigo morado. Le llamé, pero no salía del cuarto. La chaqueta morada me resultaba muy conocida porque era de mi prima, que estaba en la casa detrás de la puerta para que no la viera.Así me enteré de que mi prima salía con el padre mi hijo y llevaban ya saliendo unos tres años de pareja y se veían a escondidas mías. Le dije a mi prima, "bueno te lo regalo y todo para ti, no vale la pena estar con él y más sabiendo lo que ha hecho". Se lo conté a mis padres. Pero no quedó así la cosa. Les dije que se tenían que ir de aquella casa, pues era una casa de alquiler que yo pagaba con mi renta básica y no iba a consentir que vivieran allí a mi costa.

Me castigaron tres días en casa sin salir, sin poder ver a mi pareja y al cuarto día me quitó el castigo, ya que mi padre estaba muy contento por tener un bebé. Ojalá que fuera un niño porque como nos tenía a mi y a mi hermana pequeña, quería un nieto. Por parte de padre solo somos nosotras dos, por parte de mi madre tengo tres hermanos mayores. Fui a mi primera consulta con 3 meses de embarazo y mi suegro quería una niña ante todo y mi padre un niño, me hicieron la ecografía y era un niño. Mi suegro se molestó porque no era un niña pero mi padre se alegró mucho.Mi padre fue al primer bar que encontró y lo celebró tomándose una copa de vino con el padre de mi hijo super feliz. Cuando mi bebé nació le puse el nombre de D. a la edad de 19 años recién cumplidos, lo tuve el 31 de diciembre a las 4:45 de la tarde y me pesó 4 kg.El primero al que vi en la sala era a mi padre. Mi pareja asistió al parto, mi padre al ver a su nieto recién nacido le dio un beso y le dijo ¡que guapo eres belleza!

Jenifer

Después de todo esto, me separé de mi pareja y a los 5 meses, encontré a otro hombre en mi vida. Se llamaba J. Fue a amor a primera vista y flechazo, Fue en el campo de mi hermana donde le conocí, Quedamos para salir y empezamos una relación seria de pareja.A los 7 días ya me maltrataba, Yo estaba tan enamorada y ciega por esa relación tan tóxica que no quería dejarlo y no veía lo que realmente me hacía, haciéndome daño psicológicamente y pegándome. A las 2 meses me quedé otra vez embarazada. A los seis meses de embarazo me dió una patada en la barriga y me hizo un hematoma. Fui al materno, les dije que me había caído de la bañera y me dijeron los médicos que iban a ir al forense. El niño estaba bien. Cuando me vieron me dijeron “Esto es maltrato vamos a llamar a la policía, van a detenerlo y lo van a llevar a la cárcel y lo denunciarán por maltrato y pondrán una orden de alejamiento". La violencia de género está muy penada hoy en día y más el maltrato hacía la mujer. Llamé a mi padre le conté lo que estaba pasando y me dijo que lo dejara y cuando fue el día del parto mi pareja no asistió. Estaba en la cárcel y estuvo mi madre en ese momento conmigo.

Por qué estoy aquí

Yo he entrado en prisión porque mi madre y mi hermana me han denunciado. Yo llevaba 20 días en la calle porque mi madre me echó de casa y 5 días sin comer. Entonces fui a casa de mi madre, ¿mamá, puedo ducharme? No. O te vas de aquí o llamo a la policía ahora mismo. Yo tiré el jarrón que le regalé el día de la madre, pero no se rompió. Llamó a la policía y cuando vino, les dijo: Mi hija tiene una crisis de ansiedad y no puedo más con ella, viene aquí a molestarme, le he dicho que se busque la vida, que ya tiene 28 años pero no cede. La policía le recomendó poner una orden de alejamiento, y así lo hizo. Me fui de allí y mi padre me advirtió que no volviera, pero yo llevaba 5 días sin comer y volví. Cogí un trozo de pan y algo del frigorífico y mi hermana me pegó y yo para defenderme le di un empujón. Entonces mi madre cedió a que me duchara, y cuando me estaba duchando, mi hermana llamó a la policía diciendo que yo le había pegado una paliza. Me detienen, me llevan al calabozo. Yo me puse muy nerviosa y me tuvieron que llevar al hospital. Después de estar allí 12 horas sedada, me llevaron al calabozo de los juzgados, mientras mi madre y hermana declaraban contra mí. El abogado me dijo que tenía que estar 6 meses y 15 días en la prisión. No pude declarar, firmé un papel y entré directamente en prisión.

