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Grande y felicísima armada

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Grande y felicísima armada

El recorrido

El recorrido

Batalla

Información: César Cervera |Gráfico: Laura Albor

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Batalla de Isla de Wight A principios de agosto, el Duque de Medina-Sidonia amagó con tomar tierra en la Isla de Wight, tras lo cual el escuadrón costero comandado por Martin Frobisher entorpeció esta posibilidad en torno a unos bajíos peligrosos de la costa. Frobisher mantuvo un duelo artillero con el San Martín, buque insignia de la Armada. En paralelo a estas acciones, dos barcos, el Duquesa Santa Ana y el San Luis, quedaron rezagados de la flota principal. Las poderosas galeazas españolas se valieron de sus remos para acudir en apoyo de estos buques. Además, tres galeazas arrastraron a la Rata Coronada, de Alonso de Leyva, a la zona para que abriera fuego con los ingleses que cayeron sobre los buques aislados. El combate en Wight terminó sin que se hundiera ningún barco español, a pesar de que Lord Howard celebró la escaramuza como una gran victoria.

Urca San Pedro el Menor (18 cañones y 500 toneladas) Quedó muy dañada en el puerto de Morbihan (Bretaña) Tras el desorden en el Canal, logró bordear Escocia e Irlanda, pero finalmente arribó gravemente dañado en el puerto de Morbihan (Bretaña) el 20 de septiembre debido al mal tiempo. Destrozada, sus restos fueron saqueados por los franceses a finales de noviembre de 1588. Al menos 90 supervivientes lograron regresar a España.

Patache Nuestra señora del Socorro (12 cañones; 75 toneladas) Se sabe que junto a la galeaza Girona navegaban varios barcos auxiliares de pequeño tamaño y, al menos uno de ellos, le acompañó en su naufragio en Killebeg Habour. La galeaza Girona, de hecho, fue reparada con los restos de esta nave. Probablemente esta patache era Nuestra Señora del Rosario Socorro, de la escuadra de Castilla.

Galeaza Girona (50 cañones; 350 toneladas) Chocó contra las piedras en Punta Lacada Esta galeaza sufrió graves daños con el paso por Escocia e Irlanda. Allí perdió el timón y se fue contra las piedras en Punta Lacada, Condado de Antrim. Tras vivir dos naufragios, Alonso de Leyva, de la Rata Encoronada, se encontró a los supervivientes del Girona después de marchar 30 kilómetros por la costa irlandesa. El clan de O´Donnell, aliados de España, ayudó a la reparación de esta galeaza, que volvió a partir rumbo a Escocia el 26 de octubre. El barco se fue a las profundidades con sus 1300 hombres, Leyva incluido. Solo sobrevivieron nueve hombres.

Urca Barca de Hamburgo (23 cañones; 600 toneladas) Se hundió a la altura de Malin Head La urca alemana fue el primer buque en hundirse cuando la Armada entró en Irlanda, concretamente a la altura de Malin Head. Cayó el 1 de septiembre víctima de un temporal.

Urca Falcón Blanco Mediano (16 cañones; 300 toneladas) Naufraga en la pequeña isla de Freaghillaun South El 25 de septiembre naufragó esta urca en la pequeña isla de Freaghillaum South, situada en la entrada de Ballynakill Harbour. Entre los escasos supervivientes estuvo Luis de Córdoba y su sobrino Gonzalo, que fueron liberados tras un rescate económico. Otros, incluido el capitán Pedro de Arechaga, fueron ejecutados por los ingleses en Galway.

Urca Santa Bárbara (10 cañones; 370 toneladas) Cayeron en una trampa en Ard Dice la tradición que los habitantes de esta zona irlandesa, en Ard, atrajeron con hogueras a los barcos para que naufragaran y pudieran cometer actos de rapiña. Se desconoce con seguridad qué barco fue el que cayó en la trampa. Una de las posibilidades es que fuera esta urca porque su capitán, Bartolomé Bravo, aparece en la lista para ser ejecutados en Galway tras naufragar su barco en Ard.

