Lectura001
CEIP El Olivo
Created on February 7, 2019
More creations to inspire you
VALENTINE'S DAY PRESENTATION
Presentation
WOLF ACADEMY
Presentation
EXPLLORING SPACE
Presentation
UNCOVERING REALITY
Presentation
SPRING HAS SPRUNG!
Presentation
THE OCEAN'S DEPTHS
Presentation
2021 TRENDING COLORS
Presentation
Transcript
Pionera de la literatura autobiográfica, en los siglos XIV y XV.
Leonor López de Córdoba
Sepan, pues, quienes vean este escrito que yo, doña Leonor López de Córdoba , hija de mi señor el maestre don Martín López de Córdoba y de doña Sancha Carrillo , juro por este significante de la cruz que yo adoro, que todo lo que está escrito aquí es verdad que lo vi y que me pasó…. A los siete años con Ruy Gutiérrez de Hinestrosa , hijo de Juan Fernández de Hinestrosa , camarero mayor del señor rey don Pedro y su canciller mayor del sello secreto y mayordomo mayor de la reina doña Blanca , su mujer, casado con doña María de Haro , señora de Haro y de los Cameros.
A mi marido le quedaron de su padre muchos bienes y muchos lugares; tenía hasta trescientos caballeros suyos, y cuarenta madejas de perlas tan gruesas como garbanzos, y quinientos moros y moras y vajilla por valor de dos mil marcos de plata; y las joyas y preseas de su casa no se podrían escribir en dos pliegos de papel. Esto le tocó de su padre y de su madre porque otro hijo y heredero no tenían. A mí me dio mi padre veinte mil doblas al casarme…..
Y ocurrió que cuando el señor rey don Pedro quedó cercado en el castillo de Montiel por su hermano el señor rey don Enrique , mi padre bajó a Andalucía a llevar gente para socorrerle; y, al llevarla, se encontró con que había muerto a manos de su hermano. Vista esta desgracia, tomó el camino de Carmona, donde estaban las señoras infantas, hijas del señor rey don Pedro y parientas muy cercanas de mi marido, y mías por mi madre….Y el señor rey mandó que le cortasen la cabeza a mi padre en la Plaza de San Francisco de Sevilla, y que fuesen
confiscados sus bienes, los de su yerno y los de sus valedores y de quienes que se habían criado en su casa….Y así, cuando lo llevaron a enterrar, fui yo con él. Y, cuando iba por las calles con mi hijo, las gentes salían dando alaridos, apiadadas de mí. Y decían: Salid, señores, y veréis la más desventurada, desamparada y más maldita mujer del mundo, con gritos que traspasaban los cielos. Y como los de aquel lugar eran todos crianza y hechura del señor mi padre, aunque sabían que les pesaba a sus señores, hicieron gran llanto conmigo, como si fuera su señora.