Hoy en día tengo a mis tres hijos que son mi vida. El padre de mis hijos pequeños está aquí en prisión actualmente por violencia de género a otra mujer y por violencia doméstica a su madre. Entonces yo tengo doble condena, porque él ha dejado a mis hijos solos. Ellos están con mis suegros entre semana y con mis padres los fines de semana.Estoy penando mucho por mi padre que lo está pasando muy mal. Ha venido a un vis a vis y se ha ido llorando a mares. Yo digo que nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Yo cuando me levantaba para llevar a mis hijos al colegio, me costaba. Pero ahora me levanto aquí y pienso, ojalá pudiera llevar a mis hijos al colegio. Mi vida ha sido muy dura, mi padre es quien ha hecho de madre y de padre, el único que tengo en la vida, a él y a mis hijos. El 5 de abril saldré de aquí, espero ir a la escuela “Abril” y sacarme el graduado, es un regalo que le quiero hacer a mi padre.

INicio

por Demy

Julieta

Mi infancia

Soy de Colombia, nací en Bogotá. Mi padre nos abandonó a mi madre, a mi hermana y a mi cuando yo era pequeña por no parecerme a él. Yo era morena y no me parecía. Afortunadamente mi madre encontró a un buen hombre que fue el que nos crió e hizo de padre. Mi infancia fue muy dura. Durante tres años me tuve que ir con mi abuela, pues mi madre se fue de casa con mi padrastro, ya que nadie de la familia la apoyaba por la diferencia de edad. Él era mucho mayor. A los tres años de estar con mi abuela me fui con mi madre y mi padrastro. Ellos eran vendedores ambulantes. Mi madre, antes de conocer a mi padrastro trabajaba en un almacén de cajera. Cuando lo conoció dejó el trabajo para trabajar con él de vendedora ambulante por la calles. Nosotros prácticamente nos criamos en la calle. Íbamos a la escuela y cuando salíamos nos íbamos con mis padres a las calles a vender. Mi madre no nos cocinaba, comíamos en la calle porque no tenía tiempo de hacer la comida. Tuve una infancia difícil por la educación y los tiempos que eran. Desde los seis años trabajaba ayudando a mi madre y también iba a la escuela. En esos tiempos llovía mucho y se nos inundaban los negocios y teníamos que volver a empezar. Así, año tras año. A veces venía la policía y nos quitaba el negocio de cosméticos.

Mi padre nos abandonó a mi madre, a mi hermana y a mí cuando yo era pequeña por no parecerme a él.

Julieta

por Mª Jesús

Cinturón y escoba

Mi madre tuvo dos hijas con mi padrastro. Ya éramos cuatro hermanas. La mayor era la consentida de todas. Yo era muy mala estudiante, solo me gustaban las matemáticas y el deporte. Aún recuerdo a muchos compañeros. Mi madre nos castigaba. Nos daba con el cinturón y con la escoba. Siempre dije que cuando yo tuviera un hijo no iba a vivir la infancia que yo tuve y así fué. Antes de la mayoría de edad me marché de casa a otra ciudad . Yo tenía una amiga a la que quería mucho. Su padre había muerto, por eso le daba una parte del dinero que yo ganaba trabajando. Me daba alegría tener dinero para ayudar.