Urca Ciervo Volante (18 cañones; 400 toneladas) No se sabe cuál fue la zona exacta del hundimiento, pero su tripulación estaba en Galway Se desconocen las circunstancias de su hundimiento. Bien pudo perderse también en la zona de Ard, aunque todos los testimonios sobre su hundimiento han llegado por testigos indirectos. Lo que es seguro es que parte de su tripulación estaba en Galway cuando se produjeron las ejecuciones sumarias.

Nao Santa Ana (30 cañones y 768 toneladas) Destrozada por un temporal en la zona El Havre (Francia) El día 26 de julio, a unas 100 millas de la isla d’Quessant (Bretaña), esta nao se perdió de su escuadra y terminó en El Havre (Francia). El 11 de septiembre un ejército inglés cayó sobre la tripulación, donde murió el maestre de campo Nicolás de Isla pero, no obstante, el enemigo sufrió 50 bajas. Al anochecer del 17, un nuevo temporal destrozó la nao. Los supervivientes regresaron a Gijón, en enero de 1589, tras comprar dos pataches con la venta de piezas de artillería.

Nao San Salvador (25 cañones y 945 toneladas) Durante el primer día de batalla en el Canal sufrió una fuerte explosión El 31 de julio, la bodega de popa del San Salvador –buque insignia de la flota de Guipúzcoa– explotó matando a 200 hombres sin que se conociera nunca la causa, que parece que no estuvo relacionado con ningún ataque inglés. Los españoles únicamente pudieron embarcar a algunos superviviente y trasladar el tesoro que transportaba.

Carraca La San Juan de Sicilia (26 cañones; 800 toneladas) Explosión en la isla de Mull La carraca hizo un alto en la isla de Mull, en Argyll, Escocia, donde los clanes locales se ofrecieron a darles suministros a cambio de su ayuda contra otro clan. Un agente inglés explotó el 5 de noviembre el barco causando la muerte de la mayor parte de su tripulación cuando españoles y escoceses discutían los términos de su alianza.

Nao la Trinidad Valencera (42 cañones; 1110 toneladas)Quedó embarrada en la bahía de Glenagivney (Donegal, Ulster) Dañada en los combates del Canal de la Mancha, la nao quedó embarrada en un arrecife en la costa norte de Donegal. En tierra, el capitán Alonso de Luzón agrupó a los soldados supervivientes y se dirigió a Illagh Castle, enclave de un irlandés aliado. El grupo fue asaltado por los ingleses, que prometieron a Luzón que si se rendía sin luchar respetarían la vida de sus hombres. En cuanto se rindió, todos fueron masacrados.

Nao Duquesa Santa Ana (23 cañones; 900 toneladas) Acabó varando el 26 de Septiembre en Loughros Bay (Donegal) en territorio amigo En una zona costera del Norte de Irlanda echó el ancla este barco y recogió a los supervivientes de la Rata Santa María Encoronada de Martínez de Leyva. Al intentar dirigirse a Escocia, el barco naufragó por el exceso de tripulación. Leyva, con la pierna rota, recorrió la isla en busca de otra fórmula para salir de allí.

Nao Santa María de Visión (18 cañones; 666 toneladas) Naufragó en la bahía de Streedagh junto a la Lavia y la Juliana El Santa María de Visión fue el barco de menor tamaño de los tres que se fueron a pique en Streedagh Strand. El lugar se ha convertido en el escenario de distintos homenajes para rememorar hoy a las víctimas de la Felicísima. En 2015, los irlandeses rindieron un silencioso tributo a los caídos con decenas de cruces dibujadas en la arena de su playa.

