Cerámica Ática del Zacatín

cerámica ática de figuras rojas del zacatín, Granada

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En el arte griego abundan las representaciones de atletas tanto en escultura, relieves y en cerámica. Especialmente en esta última, sólo en el Ática se conoce la existencia de 1.571 piezas con representaciones olímpicas. Copa de Figuras rojas con atleta del MAN. 490-480 a.C. Fuente CERES, pincha el siguiente enlace Kylix con escena de atleta. Fotografía de Inmaculada de la Torre. Kylix con escena de atleta. Fotografía de Inmaculada de la Torre. Kylix con escena de atleta. Fotografía de Inmaculada de la Torre. Los ejemplos que conserva el museo repiten los mismos tipos. El joven desnudo aparece de perfil, siempre aparece solo, enmarcado por atributos y elementos accesorios. Algunos suelen presentar un pie sobre una piedra o un pilar o sobre la base de un luterio, Con mayor frecuencia el joven tiende los brazos hacia delante por encima de un altar, suelen sostener una caja, una fíala, un aríbalo en la mano derecha, mientras que en la mano izquierda sostienen un estrígilo, utensilio asociado a los atletas para limpiarse el cuerpo de la arena y el aceite tras las competiciones o entrenamientos en la palestra.

Recreación 3D de Estatua de Zeus Olímpico de Fidias. Neomam Studios. Para saber más haz clic en este enlace Los Juegos Olímpicos nacieron en una época en el que las luchas entre las distintas ciudades-estado (polis) eran constantes. Según el mito para explicar el origen de los juegos, el Oráculo de Delfos, consultado por los elianos les instaba a reunirse en Olimpia y parar la guerra fratricida. De esta forma la guerra era sustituida por una noble competición en el campo de los deportes. El origen se remonta al S.VIII a.C hasta que el emperador Teodosio los prohibió en el año 393 d.C. Los griegos aspiraban a alcanzar la excelencia mediante el equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, por un lado, mediante el deporte y, por el otro, a través de la filosofía, las artes y las ciencias. Héroes, atletas y guerreros ilustraban esta rivalidad. Los griegos eran fanáticos del deporte. Los Juegos Panhelénicos, que se celebraban en Olimpia, Delfos, Istmia y Nemea, atraían a los mejores atletas. Los ganadores eran considerados héroes y podían conseguir grandes premios, ya fueran materiales o bien fama y prestigio. Los acontecimientos deportivos atraían a grandes multitudes y constituían una de las principales formas de entretenimiento. Los certámenes teatrales y musicales también atraían a miles de espectadores. Escritores como Esquilo, Eurípides, Sófocles o Aristófanes participaron en estos concursos. Figurillas de bronce Etrusco-campanienses, realizadas c. 480 a.C. Halladas en Cumas, Italia. Museo Británico. SFEC_BritMus_Roman_021.JPG: Steve F-E-Cameron. Discóbolo de Mirón. Museo Británico. Kylix de cerámica ática de figuras rojas . c. 500-490 a. C. Realizada en Atenas. Posiblemente de Vulci, Italia. Museo Británico. Estela de mensajero de Maratón. Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

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A los pies del oppidum ibérico de Iliberri (actual Albaicín) en la ciudad de Granada, en una excavación de urgencia en la C/ Zacatín en el año 1999 apareció una fosa, en cuyo interior fueron exhumados unos 5000 fragmentos de cerámica, la gran mayoría griega e ibérica. Del mismo modo, aparecieron otros materiales como un trípode, una placa realizada en hueso decorada con motivos orientalizantes, restos de un huevo de avestruz, fusayolas de cerámica y un gran número de ungüentarios de vidrio. En números, hay hasta 5.000 fragmentos de cerámica que alcanzan casi los 40 kilos de peso; los investigadores han cuantificado 227 objetos, entre ellos 185 vasos de cerámica, una veintena de vidrio y 9 fusayolas -piezas para hilar-. La fosa, que sería la primera utilización humana de este espacio hacia el 375 a.C., lugar que no se volvería a utilizar hasta el siglo XII, no quedó excavada en su totalidad, pues se introducía en otro edificio colindante. Se desconoce por tanto su dimensión original.

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El lugar del hallazgo en época ibérica se encontraba en la margen derecha del río Darro, donde la población realizó una serie de rituales relacionados con un ágape en el que la comida y la bebida tenía un papel principal dentro de los mismos. Según los investigadores "el depósito del Zacatín no está relacionado físicamente ni con el poblado del Albaicín, ni con sus necrópolis extramuros, ni con otras estructuras inmediatas del solar. La única relación física y espacial evidente de este depósito es con el río Darro". Se trata de una fosa, sellada con fuego -lo que se confirma porque muchos de los objetos presentan signos de una exposición a una fuente de calor- y asociada a un ritual o ceremonia que no tuvo carácter funerario. En su interior se depositaban los objetos utilizados en las ceremonias. Entre el material destaca una "gran concentración de objetos de lujo importados", como vasos para beber vino -sobre todo copas de figuras rojas- y recipientes para contener ungüentos y perfumes". "Esta acumulación de materiales documentada en un solo complejo estructural es algo insólito y hasta el momento el contexto de este depósito del siglo IV a.C. es único en la Península Ibérica".