Con 17 años me fui a Cali, otra ciudad colombiana con mi tía, que me puso un negocio y a estudiar. Hice bachillerato. Después me apuntó a una academia de arte, y descubrí que yo era una buena cantante. Iba a baloncesto, que destacaba mucho, pero por una lesión no pude seguir. Descubrí en el baloncesto el amor. Una chica mayor que yo diez años. Era la entrenadora. Me dijo que si quería ser su pareja. Me invitó a su casa, en la terraza me dio un beso y me gustó. Perdí la virginidad con ella . Pero mi cabeza no paraba de pensar en mi familia por mi condición sexual. Me fui junto a mi madre porque no quería seguir con la relación, pero la extrañaba. Yo lloraba mucho y ella me venía a ver. Mi hermana mayor vio un cuaderno donde hablaba de mis sentimientos hacia mi novia. Ella no se lo esperaba, me dijo que si yo estaba bien y que si nos queríamos, que adelante .Mi madre se lo tomó fatal y me dio una paliza. Me fui de casa con mi novia y alquilamos una habitación. Yo no sabía cocinar. Le dije a mi novia que iba a comprar algunas ollas, para ver si me acordaba de cocinar, para tenerle la comida y la cena hecha porque era la única que trabajaba. Mi pareja marchó a su ciudad porque su madre la llamó y le dijo que estaban allí sus hijos. Yo pensé que me había dejado y mi famila me llevó con ellos. Volví a una mina de esmeralda con un exnovio que tuve de joven, porque confiaba en él y ya conocía mi sexualidad y me respetaba. Nos dijimos que si algunos de los dos encontraba una esmeralda, la partiríamos a la mitad y la repartiríamos entre los dos.Yo encontré una esmeralda, le di la mitad y me fuí en busca de mi novia. Ella me ayudó a buscar una habitación que tuve que compartir con otra chica. Empecé a trabajar y ganaba mucho dinero que gastaba en ropa y muchas otras cosas. Mi novia nunca se vino a vivir conmigo. Yo empecé a hacer deporte por las mañanas, en las calles. Las chicas del barrio me preguntaban que si yo jugaba al fútbol. Les dije que no y me dijeron que si quería probarlo Dije que sí y a partir de ahí empecé también a salir con ellas. Salían a las discotecas y yo iba con todas ellas . Pensé: Puedo venir con mi pareja, para poder bailar y pasarlo bien.

Julieta

Al final terminé con mi primera pareja y me quedé, dentro de tanto rollo, me quedé con Nancy, con quien dure diecisiete años, a los veintidós años la conocí y dure diecisiete años con ella. Era una chica muy llamativa y muy perseguida en las discotecas y como nosotros salíamos los fines de semana, y eso me chocaba un poco, y también muy agresiva, pues a mi me miraban y llamaba mucho la atención, y ella a mi mujer no la mires, y toma, toma la pelea, yo odiaba esas cosas, muchas veces la tuve que coger fuerte para que no se fuera a pelear, que es una bobada, que yo mirara no, yo no miraba a nadie, pero que me miraran a mí, me quisieran mandarme una nota, un número de teléfono o algo, eso era ya pelea. Entonces así duramos, duramos, pero ella si me ponía los cuernos sin que yo me diera cuenta. Al final pues ella, después de once años me puso los cuernos con una amiga nuestra y resulta que ella venía para España, y se la trajo a ella, me dejo a mi super mal, después de once años de relación, tuve que ir al psicólogo y ni siquiera me sirvió. Me dije ya no la vuelvo a creer.En el transcurso de ese tiempo, a Nancy la pareja le salió chunga, resulto que ejercía la prostitución aquí, ella ni lo sabía, pues claro le sentó mal haberme dejado por una mujer así, me empezó a volver a llamar. Ya conocí a Jeanette, que fue con quien me fui vivir a los veinte días, Vivíamos su sobrino y su padrastro, su madre y su padrastro se fueron, yo seguía trabajando en una empresa muy importante, de la que ascendí, de salchichones y todo esto, de embutidos, ascendí muy rápido, ya era administrativa, de simple vendedora o cajera, ascendí rápido por mi actitud, por lo que veía en el trabajo, las cosas que yo me inventaba para vender más. Allí, una vez que cumples un tiempo, tienen que hacerte un contrato de trabajo fijo, me dijo la asistenta, te vamos a despedir, pero dentro de tanto tiempo te vamos a volver a llamar, por que es que no podemos hacerte ahora fija.

Julieta

Después me quede sin trabajo. Pasó lo de mi niño, el padre de mi hijo es el sobrino de la mujer con la que yo estaba, por cosas de la vida paso así, fue de repente, tampoco fue sexo con un hombre, porque yo lo sentí, lo quité le dije no, no, no, pero era un muchacho muy joven. Al final Nancy me empezó a llamar, yo me volví a ilusionar, porque la otra me pegaba, me daba unos palizones, y era muy celosa, esa sí que era más celosa, al baño yo no podía ir sola, con mis amigas antiguas yo no podía mirarlas, las palizas no era para las otras sino para mi cuando llegábamos a casa, me metía debajo de la cama, y levantaba la cama y todo, eso era horrible.Entonces yo me fui desenamorando de ella y Nancy ya me estaba calentando otra vez el oído, pues me propuso, ya había pasado lo que yo había hecho con ese chico, que yo no pensé que por eso iba a quedar en embarazo, y discutimos con Jeanette, yo le dije lo mejor es que nos separemos, ella aprovecho y dijo pues si mejor. Me fui con mi hermana, yo era muy delgadita, muy delgadita, pero empecé a verme una barriguita, un día que me vestí, yo ni me acordaba lo que había pasado, yo porque estoy, además empecé a coger como fastidio a la comida, y yo porque estoy así y mi hermana, y yo poum, poum, hay Patricia que no puede ser, yo estoy en embarazo, como si, pero porque no me has contado que has estado con un hombre, pero no que eso no fue estar con un hombre, no, eso paso así, no puedo estar en embarazo, tengo que tener otra cosa. Como no tenía trabajo, no tenía médico, fuimos al médico con su tarjeta, todos los análisis exámenes todo salió a nombre de ella, pero era yo, y resulte en embarazo, en un momento muy difícil de mi vida no tenía trabajo. no tenía nada.