Nao la Lavia (25 cañones; 728 toneladas) Naufragó en la bahía de Streedagh La Lavia, La Juliana y el Santa María de Visón estaban fondeados en el 17 de septiembre de 1588 en Streedagh Strand, Grange (Sligo). Esa noche la galerna provocó el naufragio de las tres naves, perdiéndose más de 1000 vidas y sobreviviendo alrededor de 300 náufragos, que de manera desorganizada deambularon por la zona con suerte dispar, como demuestra el caso del superviviente más célebre, Francisco de Cuéllar.

Nao la Juliana (32 cañones; 860 toneladas) Naufragó en la bahía de Streedagh junto a la Lavia y el Santa María de Visión Cuando estaban fondeada junto a la Santa María de Visón y la Lavia, las graves averías de este barco obligaron a los otrosa evacuar La Juliana. Esa noche la galerna provocó el naufragio de las tres naves mientras se ayudaban entre sí, perdiéndose más de 1.000 vidas.

Nao San Nicolás Prodanelli (26 cañones; 800 toneladas) Naufragó en la zona de Broad Haven, Irlanda Las circunstancias del naufragio del San Nicolás están sin aclarar. Por la urca hospital San Pedro el mayor, que estuvo en la zona donde había naufragado el Prodanelli, en Broad Haven, se sabe el destino de buena parte de su tripulación. Se salvaron 60 hombres del naufragio y nueve fueron ejecutados en la prisión irlandesa de Galway, entre ellos el capitán Gabriel de Suazo.

Carraca la Rata Santa María Encoronada (35 cañones; 820 toneladas) Embarrancó en la Bahía de Blacksod Tras situarse en la primera línea de la mayoría de combates, esta carraca embarrancó, por un error del piloto, en los arenales de Blacksod (Noroeste de Irlanda). Sus 479 hombres, muchos de ellos nobles, alistados por el prestigio de su capitán, Martínez de Leyva, se echaron a tierra para construir un campamento y defenderse de los ingleses. Leyva viviría una auténtica odisea en su intento por salir de Irlanda.

Nao Gran Grin (28 cañones; 1160 toneladas) Naufraga el 24 de Septiembre en Clare Island sobre la costa irlandesa El 21 de septiembre, un brusco cambio en el tiempo empujó a esta urca hasta Clew Bay, donde embarró. 200 hombres se ahogaron y los 100 restantes fueron perseguidos por los lugareños de forma salvaje.

Galeón San Marcos (38 cañones; 790 toneladas) Spanish Point (Mutton Island, Clare, Irlanda) Este barco hospital se perdió para siempre en la noche de la galerna del 20 de septiembre. Algunas fuentes cuentan que hubo cuatro supervivientes que fueron ejecutados por Boetius Clancy. El tercio de Martín de Dávalos estaba embarcado en este barco, aunque originalmente había sido asignado al San Mateo.

Nao San Esteban (26 cañones; 936 toneladas) Naufraga en la playa White Strand Naufragó la misma noche de la galerna que destrozó al San Marcos, pero más al sur, en la bahía de Doonbeg, concretamente en la playa White Strand. Los 60 supervivientes de este gran nao fueron llevados a Clancy´s castle y posteriormente ejecutado con la tripulación del San Marcos en una colina, la llamada Spanish Point, donde en la actualidad se encuentra un campo de golf. El maestre y piloto de la nave, Sanz de Basurto, pereció junto con sus tres hijos y su yerno.

Nao la Anunciada (24 cañones; 703 toneladas) La quemaron en la desembocadura del Río Shannon A la altura de Shannon, la Anunciada estaba tan destrozada que sus tripulantes se decidieron por quemarla y transferir a sus hombres y su armamento a otros buques, entre ellos la urca La Caridad Inglesa. La tripulación logró llegar a España.

Nao Santa María de la Rosa (26 cañones; 945 toneladas) Naufragó en los arrecifes de Stromboli Esta nao de la escuadra de Oquendo entró el día 21 de septiembre en la costa de las Blaskets, cerca de tierra. Sobre las seis de la mañana se hundió en cuestión de segundos con sus tripulantes. Sus restos fueron localizado en los arrecifes de Stromboli, cerca de Dunmore Head a 35 metros de profundidad en 1968.

