Want to make creations as awesome as this one?

Transcript

DUELO GÓNGORA-QUEVEDO

Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un pez espada muy barbado. Érase un reloj de sol mal encarado, érase un alquitara pensativa, érase un elefante boca aariba, era Ovidio Nasón mas narizado. Érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce tribus de narices era. Érase un naricísimo infinito, muchísima nariz, nariz tan fiera, que en la cara de Anás fuera delito. Francisco de Quevedo

Anacreonte español, no hay quien os tope, que no diga con mucha cortesía, que ya que vuestros pies son de elegía, que vuestras suavidades son de arrope. ¿No imitaréis al terenciano Lope, que al de Belerofonte cada día sobre zuecos de cómica poesía se calza espuelas, y le da un galope? Con cuidado especial vuestros antojos dicen que quieren traducir al griego, no habiéndolo mirado vuestros ojos. Prestádselos un rato a mi ojo ciego, porque a luz saque ciertos versos flojos, y entenderéis cualquier gregüesco luego. Luis de Góngora

CONTRA DON LUIS DE GÓNGORA Y SU POESíA Este cíclope, no sicilïano, del microcosmo sí, orbe postrero; esta antípoda faz, cuyo hemisfero zona divide en término italiano; este círculo vivo en todo plano; este que, siendo solamente cero, le multiplica y parte por entero todo buen abaquista veneciano; el minoculo sí, mas ciego vulto; el resquicio barbado de melenas; esta cima del vicio y del insulto; éste, en quien hoy los pedos son sirenas, éste es el culo, en Góngora y en culto, que un bujarrón le conociera apenas.

Fragmentos de Polifemo y Galateade Luis de GóngoraDonde espumoso el mar sicilïano el pie argenta de plata al Lilibeo(bóveda o de las fraguas de Vulcano, o tumba de los huesos de Tifeo), pálidas señas cenizoso un llano -cuando no del sacrílego deseo del duro oficio da. Allí una alta roca mordaza es a una gruta de su boca.Un monte era de miembros eminente este que —de Neptuno hijo fiero— de un ojo ilustra el orbe de su frente, émulo casi del mayor lucero; cíclope a quien el pino más valiente bastón le obedecía tan ligero, y al grave peso junco tan delgado, que un día era bastón y otro cayado

Cierto poeta, en forma peregrina cuanto devota, se metió a romero, con quien pudiera bien todo barbero lavar la más llagada disciplina. Era su benditísima esclavina, en cuanto suya, de un hermoso cuero, su báculo timón del más zorrero bajel, que desde el Faro de Cecina a Brindis, sin hacer agua, navega. Este sin landre claudicante Roque, de una venera justamente vano, que en oro engasta, santa insignia, aloque, a San Trago camina, donde llega: que tanto anda el cojo como el sano. Luis de Góngora

Yo te untaré mis obras con tocino Porque no me las muerdas, Gongorilla, Perro de los ingenios de Castilla, Docto en pullas, cual mozo de camino. Apenas hombre, sacerdote indino, Que aprendiste sin christus la cartilla; Chocarrero de Córdoba y Sevilla, Y en la Corte, bufón a lo divino. ¿Por qué censuras tú la lengua griega siendo sólo rabí de la judía, cosa que tu nariz aun no lo niega? No escribas versos más, por vida mía; Aunque aquesto de escribas se te pega, Por tener de sayón la rebeldía. Francisco de Quevedo