Julieta

Nancy me dijo que me viniera para acá para España y yo le dije, mira, estoy embarazada. En fin, pero fue mejor de lo que yo lo he soñado porque prácticamente no tuve que hacer nada sexualmente con él, quede embarazada, fue un sueño para mí. Nunca dudé, no tengo de nada pero no me importa porque voy a tenerlo. Fue muy difícil, tuve a mi hijo, estuve a punto de perderlo, porque estuve tres meses con amenaza de aborto y me tenía que acostar así y porque yo seguía sangrando y hasta después de los tres meses como que ya mejor. Así pasa el tiempo, pero no los antojos, yo no sirvo para pedir, con que mi hermana me dejará su casa y todo, y yo le ayudaba en la cocina y todo, yo si ,tengo antojo de esto lo otro y mi pareja no tenía, Nancy si me mandaba dinero desde aquí, pero era poco. Cuando nació mi hijo eso fue lo más maravilloso de mi vida porque también al dar a luz me dieron dolores me pusieron una cosa me pusieron la otra y nada y yo quería tenerlo natural. Entonces les toco hacerme cesárea, rápido hay que sacar el niño de allí porque se nos va a morir. Fue precioso, haber tenido mi hijo lo más hermoso que me ha podido pasar, tiene ahora 18 años. Lo tuve y cuando Nancy me propuso venir, le dije, si yo no puedo entrar con mi hijo no me voy, al final hizo todas las vueltas y pude entrar con mi hijo, que tenía cinco meses, a España, a Elche (Alicante). Me gustó mucho, al comienzo no me acostumbraba las voces de la tele, ni de la radio, pero bueno ya estaba aquí y lo veía como un futuro para mi hijo. Resulta que el día que me venía para España ese día me llamaron de la empresa, mi hermana dijo no si Julieta se fue para España y ya pues yo estaba esperando esa llamada, porque yo luego el que nació mi hijo, mi hijo nació en mayo, yo me puse a trabajar donde una amiga que tenía una bicicletería mientras me venía para España.

Julieta

Ya en España me quede sola, dejé a Nancy porque empezó a meterse en droga. Yo tenía que trabajar, ver la manera de mandar a mi hijo a casa con ocho años y que nadie lo viera sólo, porque me metían miedo, que no vean a tu hijo cogiendo autobús solo, porque como lo vean o en una casa solo te lo quitan servicios sociales. Ya mi hermana me dijo véngase, ya lleva nueve años allí, vengase, vamos a conocer al niño, y me volví a Colombia. Y allí conocieron a mi hijo y yo dije aquí yo no tengo futuro después de nueve años de no trabajar en Colombia que voy a decir allá mi experiencia de limpiar casas y cuidar ancianos, pues no. Yo me voy para España otra vez, pero ya no me podían traer otra vez a mi hijo, tuve que dejarlo dos años y medio allí. Ya luego pude traerlo, ya me vine para acá, para Badajoz, por medio de mi pareja con la que me casé, porque es prima de mi mejor amiga, que fue la que me recibió en un pueblito. Cuando llegué a Badajoz me encantó, yo dije aquí voy a hacer mi vida y aquí voy a traer a mí hijo y así fue. A los ocho días de llegar, ella me dio un anuncio y me dijo llama a este número llamé me aceptaron la entrevista y yo cuando salí de la entrevista dije este trabajo es mío, como esas cosas que yo siento en mi corazón este trabajo es mío. Empecé a trabajar, pero lo que ganaba no era suficiente para poder traer a mi hijo. Entonces me tuve que cambiar de trabajo, meterme de interna con una señora que tenía un alzhéimer agresivo, que me pegaba, que no me dejaba dormir, pero me pagaban lo que yo necesitaba para traer a mi hijo. Al final me puede traer a mi hijo, porque fueron dos años y medio dolorosos para mí y para él. Él había cambiado mucho, tenía actitudes que yo decía no puede ser, mi hijo no es así y al final me lo traje aquí. Pues me ennovié con esta chica, fue duro, difícil, una relación muy difícil, tuvimos problemas y por eso estoy aquí todavía, pero ella se ha revindicado muy bien, ha cambiado, yo lo noto, yo la he querido mucho, ella sabe que yo nunca quise hacerle daño cuando pasó ese problema, que fue un accidente, al comienzo reñíamos y hasta nos dejamos, decidimos volver con la idea de no reprocharnos más y olvidar, vale voy a olvidar de que voy a pasar aquí dos años más por esto. Pero aún más que reproche siento tristeza, pero esto le ha servido para ella recapacitar, darse cuenta que yo la quise de verdad, que yo la valoraba, que yo la cuidaba, y eso le ha servido a ella.