Nao San Juan de Fernando Horra (24 cañones; 652 toneladas) Quemada cerca de Blaskets Esta nao de la escuadra de Castilla sufrió la rotura de su palo mayor por la gran galerna de la noche del 20 al 21 de septiembre. Cerca de Blaskets se decidió evacuar a la tripulación el día 22, entre ellos a la compañía de Don Diego de Bazán (hijo del Álvaro de Bazán), que embarcó en la nao de Recalde y en los pataches La Isabela y San Esteban. La nave fue quemada para evitar que los ingleses se hicieran con ella.

Nao la Trinidad (24 cañones; 750 toneladas) Se cree que pudo estrellarse en Valentia Island Se sabe que un barco se estrelló en Valentia Island a causa de un fuerte temporal, donde se halló en 1845 un astrolabio español del periodo, pero se desconoce la identidad de la nave. El caso más probable es que fuera la nao Trinidad de la escuadra de Castilla, que perdió a toda su tripulación en un naufragio indeterminado.

Urca San Pedro el Mayor (31 cañones; 581 toneladas) Incapaces de volver a España, llegaron a Hope Cove (Salcombe, Inglaterra) Esta urca hospital vio cómo el maestre Juan Enríquez, el piloto Juan Ysla, el contramaestre y otros oficiales y marineros desertaron en el fondeadero de Calais el día 6 de agosto. Apartado del cuerpo principal de la Armada, la urca vivió su propio periplo en la costa irlandesa y se detuvo varias semanas en el lugar donde se perdió la nave San Nicolás de Prodanelli. Incapaces de volver a España, pusieron rumbo hacia a la Bretaña francesa, dando a tierra el seis de noviembre en Hope Cove (Salcombe, Inglaterra)

Carraca Nuestra Señora del Rosario (46 cañones; 1150 toneladas) Fue remolcada a Weymouth Un ligero viento derribó el palo mayor de la nave capitana de la flota de Andalucía, dañado el día 31 de julio al chocar accidentalmente con otro barco durante el combate en Plymouth. A su capitán, Pedro de Valdés, se le negó el auxilio a falta de tiempo que perder y se le abandonó con una pequeña escolta. Al amanecer, Pedro rindió el Nuestra Señora del Rosario a Francis Drake sin disparar un solo cañonazo.

Combate de Isla de Wight A principios de agosto, el Duque de Medina-Sidonia amagó con tomar tierra en la Isla de Wight, tras lo cual el escuadrón costero comandado por Martin Frobisher entorpeció esta posibilidad en torno a unos bajíos peligrosos de la costa. Frobisher mantuvo un duelo artillero con el San Martín, buque insignia de la Armada. En paralelo a estas acciones, dos barcos, el Duquesa Santa Ana y el San Luis, quedaron rezagados de la flota principal. Las poderosas galeazas españolas se valieron de sus remos para acudir en apoyo de estos buques. Además, tres galeazas arrastraron a la Rata Coronada, de Alonso de Leyva, a la zona para que espantara a los ingleses de sus presas. El combate en Wight terminó sin que se hundiera ningún barco español, a pesar de que Lord Howard celebró la escaramuza como una gran victoria.

Batalla de Plymouth El 31 de julio de 1588 se produjo el primero de los choques directos entre la Armada de Medina-Sidonia y la flota inglesa dirigida por Lord Howard. Los ingleses hostigaron el ala más cercana a tierra de los españoles, defendida en última instancia por la Rata Coronada, de Alonso de Leyva. Tras un intercambio de fuego a gran distancia, los ingleses desistieron de intentar romper la formación defensiva de la Armada. No así en el ala opuesta, donde Francis Drake retó al buque más potente de los españoles, el San Juan, dirigido por el veterano Juan Martinez Recalde. El vasco borneó el barco buscando que Drake y su flotilla mordiera el anzuelo y entrara en fase de abordaje, donde los españoles eran maestros. El pirata no lo hizo: se limitó a disparar a distancia. El tanteo entre ambas flotas se saldó sin apenas desperfectos en ninguno de los barcos.

