Want to make creations as awesome as this one?

Transcript

ENTRAR

Periodismo narrativo: crónica y reportaje urbano

historis visión misión etc.

GUSTAVO A. MADERO

CUAUTHÉMOC

COYOACÁN

MAPA DELA CDMX

TLALPAN

ARE YOU READY TO DO AWESOME THINGS?

TITLE

TITLE

TITLE

TITLE

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing

Write an amazing title here

WRITE A SUBTITLE

WRITE A TITLE

Write a subtitle

La calle más abrumadora de Mexico Por: Martha Elizalde La mañana del 8 de diciembre de 1913, Francisco Villa trepó una escalera y clavó una placa en el mármol blanco de la esquina de Plateros y San José del Rea seguido de un cártel con un letrero que avisaba que quien retirara la placa sería fusilado inmediatamente, desde aquel momento, a esa calle se le conoce con el nombre de Francisco I. Madero y, desde siempre, ha sido una calle clave para llegar al Zócalo. Fue por esta calle que el 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante, luego de consumar la independencia, llegó a la Plaza Mayor utilizando ésta calle como camino. Lo mismo pasó con Benito Juárez en 1867, cuando luego de vencer el imperio de Maximiliano, ingresara por Plateros (hoy Madero) en medio del mayor festival que se había visto en la historia de la ciudad. Años más tarde, el 9 de febrero de 1913, Madero estaría saliendo del Castillo de Chapultepec para dirigirse a Palacio Nacional ingresando por la calle que pronto llevaría su nombre mientras se llevaba a cabo la decena trágica donde moriría asesinado días después. Hoy Madero se modernizó, se cambiaron los desfiles de ejércitos por los anuncios de “abrazos gratis”; la calle se rodeó casi por completo de negocios; hay gente yendo y viniendo, hablando, comiendo y riendo; los silbatos de policías de tránsito mezclado con los vendedores de lentes que hacen que Madero sea la calle más abrumadora de México. Ya sea en la mañana, en la tarde o incluso en la noche, ésta calle siempre está repleta de gente, quizá es por sus grandes joyerías, sus famosos tacos de canasta o sus diversas tiendas de ropa. “¿Buscas lentes, amiga?” “Tatuajes y perforaciones, amiga”. En esa calle todos buscan ser tus amigos, quizá es por eso que la frecuentan tanto los adolescentes que se empujan y gritan buscando llamar la atención. Nadie respeta los semáforos peatonales, pero todos le gritan al conductor del carro que pasa la calle a gran velocidad por inconsciente. No faltan los niños en situación de calle pidiendo dinero para comer; lástima que la gente sólo se detenga a tomarles fotos para apoyarlos desde sus redes sociales. De aquellas anécdotas históricas y de aquellos desfiles ya sólo queda la nostalgia que brindan los viejos edificios que ya nadie ve y las historias que ya nadie escucha.

Quiero pensar... Por Martha Elizalde Desde que la primera caravana de migrantes centroamericanos tocó tierra mexicana el pasado 19 de octubre, he tenido cientos de altercados con amigos y familiares, compañeros y profesores. La gran mayoría se dedica sólo a repetir cifras difundidas por los medios tradicionales y digitales quienes por cierto, sólo se han encargado de estigmatizar al movimiento. Califican a los migrantes como delincuentes por estar en territorio mexicano ilegalmente y se escudan con la Constitución, pero olvidan que el artículo 11 de la misma menciona que: Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes. El racismo que se ha presentado, es más notable en las redes sociales, donde en las publicaciones de noticias, se puede observar que 9 de 10 comentarios incluyen las palabras “ilegales”, “delincuentes” y “violentos”. El argumento principal de quienes están en contra de la caravana es que su presencia puede provocar inseguridad; desempleo para los mexicanos; sobrepoblación y mayor crisis. Pero todo eso es solo una reacción xenófoba y racista ya que en términos de cantidad, 7 mil personas no es ninguna amenaza para una población de más de 120 millones. La migración a México por problemas políticos no es nueva, a lo largo de la historia, a México han migrado en cantidades iguales o mayores miles de personas de distintas nacionalidades: En 1912, arribaron a México 10,000 judíos; En 1922, los menonitas; los españoles en los 30´s y chilenos en los 70´s. Lo que sí es nuevo es el racismo que se ha presentado en la población. Quiero pensar que toda esta oleada de comentarios racistas y xenófobos por parte de mexicanos hacia nuestros hermanos hondureños, es sólo una forma (incorrecta, por supuesto) de expresar de alguna forma que ya estamos hartos; que en este país lleno miseria ya no cabe un pobre, o un hambriento de justicia más. Que ya somos muchos los que nos cansamos de gritarle a un gobierno sordo, que queremos una vida más digna. Quiero pensar que es por eso que a muchos mexicanos les aterra la idea de que la caravana de migrantes se quede a vivir en nuestro país; porque al igual que los hondureños, los mexicanos vivimos nuestro día a día con miedo; con miedo a ser violadas, secuestrados, desaparecidos, descuartizados o en el mejor de los casos, asaltados. Porque al igual que ellos, también trabajamos largas jornadas para dueños de trasnacionales que nos escatiman cada vez más los salarios. Porque también tenemos un gobierno agachón que obedece órdenes de una nación ajena que no ha hecho más que insultarnos llamándonos violadores y asesinos. Quiero pensar que es por eso que no queremos que estos migrantes vengan a vivir a México eso que los hizo huir de sus países. Quiero pensar que es todo esto, y no que nos estamos pudriendo como seres humanos.

ESPECIALESDEINVESTIGACIÓN

https://catedramerli.com/

MEXÍCO