Julieta

INicio

Ella me ha ayudado mucho con mi familia, con mi hijo, me ayudo a traer a mi madre. Ella es colombiana. nosotros nos conocimos cuando yo estaba con el “cuento” de las bicicletas, porque ella es sobrina de la señora donde yo estaba nos conocimos, pero yo no le prestaba atención, estaba estrenando hijo, como iba a prestar atención a ninguna mujer. Mi hijo siempre ha sido bueno desde bebe. Hoy en día no puedo quejarme, a pesar de su juventud, de la edad que tiene, de cómo es mi hijo, y que Dios me lo cuide, y me lo “pare” y siga siendo así porque yo siempre le he dicho "Dios te trajo a mi vida porque tú vas a ser alguien grande, importante, vas a hacer cosas bonitas para tu vida y para nosotros".En la boda, mi hijo fue el que me entregó y le dijo te entrego a mi madre para que la cuides y me la consientas. Me queda un poco menos de la condena, o sea año y medio, pero voy por buen camino, porque ya me dan permisos, ya tengo los permisos de seis meses, entonces ya estoy viendo la luz. Al comienzo yo lo pasé mal, no aceptaba, lo he pasado mal, pero me he ganado el respeto de las compañeras, me ha ganado a los funcionarios, que ven que pese a que al comienzo cometí algunos errores, que no fue porque yo quisiera hacer mal sino porque yo no tenía idea de que era esto. Pues todo eso pasó cumplí mis partes, me cancelaron mis partes de una, por mi comportamiento, por mi forma de ser, por venir aquí, por ir a informática, por ir al taller, por ver mi comportamiento, yo no me peleo con nadie, sino todo lo contrario trato de apacigua a la gente, de darle buenos consejos, de que sean positivos ante todo, que hay gente que se queja mucho, lo primero es qué tienes que aceptar que has hecho lo que has hecho y luego aceptar que tu condena es esa y asumirla, pero no estar quejándote, piensa en positivo, mira lo positivo de las cosas. Sigo aquí pero estoy saliendo, estoy viendo la luz y el corazón me está diciendo que muy pronto voy a salir, el corazón me lo está diciendo, aquí estoy, recién casada y feliz, muy feliz.

Julieta

por Neusa y Demy

Isidra

Mi nombre es Isidra, tengo 59 años y soy española. Nací en Villanueva. Mi familia y yo nos trasladamos a Mérida cuando yo todavía era una niña. Mis padres se dedicaban a la ganadería. . En mi niñez he sido muy feliz aunque éramos una familia humilde. Yo soy la mayor de cinco hermanos y una de mis hermanas es ciega. Iba al colegio cuando podía, porque mi madre siempre estaba delicada y tenía que quedarme a cuidarla. Al cumplir mis 18 años contraje matrimonio con un joven, que no era aceptado por mis padres. A raíz de mi casamiento tuve que alejarme de mis familiares. Ya sin el apoyo de ellos tuve que afrontar labores muy duras. Tuve que salir de lo bueno a lo malo.

Mi mayor tristeza es haber cometido un grave error y por él estoy padeciendo graves consecuencias.