Combate de Plymouth El 31 de julio de 1588 se produjo el primero de los choques directos entre la Armada de Medina-Sidonia y la flota inglesa dirigida por Lord Howard. Los ingleses hostigaron el ala más cercana a tierra de los españoles, defendida en última instancia por la Rata Coronada, de Alonso de Leyva. Tras un intercambio de fuego a gran distancia, los ingleses desistieron de intentar romper la formación defensiva de la Armada. No así en el ala opuesta, donde Francis Drake retó al buque más potente de los españoles, el San Juan, dirigido por el veterano Juan Martinez Recalde. El vasco borneó el barco buscando que Drake y su flotilla mordiera el anzuelo y entrara en fase de abordaje, donde los españoles eran maestros. El pirata no lo hizo: se limitó a disparar a distancia. El tanteo entre ambas flotas se saldó sin apenas desperfectos en ninguno de los barcos.

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Batalla

Galeaza San Lorenzo (50 cañones) Impactó contra otra nave en la costa de Calais Este barco mediterráneo perdió el timón y el palo mayor tras impactar contra otra nave cuando huía de los brulotes en Calais. Envarado en la orilla, Hugo de Moncada defendió la galeaza de los buques ingleses. La resistencia de la tripulación terminó a la muerte de Moncada, a lo cual sus hombres abandonaron el barco y buscaron protección tierra adentro.

Nao La María Juan (24 cañones y 665 toneladas) Se hundió el 8 de Agosto en Gravelinas, Francia Junto a las víctimas del 9 de agosto, en uno de las escasos combates directos contra los británicos, estuvo también este navío vizcaíno perteneciente a la escuadra de Juan Martínez de Recalde. Se hundió en Gravelinas a consecuencia de los ataques británicos.

Patache San Antonio de Padua (12 cañones, 75 toneladas) Se pierde cerca de Ostende Tras el combate en Gravelinas, este pequeño patache se perdió el 10 de agosto, cerca de Ostende. Fue quemado por los holandeses, dejando 21 marineros prisioneros del enemigo, que fueron ejecutados en el mismo barco y arrojados al mar.

Urca Santiago (19 cañones; 600 toneladas) Naufraga en la isla de Moster (fiordo de Bomba) La urca Santiago era llamada «la de las mujeres» porque iban embarcados hombres casados acompañados de sus esposas y en algunos de los casos también sus hijos. A principios de septiembre se encontraba al oeste de Irlanda, pero debido a la fuerza de los vientos acabó fondeando el 18 de septiembre cerca de la isla de Skudeneshavn (al sur de Noruega). Los naturales del país ayudaron a la tripulación a reanudar la travesía, pero la Santiago naufragó en la isla de Moster (fiordo de Bomba) forzada por otro temporal. La tripulación invernó en Bergen. Los supervivientes volvieron en dos barcos a España, si bien uno se perdió en el viaje.

Urca el Castillo Negro (27 cañones; 750 toneladas) Hay dos hipótesis sobre su naufragio: pudo ocurrir en la isla de Runde (punto señalado en el mapa) o en el sur de las islas Hébridas (Escocia) La escuadra principal perdió de vista de forma seguida a El Gran Grifón y El Castillo Negro, en el caso de esta urca de transporte probablemente se perdió en el Atlántico sin dejar rastro. No obstante, las dudas sobre su paradero han planteado que su naufragio pudiera ocurrir en la isla de Runde (Alesund, Noruega) o en el sur de las islas Hébridas (Escocia).

