inmortales persas

El equipo de un «Inmortal»

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Los «Inmortales» portaban sobre su cabeza tiaras, gorros de fieltro o lana que se caracterizaban por su flexibilidad. No les protegían demasiado, pero les otorgaban cierta movilidad. El original sería más cuadrado que el que aparece en esta imagen.

Los «Inmortales» portaban sobre su muslo derecho unos puñales que, según Heródoto, les pendían del citurón.

Si por algo se caracterizaban los «Inmortales» era por sus túnicas. Y es que, según Jenofonte, eran de colores vistosos (preferiblemente rojo) para tratar de generar miedo en el enemigo.

Su arma principal era la lanza corta . Tenía un contrapeso en su extremo inferior. De los 10.000 soldados que formaban los «Inmortales», 9.000 de ellos portaban una punta de plata en estas armas. El resto tenían el honor de lucirlas de oro. Su extensión era considerablemente menor a la de las lanzas griegas.

Sobre sus corazas existen diferentes opiniones. Heródoto afirma que estaban recubiertas de láminas de hierro (algunas de ellas, con matices dorados) similares a las escamas de los peces. No obstante, algunos historiadores creen que las portaban bajo la túnica y que su grosor era sumamente fino.

Además de la lanza y la daga, los «Inmortales» eran capaces de atacar a su enemigo a distancia gracias al arco que portaban al hombro y un carcaj lleno de flechas de caña.

Su escudo estaba fabricado con cuero y mimbre, materiales habituales en el ejército persa. Habitualmente, solía tener forma rectangular si era usado por infantería. Era sumamente efectivo para detener puñales y flechas, pero sufría contra armas más contundentes.

Además de las espinilleras (que solían ser de bronce) iban equipados con los tradicionales pantalones al modo persa, llamados anaxirydes (unas calzas que se anudaban con cinta en los tobillos).