Isidra

He hecho a todo, he cogido tomates, he cogido aceitunas, he ido a algodones, he pedido, he pedido mucho, he servido, he hecho todo lo que tenía que hacer honradamente, hasta que Soy madre y por mis hijos he luchado incansablemente para que no les faltara de nada. Recuerdo con cariño la feria que había en el pueblo todos los años. Mi mayor tristeza es haber cometido un grave error y por él estoy padeciendo graves consecuencias.

Mi mayor tristeza es haber cometido un grave error y por él estoy padeciendo graves consecuencias.

Isidra

Mi adolescencia ha sido muy sencilla, llena de mucho rigor. Yo soy la mayor de cinco hermanos y no he ido a la escuela porque tenía que estar al cuidado de ellos. Mis padres estaban con el trabajo del ganado. Como adolescente que era tenía ganas de arreglarme para pasear por el pueblo. Mis padres jamás me lo han permitido. Nos sentábamos en la puerta de nuestra casa con las personas mayores a mirar a los niños jugando por las calles. Al cumplir 18 años me enamoré de un joven. Mis padres no aceptaban nuestra relación y fue entonces cuando tomamos la decisión de huir y vivir nuestra historia de amor. Los dos muy decididos, cogimos el tren de las 12 de la noche rumbo a Madrid. Allí contrajimos matrimonio. Ya después de casarme, hice que mis padres lo supieran. Ellos seguían con la misma idea de mi relación con el joven. No lo aceptaban. Yo ya había tomado una decisión, y quise seguir adelante.

Isidra

INicio

En Madrid vivimos de 4 a 5 años, después nos trasladamos a Benidorm. Trabajamos mucho en el campo y en todo lo que nos salía. Al poco tiempo nació mi primer hijo. En ese momento ya íbamos mal económicamente y me sentía vulnerable, ante tremenda situación. Fue entonces cuando cometí el grave error que hoy estoy pagando ahora.En un sentido me siento muy mal, pero en otro, he ayudado a mis hijos, se puede decir que soy una madre coraje y yo decía que un día se acostaban mis hijos sin comer, pero dos días no.Entonces, después de trabajar mucho y buscarme la vida honradamente, ya tuve que meter la pata ahí, y aquí estoy muy triste.

Isidra

por Jorge

Ana

Mi nombre es Ana y quiero hablaros un poco de mi infancia. Yo soy ucraniana. Cuando tenía 9 años, mi padre falleció. Mis abuelos nos compraron una pequeña casa para mí, mi madre y mi hermano. Mi madre era profesora. En España parece un trabajo bien pagado, pero en mi país no es así. Con su paga, que eran unos 100€ al mes, intentábamos seguir adelante de cualquier manera, aunque a la hora de vestirnos y la comida se hacía complicado. Muchos años mi madre se iba al norte a trabajar en el campo. En nuestra casa teníamos mucho campo para plantar. En él trabajamos mucho para que nuestra cosecha siguiera creciendo. Ayudaba desde los 9-10 años a mi madre. Me gustaba colaborar junto a ella. A veces hoy en día echo de menos el campo. Verlo todo verde es precioso. También teníamos animales en casa. De pequeños mi hermano y yo nos quejábamos de que nuestra vida era muy dura comparada con la de otros niños que tenían padre y dinero. Siempre me levantaba temprano para trabajar, aunque alguna que otra vez me levantaba tarde y venía mi abuela con gritos para que me fuera con mi hermano a llevar las vacas al campo. He pasado muchos momentos malos y duros. Mi mejor recuerdo fue de adolescente cuando llevaba vacas junto a mi madre, sin presión y con el aire fresco disfrutando del campo. Lo extraño mucho y ojalá vuelva pronto a ese bello lugar.

De pequeños mi hermano y yo nos quejábamos de que nuestra vida era muy dura comparada con la de otros niños que tenían padre y dinero.

Ana

INicio

Cuando era niña estaba un pelín gordita. En el colegio todos me querían tocar porque era muy guapa y rellenita. Mi madre tenía una máquina de coser y siempre me preparaba una falda y un top chiquitito. Me veía genial con esa ropa puesta. En mi juventud me encantaba jugar con mis primos. Era una chica muy ordenada. Me encantaba ordenar los juguetes en su estantería. Mi madre me dio una caja de televisión muy grande y colocaba los juguetes encima de la caja sin meter nada dentro. Un día mi madre me compró una "cocina de plástico", para jugar. Mi madre se fue a trabajar al colegio y encendí el mechero para hacer la comida y el juguete se quemó y la casa se llenó toda de negro. Mi madre se asustó y nos buscó por toda la casa. Nosotros nos escondimos en el armario. Tuvimos que pintar la casa y lavar todo. Como cuando éramos pequeños no entendíamos la vida adulta. Cuando jugábamos, lo pasábamos bien, aunque había poco dinero. De pequeños siempre queríamos ser adultos, pero hoy a mi hija le diría que disfrute de su juventud, que disfrute la vida que ahora mismo no sabe los verdaderos problemas que le esperan en la vida adulta. Espero que todo le vaya bien. (besos)