Urca Gran Grifón (38 cañones; 650 toneladas) Naufraga en la isla Fare, al Norte de las Orkney Con tres metros de agua en sus bodegas, esta urca logró alcanzar la costa escocesa a la altura de Fair Isle. La tripulación pudo escapar a través del palo del trinquete. La mayoría de los hombres murieron de inanición en esta isla, donde no había nada que comer. Algunos lograron alcanzar Edimburgo.

Galeón San Felipe (40 cañones; 800 toneladas) Fue abandonado entre Nieupoort y Ostende (Bélgica) Para que el resto de la flota pudiera huir de Calais, el San Mateo y el San Felipe soportaron la mayor parte de los impactos ingleses. 17 barcos llegaron a disparar a la vez al San Felipe, lo que al final de esa jornada, el 9 de agosto, le costó encallar en un punto entre Ostende y Nieuport. Más de cien muertos estaban en su cubierta, pero aun así los supervivientes, con Francisco de Toledo a la cabeza, lograron escabullirse de los soldados ingleses de la guarnición de Flandes a través de una barca. El barco fue destripado por los holandeses.

Galeón San Mateo (34 cañones; 750 toneladas) Encalló entre Ostende y Sluis El mítico San Mateo, de actuación heroica en la batalla de las Terceiras, sufrió graves daños en el encarnizado intercambio de disparos con los ingleses del 9 de agosto. Su capitán, Diego Pimentel, se negó a abandonar el barco a pesar de los graves daños. Esa misma noche encalló entre Ostende y Sluis. Dos buques holandeses, ayudados de tres bajeles británicos, se apoderaron de él. La resistencia numantina le costó la vida a la mayoría de sus tripulantes. Solo Diego Pimentel y un puñado de hombres quedaron presos.

Batalla de Gravelinas El 6 de agosto, la escuadra recaló en las proximidades de Calais con la intención de contactar con el ejército de Farnesio. En coordinación con una flotilla holandesa, los ingleses lanzaron ocho buques británicos a modo de buques incendiarios para sacar a los españoles de la costa. Los brulotes no afectaron a ningún barco, pero rompieron la formación. El San Martín, el San Juan, el San Marcos y el San Mateo se enfrentaron a los británicos para dar tiempo a que la Armada se reorganizara. Aquí se produjo lo más parecido a una batalla naval. El San Martín recibió 200 impactos, algunos de los cuales perforaron el casco y destrozaron los aparejos, aunque la peor parte se la llevaron el San Felipe y el San Mateo. A excepción de ellos, de la capitana de las galeazas, la San Lorenzo, y del navío vizcaíno María Juan; el resto de barcos pudo alejarse hacia el norte en buen estado gracias a un súbito cambio en la dirección del viento.

Zabra la Concepción Se hundió a la altura de Noruega, pero su tripulación se salvó A la vista de que esta zabra se iba a pique, a la altura de Noruega, su tripulación capturó el 14 de septiembre de 1598 a dos pescadores escoceses. La tripulación de la zabra llegó a Santander en una de estas embarcaciones interceptadas, siendo devuelta posteriormente a sus dueños escoceses por orden real, con el pago de la mercancía que portaban.

Batalla de Gravelinas El 6 de agosto, la escuadra recaló en las proximidades de Calais con la intención de contactar con el ejército de Farnesio. En coordinación con una flotilla holandesa, los ingleses lanzaron ocho buques incendiarios para sacar a los españoles de la costa. Los brulotes no afectaron a ningún barco, pero rompieron por primera vez la formación. El San Martín, el San Juan, el San Marcos y el San Mateo se enfrentaron a los británicos para dar tiempo a que la Armada se reorganizara. Aquí se produjo lo más parecido a una batalla naval. El San Martín recibió 200 impactos, algunos de los cuales perforaron el casco y destrozaron los aparejos, aunque la peor parte se la llevaron el San Felipe y el San Mateo. A excepción de ellos, de la capitana de las galeazas, la San Lorenzo, y del navío vizcaíno María Juan; el resto de barcos pudo alejarse hacia el norte en buen estado gracias a un súbito cambio en la dirección del viento.