Ana

Pilar

Me llamo Pilar y he nacido en Badajoz. Mi infancia ha sido muy dura, pues fui maltratada por mi madre y por mis hermanos, sobre todo mi hermano mayor. Recién nacida me crié en la “Casa Cuna”, un centro de acogida, porque mi madre era maltratada por mi padre, que era alcohólico. Allí nos criamos hasta los 4 años y cuando ya salí de allí fui a mi casa. A partir de los 4 años mi infancia fue muy mala. Mi hermano mayor intentó violarme dos o tres veces. Cuando se lo conté a mi madre no me creyó. Yo me refugié en casa de una amiga, pero mi madre me fue a buscar con la policía y finalmente me llevó a trabajar con ella para mantener a mis hermanos.

Mi hermano mayor intentó violarme dos o tres veces. Cuando se lo conté a mi madre no me creyó.

Pilar

A los 12 años me vino la regla. Le pregunté a mi padre y me dijo que tenía la menstruación y que debía tener cuidado de tener relaciones con los chicos. Mi madre me compró compresas, pero no me explico cómo se ponían y me las puse con la pegatina hacia arriba. Me molestaba mucho al andar. Yo se lo dije a mi padre y él me explicó cómo se hacía. Estuve trabajando con mi madre hasta los 16 años. De todo lo que pasaba siempre creía yo que era la culpable. Aunque de mi madre no tengo buenos recuerdos, de mi padre sí. De mis siete hermanos tampoco tengo buenos recuerdos. Un tiempo después, mi madre se fue de casa. Al principio mi padre se quedó pero luego se fue de casa también. A partir de ese momento empecé a vender droga para mantener a mis hermanos, hastas que a los 18 años me independicé.

Pilar

A partir de los 18 años, estuve con mi primera pareja, con quien tuve 5 hijos. Fuí maltratada psicológicamente durante 11 años. Por fin lo dejé, a los 3 años conocí a mi segunda pareja con quien estuve bien al principio. Tuve un hijo con él y cuando éste tenía 3 años, me engañó con mi "supuesta mejor amiga" A raíz de ahí empezaron las discusiones. A mi hija la mayor le "comieron la cabeza" y la pusieron en mi contra. A mi me pusieron una orden de alejamiento, me daban ataques de ansiedad y tenían que hospitalizarme. Me daban vértigos porque no asumía lo que me estaba pasando con él. Estoy aquí porque él me denunciaba "en falso". Lo pasé muy mal, pero le he perdonado. Estoy aquí por él y por una persona que dice que supuestamente yo le dí una puñalada. Mi abogado no me defendió, no dejaron que entrara ningún testigo ni que me viera un forense ni nada de nada. Me pedían de 5 a 6 años, pero alfinal, mi condena se quedó en un año y medio.El lunes que viene salgo de permiso, si Dios quiere para pasar la nochebuena con mis niños. Con mi niña ya he hecho las paces.

Pilar

INicio

Yo estoy arrepentida de todo. De todo lo malo que he hecho en esta vida. De haber tenido a mis hijos, no, pero sí de haber estado con mi primera pareja sí, me enganché con él a la droga, Además no me dejaba salir de casa, ni siquiera a comprar el pan. Mis hijos no tienen su apellido, porque él no quiso ponérselo. Ya no le quieren porque él nunca los ha cuidado ni se ha preocupado por ellos.Hace un año conoci a otro hombre con el que estoy muy contenta. Está aquí en el centro, trabaja en mantenimiento y se ha ganado a mis hijos.Yo he tenido muy mala vida. Cuando salga de aquí quiero buscar trabajo, recuperar a mis hijos y sacar a mi madre de la residencia y vivir feliz y tranquila con ellos y con mi pareja. Seguro que lo consigo, porque yo, cuando me propongo algo, lo consigo, la verdad.

Pilar

Jorge

Cristobal

Demy

Rocío

Prometeo es un programa de mejora del éxito escolar tanto educativo como de la inserción sociolaboral, diseñado específicamente para personas adultas. Es una adaptación de la ESPA dirigida al alumnado que presenta un desfase curricular independientemente de las causas que lo provoquen. Se trabaja interdisciplinarmente a partir de centros de interés, y además de los contenidos propios de la ESPA, se incluyen talleres sobre competencias genéricas (habilidades sociales, inteligencia emocional, etc.) y mejora de la empleabilidad. Este Plan Prometeo recibió el Premio “Miguel Hernández” en 2018, concedido por el Ministerio de Educación a instituciones que desarrollan proyectos innovadores en educación de personas adultas. El Nivel II equivale a 3º y 4º de la ESO

Alumnado de Prometeo Nivel II

Alumno Anónimo

Alejandra

Neussa

Mª Jesús

Laura

ínidice

índice

De Rocío a M.M.

Me ha gustado mucho haber podido conocer la historia de MM, y agradecer que haya compartido conmigo su historia, su vida. He aprendido, que no siempre hay un verdugo al que juzgan, al que encierran, si no, una razón por la que hace que el verdugo sea la víctima inconsciente del delito. El desconocimiento de la realidad de la persona a la que se juzga, a veces confunde, y hace ver que las cosas sean, como realmente no son.

De Cristobal a Rebeca

"A mi me ha parecido muy interesante las historias de las internas, ,pero me da mucha pena por la vida que han tenido, por irse por mal camino. Eso nos hace pensar y tomar buenas decisiones en la vida y escoger un buen camino y con personas adecuadas"

De Mª Jesús a Rebeca

De Cristobal a Vanesa

"Me ha parecido interesante esta temática porque no suele ser común para hacer un resumen, y he aprendido a relativizar los problemas"

De Alumno anónimo a Erika

De Alejandra para Jennifer

De Laura para Jennifer

De Demy para Julieta

"Para mi ha sido una experiencia renovadora, poder participar en este documento, conociendo la historia de la vida de las internas".

De Neusa para Isidra

De Demy para Isidra

De Almudena para María

"He aprendido a escuchar más y darme cuenta de la difícil situación que vivieron estas personas, pero que a pesar de todo eran felices y sabían sobreponerse a la dificultad"

De Jorge para Ana

De Alumno anónimo a Pilar

ínidice

Maribel Casado Gómez

Almudena Soriano Covarsí

  • PTSC en el Departamento de Orientación.
  • Diseño y coordinación del proyecto.
  • Visita el CP quincenalmente y realiza las entrevistas a las internas del CP.
  • Coordina la elaborcción del Dossier Digital
  • Profesora del Ámbito de Comunicación de Prometeo II
  • Trabaja con el alumnado en la redacción de las Historias (supervisa, corrige, etc.)
  • Orienta en el uso de herramientas digitales.
  • Maestra del Módulo de Mujeres del CP
  • Conecta a Maribel con las alumnas
  • Colabora en las entrevistas

En el CEPA ABRIL

Marisol Bueno Sánchez

  • Jefe de estudios del Centro Penitenciario. (CP)
  • Conecta el C P con el CEPA Abril.
  • Gestiona los permisos y colabora en la gestión de los recursos necesarios.

José Miguel Alastruey Lapeña

En el Centro Penitenciario

Equipo de profesorado participante

ínidice

Y por último y por supuesto a mis compañeras y compañero que han trabajado y disfrutado de este proyecto tanto como yo

En tercer lugar, como coordinadora, quiero agradecer a mi equipo directivo la confianza que deposita en las propuestas que realizamos desde el Departamento de Orientación, nunca les he oído decirme no.

En segundo lugar, agradecemos a los alumnos y alumnas de Prometeo nivel II, que siempre aceptan nuestras propuestas por muy distintas de "lo habitual" que sean, que las acogen con ilusión, que trabajan y nos enseñan que siempre se puede dar lo mejor de uno mismo. Han sido sensibles y respetuosos ante una temática que lo requería, han superado nuestras, ya de por sí, altas expectativas.

Agradecemos en primer lugar a las mujeres generosas y valientes que han querido compartir sus duras vidas con nosotros. Es amarga la verdad, es dificil reconocerla y aún más, compartirla.Gracias. Mil gracias

Agradecimientos

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Contacto

Paulo Freire

"La educación es Libertad"